Vida Honesta

Un Medio Para Un Fin

M. F. Singh


Introducción
La perspectiva espiritual
La ley de causa y efecto: el imperativo para vivir moralmente

La Prisión Invisible
¿Quién manda?
Fortalecer la mente y liberar el alma
Ignorancia: la prisión de nuestra alma
Nuestros pensamientos y obras: los muros de la prisión
Solo nosotros hemos de responder de nuestras acciones
Vida deshonesta: consolidando los muros de nuestra prisión
Material o espiritual: una cuestión de prioridades
Hipocresía: el deshonroso compañero de la avaricia
Una mente perturbada: somos los carceleros de nuestra propia prisión
Las extremas sutilezas de la ley
Perdiendo una rara y preciosa oportunidad
¿Qué es una acción correcta?

El Camino Hacia Adelante
El poder transformador de la acción correcta
Orientación en la dirección correcta: el camino positivo
Un modo honrado de ganarse la vida
Navegando con los vientos del contento y el desapego
La caridad ayuda al desapego
Contento, entrega de sí mismo y alegría
Los santos: espejos de la verdad
La batalla de la vida
Los santos viven entre nosotros
La transformación
Conclusión

Notas Finales

Libros y Autores Citados

Información General y Contacto

Publicado por:
J C Sethi, Secretario
Radha Soami Satsang Beas
Dera Baba Jaimal Singh
Punjab 143 204, India

© 2001, 2009 Radha Soami Satsang Beas
Todos los derechos reservados

Primera edición en español 2001

Segunda edición en español 2009

Impreso en la India

ISBN 978-81-8256-811-2


Introducción

En nuestros días, la moral es un tema delicado. Posiblemente en ninguna otra época de la historia haya habido tanta incertidumbre mundial en cuanto a lo que significa el concepto de moral. ¿Por qué, podrían preguntar muchas personas, habríamos de luchar para vivir honestamente? ¿Con qué autoridad nos dicen el Estado o nuestra religión lo que debemos hacer? En esta época científica, ante la erosión de los valores religiosos y sociales, muchas personas se inclinan a cuestionar que exista ni siquiera una base aceptable para un código moral. Enfrentados a tanta contradicción e incertidumbre, prefieren vivir sus vidas justo como les plazca, o para fines inmediatos a corto plazo.

Si elegimos seguir el camino de los santos, esto significa que deseamos utilizar nuestra vida para realizar nuestro potencial divino, y que nos hemos dicho a nosotros mismos que para vivir hay algo más que objetivos a corto plazo. La gracia de la iniciación nos proporciona un método práctico para realizar nuestro propósito, y para apoyar nuestra práctica espiritual nos comprometemos a vivir según unos valores específicos. Estos, debemos recordar, no son valores que se nos hayan impuesto por alguna autoridad exterior; realizamos el compromiso con nosotros mismos, dentro de nosotros, para ayudarnos en nuestro camino.

Examinando racionalmente nuestros valores, podemos recordar y profundizar en nuestra comprensión de ellos. Ningún código de conducta puede proporcionar todas las respuestas, pero si se entienden los principios en que se basa, resulta más fácil hallar las respuestas dentro de uno mismo. Por esa razón, la finalidad de este pequeño libro es ayudar a entender los principios que sostienen la vida moral y sus profundas implicaciones en la vida diaria.

Antes de la invención de los buques de vapor, el éxito de un viaje dependía de varios factores: conocimiento del mar; conocimiento de las mareas, corrientes y vientos, para utilizarlos en provecho propio; y mantenimiento del buque en buen estado. Aun cuando uno poseyera el mejor velero del mundo y supiera todo acerca de su barco, sin el conocimiento del mar y de las fuerzas que mueven e impulsan el barco, el viaje podría resultar desastroso. De manera parecida, estamos partiendo para el viaje de la autorrealización. Para terminarlo con éxito, necesitamos conocer la vida y las fuerzas que nos impulsan. Solo entonces, y teniendo a la vista nuestro objetivo, podemos establecer nuestro código de conducta; podemos entender cómo mantenernos en forma para navegar.

Nuestra comprensión está basada en una perspectiva espiritual y moral común a todas las escrituras y tratados de sabiduría del mundo. Esta perspectiva no es propiedad de ninguna religión. Pertenece a todas. Surge del acervo de nuestra humanidad y florece naturalmente cuando una persona se vuelve a unir con nuestra fuente espiritual común. Las personas que lo encarnan más claramente son los místicos (santos y almas que han realizado a Dios) de todas las religiones.

Para demostrar la universalidad de esta manera de pensar, hemos incluido citas de una variedad de fuentes tan amplia como ha sido posible, pero es en el conocimiento de la vida que los místicos tienen donde se apoya principalmente nuestra afirmación.

La perspectiva espiritual

En esencia, toda la perspectiva mística se puede expresar en tres sencillos puntos: Hay únicamente un poder supremo, que es el origen y el fundamento de todo. Todos procedemos de este poder; todos somos gotas del mismo y único océano divino. Y cada uno de nosotros es responsable de todo lo que hace.

Todos los místicos están de acuerdo, independientemente de la manera en que las diferentes culturas la describan, en que la realidad fundamental de la vida es el espíritu. Nuestra esencia es el espíritu, no el cuerpo físico ni el mental. El alma, o espíritu, es la naturaleza real de lo que consideramos como el ‘yo’. Los místicos ponen de relieve nuestra común confusión señalando que somos seres espirituales que están pasando por una experiencia humana, y no (como frecuentemente pensamos de nosotros mismos), seres humanos que buscan una experiencia espiritual. Todo el que entre en contacto con su esencia espiritual (el Verbo, o Shabad, vivificante en su interior), será de manera natural conducido a su origen, más allá de las limitaciones de tiempo y espacio.

Esta es, pues, la meta de nuestro viaje. Pero encontramos obstáculos porque experimentamos la vida por medio de nuestros sentidos, y generalmente no nos damos cuenta de lo que somos. Lo mismo que un niño tiene dificultades para aceptar que la atmósfera vibra con las ondas de radio, así también nuestra inmadurez espiritual nos oculta nuestro potencial divino. Los santos nos dicen que mientras permanezcamos atareados en el mundo que nos rodea, continuaremos siendo limitados: seducidos y engañados al pensar que solamente el mundo físico es real. Nos imaginamos que podemos saberlo todo con el intelecto. Como Job en la Biblia,1 presumimos de tener el control, cuando tan solo estamos entendiendo palabras y conceptos. Fue para que cambiara este punto de vista, que Dios se dirigió a Job “desde el seno de la tempestad”, pidiéndole que reflexionara acerca de su arrogancia:

¿Quién es este que oscurece el consejo con palabras sin sentido?... ¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de verdad sabes tanto!
Libro de Job2

El gran físico, Albert Einstein, habló acerca de la manera en que nuestro “entendimiento” es distorsionado:

Un ser humano es una parte del todo que llamamos “Universo”, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Percibe sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto: una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros una especie de cárcel que nos restringe a tener afectos y deseos personales únicamente hacia algunas de las personas más cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta cárcel ensanchando nuestro círculo de empatía hasta que abrace todas las criaturas vivientes y toda la naturaleza con su hermosura.
Albert Einstein3

Para “librarnos” necesitamos “ensanchar nuestro círculo de compasión”, y así reconocer que somos seres espirituales: gotas de ese único océano que es Dios. Para esto los santos nos dan guía específica. Nos enseñan una técnica que finalmente nos capacitará para abrazar no solamente la “naturaleza”, sino toda la creación y al Creador. Se nos enseña la manera de retirar del mundo nuestra atención para concentrarla de tal modo que nos desprendamos de las distorsiones del cuerpo y de la mente. Pero los santos nos dicen también que esto no es sencillo: hay un obstáculo, y este es la ley del karma o causa y efecto. Esta ley es la fuerza que hace funcionar a la creación. Debido a ella, nunca podremos conocer al espíritu puro fuera de la materia (ni separar nuestra alma del mundo), hasta que hayamos saldado la cuenta de nuestra vida.

¿En qué consiste esta cuenta? Es el registro de todo lo que alguna vez hayamos pensado o hecho desde que nuestra alma dejó su origen para quedar encerrada en una mente y un cuerpo. Este registro nos ata a la creación, ya que tenemos que permanecer en la creación, mudándonos de vida a vida, para responder de todo lo que hayamos hecho. La libertad consiste en saldar esta cuenta del pasado y no incurrir en nuevas deudas. Cuando hayamos entendido que eso que hacemos ahora nos ata para el futuro, entonces tendremos una base práctica para un código moral que nos guíe en cuanto a saber lo que debemos o no debemos hacer para ser libres.

Por tanto, aplicar nuestro conocimiento de la ley de causa y efecto a nuestras vidas diarias, y vivir conscientemente de manera que siempre nos percatemos de las consecuencias de lo que hagamos, es nuestro modo de ponernos en forma para nuestro viaje hacia Dios.

La ley de causa y efecto: el imperativo para vivir moralmente

El ineludible principio de compensación, o karma, es reconocido por todas las grandes religiones y sabia literatura de todo el mundo. Aun cuando el alcance de la ley es muy amplio, su aplicación es muy sencilla: damos lo que recibimos y recibimos lo que damos.

No juzguéis, y no seréis juzgados;
No condenéis, y no seréis condenados;
Perdonad, y seréis perdonados.
Dad, y se os dará ...
Porque con la misma medida con que midáis,
Se os medirá a vosotros.
Evangelio de Lucas4

Como en la creación no existe nada sin algún grado de acción, toda vida se halla eternamente presa en la telaraña de su ajuste de cuentas, compensándose permanentemente. A lo largo del vasto espacio de la creación, la ley mantiene un perfecto registro de lo que se da y se toma. Ninguna cuenta queda nunca saldada. Por mucho que el péndulo oscile en una dirección, oscilará en el mismo grado hacia la otra. De este modo, todos estamos encarcelados: limitados al reino de materia y mente. Y mientras seamos víctimas de esta dualidad, no podremos conocer la perfección y la delicia de la unidad espiritual. Como se afirma en las enseñanzas judías:

Todo es un préstamo dado junto a una garantía, y encima de todo ser vivo hay una red tendida para que nadie se escape dejando de pagar. La tienda está abierta; el tendero otorga crédito; el libro mayor está abierto y la mano realiza apuntes. Todo el que desee pedir prestado puede venir a tomar en préstamo; pero los cobradores hacen diariamente sus rondas, y exigen el pago exacto, sea o no sea uno consciente de ello. Se basan en un registro infalible, y el juicio es un juicio de verdad.
Ética de Los Padres5

Fundamentalmente, es esta la única ley que mueve la creación. Por medio del principio de los opuestos, de las acciones y las reacciones, esta ley universal genera la fuerza que produce esa multitud de leyes naturales que gobiernan el universo físico visible: las leyes de la física, genética, equilibrio ambiental, y muchas más, mediante las cuales la ciencia moderna explica la vida. Esta ley de acción y reacción dirige también toda la actividad en los niveles más sutiles de la mente, que no pueden ser conocidos ni cuantificados por el intelecto. El sencillo principio de causa y efecto crea toda la diversidad. Marca la formidable línea divisoria entre la unicidad del espíritu y la complejidad de la mente y la materia.

La ley de compensación (de dar y tomar), es ineludible. Al contrario de lo que sucede con nuestras leyes del mundo, no podemos evitarla ni manipularla. Si nos proponemos ignorarla diciendo: “No es así como funciona la vida. No hay justicia; para qué pensar en bueno y malo”, aun así las fuerzas de acción y reacción nos arrastrarán. Si, por el contrario, nos volvemos sensibles a su funcionamiento, entonces podremos trabajar con este principio de manera que nos lleve adonde queramos ir.

La Prisión Invisible

¿Quién manda?

Desde nuestra primera infancia, se nos incita a pensar en nosotros mismos como individuos únicos y a desarrollar nuestra individualidad. Desde el punto de vista espiritual esto es una ilusión. Está reforzada por la actual mentalidad mundana que pone de relieve los derechos individuales y la libertad personal. Cuando pensamos en nosotros de esta manera, no caemos en la cuenta de que estamos viendo simplemente nuestra separada realidad de cuerpo y mente, e ignorando nuestra realidad espiritual común. Al recalcar nuestras diferencias y nuestra separatividad e ignorar lo que es común, estamos asumiendo que somos seres físicos en lugar de seres espirituales.

Hablamos de libertad y realización personal; pero debido a que nuestros conocimientos están limitados a lo material, no vemos que a la luz de la ley de karma no tenemos libertad en absoluto. Desde un punto de vista superior, estamos simplemente soportando las reacciones de nuestras obras anteriores, pagando las deudas que debíamos. Quienes somos, o mejor dicho, quienes pensamos que somos, está modelado por los créditos y débitos en que hemos incurrido en vidas anteriores. Haríamos bien en reflexionar acerca de cuántos aspectos clave hay en nuestra vida sobre los cuales no hemos tenido control. Nuestros padres, cuándo y dónde hemos nacido, nuestro código genético particular, y nuestra primera educación, todo es parte del condicionamiento que ha hecho de nosotros lo que somos hoy. Cuando tanto de lo que somos ahora ha sucedido fuera de nuestro control, ¿no es una insensatez el pensar que somos libres?

Al llegar a entender el principio kármico, comenzamos a percatarnos de cuán pequeña libertad tenemos realmente. Es nuestra mente, condicionada por antiguas impresiones, la que manda. En consecuencia, nuestra tarea es la de librarnos de esta manera de vivir como esclavos de la mente. Para conseguir esto, debemos empezar por acordarnos de que toda acción y todo pensamiento se graban en nuestra conciencia. Cada uno de ellos permanecerá con nosotros e influirá sobre nosotros hasta que halle plena compensación en algún tiempo futuro. A lo largo de muchas vidas, estas impresiones han construido alrededor de nuestras almas unos muros tan espesos que no podemos oír la vivificante música del Verbo (o Shabad); y es nuestra experiencia consciente del Shabad lo que nos pondrá en contacto con lo que en verdad somos. Mientras no acudamos al espíritu dentro de nosotros, permaneceremos atrapados por la ignorancia. Las imágenes usadas frecuentemente en las escrituras para expresar nuestra desvalida situación, son: cárcel, red, atadura, trampa. En la Biblia leemos:

Al malvado lo atrapan sus malas obras;
  las cuerdas de su pecado lo aprisionan.
Proverbios6

Como no podemos deshacernos de esta carga de “pecado” en una sola vida, la llevamos a través del umbral de la muerte física de una a otra vida. Si no tenemos cuidado, mientras estamos saldando nuestro destino presente crearemos nuevas deudas para vidas futuras. Dadu Sahib, un místico hindú de Rajastán del siglo dieciséis, dice:

¡Temed, oh, temed al Señor!
Aun cuando otorga en abundancia,
  busca una cuenta,
  así que guardaos del mal.
Sean verdaderos todos vuestros tratos,
  creed únicamente en la verdad.
No acariciéis a la falsedad,
  si queréis evitar el veneno.
Dadu Sahib7

Por la misma naturaleza de la creación, nuestra cautividad se perpetúa por sí misma, ya que nosotros mismos estamos constantemente construyendo muros para nuestra prisión. Ignorando sus verdaderas consecuencias, hacemos pocos esfuerzos para controlar nuestros pensamientos y acciones. Y si somos deshonestos, complicamos nuestro problema incurriendo en deudas más pesadas.

Para librarnos de esta trampa, no solo debemos “guardarnos del mal”, sino que también debemos trabajar para cultivar cualidades positivas. Las cualidades positivas nos capacitan para pensar positivamente; esas cualidades fortalecen nuestra mente para actuar de acuerdo con nuestro interés a lo largo plazo, y nos recuerdan que no somos precisamente personalidades separadas, sino parte de esa realidad positiva que es Dios. La meditación es el único procedimiento seguro que tenemos para escapar; pero, en tanto la mente siga tomando sus mensajes únicamente del mundo exterior, estaremos siempre anulando los beneficios de toda práctica espiritual al incurrir en nuevas deudas.

Fortalecer la mente y liberar el alma

Hay dos medidas que podemos tomar para contribuir a que el Verbo de nuestro interior se convierta en la fuerza dominante en nuestras vidas. Cada una depende de la otra para tener éxito. La primera, vivir honestamente, ayuda a prevenir que nuestras deudas aumenten, de modo que podamos dejar de reconstruir nuestra cárcel. La segunda, la meditación, edifica sobre los firmes cimientos de una vida disciplinada, concentra la mente, y la enfoca fuera de la creación material. Nos libera de modo que nuestras facultades espirituales puedan comenzar a funcionar. Una vez que estas diferentes facultades se pongan a punto, experimentaremos al Verbo que reverbera dentro de nosotros, y nuestro contacto con el Verbo (o Shabad) traerá la verdadera libertad y la armonía interna que buscamos.

Estas dos medidas son interdependientes ya que para concentrar la mente se necesita un elevado grado de autodominio y una atmósfera de tranquilidad y paz. Si por medio de la meditación vamos a expandir nuestra conciencia más allá del reino físico, entonces hemos de concentrar toda nuestra atención hacia el reino inmaterial. La mente es una, y a nosotros nos corresponde elegir: puede ser dirigida, bien hacia fuera, a la creación, bien hacia dentro, donde podemos experimentar el espíritu.

¿Cuántas veces decimos u oímos decir a otros: “Me gustaría hacerlo, pero simplemente no tengo la fuerza de voluntad?”. ¿Quiénes son esos dos ‘yoes’ que se contradicen? ¡Deseamos hacer algo, pero no podemos hacer lo que deseamos! El yo ansioso es la mente impulsada por su constante hambre de satisfacciones, que toma el control y nos dirige adonde quiere. Somos criaturas de hábitos, y nuestra mente, acosada por los sentidos, tiene el hábito de correr en la dirección más fácil. Fuera, en la creación, y buscando placeres, quedamos presos de nuestras obsesiones. Puesto que el mundo material está cambiando permanentemente, de igual modo también nuestra mente no cesa de cambiar su foco de atención, y nos encontramos divididos, inquietos y fuera de control.

Para ir adonde queremos ir, hemos de transformar la mente. Hemos de crear nuevos hábitos que marginen al yo que nos conduce al mundo exterior. Esforzándonos por vivir honestamente, desarrollamos cualidades que robustecen nuestra fuerza de voluntad y nuestra capacidad para hacer frente a nuestras debilidades. Desarrollamos las cualidades positivas del contento, la compasión, la pureza, el desapego y la humildad, y estas, a su vez, apoyan más nuestros esfuerzos para elegir la vida interior.

Recordando que habremos de responder por todo lo que hagamos, nos ayudaremos a fortalecer el yo espiritual. Si obramos mal pensando que podremos librarnos de sus consecuencias, estamos apoyando al yo ansioso. Entonces por mucho que intentemos meditar, no lograremos nuestro objetivo. Si nos proponemos hacer realidad el Verbo (el Shabad) sin frenar nuestras tendencias negativas, estamos intentando conseguir lo imposible: movernos al mismo tiempo en dos direcciones opuestas:

Nadie puede servir a dos señores:
Pues aborrecerá a uno
  y amará al otro;
O bien se entregará a uno
  y despreciará al otro.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Evangelio de Mateo8

Debemos ser claros acerca de nuestras prioridades. Por los santos y maestros espirituales sabemos que solo cuando oigamos el Verbo dentro de nosotros serán liquidadas las impresiones de las acciones que se hallen más allá de nuestro destino presente. Únicamente por medio del Verbo puede ser cancelada nuestra cuenta con la vida. Si tenemos claro que nuestra meta es la realización espiritual, entonces lo primero que debemos hacer es apoyar a nuestro ser espiritual.

Ignorancia: la prisión de nuestra alma

En tanto nuestros sentidos dominen nuestra manera de pensar, seguiremos ignorando cuál es el verdadero orden de la creación. Mientras no estemos en contacto consciente con el Verbo, estaremos limitados por nuestra mentalidad física, y nuestro entendimiento seguirá distorsionado. Como dijo Jesús:

¡Oh vosotros, hombres de poca fe!
Buscad primero el reino de Dios y su justicia,
  y todas esas cosas se os darán por añadidura.
Evangelio de Mateo9

Careciendo de ciencia espiritual, nos identificamos con lo físico, y damos prioridad a objetivos materiales, tangibles. Si tuviésemos auténtica fe en lo que decimos (que nuestra realidad es eterna, y que en esta vida estamos simplemente pasando por nuestro destino), nos someteríamos a la voluntad divina. Pero nuestra fe es frágil y nuestros conocimientos son incompletos, porque aún no estamos en contacto con lo que en verdad somos. En las escrituras budistas se dice:

El necio está inquieto pensando:
  “Estos hijos me pertenecen”,
  “esta riqueza me pertenece”.
Cuando él mismo no se pertenece a sí mismo,
  ¿cómo, entonces, pueden ser suyos sus hijos?
¿Cómo puede ser suya la riqueza?
Dhammapada10

Nosotros no nos ‘pertenecemos’ a nosotros mismos porque aún no hemos tenido experiencia de lo que en verdad somos. Momento a momento luchamos por modelar nuestro destino sobre la base de caprichos intelectuales o sensuales. Nuestros puntos de referencia son nuestro contexto social, religioso y cultural, y la mentalidad de nuestro tiempo. Para complicar aún más las cosas, no reconocemos límites para nuestras acciones, impulsados como estamos por los prejuicios y pasiones que surgen de nuestro condicionamiento. Nos olvidamos de que nuestro destino para esta vida ya está fijado, por lo que debemos saldar una parte específica de nuestra cuenta. Nos olvidamos de que, como está escrito en la Biblia, nuestros mismos cabellos, nuestras mismas respiraciones, están contados.11 Esta ignorancia puede luego conducirnos a la desdichada situación descrita por Baba Jaimal Singh en una de sus cartas al Maestro Sawan Singh:

La persona que, en lugar de sus propias ganancias lícitas, cree mejor vivir fraudulentamente del trabajo honrado de otros, no ha comprendido que lo dado por Dios está expresamente destinado a sus necesidades... A medida que va adquiriendo nombre y fama, el hombre va usando crecientemente fuerza o fraude para usurpar los derechos de aquellos menores o más bajos que él, mientras acumula su propia riqueza, o la gasta inútilmente, o realiza otras obras malas. Tal persona tiene que pagar posteriormente a aquellos de quienes ha tomado; y lo paga tomando nacimiento repetidamente: convirtiéndose en animal (vaca, burro, etc.), una y otra vez. Así pues, entiende, hijo mío, que aparte de tus ganancias lícitas, nunca has de usar lo que pertenezca a otros. Este es el primer peldaño de la escalera espiritual. Incluso si uno es rey de todo el mundo, aun así uno ha de comer únicamente del legítimo fruto de su propio trabajo.
Baba Jaimal Singh12

Podríamos reflexionar acerca de que entre todas las criaturas, únicamente los seres humanos toman de la vida lo que no necesitan. Todas las demás criaturas funcionan por instinto, y solo toman lo que necesitan para mantener su existencia. Únicamente los seres humanos (usando para fines equivocados la singular facultad para distinguir entre el bien y el mal), experimentan pasiones que no conocen límites. ¡Cuán pocos de nosotros estamos contentos con lo que necesitamos en la vida, antes que con lo que deseamos! Dos guías espirituales (uno hablando en el contexto del cristianismo griego de hace más de cinco siglos, y el otro hablando desde la India actual), aconsejan al discípulo en términos casi idénticos:

Debemos pues, mantenernos dentro de los límites impuestos por nuestras necesidades básicas, y hacer todo lo que podamos para no rebasarlos. Porque una vez que en nuestro deseo de los placeres de esta vida, nos dejamos llevar un poco más allá de estos límites, ya no hay ningún criterio para frenar el movimiento hacia adelante, pues no se pueden establecer límites a lo que excede de lo necesario.
Filocalia13
Siempre se ha de vivir dentro de los medios de uno. Procura reajustar tu presupuesto y reducir tus necesidades. No puede haber fin para los deseos de una persona. Se pueden incrementar los deseos de uno tanto como se quiera, y uno puede también reducirlos al mínimo. La persona más rica es la que no tiene ningún deseo.
Maestro Charan Singh14

Fácilmente embaucados por lo superficial de la vida, quedamos superimplicados y presos por nuestras acciones, mientras permanecemos ciegos a sus inevitables efectos. Influenciados por otros y por la centelleante apariencia de lo que vemos, nos ponemos a codiciar lo que posee el prójimo. El místico del siglo doce, Sheikh Farid, nos previene contra la codicia. En efecto, es en nuestro verdadero interés guardarnos de querer algo que pertenezca a los demás. Nuestro interés está en cultivar la virtud opuesta, ‘la del contento’, de manera que no caigamos en la tentación de ambicionar y conseguir lo que no es nuestro.

Gozad de vuestra comida seca y sencilla ...
  No os dejéis seducir por el pan del otro.
Sheikh Farid15

Y Guru Arjan, el quinto Guru sij, nos aconseja:

Y pones tu mano en cosas que pertenecen a otro,
  pero dentro el Señor sabe y oye todo.
Perdido en la codicia de cosas mundanas,
  caes en el abismo del infierno,
  ignorante de lo que está preparado
  para ti en el más allá.
Guru Arjan Dev16

Solo con que viésemos las consecuencias a largo plazo de nuestros deseos cuando estamos a punto de satisfacerlos, casi con toda seguridad cambiaríamos de propósito. Pero esto, al parecer, forma parte del juego de la creación: que no tengamos ningún medio de ver cómo ambas, la mente y el alma, tendrán que volver repetidamente a la creación, al “abismo del infierno”, para cosechar el fruto de las semillas que ahora estamos sembrando. Incluso dentro de la duración de nuestra vida, ¡cuántas veces no somos testigos de cómo las actividades mundanas y la búsqueda del éxito aprisionan a la gente con las cadenas de sus propios sueños! Debido a nuestra ignorancia, los santos nos aconsejan que vigilemos nuestros deseos y ambiciones e intentemos prever adónde nos pueden conducir. En este contexto, tenemos los prudentes consejos del moralista Baltasar Gracián, que dice en el siglo diecisiete:

Los hombres movidos por la ambición, con frecuencia triunfan exteriormente pero fracasan interiormente. Sus medios externos se multiplican a costa de su energía espiritual. No obstante, siguen ciegamente hacia delante con escasa consideración de que un feliz ocio vale más que trabajar con ambición, pues no nos pertenece nada excepto el tiempo. La preciosa existencia es despilfarrada en estúpidos trabajos penosos. El exceso de trabajo es la madre de la avaricia y el sustituto del aburrimiento. Una vez atrapados, el escape viene solo con el lento colapso de las funciones corporales. ¡Así que no te dejes aplastar bajo el peso del éxito, y no te dejes oprimir por la envidia! Obrar así es pisotear la vida y sofocar el espíritu. Goza un poco más y esfuérzate un poco menos.
Baltasar Gracián17

Debido a que nuestro entendimiento es limitado, dejamos que la avaricia, la ambición o la inseguridad determinen nuestras acciones diarias. Si hemos de rectificar los efectos negativos de nuestra ignorancia, por lo menos asegurémonos de que nuestras acciones de hoy reflejan nuestros objetivos a largo plazo. Para recoger una cosecha dulce, tenemos que sembrar ahora las semillas de frutos dulces, no amargos.

Nuestros pensamientos y obras: los muros de la prisión

Si miramos más profundamente el funcionamiento de la ley del karma, comenzamos a ver que una razón por la cual persistimos en hacer lo que hacemos, es porque no experimentamos inmediatamente las repercusiones de nuestras obras. Se debe precisamente a nuestra ignorancia que terminemos en esa trampa. Si pudiésemos ver los resultados de nuestros pensamientos y obras, ¿les permitiríamos alguna vez que nos llevasen al sufrimiento? Si ponemos la mano en el fuego, inmediatamente experimentamos dolor, por lo que no repetimos la acción. ¡Pero imaginemos por un momento lo que sucedería si no funcionasen nuestros nervios! Podríamos dejar nuestra mano en el fuego; incluso podríamos seguir haciéndolo hasta que nuestra mano se consumiera. Esto sucede en el plano físico, pero es lo mismo en el nivel espiritual. Nuestros nervios espirituales se han anestesiado hasta el extremo de que no comprendemos adónde nos llevan nuestros pensamientos y obras. Nos olvidamos de que aun cuando las ruedas de la ley muelan lentamente, muelen extremadamente fino. En las escrituras budistas leemos:

Mientras una mala obra no produzca fruto,
  el necio piensa que es semejante a la miel;
Pero cuando produce fruto, entonces el necio se aflige.
Una mala obra, como la leche recientemente
  ordeñada, no se agria;
Pero, encendida como fuego cubierto con ceniza,
  sigue al necio.
Dhammapada18

Se cuenta una anécdota de la India de Dhritarashtra, un sabio rey que era ciego de nacimiento. Fue bendecido con poderes espirituales, y mediante estos pudo ver sus vidas pasadas. Cierto día, le preguntó al Señor Krishna la razón de su ceguera, explicándole que había mirado retrospectivamente un centenar de vidas y no había visto ninguna acción que pudiese justificar este cruel destino. El Señor Krishna le indujo a que siguiera mirando más allá del centenar de vidas, y entonces se vio como un jovencito atormentando a una pequeña criatura con espinas que le clavaba en los ojos.

Como la fruta, todas nuestras acciones tienen su propio tiempo de maduración. Debido a nuestra limitada visión, nos resulta fácil excusar o ignorar las cosas que hacemos. Es particularmente fácil desentenderse de las pequeñas faltas de honradez, considerando que no tienen ninguna importancia. Pero los místicos nos dicen que ninguna acción es insignificante, por pequeña que sea. En el vasto panorama del tiempo, algún día tal acción será tenida en cuenta. El Maestro Jagat Singh dice:

Habrás de rendir cuentas incluso de un solo grano del campo de tu vecino que inadvertidamente se meta en tu granero.
Maestro Jagat Singh19

Esta ley no se aplica exclusivamente a nivel físico; rige en toda interacción. Sea cual fuere la naturaleza de la interacción (física, financiera, emocional o sexual), se crea un vínculo entre las partes implicadas. Sea cual fuere el dar y tomar de la situación, cualquier desajuste resultante habrá de ser rectificado. He aquí citas del místico del siglo catorce Rumi, y de la Epístola de Santiago en el Nuevo Testamento:

Guárdate de vivir a costa del público,
Para que no te afecte su sangre.
Ten a esta comida por sangre suya,
Ya que es obtenida por la fuerza.
Jalaluddin Rumi20
Mirad; el salario de los obreros que segaron vuestros campos y que no habéis pagado está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.
Epístola de Santiago21

Sean cuales fueren las circunstancias, sea cual fuere la naturaleza de la interacción, al final todo pensamiento y toda obra se vincula a una reacción equivalente para saldar la cuenta.

Solo nosotros hemos de responder de nuestras acciones

De todo lo que pensamos y hacemos somos nosotros, y solo nosotros, los responsables. Nos engañamos a nosotros mismos si pensamos de otra manera, si pensamos que otros (nuestro empresario, los miembros de nuestra familia, o los cercanos a nosotros) participarán de la cosecha que hemos sembrado, ni aun cuando haya sido por amor a ellos.

Se cuenta una historieta de una persona que acudió a un santo pidiendo la iniciación en los secretos de la iluminación espiritual. El místico le preguntó cómo se ganaba la vida.

“Robando”, contestó.
Luego el místico inquirió: “¿Por qué haces eso?”.
El hombre respondió: “Porque no estoy preparado para hacer ninguna otra cosa, y tengo que mantenerme a mí mismo y a mi familia”.
“¿Te ayudarán compartiendo tu castigo si te atrapan?”, dijo el santo.
“Por supuesto”, replicó el hombre. Pero el santo le dijo que fuese a casa a preguntarles.
Así que fue a casa y le preguntó a su familia: “Si el rey me detiene y me castiga, ¿compartiréis mi destino?”.
“De ningún modo”, respondieron todos ellos. “Ese es tu problema. Si eliges mantenernos de esta manera, la culpa es tuya, no nuestra”.

¿No es irónico que sacrifiquemos nuestra integridad con el fin de obtener riqueza o poder para otros, y que ellos, cuando llegue el día de rendir cuentas, no compartan nuestro destino?

Las siguientes palabras de Emerson nos recuerdan una vez más los peligros de nuestra visión parcial. ¡Qué fácil es perder de vista, o simplemente ignorar, nuestra responsabilidad cuando actuamos en nombre de un grupo, una organización, nuestra comunidad o nuestra nación! Puede que nuestra conciencia nos lo ponga incómodo; pero nosotros la esquivamos, transfiriendo la responsabilidad a otros o al impersonal y amorfo “grupo”. O bien no nos preocupamos por escuchar lo que nos dice nuestra conciencia, o no reconocemos la verdad.

Los métodos de negocio han llegado a ser tan egoístas que se aproximan al robo, y tan sutiles que semejan... el fraude. Todos participan, todos confiesan, pero nadie se siente responsable... Ese es el vicio, que nadie se siente llamado a obrar como hombre, sino únicamente como fracción de hombre.
Ralph Waldo Emerson22

Esta falta de sentido de responsabilidad, esta falta de aceptación de la responsabilidad personal por todo lo que hacemos, explica entre otras cosas el rápido colapso de la institución matrimonial en las últimas décadas. ¿Hasta dónde permitiremos que nos lleve la presente cultura del egoísmo? Ponemos gran esmero en asegurar nuestros derechos personales, pero, ¿aceptamos nuestras responsabilidades personales? El matrimonio proporciona una estructura en la que puede expresarse una de las más profundas fuerzas de la creación, y nosotros podemos hacer frente a las responsabilidades que de ahí se derivan. Se salvaguarda la unidad familiar de modo que los hijos pueden crecer seguros y dos personas pueden trabajar juntas para atender a las necesidades de todos los implicados. ¿Acaso el estudio del comportamiento humano nos ha mostrado un medio mejor, para desarrollar y transmitir valores positivos, que el contexto de una familia segura y amorosa? El matrimonio es un compromiso para toda la vida realizado entre dos personas, y como tal proporciona una estructura dentro de la cual podemos madurar emocionalmente y comprender mejor nuestras responsabilidades del uno para con el otro, y de ambos para con la familia y la sociedad en la que viven. Al llevarnos más allá de nuestros deseos y necesidades personales, establece un orden en el caos potencial de nuestros deseos emocionales y sexuales. El ser fieles a la pareja, a pesar de todo, y hacer honor a los propios compromisos, va más allá de las meras costumbres sociales. Eso apoya y refuerza las prioridades espirituales personales. Al honrar nuestro compromiso, estamos reconociendo que la verdadera felicidad viene de la realización espiritual, y que perseguir la felicidad a costa de nuestras responsabilidades es un engaño que nos conduce por el camino equivocado.

Vida deshonesta: consolidando los muros de nuestra prisión

Las pasiones humanas son las siervas de Maya, la forma seductora de la existencia material que nos hace creer que ninguna otra cosa es real. Las pasiones de la lujuria y la avaricia crean esta ilusión haciéndonos adictos a los placeres sensuales. Luego, para satisfacer nuestros deseos somos deshonestos con nosotros mismos y con los demás; para justificar nuestras acciones nos engañamos a nosotros mismos, y terminamos identificándonos con el aspecto mas limitado de lo que somos.

El vivir honestamente necesita de autocontrol. Exige que ejerzamos moderación en todos nuestros tratos, que usemos nuestro sentido de lo que está bien o mal (el don del discernimiento que Dios nos ha dado), para modelar nuestras vidas. La honestidad implica ser fieles a nuestra esposa, o si no estamos casados ser fieles a una vida casta. Implica honradez y justicia, franqueza y transparencia, ausencia de engaño, en contraste con la riqueza, el poder y la pasión, los cuales llevan a la opresión, la extorsión, el engaño y el sufrimiento.

Sea por codicia de dinero o de poder, o sea por los placeres de los sentidos y la lujuria, son ilimitadas las rutas que toman las pasiones. La Nube del No-Saber, escrita en la Edad Media por un autor inglés anónimo como guía práctica para el buscador espiritual, habla de lo que puede suceder si damos rienda suelta a los sentidos:

La sensualidad... es la misma facultad que se quejará cuando al cuerpo le falten las exigencias esenciales y, sin embargo, cuando esté satisfecha la necesidad, se moverá para tomarse más de lo requerido..., y a menos que domine tanto sus fuertes deseos de obtener sus placeres acostumbrados, como su ansioso gozo cuando han pasado los disgustos edificantes, se revolcará, como algún cerdo en el cenagal, tan vil y frenéticamente en todos los bienes del mundo... que su vida entera será animal y física más que humana y espiritual.
La Nube del No-Saber23

Por no entender sus consecuencias, dejamos que nuestras pasiones nos lleven a los niveles más bajos de la creación. Necesitamos recordar que si, dejando a nuestros sentidos conducir nuestra voluntad, nos comportamos más como animales que como personas, podemos muy bien nacer como animales en el futuro para que podamos saldar la cuenta de hoy.

Guru Arjan habla de cómo la avaricia puede ser tan fuerte que nos hace poner en peligro las relaciones que tenemos con aquellos a quienes más amamos:

¡Oh avaricia!, has envuelto en tus mareas
  incluso a las mejores personas:
Sus mentes divagan, vacilan y rondan en todas direcciones.
No tienes consideración con amigos ni con dioses,
  ni con padre, madre, ni otras relaciones ...
Para huir de su influencia,
  busco auxilio en esta plegaria:
¡Oh Señor, ven en mi ayuda!
Sálvame, omnipotente Padre.
Guru Arjan Dev24

Cuántas veces las familias son desgarradas, las amistades rotas, y los principios humanos básicos quebrantados por poseer lo que no es nuestro. No quiera Dios que nos engañemos a nosotros mismos de tal modo que a la hora de nuestra muerte veamos que hemos desperdiciado el tiempo:

Renunciando al temor de Dios, estamos privados de freno.
No entronizamos al Señor, que está siempre con nosotros,
  pero levantamos ejércitos para reunir botín.
Sin embargo, con nuestra muerte todo vuelve al polvo.
Guru Aarjan Dev25

El ejemplo del implacable conquistador, propuesto por Guru Arjan (adecuado para aquellos días de estados en guerra y pequeños reinos), podría ser hoy sustituido con la imagen de los regímenes totalitarios y expansivos de los tiempos modernos y de los codiciosos empresarios y compañías del mundo de los negocios. Con mucha frecuencia, la consecución de beneficios y poder tiene lugar a expensas del hombre común. Sea a grande o a pequeña escala, las cuestiones son las mismas: ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Somos honrados en nuestros tratos con todos?

Las escrituras de todas las religiones importantes contienen vivas condenas contra la deshonestidad. En el Corán se dice:

Siempre que peses, hazlo bien y usa una balanza exacta.
No robes dinero a otros y no des sobornos.
Corán26

En la Biblia leemos:

No robarás.
No codiciaras... nada que sea de tu prójimo.
Éxodo27

Y en las escrituras budistas se dice:

Lo mismo que un mercader sin guardias y
  transportando mucha riqueza,
  elude un camino peligroso;
  lo mismo que un hombre que ama su vida
  evita el veneno,
  así también debe el hombre prudente
  evitar las malas acciones.
Dhammapada28

El Maestro Sawan Singh habla de las serias repercusiones de la deshonestidad para una persona que desea seguir el sendero de la espiritualidad:

Aun cuando no pase mucho tiempo en la meditación, el discípulo debe desde luego abstenerse de la inmoralidad, porque la deficiencia en la meditación puede ser compensada por la gracia del Maestro, pero la estafa, el fraude, la traición y el engaño minan los mismos cimientos de la espiritualidad. Para liquidar tales cuentas hay que volver a tomar nacimiento.
Maestro Sawan Singh29

Incluso cuando hayamos aceptado intelectualmente la verdad de esta ley, puede que, por seguir complaciéndonos, no cambiemos nuestras acciones: que prefiramos ignorar simplemente sus implicaciones. Hemos de acordarnos que la mente indisciplinada, cuando está expuesta con regularidad a cualquier cosa, rápidamente pierde su sensibilidad natural y se vuelve tosca en sus respuestas. Este es un hecho con el cual estamos muy familiarizados, ya que la tecnología nos expone a toda clase de indeseadas influencias dentro de nuestra misma casa. ¡Cuántos de nosotros nos sentamos para ver en la televisión las más terribles imágenes sin reaccionar! Lo mismo que la familiaridad insensibiliza, así también si no nos apartamos de las influencias negativas, la familiaridad puede producir complacencia moral, de modo que nuestro natural instinto moral de autoconservacion (nuestra conciencia) se vuelva insensible.

Material o espiritual: una cuestión de prioridades

Puesto que es una tendencia natural de todos los seres humanos esforzarse por conseguir la felicidad y mejorar la situación en la vida, el éxito de nuestro viaje espiritual depende de qué es más importante para nosotros: nuestros objetivos espirituales o nuestros objetivos materiales. El Maestro Jagat Singh nos exhorta a que pongamos lo mejor de nosotros en todo lo que hagamos, pero sin quedar apegados a los resultados:

Haz, por tu parte, todos los esfuerzos necesarios para mejorar tus circunstancias; pero deja el resultado de tus esfuerzos a la voluntad del Satguru. Este no desconoce tus problemas.
Maestro Jagat Singh30

El peligro consiste en hacer de los objetivos materiales nuestra prioridad. Entonces estamos equiparando riqueza con felicidad, e inmediatamente nos exponemos a comprometer aquellos mismos principios establecidos para protegernos. Como dicen las escrituras budistas:

Las riquezas pierden al necio,
  no a aquellos que buscan más allá de la otra orilla.
Por su ansia de riquezas,
  la persona necia se pierde a sí misma
  igual que pierde a otros.
Dhammapada31

El hecho es que en este mundo implacable y consumista, la mayor parte de nosotros estamos expuestos a tener que afrontar tentaciones que nos inducen a quebrantar nuestros principios. Una vez que demos nuestra prioridad a alguna cosa del mundo exterior, podemos ser fácilmente tentados a ignorar nuestros escrúpulos. Una vez que hayamos disfrutado en cierto grado de “la buena vida” (la vida del desenfreno sensual), puede que nos apeguemos a ella y no estemos dispuestos a dejarla pasar. El emperador romano del siglo segundo Marco Aurelio nos enseña la manera de proceder en las comodidades materiales, recordando al mismo tiempo nuestra conexión divina con nuestra herencia espiritual.

Recibe la riqueza o prosperidad sin arrogancia, y muéstrate dispuesto a dejarla ir alegremente. Si en alguna ocasión ves seccionada una mano, o un pie, o una cabeza yaciendo en cualquier sitio separada del resto del cuerpo, entenderás que esto es lo que hace consigo mismo el hombre que no está contento con lo que sucede, o se aparta de otros, o hace algo insociable... Pero considera la benevolencia por la cual Dios ha distinguido al hombre, ya que ha puesto en su poder el no ser apartado en absoluto de lo universal; y cuando ha sido apartado, le ha permitido retornar para unirse y reasumir su lugar como una parte.
Marco Aurelio32

Cuanto más preocupados estemos por el mundo material, tanto más perderemos nuestra perspectiva espiritual. Por esta razón los santos nos previenen de que el mundo es un lugar muy peligroso. Desde su punto de vista, caminamos a lo largo del borde de un precipicio y si dejamos que divague nuestra atención, podemos morir despeñados. Por esa razón es tan importante nuestra práctica diaria de la meditación, como lo son también el satsang regular y la lectura de escritos espirituales. Frágiles seres humanos que somos, nos resulta demasiado fácil dejarnos seducir por lo superficial de la vida y mirar al mundo material en busca de bienestar y seguridad. Entonces, como indicó Jesús:

¡Qué difícil es que los que tienen riquezas
  entren en el Reino de Dios!
Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja,
  que el que un rico entre en el Reino de Dios.
Evangelio de Marcos33

Una de las medidas prácticas que podemos tomar para ayudarnos es la de frecuentar alguna compañía que nos apoye. Puesto que somos influenciados de manera natural por las personas con las que pasamos el tiempo, debemos evitar las malas compañías. En cada uno de los discursos que pronunciaba, el Maestro Charan Singh hablaba del poder de la asociación:

Siempre estamos influenciados por la compañía que frecuentamos. Si comenzamos a mezclarnos con malhechores, con gente mala, empezaremos a pensar según sus principios. Si nos mezclamos con personas buenas, con gente noble, con devotos, comenzaremos a pensar a su manera.
Maestro Charan Singh34

También Sarmad, un místico judío que vivió en la India en el siglo diecisiete, nos previene contra la mala compañía:

En este mundo de avaricia y envidia ...
  no tengas miedo de serpientes y escorpiones.
Manténte apartado de la gente codiciosa,
  pues muerden como serpientes y arañan como espinas.
Sarmad Shaheed35

Hemos de recordar que tan pronto como perdamos de vista nuestra meta espiritual, por muy divertidas y afortunadas que sean nuestras vidas según los criterios del mundo, estaremos expuestos a perdernos en la bruma de nuestra propia lógica. El siguiente paso en este camino es la hipocresía.

Hipocresía: el deshonroso compañero de la avaricia

La hipocresía es otra forma de deshonestidad: ser falso en la manera de proyectarnos ante el mundo, diciendo una cosa y haciendo otra. No basta con tener buenas intenciones y pronunciar sublimes palabras sobre los valores espirituales y los principios morales. Los detalles de nuestras vidas diarias (tanto en casa como en el trabajo) han de reflejar nuestros ideales. Esta es una advertencia de finales del siglo dieciocho, hecha por Tomas Paine:

Es imposible calcular el daño moral... que la mentira mental ha producido en la sociedad. Cuando un hombre ha corrompido y prostituido la castidad de su mente hasta el punto de someter su creencia profesional a cosas en las que no cree, está dispuesto a cometer cualquier otro delito.
Tomás Paine36

A veces, por diversas razones, en nuestra profesión estamos dispuestos a realizar cosas que nunca haríamos en nuestra vida privada. Es como si al entrar en la oficina colgásemos nuestra conciencia junto con nuestro abrigo. Hacemos concesiones por dinero, por miedo a perder nuestro empleo, o a veces porque pensamos sinceramente que nuestras acciones cumplen con alguna otra responsabilidad. Lo que Tomás Paine quiere decirnos es que si nos permitimos practicar dos series de valores, ¿quién va a fijar los límites de hasta dónde podemos llegar?

Incluso en relación a nuestro esfuerzo espiritual, es necesario que seamos conscientes de los peligros de la hipocresía. A muchos de nosotros nos gustaría parecer virtuosos y espirituales a los ojos de los demás. Adoptamos los adornos externos de la espiritualidad, aparentando ser rectos y devotos, y con todo en nuestras actividades diarias somos negativos y egoístas. Puede que deseemos sinceramente experimentar el espíritu, pero no estamos dispuestos a cambiar nuestra manera de proceder. No estamos preparados para hacer los sacrificios requeridos.

La hipocresía es uno de los prismas a través de los que distorsionamos las enseñanzas de los santos. Como no estamos dispuestos a amoldarnos a las enseñanzas, las ajustamos para que se acomoden a nosotros, para que concuerden con lo que nosotros deseamos. Esto conduce a la división y confusión dentro de nosotros mismos. Intentamos obrar en un sentido, pero en realidad estamos motivados en otro, y acabamos simplemente montando un espectáculo de espiritualidad.

Bulleh Shah, el enérgico poeta sufí panjabi, cuestiona el comportamiento hipócrita de la gente que pide piadosamente perdón a Dios mientras continúa engañando al prójimo y obrando inmoralmente:

Repetidamente lees: “Perdóname, oh Señor”,
  ¿qué arrepentimiento es este, oh amigo?
Das una medida y te tomas una y un cuarto;
  has apostado para obtener un beneficio ilícito.
¿Cuándo el Islam te dio tal enseñanza?
¡Tales son tus obras! ¿Qué arrepentimiento es este?
Vas a lugares adonde no debieras ir.
Disfrutas de cosas que pertenecen a otros.
Tu falsedad jura por los libros sagrados.
¡Tal es tu fe! ¿Qué arrepentimiento es este?
Saa´in Bulleh Shah37

Llevada al extremo, la hipocresía puede conducir a que una persona se ponga ante otras como líder espiritual, declarando que les conduce a la verdad:

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!
Que purificáis por fuera la copa y el plato,
  mientras por dentro están llenos de robo e injusticia.
¡Fariseo ciego, limpia primero por dentro la copa,
  para que también por fuera quede limpia! ...
Así también vosotros aparecéis justos ante los
  hombres, pero por dentro estáis llenos de
  hipocresía y de iniquidad.
Evangelio de Mateo38
El erudito está orgulloso de su conocimiento,
  al hafiz le sienta bien la autopromoción.
Con los libros bajo el brazo
  van por todos sitios vendiendo su honor.
Allí donde encuentran una casa que promete,
  leen las escrituras en compases altos y apasionados
  para obtener una ganancia provechosa.
¡Oh Bahu! Han puesto el Nombre de Dios a la venta
  solo para ganarse la vida.
En este mundo viven en la bancarrota espiritual;
  desprovistos de todo honor, se dirigen hacia el más allá.
Hazrat Sultan Bahu39

Hay hipocresía cuando la gente ‘vende’ la espiritualidad. Hacer que una persona pague por guía espiritual es una contradicción en sí misma. El espíritu es la energía vital abundante y gratuita que está presente dentro de cada uno de los seres vivos. Basta con que a cada persona se le despierte a esa energía dentro de ella misma. Los verdaderos maestros espirituales imparten su sabiduría y comparten su experiencia con sus compañeros humanos por amor y compasión, nunca por dinero. Nunca lo hacen para mantenerse. Kabir Sahib y Guru Nanak Dev hablan aquí de la hipocresía de quienes convierten la espiritualidad en un negocio, cobran por la iniciación que dan, y satisfacen su avaricia y deseo de poder y fama en nombre del espíritu:

Sin un maestro perfecto,
  no se puede llegar a ser un verdadero discípulo.
Cuando el maestro es codicioso y el discípulo
  avaricioso, nada sino, avaricia se multiplica.
Baratos son tales maestros,
  a dos monedas la docena.
Vendiendo el Nombre de Dios,
  esperan aumentar sus fieles.
Kabir Sahib40
¡Malditos los que venden el Nombre de Dios!
Así como los que arruinan sus cosechas
  se quedan sin nada,
  con la falsedad nadie obtiene verdadera gloria.
Guru Nanak41

Los místicos previenen contra esos llamados líderes espirituales. Al tomar apoyo material de sus seguidores, no consiguen sino aumentar sus propias deudas kármicas. Como dice Paltu Sahib, los verdaderos maestros espirituales nunca toman nada de sus discípulos:

Nunca un santo busca limosnas,
  nunca extiende la mano ante otros:
El cisne no se inclina para coger marisco,
  al león le resulta despreciable el comer hierba.
Paltu Sahib42

Guru Nanak describe así el único procedimiento eficaz para distinguir a los maestros verdaderos de los falsos:

Si un santo o vidente va pidiendo,
  no te inclines a sus pies.
El que se gana la vida
  y da parte de ello en limosna,
  ese, y solo ese, conoce el camino.
Guru Nanak43
Una Mente Perturbada: Somos los Carceleros de Nuestra Propia Prisión

Nuestras dificultades no estriban tanto en las cosas del mundo como en nuestra actitud frente a la vida. Cuando nuestros deseos y obras nos distraen y perturban nuestro equilibrio, es como si estuviéramos haciendo guardia en la puerta de nuestra propia cárcel. Las escrituras budistas señalan la gravedad del daño que nos hacemos a nosotros mismos cuando nuestra mente está mal dirigida:

Todo lo que un enemigo puede hacer a un enemigo,
  todo lo que un iracundo puede hacer a un iracundo,
  esto y aun más nos puede hacer una mente mal dirigida.
Dhammapada44

Las pasiones dispersan la mente y malgastan nuestra energía positiva, haciéndonos imposible el concentrarnos. Lo mismo que el agua no refleja nada cuando está turbia y agitada, tampoco una mente agitada, preocupada e inquieta, podrá nunca oír el Shabad. Mientras la mente se halle agitada con deseos y obras, permanecerá distraída y nosotros no podremos enfocar nuestra atención. Y mientras nuestra atención no quede concentrada en un punto, no podremos entrar en los sutiles reinos espirituales.

La mente y el alma están anudadas juntas, y solo cuando la mente se halla limpia de impresiones kármicas puede el alma quedar libre de su asociación. Lo mismo que en el océano las corrientes pueden gradualmente desviar a un buque de su ruta, así también las perturbaciones de la mente pueden interferir en el retorno del alma a su casa espiritual.

Al contar la parábola del sembrador, Jesús explica este mismo punto. Relata cómo un agricultor va a su campo a sembrar semillas. Pero alguna cae al borde del camino, alguna en terreno pedregoso, alguna entre abrojos y malas hierbas y alguna en tierra fértil. Luego continúa:

El sentido de la parábola es este:
La semilla es la Palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que la escuchan;
  pero luego viene el diablo,
  y se lleva de su corazón la Palabra,
  no sea que crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los
  que al oír la Palabra, la reciben con alegría;
  pero no tienen raíz, creen por algún tiempo,
  pero a la hora de la prueba abandonan.
Lo que cayó entre abrojos son los
  que han escuchado, siguen,
  pero las preocupaciones, las riquezas y los
  placeres de la vida les van ahogando
  y nunca llegan a dar fruto maduro.
Solo lo que cae en buena tierra son los
  que con un corazón bueno y recto,
  habiendo oído la Palabra, la conservan,
  y dan fruto con perseverancia.
Evangelio de Lucas45

En esta parábola, Jesús dice que aun cuando el poder dinámico de Dios (el Verbo o la Palabra), haya germinado en nuestros corazones, mientras los corazones permanezcan sofocados por las inquietudes, el Verbo no puede florecer y dar fruto. Algunas personas se olvidan rápidamente de su realidad después de haberle sido revelada; en otras, su fe es demasiado superficial para resistir en tiempo de prueba; y las que se interesan por la riqueza y las comodidades materiales inhiben su propio progreso, debido a que están preocupadas con deseos mundanos.

En estos tiempos de consumismo y publicidad de masas, es rara la persona que permanece contenta con su suerte. Hoy en día, en todas las esferas de la vida somos bombardeados con sugerencias para mejorar la calidad de nuestras vidas teniendo más adquisiciones. Eso es un juego peligroso. Nuestros bienes y actividades en el mundo tienden a complicarnos la vida y tomar posesión de ella. Ya estamos “poseídos” por las impresiones de nuestras acciones anteriores. Las nuevas obsesiones complican aún más nuestras vidas. Y como sabemos por experiencia y un poco de introspección, nuestros deseos no terminan nunca: si satisfacemos uno, un millar más ocupan su sitio. A veces se dice que la riqueza de todo el mundo no puede satisfacer los deseos de una persona descontenta y avariciosa.

Cuando nos entregamos a la avaricia (ya sea en forma de propiedades, bienes, dinero o cualquier otra cosa), no podemos reprimir el deseo. No se extingue un fuego echándole combustible. Kabir Sahib dice:

No puedes apagar el fuego de la avaricia alimentándolo;
  día tras día no hará más que aumentar.
Kabir Sahib46

Y también en las escrituras budistas leemos:

Los hombres impulsados por los deseos corren
  de un lado para otro como liebres perseguidas.
Atados fuertemente con grilletes,
  sufren por largo tiempo, una y otra vez.
Dhammapada47
Los antojos del insensato crecen como trepadoras.
Como un mono que busca fruto en la floresta,
  va saltando de aquí para allá.
Dhammapada48

En la tradición sij, una de las oraciones rezadas con mayor frecuencia observa:

El ansia de uno no queda satisfecha
  ni con todos los placeres de los tres mundos.
Guru Nanak49

Los “tres mundos” es una manera de referirse a las numerosas dimensiones de conciencia que existen por debajo de los reinos totalmente espirituales. Nuestros apegos son tan tenaces que la insatisfacción (esa perturbación de la mente ocasionada por la constante reactivación del deseo), continúa persiguiéndonos permanentemente incluso en los niveles más sutiles. Y seguirá persiguiéndonos hasta que nos veamos absolutamente libres de los últimos vestigios de la mente, y pasemos al “cuarto mundo” (la dimensión de espíritu puro).

Las extremas sutilezas de la ley

La ley de karma es inexorable y sutil por encima de nuestra imaginación. Por ejemplo, aunque solo seamos partícipes de las acciones inmorales de otra persona, también nosotros somos culpables como cómplices del sufrimiento causado.

Hay una anécdota que pone de manifiesto las sutilezas de la ley. Un devoto se alojó durante la noche en la cabaña de una anciana pobre. Como esta no tenía comida extra para alimentarle a la mañana siguiente, se sentó y pasó toda la noche hilando algodón, luego vendió el hilo en el mercado y compró comida para él. Pero cuando el devoto se puso a meditar, se encontró con que no podía elevar su atención. Sabiendo que la anciana había comprado la comida con sus propios ingresos (habiendo trabajado toda la noche), notó que en la casa no había ninguna lámpara de aceite ni ninguna otra fuente de luz. En consecuencia, le preguntó cómo era que había trabajado a oscuras. “Ya ve”, dijo ella, “enfrente vive una prostituta. En su casa hay una lámpara encendida toda la noche, así que me senté fuera y usé su luz”.

Tales relatos nos ponen de manifiesto un ideal de honradez que parecería totalmente imposible de mantener en el mundo complejo y de rápidos cambios de hoy. Si el aprovechar la luz de una persona ocupada en un trabajo inmoral o deshonesto pudiera afectar a la comida y perjudicar a nuestras oportunidades de mejorarnos, ¿cómo podremos prevenirnos contra errores de naturaleza tan sutil? La industria moderna de la alimentación nos enfrenta a ese tipo de dilema. La introducción de genes animales en vegetales y de pequeñas cantidades de derivados animales en productos alimenticios vegetarianos, no son más que dos de la multitud de situaciones que hemos de afrontar. Nos hemos preguntando: ¿cómo podemos alcanzar nuestro objetivo de la realización espiritual en tales circunstancias? Si hemos de ser tan esmerados en nuestro juicio acerca de lo bueno y lo malo, ¿cómo vamos a sobrevivir?

Una vez más, es cuestión de cultivar la actitud correcta. Es imposible vivir en el mundo sin hacer algún mal. El mismo mundo gira en la dualidad, en la interacción de lo positivo y lo negativo, de las acciones buenas y las acciones malas. Tenemos que entender los principios en los que se basa nuestra orientación espiritual, y luego hacerlo lo mejor posible. A cada uno de nosotros le corresponde, de acuerdo a nuestras circunstancias particulares, decidir a nivel práctico dónde trazar la línea divisoria. Tenemos que cuidarnos de no ser fanáticos y de no preocuparnos tanto por los detalles que perdamos de vista las grandes cuestiones.

Debido a que las responsabilidades kármicas son tan sutiles y de tan larga duración, es importante que entendamos su manera de funcionar. Conociendo los principios y estando bien informados acerca de los problemas, tendremos la oportunidad de elegir para evitar sus efectos negativos. Sin embargo, primero hemos de ocuparnos de los asuntos importantes, pues siendo escrupulosos en lo pequeño y débiles en lo grande nos mantendremos alejados de nuestra meta.

Perdiendo una rara y preciosa oportunidad

Si navegamos hacia un determinado punto de destino y alteramos nuestra ruta en solo uno o dos grados, con el paso del tiempo y la distancia iremos muy lejos de nuestro objetivo. Esta es la tragedia humana: que perdemos así despreocupadamente la única oportunidad que ahora tenemos de realizar a Dios. Lo que nos pudiera parecer únicamente una pequeña desviación del ideal, pudiera costarnos, con el tiempo, la oportunidad de una vida. Nuestros apegos, emociones y pasiones nos ciegan respecto a nuestra herencia, el tesoro real que hay dentro de nosotros. Cuando no conseguimos reconocer lo que podemos ser, perdemos el derecho a un nivel inimaginable de felicidad. Por lo demás, este es el pregón de todos los que han experimentado el espíritu: gritan a sus compañeros humanos que despierten a lo que es la vida, que aprovechen el momento presente de modo que no se deslicen de nuevo al largo y penoso ciclo de nacimiento y muerte:

Nacido una y otra vez, mueres para nacer de nuevo.
Así, en un infinito viaje,
  sufres incesantemente de penas y dolores.
¡No has realizado al Dios Creador
  y por esto sufres, pobre alma ciega!
Guru Arjan Dev50

El místico musulmán Bulleh Shah habla de esto como de perder en el juego esta preciosa oportunidad apostando nuestras vidas en bienes mundanos:

No entiendes los derechos de otros;
Cargado con un peso de riqueza mal adquirida,
  tendrás que volver a la creación.
Privado de una inapreciable oportunidad,
  en el casino del mundo,
  vas a perder una mano ganadora.
Saa´in Bulleh Shah51

Los santos nos recuerdan que la forma humana es la única en la cual el alma puede conocerse a sí misma. Es la única forma en la que podemos hacernos conscientes de lo que somos. Es el peldaño superior de la alta escalera de la creación, y si no lo alcanzamos, nuestra alma volverá a caer en el gran ciclo de la creación, para viajar indefinidamente por los millones de especies que no tienen ni capacidad de conciencia espiritual ni facultad de discernimiento que las saque de ese ciclo.

En el misticismo oriental se utiliza una metáfora en la que la vida humana se asemeja a una espada de oro. La hemos recibido como regalo, pero en lugar de usarla para abrir un camino de gloria inmovilizando a nuestros oponentes interiores, interpretamos de manera totalmente errónea su función y la usamos en la cocina del mundo físico para cortar cebollas y tomates.

Cuando al pasar por la puerta de la muerte, miremos retrospectivamente a nuestra vida, ¿cómo la evaluaremos? ¿Nos sentiremos seguros y en paz con nosotros mismos? Esto es lo que necesitamos considerar cuando nos encontremos frente a las preguntas que hace Jesús en las célebres líneas del evangelio de San Mateo:

Pues, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?
O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
Evangelio de Mateo52
¿Qué es una acción correcta?

Actuar correctamente o vivir según principios espirituales es nuestro sistema de transformar o espiritualizar nuestra mente, al mismo tiempo que nos protegemos de las numerosas influencias negativas de la creación que nos pueden apartar de nuestro rumbo. Nuestra creciente sensibilidad hacia la perspectiva espiritual nos capacita para ver cómo incluso los impulsos negativos más pequeños crean efectos negativos. Comenzamos a entender la razón de que una acción incorrecta no puede ser nunca justificada. Viviendo según nuestros principios, apreciamos cada vez más el valor de una estructura moral clara que limite nuestro potencial para descarriarnos. Nos vemos capaces de tomar decisiones prácticas con conocimiento de causa, de modo que podamos cumplir con nuestras responsabilidades. Por experiencia vamos aprendiendo gradualmente que vivir rectamente es una cuestión de no perder nunca de vista nuestro objetivo, de ser moderados en todas las cosas, y de saber dónde se ha de trazar la línea entre nuestras necesidades y nuestros deseos.

Habiendo estudiado los efectos complejos y de largo alcance de la ley de karma, estamos ahora en condiciones de definir lo que realmente significa vivir honestamente. Colocándonos firmemente en un contexto espiritual y comprendiendo que toda acción proviene de la simple ley de dar y tomar, podemos establecer para nosotros mismos un código de conducta práctico que aplique esta convicción.

Así creamos una estructura moral, un código de valores y principios, que pone límites a nuestras acciones y nos cuida a pesar de nuestra ceguera. Hemos de protegernos de nuestra propia mente. La mente es poderosa, y es la que, preocupada por la creación vida tras vida, nos ha impedido gozar de la energía liberadora del Shabad. Los hábitos negativos se han atrincherado tan profundamente y los tentáculos de las pasiones son tan finos y largos que, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, estamos expuestos a descarriarnos una y otra vez.

Sin la energía redentora del Shabad, nadie puede llegar a la meta o destino final. Sin embargo, para ayudarnos a nosotros mismos hemos de cumplir nuestra parte del plan. Hemos de cultivar las cualidades que mantienen a la mente orientada hacia el alma, y sujetarla firmemente cuando las cosas sean difíciles. Necesitamos cualidades positivas que estén en armonía con la realidad espiritual de la que forma parte nuestra alma. Nuestra gracia salvadora consiste en que hemos entrado en contacto con un maestro espiritual, un amante de Dios, que sabe adónde ir. Los maestros son ejemplos para nosotros de cómo vivir en el mundo, y hasta que nosotros mismos hayamos obtenido su visión, hemos de seguir el sendero que ellos ya han andado.

El Camino Hacia Adelante

El poder transformador de la acción correcta

En último término, es la gracia y misericordia (el misterio del amor, el Shabad), lo que lleva a una persona al sendero espiritual. Sin embargo, es responsabilidad nuestra aportar todo lo que podamos para hacer el viaje más fácil. La gracia de Dios es abundante, y cuando Él quiere liquida nuestras deudas. Pero nuestra aportación a este gran viaje, por muy pequeña que sea, es altamente significativa, porque nuestro esfuerzo para avanzar hacia Dios es lo que trae su gracia. A medida que vamos comprendiendo cómo funcionan la vida y el karma, se hace muy claro que la estructura de nuestra vida diaria debe ser firme. Estamos reconstruyendo nuestro buque. Estamos haciéndolo apto para navegar. Una vida construida sobre los sufrimientos de otra criatura viviente, sea humana o animal, nunca puede constituir una fuente de felicidad duradera, lo mismo que una vida construida sobre una mentira nunca puede conducir a la verdad.

Orientación en la dirección correcta: el camino positivo

El ideal moral expuesto por todas las culturas y tradiciones se basa en la sencillez y la frugalidad: vivir modestamente en el mundo, dedicados a un trabajo honrado.

Sé trabajador y frugal, y te harás rico. Sé sobrio y moderado, y estarás sano. Sé en general virtuoso y serás feliz.
Benjamin Franklin53

Sin embargo, lo más importante es nuestro enfoque: que siempre estemos dirigidos hacia lo positivo, hacia el bien más alto. Tan importante es nuestra orientación en la vida, que en la tradición espiritual sij la palabra más frecuentemente usada para designar a un adepto espiritual (el maestro), es la de gurmukh, que significa sencillamente “uno cuya cara está girada hacia el guru”. El guru es, a nivel humano, la ventana a la realidad sin forma de Dios. Como dice el Maestro Eckhart:

El hombre debe orientar su voluntad y sus obras hacia Dios, y mirando solo a Dios, ir adelante sin miedo, sin pensar, ¿hago bien o hago mal? Uno que calculase todas las posibilidades antes de comenzar su primera batalla, nunca lucharía. Y si para ir a un lugar, debiéramos pensar dónde poner el pie delante, nunca llegaríamos allá. Es nuestro deber hacer lo siguiente: proseguir inmediatamente; ése es el método correcto.
Maestro Eckhart54

Tenemos que dirigirnos hacia nuestro punto de destino, y no andar vacilando en nuestra decisión. Lo que nos lleva hacia Dios, a nuestra meta espiritual, es bueno; debemos ponernos en esa dirección y seguir adelante. Los bienes mundanos tienen poca importancia. En el análisis final, todos los místicos coinciden en que las riquezas del mundo nunca pueden traer felicidad, paz de mente o gozo duraderos. El Maestro Charan Singh dice:

Los éxitos mundanos nunca pueden darte la felicidad permanente. Puede que seas rey, puede que seas gobernante, puede que hagas el bien al mundo; pero tus solas acciones no te devolverán nunca a Dios. No obstante, obtendrás sin falta el fruto o recompensa. De la clase “C” de preso llegarás a la clase “A” de preso. En vez de llevar cadenas de hierro, estarás atado con cadenas de oro. De cabañas pequeñas serás llevado a palacios.
Maestro Charan Singh55

Así pues, ¿por qué seguir buscando la realización en las cosas del mundo? Sarmad nos da una expresiva imagen de la esterilidad de tales objetivos:

¡Oh Sarmad! ¿Por qué vagas de un lugar a otro?
¿Dónde hallarás amor en este mundo?
Un árbol seco y muerto no da sombra.
La avaricia atrae solo a la deshonra.
Sin estar satisfecho con lo que se tiene, no hay paz.
Así que deja con gracia el mundo de la avaricia.
Sarmad Shaheed56

Las recompensas materiales carecen de amor, y sin amor, qué es la naturaleza del alma, estaremos siempre inquietos y suspirando por algo más. Pero en el mundo de hoy, donde el éxito casi siempre se mide en términos de bienes materiales, se nos induce a darles importancia. Nuestra cultura consumista nos impulsa a pensar que no sobreviviremos si no somos ricos. Nos seduce con imágenes del estilo de vida que desea que llevemos, y nos tienta a que quebrantemos nuestras prioridades para conseguir rango, ascensos y empleos, de los que según él, no podemos prescindir. Por ello, se necesita valentía para caminar realmente por el sendero espiritual en vez de solo hablar de él:

Las malas obras, esas que son dañinas
  para uno mismo, son fáciles de realizar.
Lo que es beneficioso y virtuoso,
  eso es muy difícil de hacer.
Dhammapada57

El reorientarnos hacia el espíritu exige un esfuerzo constante y serio. Tenemos que desarrollar facultades diferentes, ‘sutiles’, porque el Verbo es sutil y únicamente se le puede conocer con una conciencia diferente. La realidad del espíritu existe más allá del alcance del intelecto y los sentidos, más allá de nuestro actual poder para captar las dimensiones de espacio y tiempo. Para experimentar el Verbo (o Shabad) de modo que nuestra fe se haga inquebrantable, tenemos que abandonar nuestras preocupaciones de todo aquello a lo que estamos apegados. Tenemos que ganar tiempo para nuestro trabajo espiritual. Tenemos que dirigirnos a nuestro interior en busca de la tranquila y a veces desierta soledad del mundo interno: tenemos que trabajar en, y sobre, nosotros mismos. Tomás de Kempis, el filósofo místico cristiano del siglo quince, dice:

Se encuentran muchos que desean la contemplación, pero no tienen intención de practicar las cosas requeridas para ello... Los hombres confían en signos y cosas sensibles, y se preocupan muy poco de la perfecta mortificación de sí mismos.
Tomás de Kempis58

Para asegurarnos de que vamos adonde queremos ir, hemos de izar las velas de la acción positiva, incluso cuando la mayor parte del mundo vaya a la deriva en la dirección opuesta, arrastrada por las corrientes y mareas de la existencia física. Hemos de obrar, sabiendo adónde vamos y manteniendo a la vista nuestro punto de destino, y sin preocuparnos de lo que otros digan, piensen o hagan acerca de nuestra opción:

Se audaz como el leopardo, ligero como el águila, rápido como el ciervo y resuelto como el león al hacer la voluntad de tu Padre Celestial.
Ética de Los Padres59
Entonces dijo Jesús a sus discípulos:
“Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo,
tome su cruz, y sígame”.
Evangelio de Mateo60
Un modo honrado de ganarse la vida

El núcleo central del ideal de vivir honestamente es ganarse la propia vida. Siempre que sea posible, debemos mantenernos con nuestras propias ganancias y no vivir de los ingresos de otros. Por supuesto, hay excepciones obvias, tales como el cónyuge que cuida de la familia mientras el otro gana los ingresos, o aquellos que, debido a enfermedad o vejez, no pueden mantenerse a sí mismos. Pero el principio general siempre es válido. Y aun cuando podamos legítimamente vivir de una herencia, debemos tener en cuenta que algún día habremos de pagar por la riqueza heredada si fue adquirida por medios ilícitos.

Nada de lo que hagamos en la vida tiene que ir en contra de las leyes del país, de la sociedad o de la humanidad, ni hemos de causar daño o sufrimiento a otros. No hemos de mentir, engañar, robar o defraudar, y esto se aplica a las interacciones con los demás tanto materiales como emocionales. Debemos ser honrados en todos nuestros tratos, tanto con nuestros iguales como con aquellos que estén en posiciones inferiores o superiores respecto a nosotros. Debemos compartir los beneficios con equidad, no privando a nadie de lo que le es debido legalmente. También debemos satisfacer las demandas legítimas de nuestro gobierno. El Maestro Charan Singh da directrices específicas sobre este último punto:

En nuestras relaciones con el gobierno (pago de impuestos), siempre debemos hacer lo correcto, sin preocuparnos de lo que el gobierno haga o deje de hacer.
Maestro Charan Singh61

También nos aconseja que hasta donde sea práctico y posible, debemos asegurarnos de que nuestros medios de vida no nos impliquen ni siquiera indirectamente en consecuencias negativas, tales como negocios que en alguna fase conduzcan a sufrimientos para las personas o los animales. Ya hemos indicado que cuando formamos parte de una cadena de sufrimiento, aun cuando no seamos el principal ejecutor, también nos implica en el dolor resultante:

Manejar productos cárnicos implica una carga de karmas, así que los seguidores de Sant Mat siempre deben esforzarse por evitarlo. Cada uno ha de responder por sus propias acciones, y el precio ha de ser pagado por todo lo que hacemos o pensamos. Esfuérzate por evitar en lo posible el trabajar con productos cárnicos.
Maestro Charan Singh62

En tiempos del Maestro Sawan Singh, un buscador, Saa’in Sharif-ud-din, acudió a él pidiéndole la iniciación. Saa’in Sharif-ud-din era un asceta musulmán que llevaba la kafanee de los ascetas, un paño ceñido al cuello para recoger limosnas. Cuando pidió al Maestro que le iniciase, el Maestro Sawan Singh se negó a hacerlo, diciendo: “Para meditar, es imprescindible ganarse la vida. ¿Para qué serviría dar el Nam a una persona que no se gana su propio sustento?”. Al día siguiente, el asceta se quitó su kafanee y sus hábitos de asceta, se puso ropa sencilla, tomó un hacha y comenzó a trabajar de leñador. Entonces el Maestro le dio la iniciación.

Hay muchos ejemplos en los que el Maestro Charan Singh expone el mismo punto:

El Maestro puede ayudar en el progreso espiritual de las personas, pero todas ellas han de ganarse la vida honradamente para vivir en el mundo con independencia. Sant Mat espera que todos vivan de sus propios ingresos honrados sin depender de los demás. Él debe buscar algún trabajo para ganarse la vida. Esta es su obligación.
Maestro Charan Singh63
Debemos vivir de nuestros propios recursos, sin depender de la caridad de los demás para vivir. Cada moneda que recibamos de quienquiera que sea, tiene que ser devuelta de alguna manera en esta vida o en alguna vida futura.
Maestro Charan Singh64
Todos hemos de tener alguna ocupación digna con el fin de ganarnos honradamente la vida; y para esto debemos prepararnos durante la juventud. Sin un empleo estable a mano, la mente no tendrá esa libertad de preocupaciones y ansiedades que tan importante es para meditar.
Maestro Charan Singh65
Debieras esforzarte por permanecer en un empleo y no cambiar tan rápidamente de uno a otro. La estabilidad solo puede venir cuando perseveramos en un empleo y nos creamos un lugar en la organización. Sirviendo, hemos de ser pacientes, leales y fieles a la dirección y a la empresa.
Maestro Charan Singh66

Estas son directrices muy específicas para ayudarnos a conseguir nuestro objetivo. Está claro que si no tenemos algún medio honrado para vivir, nuestra práctica espiritual no nos llevará a ninguna parte. El ideal que los santos nos proponen consiste en la devoción a Dios combinada con la dedicación al trabajo. La honradez siempre dará fruto con el tiempo, aun cuando puede que sus resultados no sean inmediatamente perceptibles:

Hasta donde puedas, come el pan de tu propio trabajo:
  una vida ganada honradamente nunca es malgastada.
Dotados de la devoción a Dios y la dedicación al
  trabajo, realizamos nuestro propósito en la vida.
Guru Ravidas67

El santo Namdev nos da una sencilla directriz de tres puntos:

Con tu lengua repite el Nombre de Dios, Oh Trilochan.
Ocupa tus manos y pies en el trabajo,
  pero da tu mente a Dios, dice Namdev.
Baba Namdev68

El trabajo que hacemos sincera y honradamente encauza la naturaleza inquieta de la mente y nos hace menos propensos a las tendencias negativas: “La ociosidad es la madre de todos los vicios”, afirma un célebre proverbio. Ese trabajo no solo dirige positivamente a la mente, sino que también nos hace apreciar más los regalos de la vida.

Navegando con los vientos del contento y el desapego

A medida que vamos construyendo a nuestro alrededor la atmósfera que necesitamos para apoyar nuestra meditación, vamos también comprobando que los altibajos de la fortuna ya no nos perturban tanto.

Si un hombre hace el bien,
  dejadle que lo haga una y otra vez.
Dejadle que ponga su corazón en ello.
La felicidad es el resultado de la buena conducta.
Dhammapada69

El volvernos felices, el estar satisfechos y desapegados impulsa las velas de nuestro buque y nos lleva sin esfuerzo en la dirección que deseamos seguir. En palabras de Emerson y Aristóteles:

Aquello que hacemos de modo persistente se vuelve fácil; no se trata de que haya cambiado la naturaleza de la tarea, sino que ha aumentado nuestra habilidad para hacerla.
Ralph Waldo Emerson70
Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito.
Aristóteles71

Nos aferramos a las cosas del mundo únicamente porque tememos soltarlas. Una vez que las soltamos y dejamos que nuestro destino siga su curso, comprobamos que la vida se vuelve inmediatamente más fácil y placentera. Como lo que vamos a recibir ya está escrito en nuestro destino, y no recibiremos ni más ni menos, independientemente de lo que hagamos, la pregunta que necesitamos hacernos constantemente es: ¿Qué necesidad tenemos de transigir en nuestros principios?

El verdadero desapego del mundo solamente puede surgir de la atracción y apego a algo superior. Una vez que dentro de nosotros entremos en contacto con el Verbo y experimentemos su dulzura, quedaremos desapegados sin ningún esfuerzo y automáticamente soltaremos aquello a lo que ahora estamos aferrados. Entonces nuestra mente reflejará las tranquilas y positivas cualidades del alma, en lugar de la voluble y negativa naturaleza de los sentidos. Se convertirá en nuestro constante apoyo y aliado, impulsándonos en nuestro viaje, ya solo querrá estar asociada con su nueva compañera, el alma, de modo que pueda experimentar más deleites.

La caridad ayuda al desapego

Para fomentar el desapego del mundo y estimular el amor al Creador, la mayor parte de las tradiciones espirituales nos exhortan a desprendernos de una parte de nuestros ingresos. La caridad expresa el amor, que es el Creador proveyendo a otros cuyas circunstancias materiales les hacen difícil la vida. La caridad no es cuestión de cuánto damos; sino del amor con que damos. En la Biblia, este punto está bien ilustrado en una célebre anécdota:

Jesús se sentó frente al arca del tesoro y miraba cómo la gente echaba monedas en el arca del tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: “Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, esta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”.
Evangelio de Marcos72

Lo que hallamos en la práctica es que incluso deseando dar limosna, nos resulta difícil hacerlo porque estamos apegados a todo lo que poseemos:

Nosotros, que proclamamos estar buscando la vida eterna, no miramos con desapego ni siquiera al objeto más insignificante... Desnudémonos de todo, ya que nuestro adversario está desnudo frente a nosotros. ¿Acaso los atletas compiten con su ropa puesta? No... Ahora bien, nosotros también proclamamos que somos atletas, y estamos luchando contra adversarios mucho más hábiles que todos los que son visibles. Sin embargo, en vez de desnudarnos, entramos en la contienda llevando innumerables cargas en los hombros, y así damos a nuestros adversarios muchas oportunidades para que nos agarren.
La Filocalia73

No vemos que la caridad trae consigo sus propias recompensas. Cuando damos a otros sin ningún deseo ni expectativa, cuando nos desprendemos de nuestros apegos, nos sentimos aliviados de las complicaciones que frecuentemente los bienes mundanos traen consigo. En palabras del filósofo Martin Heidegger:

La renuncia no quita. Da. Da el inagotable poder de las cosas sencillas.
Martin Heidegger74

Y con palabras del sabio profesor-sirviente, Mirdad:

Más posesión; más poseído.
Menos posesión; menos poseído.
Mikhail Naimy75

El repartir parte de los ingresos que hemos ganado con grandes esfuerzos, inculca en nosotros el convencimiento de que en realidad no somos dueños de nada de lo que tenemos. En los momentos en que nos encontremos totalmente metidos en las cosas del mundo, y que por causa de ello nos sintamos estresados o afligidos, sería bueno pensar: si me dijeran que me queda un día de vida, ¿en qué pondría mi energía?, ¿qué haría con mi tiempo?

Es muy fácil olvidar que somos custodios, no propietarios, de nuestra riqueza material, y que algún día la muerte nos separará de ella. Todo lo que pensamos que es nuestro, ya sea familia, amigos, posesiones u otras formas de riqueza, son regalos que se nos han prestado. Si entendemos esto, desarrollaremos en nuestros corazones un espíritu de caridad hacia todas las formas de vida. Entonces podremos disfrutar de todo lo que tengamos sin ser poseídos.

Lo único que en verdad poseemos es nuestra riqueza espiritual, la cual nos ganamos adorando al Creador. Dar algo de nuestra riqueza material es un modo de acordarnos de este hecho y de expresar nuestra reverencia y gratitud al Creador.

El hacer partícipes de una parte de nuestros ingresos a aquellos que no utilizarán nuestra limosna para ningún fin inmoral, apoya nuestro trabajo espiritual; pero siempre debemos guardarnos del orgullo. Con el propósito de protegernos contra esto, en el Nuevo Testamento Jesús nos aconseja que cuando estamos distribuyendo algo ni siquiera la mano derecha debe saber lo que está haciendo la mano izquierda.76

El dinero es peligroso para el buscador de la riqueza espiritual. ¿Quién de nosotros no ha visto cómo la riqueza confunde y corrompe? A veces se dice que si uno quiere arruinar a una persona le basta con darle dinero en abundancia. Por esta razón las personas prudentes distribuyen su riqueza generosamente. Kabir Sahib previene:

Cuando aumenta la riqueza en la casa,
  cuando el agua llena un bote,
  arrójalas fuera con ambas manos.
Esta es la manera sensata de obrar.
Kabir Sahib77

La verdadera caridad es liberadora y vigorizante. Libera la mente y refuerza nuestra decisión de unir nuestra suerte con la de un poder que promete infinitamente más de lo que pueda proporcionarnos toda la riqueza del mundo.

Contento, entrega de sí mismo y alegría

El estar contentos con lo que se tiene es el remedio contra la avaricia. El contento no puede ser nunca logrado por medio de las cosas de este mundo, porque nada del mundo físico dura. El contento real viene entregándonos al espíritu, al océano de amor que es el origen de toda vida y que es constante e ilimitado. Entregándonos, entregamos nuestras responsabilidades: la diminuta gota que en sí misma estaba manchada, se torna pura una vez que su suciedad es absorbida por el vasto océano.

Fe y amor constituyen los cimientos de Sant Mat: fe y amor al Shabad y al Satguru. Viene luego la entrega a la voluntad del Satguru, no una entrega servil sino una entrega amorosa. Entonces cambia el móvil principal de la acción, y la voluntad del Señor o del Satguru reemplaza a la mente como energía motriz. Así el alma se pone en perfecta armonía con el Señor, la mente es destronada y Dios es entronizado. Esto, naturalmente, implica una lucha, incluso una encarnizada lucha hasta el final; pero hay que pensar también en la victoria definitiva... Es el Shabad el que a su tiempo te elevará sobre la materia y maya.
Maestro Charan Singh78

Cuando le damos prioridad a nuestra meta espiritual, comprobamos que aumentan nuestro contento y felicidad. Cuando nuestras vidas son claras, armoniosas y equilibradas, dormimos bien durante la noche porque estamos en paz con nosotros mismos. Por medio de nuestra propia experiencia descubrimos para bien nuestro que todo lo que tenemos nos viene a través del orden natural de la creación de Dios, y no mediante nuestros esfuerzos:

Al entregarte a ti mismo con todo tu corazón a la divina voluntad, no buscando cosas tuyas propias... mantendrás un talante uniforme... sopesando todas las cosas con un mismo criterio.
Tomás de Kempis79

Es nuevamente cuestión de ver las cosas desde el punto de vista espiritual. En el Nuevo Testamento, Jesús nos ofrece una bella imagen de la actitud que necesitamos adoptar para vivir bien:

Por eso os digo: no andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.

Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros?
Evangelio de Mateo80

Cuando abandonemos nuestra voluntad a la voluntad del Creador; cuando pongamos nuestra vida en manos del Ser supremo, sabiendo que obtendremos exactamente lo que nos es debido, ni un ápice más ni un ápice menos; cuando recordemos que todo lo que aparece en nuestro camino (bueno o malo), viene porque lo hemos ganado; entonces nos volveremos despreocupados como en la niñez. Escuchemos el consejo de dos culturas muy distintas, la judeo cristiana y la india:

Dad a Dios lo que es suyo, porque vosotros y todo lo que poseéis sois de Él. Y David expresó esto así: Todas las cosas son de ti, y te hemos dado únicamente lo que es tuyo.
Ética de Los Padres81
Entregándote lo que es tuyo, ¿qué puedo yo perder?
Kabir Sahib82
Los santos: espejos de la verdad

Los adeptos místicos (o santos) están ante nosotros como ejemplos de cómo vivir correctamente en el mundo. Rumi dice:

Has de saber que de pies a cabeza el shaykh
  (místico perfecto) no es sino los Atributos de
  Dios, aun cuando lo ves en forma humana.
En tus ojos, él es como espuma,
  pero él se describe a sí mismo como el océano;
A los ojos de los hombres está quieto,
  pero en cada instante está viajando.
Aún te resulta difícil entender el estado del shaykh,
  aun cuando él despliega un millar
  de los mayores signos de Dios;
  ¡qué torpe eres!
Jalaluddin Rumi83

Los santos encarnan todo lo positivo debido a que son seres autorrealizados y realizados en Dios, y porque en todo ven únicamente al Shabad; esa energía creadora positiva que es Dios. Cada una de sus acciones da testimonio de esa energía positiva.

Siguiendo su ejemplo, moldeando nuestras vidas de acuerdo con las suyas, también nosotros llegamos a conocernos a nosotros mismos. De nuevo Rumi lo expresa hermosamente:

El reflejo proyectado de buenos Amigos,
  es necesario hasta que seas capaz,
  sin la ayuda de ningún reflejo,
  de extraer agua del Mar.
Has de saber que el reflejo proyectado
  primeramente es solo imitación, pero cuando ha
  llegado a ser continuamente repetido,
  se torna en directa realización de la verdad.
Hasta que no haya llegado a ser realización,
  no te separes del Amigo por el cual eres guiado;
  no salgas rompiendo el cascarón.
La gota de agua todavía no se ha convertido en perla.
Jalaluddin Rumi84

Hasta que no nos convirtamos en perlas, hasta que no lleguemos a seres realizados, existe siempre el peligro de que nuestra ceguera nos confunda en cuanto a distinguir lo bueno de lo malo. Por eso necesitamos imitar a los santos. Son ejemplos vivientes de cómo se ha de vivir. Los santos son, a lo largo de toda la historia, los más bellos ejemplos de la plena floración de las más excelentes cualidades humanas. Sean de nacimiento real o humilde, llevan vidas de sencillez y nobleza, viviendo en el mundo pero sin dejar que los aspectos negativos afecten a lo que ellos son.

La batalla de la vida

Nuestro objetivo es el tesoro del espíritu. Lo llamemos Dios, el Verbo, la Verdad, el Shabad, la Sabiduría, o el Amor, la palabra no importa. No hemos de apartarnos de nuestro objetivo. Jesús enseñó:

No os amontonéis tesoros en la tierra,
  donde hay polilla y herrumbre que corroen,
  y ladrones que socavan y roban.
Amontonaos más bien tesoros en el cielo,
  donde no hay polilla ni herrumbre que corroan,
  ni ladrones que socaven y roben.
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Evangelio de Mateo85

El sendero no es nunca fácil. Este es el viaje más difícil de nuestras vidas. El santo, el verdadero ser humano, es nuestro maestro, y mirándole sabemos qué cualidades necesitamos adquirir. También nos damos cuenta que hemos entablado una batalla con nuestra mente (tenemos que subyugarla, vencerla y transformarla), la cual es el adversario más poderoso de la creación:

Si vences a tu mente,
  has vencido al mundo.
Guru Nanak86
Si un hombre venciere en la batalla
  un millar de veces mil hombres,
  y otro se venciese a sí mismo,
  este sería indudablemente el más grande de los conquistadores.
Dhammapada87
Los profetas y santos no eluden el combate espiritual.
El primer combate espiritual que entablan en su
  búsqueda, es el de matar al ego, y el de abandonar
  los deseos personales y las apetencias sensuales.
Esta es la Mayor Guerra Santa...
Jalaluddin Rumi88
Están cerrados todos los ojos y oídos,
  excepto los ojos y oídos de aquellos
  que han escapado de sí mismos.
Jalaluddin Rumi89
Los santos viven entre nosotros

A lo largo de la historia, hallamos pruebas de muchas almas altamente evolucionadas cuyas vidas dan testimonio del principio de vivir honestamente. El santo del siglo trece Namdev se ganaba la vida como tintorero y estampador. En el siglo quince, el místico mundialmente famoso Kabir Sahib trabajaba de tejedor, y en los largos viajes que emprendía para reunirse con sus discípulos y buscadores, llevaba consigo su telar. Guru Ravidas se ganaba la vida como zapatero, a pesar de tener discípulos de sangre real que gustosamente le habrían mantenido. Guru Nanak (contemporáneo de Kabir Sahib), se mantenía a sí mismo y a su familia trabajando de agricultor. El místico del siglo dieciséis Dadu Dayal, trabajaba de cargador de algodón. Paltu Sahib (un santo del siglo dieciocho), se ganaba la vida como tendero.

En tiempos recientes, tenemos el ejemplo de los maestros de la línea de Radha Soami. Baba Jaimal Singh sirvió como soldado en el ejército durante treinta y dos años y luego vivió de su pensión el resto de su vida. El Maestro Sawan Singh, discípulo y sucesor de Baba Ji, se mantuvo a sí mismo y a su familia como ingeniero militar, comprando más tarde terrenos cultivables con el fin de proporcionar ingresos para sus hijos y los descendientes de estos. En 1947, poco antes de morir, decía a la gran multitud de sus discípulos congregados para satsang:

Toda mi vida he vivido de mis propios ingresos. Del sangat nunca he tomado ni un céntimo para mi uso personal, ni he tomado nunca en préstamo dinero de los fondos del satsang. Para salir en viajes de satsang he usado sin duda el coche del Dera, y es probable que a veces Bibi Ralli haya tomado y cocinado hortalizas de la huerta del Dera. Por estos dos lapsus pido perdón al sangat. Si alguien me debe dinero le perdono la deuda. Si yo debo algo a alguien, le pido que me lo diga y le pagaré. Y si he dicho palabras duras a alguien, le pido por favor que me perdone.
Maestro Sawan Singh90

El Maestro Jagat Singh (el siguiente Maestro), era un químico de profesión que vivía sencilla y frugalmente, dando la mayor parte de sus ingresos a estudiantes pobres que no tenían medios para pagarse la educación. Su sucesor, el Maestro Charan Singh, trabajó de abogado, y cuando fue Maestro se mantuvo de la granja familiar. Al mismo tiempo que hacía frente a sus responsabilidades privadas, prestaba generosa ayuda financiera a personas necesitadas, y regularmente donaba productos de su granja a un sangat que crecía rápidamente. Su sucesor (el actual Maestro vivo, Baba Gurinder Singh), trabajó como directivo de empresa, y con su granja y otras propiedades continúa la tradición de los santos de mantenerse a sí mismos y a su familia, sin aceptar ni dinero ni regalos para su uso personal.

En 1957, el Maestro Charan Singh instituyó la Fundación Radha Soami Satsang Beas y le transfirió todos los activos del sangat, valorados en millones de rupias, que hasta entonces habían figurado tradicionalmente a nombre del Maestro. Como resultado de este cambio, todo el dinero y propiedades recibidos por el Dera en donación, son abonados ahora a esta Fundación. La Fundación administra todos los fondos y propiedades de la comunidad y lleva cuentas detalladas, que el Maestro pone a disposición de todo el que desee verlas.

Nos basta con leer un poco sobre estos santos para comprobar que llevaron vidas ejemplares y difundieron su mensaje de verdad mientras se mantenían estrictamente de su propio trabajo y esfuerzo.

La transformación

En nuestro viaje por la vida, si vamos hundidos bajo una carga de piedras, no podremos llegar a nuestro punto de destino. En cambio, si como los místicos, no acumulamos cargas, entonces el viento del amor de Dios en la forma de Shabad impulsará nuestro buque. Para hacer el viaje necesitamos entusiasmo, fortaleza y coraje. Habrá muchas ocasiones en que desfallezcamos. El emperador romano Marco Aurelio nos aconseja que pensemos positivamente, que nos alegremos de estar en un sendero curativo, restaurador, de acción positiva, y que no nos desalentemos por nuestras faltas. Dice:

No sientas remordimientos, ni desaliento, ni desconcierto si no tienes siempre éxito al obrar desde principios rectos; sino que cuando estés frustrado vuelve a ellos y regocíjate si en conjunto tu conducta es digna de un hombre, y aprecia la ruta a la que has vuelto.
Marco Aurelio91

También nos aconseja cultivar ante la vida una actitud que nos permita observar todo de nuevo cada día, como una nueva oportunidad de ser verdaderos con nosotros mismos.

A tu alcance está una nueva vida. Solo tienes que ver las cosas una vez más a la luz de tu primera y temprana visión, y la vida comenzará de nuevo.
Marco Aurelio92

Debido a que llevamos con nosotros de un lado para otro el equipaje de nuestros hábitos mentales negativos, perdemos el ánimo, perdemos el coraje y nos juzgamos a nosotros mismos. No deberíamos perderlos; pero incluso parece como si disfrutásemos de la desdicha que su pérdida trae consigo. Tales emociones no nos llevarán a ninguna parte. Jesús aconsejó a sus discípulos que fuesen como niños;93 cuando somos jóvenes vemos la vida con las mentes y los corazones abiertos. Baltasar Gracián nos previene contra la tendencia a la tristeza y la autocompasión, mostrando cómo en último término esas tendencias pueden ocasionar nuestra caída:

Busca lo bueno en todo. No hay nada que no encierre algo bueno con solo buscarlo. Pero las mentes de algunos hombres están cargadas de tal desdicha que, entre un millar de puntos buenos, se las arreglan para dar en algún defecto aislado, y a este lo agitan como basureros de los propósitos y mentes de los hombres. En ello hay una perversa alegría, ya que de este modo pueden sentirse superiores. Huye de tales cavadores de tumbas, pues con el tiempo son ellos quienes caen en el hoyo. Sé el hombre que, entre un millar de males, da con lo único bueno. Los buenos encuentran lo bueno, pero lo bueno que viene demasiado tarde no vale prácticamente nada.
Baltasar Gracián94

Mientras que es bueno conocerse a sí mismo, el juzgarnos demasiado rigurosamente resulta peligroso y contraproducente. Con la misma generosidad de espíritu y tolerancia que mostramos hacia otros, necesitamos ser también compasivos y generosos con nosotros mismos.

Para que nunca perdamos de vista la ley del universo, todas las culturas nos aconsejan que recordemos la regla de oro “trata como quieres ser tratado”: trata a los demás como quisieras ser tratado por ellos:

Lo que no quieras que te hagan otros,
  no lo hagas a otros.
Confucio95
Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan
  los hombres, hacédselo también vosotros a ellos:
Porque esta es la ley y los profetas.
Evangelio de Mateo96

Cuando entendemos la importancia de vivir de acuerdo a los principios enraizados en una perspectiva espiritual, comenzamos a apreciar lo que significa “vivir honestamente”. Mientras nuestra visión esté limitada a la existencia física, nunca nos parecerá que haya justicia en el mundo. Una vez que constatemos que la vida va más allá de lo físico (que volvemos repetidamente a este mismo teatro de acción para enfrentarnos con las consecuencias de nuestras acciones), y una vez que aceptemos que la gente puede renacer en formas inferiores a la humana, simplemente para reparar los sufrimientos que ellos causan a otros, entonces comenzaremos a entender la necesidad de optar hoy por la acción correcta.

Nuestra tarea es poner nuestras vidas en armonía con nuestra meta espiritual, pero para esto, hemos de tener paciencia. El niño va madurando desde la infancia, pasando por la niñez y la adolescencia, hasta la madurez; de igual modo, para nuestro bien a largo plazo, necesitamos ser equilibrados y dejar que nuestro desarrollo se efectúe de manera natural. Si nos esforzamos por llegar a nuestra meta por el mero procedimiento de reprimir las tendencias negativas habituales, habrá con certeza una reacción en alguna fecha futura. La supresión y represión no son la respuesta. El proceso de poner nuestras vidas en orden y transformarnos espiritualmente, ha de ser visto como una evolución permanente de toda la vida hacia nuestra meta.

La vida puede ser tan sencilla o tan complicada como la hagamos nosotros. Marco Aurelio nos da una directriz de máxima sencillez:

Si no es correcto, no lo hagas. Si no es cierto, no lo digas.
Marco Aurelio97

Mientras vamos caminando en nuestro viaje, necesitamos acordarnos constantemente (por medio de la meditación, el satsang, y la lectura y atención a las palabras de los santos), de quiénes somos y adónde vamos.

Las sabias enseñanzas del mundo ponen ante nosotros un ideal que nos guía en este proceso de transformación espiritual. Dichas enseñanzas nos estimulan a ir paso a paso en la dirección que deseamos, a ser prácticos y a razonar con nosotros mismos. Vivimos como parte de la creación y todos tenemos nuestro propio destino que se manifiesta como responsabilidades que debemos desempeñar.

Conclusión

Cuando antes de la iniciación, nos decidimos a vivir de acuerdo con principios espirituales, nos comprometimos seriamente a desviar nuestra orientación de las metas materiales. Por medio de este compromiso nos protegemos contra la pérdida del precioso don que se nos ha dado. Al vivir de acuerdo con nuestros principios, descubrimos que este es un proceso de dos direcciones: el vivir honestamente apoya nuestro crecimiento como seres humanos verdaderos y felices; luego, este crecimiento refuerza más nuestra decisión y posibilidad de hacer lo que sabemos que es correcto. Al vivir honestamente se nos hace más fácil reconocer y resistir los impulsos negativos de la mente; a medida que nos vamos acercando al origen del Verbo, experimentamos creciente dicha en el camino espiritual.

Aplicando nuestros principios, llegamos a ver la vida en su verdadera perspectiva. Solo quebrantamos nuestros principios cuando no podemos entender el orden espiritual de la creación. El Maestro Charan Singh solía decir que ni siquiera robaríamos un lápiz en presencia de un niño de cinco años; la inocencia del niño reflejaría hacia nosotros la indignidad de nuestra acción y nos haría sentir vergüenza. Los santos nos exhortan a recordar que el Shabad (esa energía que vivifica, sostiene y gobierna toda la creación), está presente dentro de nosotros las veinticuatro horas del día, y que somos responsables de todo lo que hacemos. Los santos nos enseñan a realizar cada una de nuestras acciones con esta conciencia. Entonces llegaremos sin falta a nuestra meta.

Notas Finales

  1. El lector advertirá que todos los libros, escrituras, y partes de escrituras, independientemente de la religión van en letra cursiva.
  2. Biblia, Versión Oficial Revisada (en adelante citada como VOR). Job 38,2,4..
  3. Albert Einstein, tal como va citado en Einstein, Una Vida por Denis Brian (John Wiley & Sons, 1996), p. 388.
  4. Biblia, Versión del Rey Jacobo (en lo sucesivo citado como VRJ). Lc 6,37-38.
  5. Ética de los Padres, en The Prayer Book: Weekday Sabbath and Festival, traducido y adaptado por Ben Zion Bokser (Nueva York: Hebrew Publishing Company, 1957), p. 241.
  6. Biblia (VOR), Prov 5,22.
  7. Sri Daduvani, (Jaipur: Sri Daduvani Prakashan Smiti), p. 728.
  8. Biblia (VRJ), Mt 6,24.
  9. Biblia (VRJ), Mt 6,30,33.
  10. Dhammapada V:3 (62).
  11. Biblia (VRJ), Mt 10,30.
  12. Baba Jaimal Singh, Cartas Espirituales, traducción completa (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas), carta 75.
  13. Filocalia, traducción y edición de G.E.H., Palmer, Phillip Sherrard y Kallistos Ware, vol. 1 (Londres: Faber y Faber, 1979), p. 246.
  14. Maestro Charan Singh, Luz Divina (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1996), carta 175.
  15. Adi Granth, Farid, p. 1379.
  16. Adi Granth, Guru Arjan, p. 102.
  17. The Wisdom of Baltasar Gracian, edición y adaptación por J. L. Kaye (Nueva York: Libros de Bolsillo, 1992), p. 72.
  18. Dhammapada V: 10 (69), 12 (71).
  19. Maestro Jagat Singh, La Ciencia del Alma, 1ª edición en español (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1994), parte IV: 8, p. 218.
  20. Jalaluddin Rumi, citado en Philosophy of the Masters, vol. III, por el Maestro Sawan Singh, 1ª edición (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1996), p. 227.
  21. Biblia (VOR), Sant 5,4.
  22. Ralph Waldo Emerson, citado en Wisdom of the Ages, edición de Mark Gilbert (Nueva York: Garden City Publishing Company, 1934), p. 42. Letras añadidas en cursiva.
  23. La Nube del No-Saber (Londres: Penguin Books, 1978), cap. 66, p. 139.
  24. Adi Granth, Guru Arjan, p. 1358.
  25. Adi Granth, Guru Arjan, p. 391.
  26. Corán, 17:35, 2:188.
  27. Biblia (VOR), Ex 20,15,17.
  28. Dhammapada IX: 8 (123).
  29. Maestro Sawan Singh, Filosofía de los Maestros (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas).
  30. Maestro Jagat Singh, In the Footsteps of the Master (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas), carta fechada el 18 de abril de 1949, p. 77.
  31. Dhammapada XXIV: 22 (355).
  32. Marco Aurelio, Meditations, VIII: 33-34, traducción de George Long, revisada por los editores de Classic Club, en Marcus Aurelius and His Times, (Roslyn, Nueva York: Walter J. Blaxh, 1945), p.85.
  33. Biblia (VRJ), Mc 10,24-25.
  34. Maestro Charan Singh, Muere para Vivir (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1994), respuesta a la pregunta 17, p. 67.
  35. Rubaiyat-e-Sarmad.
  36. Tomás Paine. The Age of Reason, parte 1; “La Profesión de Fe del Autor” (1794).
  37. Kafian Bulleh Shah, edición panjabi (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1994), p.39.
  38. Biblia (VRJ), Mt 23,25-26,28.
  39. Sultan Bahu, por J.R. Puri y K.S. Khak, edición española (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1997), Bait 31.
  40. Kabir Sakhi Sangreh, Parte 1 (1980).
  41. Adi Granth, Guru Nanak, p. 1245.
  42. Paltu Sahib ki Bani, I: 240.
  43. Adi Granth, Guru Nanak, p. 1245.
  44. Dhammapada III: 10 (42).
  45. Biblia (VRJ), Lc 8,11-15.
  46. Kabir Granthavali.
  47. Dhammapada XXIV: 9 (342).
  48. Dhammapada XXIV: I (334).
  49. Adi Granth, Guru Nanak, Japji, p.1.
  50. Adi Granth, Guru Arjan, p. 1019.
  51. Kafian Bulleh Shah, p. 254.
  52. Biblia (VRJ), Mt 16,26.
  53. Benjamín Franklin, carta fechada el 9 de agosto de 1768, en Complete Works, vol. 4, editadas por John Bigelow (1887-88).
  54. Maestro Eckhart, 2º vol. edición y traducción por C. De B. Evans (Wathins) citado en A Year of Grace, p.291.
  55. Maestro Charan Singh, The Master Answers, respuesta a la pregunta 273.
  56. Rubaiyat-e-Sarmad.
  57. Dhammapada XII: 7 (163).
  58. Tomás de Kempis, La Imitación de Cristo: Cuatro libros, traducción revisada (Londres: Oxford University Press, sin fecha), Libro 3, XXXI: 3.
  59. Ética de los Padres en El Libro de Oración, p. 252.
  60. Biblia (VRJ), Mt 16,24.
  61. Maestro Charan Singh, Luz Divina, carta 351.
  62. Maestro Charan Singh, En Busca de la Luz (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas), carta 400.
  63. Maestro Charan Singh, En Busca de la Luz, carta 322.
  64. Maestro Charan Singh, En Busca de la Luz, carta 107.
  65. Maestro Charan Singh, En Busca de la Luz, carta 224.
  66. Maestro Charan Singh, En Busca de la Luz, carta 378.
  67. Ravidas Darshan, editado y traducido por Prithvi Singh Azad (Chandigarh: Sri Guru Ravidas Sansthan, 1973.
  68. Adi Granth, Namdev, p. 718.
  69. Dhammapada IX: 3 (118).
  70. Ralph Waldo Emerson.
  71. Aristóteles, Ética a Nicómaco II: 1.
  72. Biblia (VRJ), Mc 12,41-43.
  73. Filocalia, vol. 1, p. 243.
  74. Martín Heidegger, “El Sendero del Campo”, World Review, enero de 1950, citado en A Year of Grace, p. 238.
  75. Mikhail Naimy, El Libro de Mirdad (Nueva York: Penguin Books, 1971), p. 17.
  76. Biblia (VRJ), Mt 6,2-4.
  77. Kabir, Kabir Sakhi Sangreh, parte 1, p. 72.
  78. Maestro Charan Singh, Luz sobre Sant Mat (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1997), carta 331.
  79. Tomás de Kempis, La Imitación de Cristo, Libro 3, XXV: 5.
  80. Biblia (VRJ), Mt 6,25-30.
  81. Ética de los Padres en El Libro de Oración, p. 239. También Biblia (VOR) I Par 29,14. (Libros históricos: primer libro de Crónicas o Paralipómenos).
  82. Adi Granth, Kabir, p. 1375.
  83. The Sufi Path of Love: The Spiritual Teaching of Rumi, por William Chittick (Albany, Nueva York: State University of Nueva York Press, 1983), Discurso 3072, p. 344.
  84. The Mathnawi of Jalaluddin Rumi, traducción de Reynold A. Nicholson, vol. 2 (Londres: Messrs Luzac y Co., 1960), p. 251.
  85. Biblia (VRJ), Mt 6,19-21.
  86. Adi Granth, Guru Nanak, p. 6.
  87. Dhammapada VIII: 4 (103).
  88. The Sufi Path of Love, (F 130/140-141), p. 154,
  89. The Sufi Path of Love, (Masnavi III:837), p. 174.
  90. Maestro Sawan Singh citado en Heaven on Earth, por Dariyai Lal Kapur, 2ª edición. (Dera Baba Jaimal Singh, India: Radha Soami Satsang Beas, 1986), p. 198.
  91. Marco Aurelio, Meditations, traducción de C.R. Haines en Loeb Classical Library (Heineman), citado en Year of Grace, p. 128.
  92. Marco Aurelio, Meditations VII: 2 (Nueva York: Penguin Books, 1964), p. 105.
  93. Biblia (VRJ), Mt 18,3-4.
  94. The Wisdom of Baltasar Gracian, p. 72.
  95. Confucio, Analects XII: 22, citado en Wisdom of Ages, p. 291.
  96. Biblia (VRJ), Mt 7,12.
  97. Marco Aurelio, Meditations XII: 17 en Marcus Aurelius and His Times, p. 129.

Libros y Autores Citados

Adi Granth - El libro sagrado de los sijs, que contiene escritos de varios santos del subcontinente de la India, que vivieron entre los siglos doce y diecisiete. Este libro de 1430 páginas fue compilado y editado por Guru Arjan Dev a finales del siglo dieciséis e incluye las enseñanzas de Guru Nanak y cinco de los nueve maestros que le sucedieron. El tema central en todo el Adi Granth es la importancia del Verbo o la Palabra y la necesidad de un Maestro en el camino espiritual.

Aristóteles - (384 a.C.-322 a.C.) Nacido en el norte de Grecia, fue filósofo, lógico y científico, y sus obras influyeron grandemente en la cultura occidental.

Bahu - (Aproximadamente 1629-1691) Hazrat Sultan Bahu fue uno de los más célebres santos poetas del Punjab. Contemporáneo de Saa´in Bulleh Shah, escribió gran número de libros en árabe y persa, así como uno en punjabi para exponer la filosofía mística.

Bhagvad Gita - Literalmente, “El Cántico del Señor”. Contiene las enseñanzas del Señor Krishna, dadas en el diálogo mantenido entre Krishna y Arjun en el campo de batalla de Kurukshetra, y es uno de los libros de filosofía hindú más populares.

Biblia - La escritura sagrada del judaísmo y del cristianismo, compuesta aproximadamente en el periodo entre 1000 a.C. y 100 d.C. Consta del Antiguo y del Nuevo Testamento (de acuerdo con la designación cristiana), pero solo el Antiguo Testamento es reconocido por el judaísmo. La Biblia católica romana contiene también los libros de los Apócrifos “oficiales” (por ejemplo, el Eclesiástico y la Sabiduría de Salomón), que faltan en la Biblia protestante y no están incluidos en el canon hebreo.

Bu Ali Qalandar - (1202-1324) Hazrat Bu Ali Qalandar nació en Iraq. Más tarde su familia se estableció en Panipat (India). Compuso poesía mística en persa y en punjabi.

Bulleh Shah - (1680-1758) Saa´in Bulleh Shah, discípulo de Inayat Shah, vivió y enseñó principalmente en Lahore. Compuso en punjabi numerosos cánticos de anhelo y amor místico.

Charan Singh - (1916-1990) El Maestro Charan Singh fue el Maestro del Dera (Beas) desde 1951 a 1990. Abogado de profesión, viajó ampliamente para llevar a todo el mundo las enseñanzas universales de los santos (Sant Mat).

Confucio - (551 a.C.-479 a.C.) Nacido en China, fue el maestro, filósofo y teórico político mas famoso de China.

Corán El libro sagrado islámico, considerado como la palabra de Dios tal como fue revelada al profeta Mahoma, que nació aproximadamente el año 570 de la era cristiana. Todo el material memorizado y escrito disponible, fue reunido y compilado en la versión oficial actual unos veinte años después de la muerte de Mahoma, acaecida el año 632 de la era cristiana.

Dadu o Dadu Dayal - (1564-1603) Dadu Sahib, un santo del Rajasthan, fue muy conocido por su audacia en desafiar a los sacerdotes ortodoxos y enseñar el sendero del Verbo. Nació en Ahmedabad (Gujurat), y enseñó principalmente en Jaipur y otros centros del Rajasthan. Se dice que el emperador mogol Akbar le invitó a ir a Fatehpur Sikri en 1584 y que escuchó sus discursos. Con frecuencia era llamado Dadu Dayal, el compasivo.

Dhammapada - Es el principal libro de la escritura budista. Contiene 423 versículos atribuidos a Buda que tratan del “Camino de la Rectitud”.

Einstein, Albert - Físico americano nacido en Alemania, al que en 1921 fue concedido el Premio Nobel de Física. Pensaba que la experiencia religiosa es la fuerza motriz que hay detrás de la investigación científica.

Emerson, Ralph Waldo - (1803-1882) Ensayista, poeta y filósofo americano.

Ética de los Padres - Parte de la Mishnah, fue compuesta por rabinos que vivieron en el período comprendido entre el primer siglo a.C. y el segundo siglo d.C. Es una colección de comentarios acerca de la vida, presentados en nombre de los grandes maestros del judaísmo a la gente que deseaban educar.

Farid - (1181-1265) Sheikh Farid, un santo musulmán cuyos versos se conservan en el Adi Granth, fue el poeta más antiguo conocido del idioma punjabi. Nacido cerca de Multan (ahora en Paquistán), Farid siguió métodos de rigurosa autodisciplina y penitencia física para llegar a su meta de la realización de Dios. Al fin recibió el consejo de acudir a Qutub-ud-Din Bakhtiyar Kaki de Delhi, el cual le reveló el sendero del Verbo. Pasó la última parte de su vida en Pakpattan, Punjab (ahora Paquistán).

Filocalia - Una colección de textos escritos entre los siglos cuatro y quince por maestros espirituales de la tradición cristiana ortodoxa.

Franklin, Benjamín - (1706-1790) Estadista, escritor y notable inventor americano. Publicó muchas obras sobre temas de economía, religión, filosofía y ciencia.

Gracián, Baltasar - (1601-1658) Místico y clérigo español, autorizó muchos libros, incluido El Comulgatorio (sobre la Sagrada Comunión), su única obra religiosa.

Guru Arjan - (1563-1606) Quinto Guru en la línea de Guru Nanak Dev. Sus enseñanzas están recogidas en el Adi Granth. Por medio de grandes esfuerzos, Guru Arjan Dev reunió, clasificó y compiló los escritos del Adi Granth, incluyendo santos de mentalidades semejantes para enfatizar la unicidad de Dios, la igualdad de todas las personas y el seguimiento de la Verdad. Fue apoyado por el emperador Akbar para ayudarle a establecer la unidad de Dios y la fraternidad de todos los hombres. Jahangir, el sucesor de Akbar, consideró que Arjan Dev era un hereje y le hizo torturar hasta la muerte.

Guru Nanak - (1469-1539) Nacido en Talwandi, cerca de Lahore, Guru Nanak Dev pasó gran parte de su vida viajando para propagar las enseñanzas del Verbo (o Nombre). Fue el primero en la línea de los diez Gurus cuyas enseñanzas están registradas en el Adi Granth, la sagrada escritura de los sijs.

Heidegger, Martin - (1889-1976) Nacido en Mess Kirch (Selva Negra, Alemania), sus obras dieron origen al movimiento filosófico moderno conocido como el existencialismo.

Jagat Singh - (1884-1951 Sardar Bahadur Jagat Singh, fue un fervoroso discípulo del Maestro Sawan Singh, que le nombró sucesor suyo en 1948. Fue Maestro de Radha Soami Satsang Beas de 1948 hasta su muerte en 1951.

Jaimal Singh - (1839-1903) Baba Jaimal Singh fue el fundador de la colonia Radha Soami cerca de Beas, en el Punjab. Era discípulo de Soami Ji Maharaj de Agra, y fue designado por este para propagar las enseñanzas de Sant Mat en el Punjab. Jaimal Singh nombró al Maestro Sawan Singh como su sucesor.

Kabir - (1398-1518) Nacido en Kashi (Benarés o Varanasi), Kabir Sahib viajó por toda la India enseñando la practica del Verbo. En Kashi, uno de los principales centros de la ortodoxia hindú, se ganó la vida viviendo pobremente como tejedor, y se enfrentó a una tenaz oposición de la clase sacerdotal por enseñar a gente de toda posición social la manera de adorar a Dios. Se atrajo gran número de discípulos (tanto hindúes como musulmanes), y fue categórico al condenar las observancias ritualistas. La diversidad y el vigor de su poesía son todavía ampliamente reconocidos y apreciados.

Kempis, Tomás de - (1379/80-1471) Nacido en Alemania, es famoso como probable autor de La Imitación de Cristo, una importante obra de inspiración cristiana.

Krishna - Muy amado en toda la India, los hindúes le tienen por encarnación de Vishnu, el mantenedor. El Bhagvad Gita (Cántico del Señor) es un diálogo filosófico entre el Señor Krishna y Arjun, mantenido en el campo de batalla de Kurukshetra.

Maestro Eckhart (también Eckehart) - (1260-1327/8) Nacido en Alemania, fue un místico y filósofo.

Marco Aurelio - (121 d.C.-189 d.C.) Nacido en Roma, fue un modelo de filosofía estoica al mismo tiempo que emperador romano.

Mathanavi/Masnavi - Forma de poesía urdu y persa consistente en coplillas iguales en la medida, cada una rimando independientemente, entremezcladas con encabezamientos explicativos en prosa. Un masnavi es un verso narrativo compuesto en un métrica específica que se utiliza a lo largo de toda la obra, y solía contar historias de amor o las vidas y hazañas de reyes y héroes. El Masnavi generalmente se refiere al masnavi compuesto por Jaladuddin Rumi, conocido también como Maulana Rum (1207-1277). Fue una epopeya singular de poesía mística, considerada por sus seguidores como verdadero tesoro de conocimientos esotéricos.

Naimy, Mikhail - (1889-1970s) Nacido en el Líbano, fue educado como profesor de ciencia en Palestina, como teólogo en Rusia y como jurista en Estados Unidos. Su obra El Libro de Mirdad, publicada en 1948, es una mezcla de leyenda, misticismo, filosofía y poesía dirigida al significado más profundo de la existencia humana.

Namdev - (1270-1350) Nacido en Maharashtra, Baba Namdev era de profesión sastre y estampador de algodón, y fue iniciado en el sendero del Verbo por Visoba Khechar. Los cánticos de Baba Namdev conocidos como abhangs (o “cánticos eternos”), se conservan en el Gatha. Pasó la última parte de su vida en el Punjab y murió en el pueblo de Ghuman, el lugar donde unos cinco siglos más tarde había de nacer Baba Jaimal Singh.

Nube del No-Saber - Libro clásico de la devoción tradicional protestante, surgió en una época en que la mística inglesa estaba en pleno florecimiento (1200-1300). El autor es desconocido, pero se piensa que fue un sacerdote inglés que vivió en la segunda mitad del siglo catorce.

Paine, Tomás - (1737-1809) Inglés de nacimiento, fue el filósofo político y autor americano, conocido principalmente por su panfleto Sentido Común, en el que exhortaba a las colonias de América del Norte a declarar su independencia de Inglaterra.

Paltu - (1710-1780) Comerciante de profesión. Paltu Sahib fue un santo que predicó el sendero del Verbo, y vivió la mayor parte de su vida en Ayodhya (Uttar Pradesh), lugar de nacimiento del Señor Ramchandra y centro de la ortodoxia hindú. Discípulo y sucesor de Govind Sahib, Paltu Sahib defendía que la gente de cualquier posición social puede adorar a Dios, y denunciaba enérgicamente las observancias ritualistas; al final fue quemado vivo por los sacerdotes locales.

Ravidas - Guru Ravidas fue un célebre santo que vivió en Kashi y viajó por el Rajasthan y otras partes de la India. Era contemporáneo de Kabir, y se le tiene por discípulo de Swami Ramanand. Nacido en una comunidad hindú de casta baja, se mantenía haciendo y reparando zapatos. A pesar de este obstáculo, tuvo gran impacto en muchas personas que acudían a él en busca de guía espiritual, incluyendo a la princesa Mira Bai y el rajá Pipa. Algunos de sus escritos se conservan en el Adi Granth.

Rumi - (1207-1273) Jalaluddin Rumi, el más famoso de los santos sufíes, conocido en la India como Maulana Rum (“nuestro señor de Rum”). Nació en Balkh (entonces Persia, ahora Paquistán), de donde su familia emigró a Konya (Turquía), que era conocida como “La Pequeña Roma” (Rum) en ese tiempo. Rumi fue un renombrado erudito religioso. Cuando encontró a su Maestro, Shams Tabriz, logró la realización mística.

Sarmad - (1618-1661) Hazrat Sarmad nació en una familia judía de Kashan (Persia). Vivió en el norte de la India y enseñó la práctica del Verbo. Como su mismo nombre indica permaneció en un estado de embriaguez divina (sar-mad). Fue decapitado como hereje por el emperador Aurangzeb, y de aquí que fuera conocido como Sarmad Shaheed (Sarmad, el mártir).

Sawan Singh - (1858-1948) Conocido cariñosamente por sus discípulos como el “Gran Maestro”, el Maestro Sawan Singh fue el sucesor de Baba Jaimal Singh y el Maestro de Radha Soami Satsang Beas de 1903 a 1948.

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