¿Qué es importante en la vida?
Mark Twain, no conocido precisamente por ser religioso, dijo algo sorprendentemente profundo: “Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué”. A los satsanguis se nos ha brindado la oportunidad de “averiguar el por qué” de haber nacido. ¿Por qué se nos ha enviado a esta tierra? ¿Cuál es el propósito de la vida y dónde iremos cuando esta vida termine?”. Todo este sendero trata de descubrir el “por qué” de la vida. Los maestros han explicado el propósito de la vida en términos muy claros y precisos.
El propósito de la vida es conseguir completa concentración de la mente y con ello vaciar todo el cuerpo. En la muerte sucede exactamente lo mismo1.
El propósito singular de nacer como seres humanos es encontrar un gurú, aprender de él el sendero de la devoción interior, y luego adorar al Señor apegándonos al Verbo o Nam. Maharaj Sawan Singh lo explica con claridad:
Piensa, la vida humana es muy valiosa y se debe al buen karma del pasado. No se nos concede para criar a los niños o para disfrutar de nosotros mismos. Todas estas funciones son realizadas incluso por los animales de especies inferiores. La única diferencia entre el hombre y la creación inferior es que la vida del hombre aquí está destinada a ver al Señor y alcanzar el plano espiritual más elevado, en esta misma vida. Cada minuto de ella se valora en millones de dólares2.
Así pues está claro cuál es el propósito de la vida, y también está claro cómo podemos lograr este propósito, por medio de la meditación. Si recordamos lo valiosa que es esta vida, entonces recordaremos también el poco tiempo que disponemos para alcanzar nuestra meta. Lograr cualquier cosa en la vida requiere un esfuerzo constante. Cada vez que lo intentamos, aunque fracasemos, es un paso hacia delante. Realmente no fracasamos; es una parte esencial del esfuerzo. Un niño pequeño que aprende a caminar se cae muchas veces antes de lograr el éxito. Sus primeros esfuerzos siempre darán lugar a una caída. Mark Twain dijo astutamente: “El secreto para avanzar es empezar”. Tenemos que empezar sin temor. Quizá tengamos que empezar cientos de veces si es necesario. Tenemos que aprender a considerar nuestros fracasos como pasos positivos hacia delante porque significa que lo estamos intentando. “El camino más rápido hacia el éxito es tener una actitud ‘sin miedo’ hacia el fracaso”3.
Los fracasos se convierten en escalones hacia el éxito futuro. Thomas Edison, cuyo invento más memorable fue la bombilla, supuestamente hizo 1000 intentos antes de desarrollar un prototipo exitoso.
“¿Qué se siente al fracasar 1000 veces?”, preguntó un reportero a Edison. “No he fallado 1000 veces”, respondió Edison. “La bombilla era un invento que requirió 1000 pasos”.
Algún día lograremos el éxito en nuestra meditación, pero antes tenemos que empezar. Luego tenemos que aceptar el hecho de que cada esfuerzo que realizamos nos acerca a nuestra meta. No hay fracasos en el sendero, solo aquellos que dejaron de intentarlo. Generalmente no tenemos ni idea de lo cerca que estamos de nuestra meta. Los maestros nos dan la analogía de cavar un túnel. Sin tener conocimiento de ello podrías estar a centímetros de abrirte paso hacia el otro lado. Sobre rendirnos, Thomas Edison dijo: “Muchos de los fracasos de la vida son personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos”.
Así pues, siempre parece reducirse al esfuerzo y la gracia. Cuanto más esfuerzo hay, más gracia, y más elevada es la oportunidad de éxito. Si nuestro día no va como lo planeamos, si no hacemos lo que nos propusimos hacer, entonces mañana podemos intentarlo de nuevo. No debemos dejar que nuestros llamados fracasos nos desanimen. Se dice que el camino hacia el éxito está pavimentado de fracasos. John F. Kennedy dijo: “Aquellos que se atreven a fracasar pueden lograr más”.
Meditamos porque el maestro nos lo ha pedido. El esfuerzo está en nuestras manos. El maestro ha dicho varias veces que si no pudiésemos lograr el éxito, no nos hubiese iniciado. Él es nuestro único amigo verdadero que cree en nosotros, que podemos conseguirlo. Terminamos con una cita de Abraham Lincoln sobre no decepcionar a nuestro “amigo”: “Hoy tengo éxito porque tuve un amigo que creyó en mí y no tuve corazón para defraudarlo”.
- Maharaj Jagat Singh, La ciencia del alma, p.140
- Isaac Ezekiel, Kabir, The Great Mystic, p. 80
- Ralph Heath, Celebrating Failure, NY: Weiser, 2009