El vínculo entre el amor y la obediencia
Aunque en algunos lugares, las restricciones a la movilidad se están levantando después de los rigurosos confinamientos, debemos seguir siendo cautelosos y no sentirnos satisfechos, autocomplacidos o perezosos. Probablemente, hasta que no haya una vacuna, el virus seguirá afectándonos, bien sea individualmente o como sociedad. Pero esperamos que dentro de poco el satsang y el seva empiecen de nuevo.
El Gran Maestro nos ha dado este valioso consejo:
El alma que vive siguiendo las órdenes del maestro, y que regularmente se dedica al bhajan con amor y fe, le rinde una forma de servicio. El maestro ha asumido la carga de llevar a todas las almas, a las que ha revelado el camino, a la morada del Padre. Por lo tanto, si un alma intenta seriamente recorrer el camino, aligera la carga del maestro1.
Incluso con el pequeño acto de ser cautelosos para no propagar el coronavirus, disminuimos la carga del maestro. Cada vez que hacemos lo que nos pide, le hacemos la vida más fácil. No podemos imaginar lo que él hace por nosotros o incluso quién es. Aunque desconozcamos la grandeza del maestro, nos alegrará y llenará de satisfacción saber que tal vez estamos aliviando su carga.
Y lo más importante, si hacemos nuestro bhajan con amor y fe, le rendimos un servicio. El Gran Maestro no nos pide que hagamos nuestro bhajan con éxito y con atención absoluta, sino con amor y fe. Expresamos nuestra fe y nuestro amor al meditar para mostrarle que le apreciamos y respetamos, y para agradecerle el regalo de Nam. La meditación es la forma de mostrarle nuestro amor y gratitud. No es solo una manera de obtener concentración y enfoque, sino también una manera de cambiar la atmósfera de nuestra mente, simplemente haciendo algo en lo que no somos muy buenos pero que le agrada al maestro. Incluso si parece que nuestros esfuerzos no dan resultados, no nos sintamos frustrados. Al perseverar le ayudamos al maestro, mostrándole nuestro amor y cariño.
¿Acaso no nos proporciona paz y tranquilidad hacer lo correcto? Cuando hacemos algo que sabemos que va contra nuestros valores nos volvemos ansiosos y agitados. Si nuestra mente está relajada y contenta, nuestro bhajan suele ser más satisfactorio. Es más fácil concentrarse cuando nuestra atmósfera mental está tranquila. Pero tengamos claro que los resultados de nuestro esfuerzo están en sus manos. Al persistir en algo que nos resulta desafiante, fortalecemos nuestra fe. Con una fe más fuerte nuestro esfuerzo aumenta, con un mayor esfuerzo nuestra fe se fortalece. Este maravilloso ciclo nos lleva hacia arriba y hacia dentro, y agrada al maestro.
Qué suerte tenemos. No importa lo enfocada que esté nuestra meditación, el maestro acepta cada pequeño esfuerzo que realicemos. Es más, acepta nuestros pequeños esfuerzos con placer. Está más interesado en cumplir su seva de llevarnos a la morada de nuestro Padre que nosotros en cumplir nuestro voto. Nos ama a pesar de nosotros mismos. No importa cómo nos desviemos o flaqueemos en el camino, su amor es consistente y alentador. Él nunca nos deja abandonados, sino que es nuestro mayor benefactor. Hagamos todo lo que podamos para disminuir las cargas de nuestro amado fortaleciendo nuestro compromiso con el sendero.
El secreto de vivir en la voluntad del Señor es que tratemos de ser obedientes a las instrucciones del maestro. Normalmente estas tienen que ver con la práctica espiritual, pero a veces nos da la oportunidad de obedecerle en situaciones mundanas que fomentan nuestra capacidad de entregarnos y someter nuestro ego a otro. Como Hazur Maharaj Ji escribió:
La obediencia solo vendrá cuando haya amor dentro de nosotros, porque sin amor la obediencia nunca llega. El amor siempre nos ayuda a fundir nuestra voluntad en la de la otra persona. Nos despojamos de nosotros mismos y nos convertimos en la otra persona. El amor ayuda en eso. Sin amor no puede haber absolutamente ninguna obediencia. Así que, cuando el amor llega, todas estas cualidades se manifiestan en nosotros como la nata en la leche. No necesitamos luchar con nosotros mismos para obtener estas cualidades. Cuando ese amor por el maestro, por el Señor, surge en nuestro interior, todas las demás cualidades surgen automáticamente en nosotros. Si estas cualidades no han surgido en nuestro interior, podemos suponer que no tenemos amor por el maestro y el Señor. Cuando ese amor ocupa su lugar en nuestro interior, todas las demás cosas desaparecen. Entonces hay obediencia, hay sumisión, hay comprensión. Todas las buenas cualidades cobran forma automáticamente2.
- Maharaj Sawan Singh, El amanecer de la luz, carta 5
- Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Vol. III, #280