¿Por qué se enamoran los tontos? - RSSB Satsangs & Composiciones

Descargar | Imprimir

¿Por qué se enamoran los tontos?

En 1956 había una canción popular, del género musical doo-wop, cuyo título era: “¿Por qué se enamoran los tontos?”. Una de las letras decía:

¿Por qué se enamoran los tontos?
¿Por qué se sobresalta mi corazón?
Si ya sé que encontrará la derrota.
Dime por qué. ¿por qué se enamoran los tontos?

El amor es uno de esos sentimientos que no se pueden describir adecuadamente. Es como el dulzor del azúcar o las emociones evocadas gracias a una canción que nos cautiva. Sin embargo, no hay límite en el número de escritores, poetas y místicos que han tratado de hacer precisamente eso: describir el amor. Entonces, ¿por qué el amor es tan importante? ¿por qué se hacen tantos esfuerzos para tratar de explicar lo que no se puede describir, sino que hay qué experimentar para poder entenderlo? Esto debe ser importante. Dicen que lo único que llevamos con nosotros en el momento de la muerte es nuestro amor, porque el amor es la única moneda aceptada en el cielo. Simplemente no hay nada más grande que el amor.

El Gran Maestro lo explicó de la siguiente manera en un satsang. Declaró que ir al interior y avanzar a regiones elevadas dependía más del amor que de cualquier otra cosa. Un satsangui preguntó: “¿Puede ese amor desarrollarse en cada discípulo?”. La respuesta del maestro fue muy significativa y debemos recordarla. Dijo: “No. Ese amor es el regalo del maestro”. Entonces el satsangui preguntó: “¿Recibirá siempre el discípulo ese regalo?”. El maestro dijo: “¿Por qué no, si se esfuerza? Todos perciben el salario ganado, y si alguien trabaja para el maestro, deben cobrar los salarios que le corresponden”. Igual de importante es tener en cuenta que “trabajar para el maestro” significa principalmente hacer simran, dhyan y bhajan, para lograr purificar la mente. Este es en realidad el trabajo a realizar para el maestro. Le prestamos el mayor de los servicios cuando nos preparamos para entrar en el interior1.

Nosotros que seguimos o intentamos seguir un sendero espiritual, entendemos el valor del amor y la necesidad de desarrollar este amor en nuestra búsqueda espiritual. Después de todo, se dice que Dios es amor. Esto hace que el amor sea la fuerza más poderosa de la existencia. ¿Cómo lo conseguimos, o mejor dicho, como nos convertiremos en amor? El Gran Maestro explicó que es por medio de nuestra meditación, de nuestra práctica espiritual. Este es un esfuerzo continuado que a menudo no manifiesta resultados destacados con rapidez, pues se trata de un proceso.

¿Y qué decir del amor en nuestro entorno, generalmente mundano, ese que se manifiesta en la rutina diaria? ¿Cómo nos ayuda el amor a subsistir en esa rutina? ¿Qué podemos hacer para ayudar a nutrir ese sentimiento del amor? ¿Sentimos ese amor hasta cuando nuestra mente está concentrada en realizar rutinas diarias, aunque no sean espirituales? A continuación algunas reflexiones sobre el amor.

Si tuviéramos la suerte de enamorarnos de alguien en especial:
“Cuando te enamoras, tiendes a ser generoso, olvidándote de ti mismo. No piensas en tu beneficio, solo en la felicidad del ser amado. Constantemente concibes lograr a cualquier precio la alegría en el ser amado, incluso a costa de limitaciones propias. Simplemente estas concentrado en lograr su felicidad”2.

“Para el amante, el amor es una enfermedad de 24 horas diarias. No tiene un tiempo específico para amar o para pensar en el amado. Está enamorado las 24 horas, sin importar lo que haga, o dondequiera que esté” (Hazur MaharajJi) 3.

El poder que sentimos proveniente del amor: Estamos más vivos cuando estamos enamorados. (John Updike)

La esencia del amor: El amor en su esencia es fuego espiritual. (Séneca)

Ábrete al amor: Tu tarea no es buscar el amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has construido contra él. (Rumi)

La ligereza del amor: He decidido quedarme con el amor. El odio es una carga demasiado inmensa para llevarla. (Martin Luther King, Jr.)

Cuando reflexionamos sobre ello, nos podríamos preguntar: ¿qué razón puede haber para querer sentir algo más que amor a lo largo del día? Agrada la cita de Rumi, que dice que deberíamos buscar las barreras que hemos construido que bloquean al amor y eliminarlas. Cuando sentimos amor dentro de nosotros, le salen alas a nuestro corazón, nos sentimos ligeros y felices. Todas las virtudes surgen del amor. Instintivamente sentimos compasión y tolerancia y un cálido sentimiento generalizado. Sin amor, todas las tendencias negativas echan raíces. El Dr. King lo expresó bien cuando dijo que el odio, o cualquier otra tendencia negativa, es una carga demasiado pesada para llevarla, y decidió quedarse con el amor, pues el amor no pesa en absoluto, más bien nos eleva.

Oscar Wilde dijo: “Perdona siempre a tus enemigos; no hay nada que les incomode más”. Sabemos, cuando atacamos a alguien, lo molesto que puede ser que nos respondan de forma amorosa. Cambiemos pues la situación. Mark Twain dijo: “Contra el asalto de la risa, nada puede resistirse”.

Si podemos encontrar un lugar en nuestro corazón, en el que el amor resida permanentemente, viviremos una vida feliz y más productiva. Es un concepto tan simple, que no debería ser difícil de alcanzar con un poco de memoria y práctica. Como dijo el Gran Maestro: el amor es un regalo del maestro, que se da como salario por nuestra práctica espiritual. Cuanto más meditemos, más amor recibiremos. Cuanto más amor recibamos, más bondadosos seremos. Al igual que practicamos nuestra meditación, podemos ejercitar ser bondadosos. La práctica siempre muestra resultados. Caminemos por un sendero más elevado y dejemos que los demás luchen en el barro. Soami Ji expresó así los efectos del amor a medida que llenaba el corazón:

Cuando el océano del amor anegó mi corazón,
  el baluarte de la duda fue arrasado.
La lujuria y la ira abandonaron su casa,
  las ilusiones y los deseos mundanos dejaron mi cuerpo.
Todo apego y avaricia fue desechado,
  la pasión y la autocomplacencia se desterraron
  de mi mente.
Un acertado sentido de lucidez gobierna ahora
  mi cuerpo y mi mente,
  y la paz prevalece”4.

  1. With a Great Master in India, p.157
  2. Publicación sin atribuir en un sitio web
  3. Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Vol.II, #513
  4. Soami Ji Maharaj, Sar Bachan Poesía, p.24