Simplemente relájate
Los maestros nos instan a meditar, pero también nos dicen que nos relajemos. En principio todo esto parece uno de esos mensajes de doble sentido que nos plantean los santos. Haz un esfuerzo, pero relájate: vacía la mente, acalla tus pensamientos, ¡disponte a meditar de manera relajada. ¡Simplemente relájate!
Muchos de nosotros encontramos difícil eso de relajarnos. En su lugar andamos frenéticos, llenos de ansiedades, tensiones y siempre indecisos. La mente plantea continuamente cambios, dificultando así la calma y el control de nuestra meditación. Estas circunstancias suponen un gran reto para la mayoría de nosotros. Mientras intentamos ser consecuentes con el consejo de relajarnos, igualmente se nos advierte que nos esforcemos en meditar. Todo esto nos parece un tanto confuso y contradictorio.
Maharaj Charan Singh, en Legado del amor, nos explica de forma amena.
Los místicos ponen todo patas arriba en nuestras vidas. Este es el mayor de los prodigios que los santos vienen a realizar en nuestras vidas1.
Los santos hacen un repetido hincapié en que el maestro viene para ayudarnos. Él no está aquí para juzgarnos. Cada ser humano es imperfecto, por cuya razón habitamos un mundo imperfecto. Al ser tan imperfectos es costumbre que nos moleste que se nos recuerden nuestros defectos porque es demasiado desalentador. El maestro no está aquí para descorazonarnos o avergonzarnos. De hecho, puede darle a la necesidad de un cambio, un sentido humorístico y así evitar el riesgo de lastimar sentimientos. Los maestros tienen la habilidad de utilizar el sentido del humor para así suavizar una situación, sin tomar a la ligera las cuestiones o preocupaciones de cualquiera. Su amor no tiene límite y se evidencia de muchas maneras. Este ilimitado amor genera en nosotros el sentimiento de seguridad y agradecimiento al tener un maestro tan benevolente.
Convivir con un maestro es una experiencia única. Él nos ayuda a entender este sendero espiritual e inculca en nosotros el deseo de volver a nuestro hogar. Cuando estamos con el maestro podemos sentir el amor en movimiento. Vemos cómo nos ayuda y guía. Cómo se relaciona con cada uno. No le importa si alguien es rico o pobre, educado o iletrado, blanco o negro. Lo que importa es el amor. ¿Qué otra razón podría existir para dedicar el maestro su vida al seva que le fue confiado, eso de llevar a su origen a las almas marcadas? Los santos están al alcance de todos. Antes de ocurrir esta pandemia del covid-19, tanto Huzur Maharaj Ji, como después Baba Ji, viajaron por todo el mundo para reunirse con sus discípulos. Estos viajes son muy duros y agotadores, pero ¿por qué los hacen?: por amor e interés hacia el sangat y sus discípulos. Él, invariablemente, nos anima y desea a todos éxito y que gocemos de un viaje de vuelta seguro hacia nuestro origen, hacia el Señor.
Más recientemente, en estos tiempos de crisis, el gurú ha acudido a Internet como medio de comunicación, concretamente a la web oficial de RSSB y a los canales de YouTube; no obstante, ha rechazado impartir mensajes espirituales a través de los medios de comunicación. En estos tiempos tan difíciles el maestro nos ofrece sus ensayos y satsangs en la página web e igualmente, en YouTube las sesiones de preguntas y respuestas y satsangs. Todo esto hubiera sido inimaginable hace un año, porque en la actualidad el mundo se ha puesto patas arriba.
Esta incierta época nos hace comprender que ninguno de nosotros dispone de mucho tiempo en este mundo. La muerte está a la vuelta de la esquina y nadie puede escapar de ella. Pensar que tenemos un tiempo ilimitado aquí es un engaño de la mente. Esa y otras quimeras permiten que nuestra atención deambule por este mundo hasta que nos demos cuenta que la única manera de escapar de los mitos y poder alcanzar la verdadera felicidad es dedicarnos al Señor. La única forma de tornar nuestra atención hacia el interior es a través de la meditación. Todo lo exterior se desvanecerá con el tiempo. Solo nuestro esfuerzo interno por alcanzar al Señor nos revelará el tesoro eterno.
Al alcanzar cierto nivel comprenderemos que morar en este cuerpo humano es algo temporal y que un futuro más agradable e intenso nos aguarda. El maestro está con nosotros constantemente guiándonos a lo largo de esta vida. A veces pensamos que deberíamos estar en las inmediaciones de su forma física para sentir todo esto, sin embargo Huzur nos dice en Legado de Amor que no es así.
Algunas personas estando lejos pueden estar más cerca del maestro que las que están a su lado. Esta “cercanía” o “lejanía” no constituye diferencia alguna. La cantidad de amor que las personas tienen en su corazón, eso las hace estar cerca o lejos; no es la cercanía física la que importa2.
Los santos nos proporcionan todo lo que necesitamos para conquistar el sendero espiritual. Tal vez esta sea la razón para que nos animen a relajarnos. Cuanto más relajado sea nuestro simran el sonido acabara por seguirle. Al hacerlo así todo nos llegará de forma natural. Incluso el esfuerzo que hagamos podrá realizarse de forma relajada sin tensiones ni expectativas.
La necesidad del esfuerzo se ha explicado mediante una analogía. Trata sobre unos discípulos que están nadando en el mar cerca de la orilla, mientras que el maestro está sentado en una barca alejada. El maestro les indica que naden hacia la orilla para salvarse. Pero estos, en vez de hacerlo así, nadan hacia la barca del maestro. Él continúa explicándoles que la orilla está más cerca y es más segura, por lo que deben nadar hacia ella. Incluso llegará a bromear advirtiéndoles que utilizará un remo para alejar a los que intenten acercarse a su barca. El sentido de esta analogía es muy claro y simple. Tenemos que “nadar” de la manera que el maestro nos ha indicado. Él nos enseña que nuestro destino es la “orilla, el Shabad interno”. El maestro exterior no es el destino sino el medio para ayudarnos a llegar a nuestro destino. Y esto lo hacemos al fijar nuestra atención en el interior a lo largo de nuestra meditación.
Los santos nos dicen que ellos lo harán todo. Pero también nos recuerdan, alientan y hasta entusiasman en que nuestra responsabilidad es realizar un esfuerzo. Al hacerlo así no deberíamos tener la esperanza de poder alcanzar resultados, ni esperar progresos como consecuencia de nuestros esfuerzos. De hecho estas expectativas son obstáculos en la meditación. Sin embargo si renunciamos a nuestros anhelos de controlar los resultados de la meditación, entonces nos abriremos hacia el amor del Señor y su mano auxiliadora.
Los maestros son muy claros al decir que la acción que más desean es nuestro sincero esfuerzo en la meditación. Si nos relajamos habremos comenzado a rendirnos a sus voluntades y dejaremos que los maestros tomen el control. ¿Acaso no es esto a lo que nos comprometimos cuando fuimos iniciados? Reconocimos que necesitábamos ayuda. Cuando aprendamos a confiar y a dejarnos guiar, entonces la realidad que está en nuestro ser verdadero podrá salir a la superficie. Los maestros nos explican que el amor está en nuestro centro interno. Se revelará de forma natural y nos liberará de todo lo demás de este mundo.
En Sant Mat se nos dice que no hay límites. Todo es posible. Así que, si en la espiritualidad no hay limitaciones, entonces solo hay oportunidades: la oportunidad de relajarse, la oportunidad de dejarse llevar y la oportunidad de que el Señor nos permita ver la luz y escuchar el sonido.
El maestro desea que triunfemos. Nuestro trabajo es simple: hacer acto de presencia, el esfuerzo de meditar y apreciar todo lo que el Señor hace por nosotros. Entonces podremos relajar nuestra meditación y confiar en que él hará el resto para llevarnos a la morada del Señor. Él nos está esperando. Así que, simplemente, relájate.
- De las grabaciones de preguntas y respuestas, 4 de marzo de 1983
- De las grabaciones de preguntas y respuestas, 14 de octubre de 1987