Gratitud sin palabras
Dice el Santo Paltu:
Existía otro Paltu.
Me confundieron con él y me ofrecieron la devoción.
Se me obsequió con la devoción al confundirme con
otro que lleva mi nombre.
Me apropié de la riqueza que le correspondía a otro y la oculté.
Estaba destinada a otro, pero me la obsequiaron a mí.
No lo sabe nadie más que yo.
Me ofrecí a devolverla, pero no la aceptaron.
Fue este un error que cometió el Uno, que es grandioso;
lo que él dijo que hice, es verdad.
Lo que él dijo que hice, es verdad, ¡O Paltu! Eres un gran pecador
y el Señor cometió un error.
Había otro Paltu. Me confundieron con él
y me ofrecieron la devoción1.
Todos sabemos que el Señor no se equivoca, aunque también sabemos que, si escudriñamos en nuestro interior, al igual que hizo Paltu, no nos creeremos dignos o merecedores de esta buena fortuna que nos ha brindado el Señor. Así que no debe ser nuestra valía lo que el Señor busca cuando nos elige para ser uno de los suyos. Debe usar un criterio diferente.
Por razones que no acertamos a comprender, él nos ha escogido para ser sus almas marcadas y en última instancia, nuestro progreso espiritual está en sus manos. Es inútil intentar averiguar “¿por qué yo?” pues solo nos corresponde a nosotros aceptar su gracia con gratitud y humildad y hacer todo lo posible por vivir conforme a sus instrucciones y orientación.
Todos tenemos historias que contar muy diferentes sobre cómo llegamos al sendero, pues hemos nacido en distintas circunstancias. Sin embargo, cualquiera que sea la historia de nuestra vida, todos estamos milagrosamente en este sendero extraordinario, profundamente agradecidos por estar bajo el amparo de nuestro maestro. Por raro que parezca, él nos ha traído hasta aquí. Puede que creamos que ello se deba a nuestras acciones, que nosotros hayamos encontrado al maestro, pero la realidad es que el maestro nos ha encontrado a nosotros. Él plantó una semilla en lo más profundo de nuestra alma; la cuidó y la nutrió hasta el momento en que entró en nuestras vidas. Rumi nos ofrece una reflexión sobre ello:
En el momento en que escuché mi primera historia de amor
Empecé a buscarte, sin saber
Lo ciego que estaba.
Al final los amantes no se encuentran en ningún lugar,
Pues están juntos durante todo el tiempo2.
Puede que haya tenido que pasar mucho tiempo hasta que se dieran las condiciones idóneas –para que se produjera el encuentro– aunque nuestra conexión con el maestro siempre ha existido. Esa primera historia de amor, el anhelo por ese amor, ese sentimiento de separación de nuestro hogar verdadero, provocaron que algo que estaba latente en nuestro interior despertara.
A pesar de no ser conscientes de ello, habíamos estado buscando al maestro durante toda nuestra vida. Nacimos con un anhelo insatisfecho, un vacío profundo en nuestro corazón. La única manera de llenar ese vacío es con el amor.
En el libro Legacy of Love, debajo de una foto cautivadora de Maharaj Ji, se encuentra esta reseña:
Nosotros no nos enamoramos del maestro; el maestro se ha enamorado de nosotros. Y luego sentimos ese desasosiego; creemos que nos hemos enamorado de él. El tirón lo sentimos desde el interior3.
Uno de los temas favoritos de los santos es el amor. Hafiz nos dice:
El tema de esta noche es el Amor
Y también el de mañana por la noche.
De hecho,
No conozco mejor tema
Del que hablar
¡Hasta el momento de nuestra muerte!4.
En una carta dirigida a un discípulo en el libro Joyas Espirituales, Maharaj Sawan Singh describe las cuatro señales de la gracia del maestro:
La primera señal de su misericordia hacia una persona es que genera en ella un descontento con la rutina mundana y un anhelo por buscar la verdad5.
¿Te sientes aludido? Cuando miras a tu alrededor, ¿te parece todo correcto? ¿Puedes siquiera darle sentido al mundo en que vivimos? Cuando miramos al mundo que nos rodea por vez primera, con los ojos abiertos y con claridad, caemos en la cuenta de que sentimos un descontento profundo y un anhelo por buscar algo superior.
Cuando llegamos a un punto en que sentimos descontento con el mundo y ansiamos conocer la verdad, son indicios estos de la segunda señal. El Gran Maestro continúa explicando: “La segunda señal es que nos pone en contacto con un maestro”. Primero crea el anhelo y luego nos envía al que nos consuela. El Gran Maestro concluye:
La tercera señal es cuando el maestro nos imparte el secreto de la corriente audible del sonido. La cuarta señal se manifiesta cuando el iniciado trabaja de una manera diligente y sincera en la técnica de la corriente audible del sonido y se embarca en el camino espiritual6.
La clave de esta última frase es: “el iniciado trabaja de manera diligente y sincera en la técnica de la corriente audible del sonido”. Trabajar de manera diligente y sincera se convierte en el objeto de nuestra vida, una vez que nos otorgan el obsequio del Nam, la corriente audible, se convierte en la razón de nuestra existencia. No existe nada más en esta vida que nos proporcione la misma felicidad y satisfacción, la misma paz y dicha, como la de trabajar de manera diligente hacia esta meta, y en realidad trabajar de manera diligente es todo lo que tenemos que hacer. Él acepta ese esfuerzo nuestro y lo transforma en algo milagroso, al igual que el alquimista que transforma el plomo en oro. Si nosotros le ofrecemos el más mínimo esfuerzo con sinceridad él es capaz de transformarlo en algo de valor incalculable.
Los maestros nos han dicho que nos darán su amor, su ánimo y nos prestarán su apoyo, pero nosotros hemos de poner de nuestra parte, pues tenemos un papel que desempeñar y hemos de esforzarnos.
Sin embargo, qué alianza tan extraordinaria hemos entablado con él. Nosotros solo tenemos que esforzarnos al máximo, realizar nuestra meditación, vivir según los preceptos de los cuatro votos, y a cambio él nos obsequiará con una riqueza espiritual inconcebible. No tenemos que conseguir ningún resultado, ni siquiera estar preocupados por conseguirlos. Únicamente hemos de sentarnos a la misma hora cada día, poniendo todo el esfuerzo de nuestra parte durante el tiempo requerido, para después seguir con nuestra jornada, siendo guiados y dirigidos por el modo de vida de Sant Mat del cual nos han hablado.
Y esta colaboración no se queda ahí. En muchas ocasiones hemos escuchado a los maestros decir que, si nosotros hacemos nuestra meditación, él se encargará de todo lo demás. Hazur escribe:
Por favor continúa tu práctica espiritual con redoblado amor y fe, y el maestro internamente se encargará de todo lo demás7.
¿Significa esto que si practicamos nuestra meditación el maestro se asegurará de que tengamos una salud perfecta, una familia cariñosa, mucho dinero, y que estemos libre de adversidades? No es así como funciona, pues todos nosotros tenemos que afrontar nuestro karma. Sin embargo, él nos proporcionará la fuerza, el entendimiento, la ecuanimidad y el equilibrio para poder pasar por estos problemas mundanos. Y él nos tomará de la mano en todo momento, para que podamos soportar los altibajos de la vida.
Todo lo que él desea de nosotros es nuestro esfuerzo, nuestras súplicas, nuestros intentos, nuestra llamada a su puerta, esta es la única ofrenda, nuestra parte del trato. Él se encargará de todo. Nos lo va a dar todo. Pero debemos de ser receptivos hacía lo que nos da. Tenemos que darle algo con lo que él pueda trabajar. Un discípulo escribió:
En las horas tempranas, cuando me siento en tu presencia
mi corazón te canta.
Ruego aceptes esta pequeña ofrenda,
y me perdones mis fracasos.
Únicamente puedo acudir a ti.
Envuélveme con tu presencia constante,
y llena mi corazón con la dulzura de tu amor8.
Al final esto es todo lo que esperamos, lo que tanto ansiamos: que él llene nuestros corazones con la dulzura de su amor. Su amor lo es todo para nosotros. Hazur Maharaj Ji dice:
No hay bhajan (práctica espiritual) más elevado que el del amor. No hay ley más suprema que la del amor y no hay meta más allá del amor9.
El amor es la fuerza más poderosa que existe, y es el medio por el cual el maestro nos atrae hacia él. Los santos vienen para que este amor y devoción broten en nuestro interior y sintamos el anhelo de regresar a él. El amor es la llave que abre la puerta de las regiones interiores.
Al pedirle a Hazur una explicación sobre el amor, dijo así:
El amor debe experimentarse. El Gran Maestro nos daba un ejemplo muy bello: si una persona muda prueba un dulce, ¿cómo podrá describirlo cuando se le pregunte, “cómo sabe el dulce”? Únicamente sonreirá sin ser capaz de articular palabra alguna, pues no se puede describir el amor con meras palabras. El amor solo puede sentirse y el lenguaje no le hace justicia10.
Y en ello consiste el objetivo de nuestra práctica: hacernos receptivos al amor del maestro a fin de poder sentir la dulzura de ese amor del que nos habla.
En la Ciencia del alma Maharaj Jagat Singh Ji escribe:
Gracias por el reconocimiento de la ayuda del maestro… La mejor manera de reconocer y agradecer su bondad y de expresar nuestro agradecimiento de forma apropiada es dedicarle más tiempo al bhajan y simran para que podamos interiorizarnos y contactar con el Nam, y tener así, una experiencia absoluta de primera mano11.
Esta dulzura se nos da en proporción a la intensidad de nuestro amor por él. Al principio puede ser sutil, al buscar momentos y lugares tranquilos y silenciosos. Disfrutamos de nuestra propia compañía y de periodos de soledad; y al haber probado y estar llenos de la bondad de su amor, este se convierte en la fuerza motivadora de nuestra vida. Todo lo demás se torna marchito y falto de interés.
Pero ahora Hazur Maharaj Ji nos plantea el desafío:
La meditación es una tarea grandiosa, pero incluso el encerrarnos en una habitación y sentarnos en un lugar para la meditación redunda en nuestro beneficio, pues la mente intenta evadirse y no desea aquietarse bajo ningún concepto12.
Él ha detectado el problema. La mente es una fuerza poderosa que opera de forma desenfrenada. Si dejamos que esto siga ocurriendo estaremos a su merced y el amor y la dulzura que tanto anhelamos será imposible de obtener. Estamos librando una batalla épica contra la mente. Sin el apoyo y la orientación constante del maestro, estaríamos absolutamente derrotados, pero él nos ha dado el arma para ganar esta batalla: nos ha dado la espada del simran.
Rumi describe la intensidad que supone esta batalla por nuestras almas:
Lucha, esfuérzate, combate y pelea,
No se gana la batalla con una débil entrega.
Continúa arañando, raspando y cortando
Las paredes de piedra que dificultan tu camino.
Corta, labra, tala, rompe, destruye, destroza, aplasta,
Sin descanso, hasta quedarte sin resuello.
Un esfuerzo endeble es mejor que dormirse,
Pues el Señor adora nuestros esfuerzos, luchas y tribulaciones.
En primer lugar, esfuérzate al máximo, y luego acepta de buen grado lo que te envíe.
Ten fe en él y confía en su voluntad.
El no esforzarse es igual que dormir entre ladrones.
Si a un pájaro se le sorprende durmiendo seguramente morirá.
Darse por vencido es igual que dormirse; no te quedes dormido por el camino.
Sigue caminando hasta que llegues hasta su puerta.
Cuando el maestro pone en tus manos una espada,
Él ha expresado claramente su deseo13.
Su deseo es que nos impliquemos en esta batalla con valentía y de forma incondicional haciendo uso de toda nuestra fuerza y nuestros recursos. Sin embargo, él es plenamente consciente de la magnitud de nuestra lucha. Él nos apoya y nos alienta pero no deja en nuestras manos los resultados. Como dijo Rumi: “Primero esfuérzate al máximo y luego acepta lo que [el Señor] te envía. Ten fe en él y confía en su voluntad”.
No siempre nos sentimos satisfechos con lo que percibimos como resultados de nuestra meditación. Algunos hemos estado meditando desde hace mucho tiempo y nos hemos creado expectativas de progreso, y en ocasiones nos sentimos decepcionados con nosotros mismos. Creemos que quizás esta tarea sea demasiado difícil y que no estemos hechos para este sendero, ni tener la disciplina ni el amor necesarios. Creemos que los demás pueden hacerlo, pero nosotros, no.
Sin embargo, los maestros no lo ven así, pues conocen nuestra lucha y valoran cada gramo de esfuerzo realizado, cada ronda de simran, y cada minuto de meditación que aportamos. El sendero de Sant Mat es un compromiso de por vida. No necesitamos ser impacientes o tener prisa. El maestro es el administrador de nuestra riqueza espiritual y la custodia con esmero. Nosotros únicamente tenemos que trabajar de forma diligente y sincera en la práctica de la corriente del sonido. Todo lo demás, todo lo demás está en sus manos.
Si deseamos pasar una tarde agradable, preparémonos una buena taza de té, busquemos un lugar soleado y hojeemos sin prisa el libro Legacy of Love. Algunos son de la opinión de que es el libro más maravilloso que se haya publicado jamás. Este libro es una celebración pictórica de la vida y misión espiritual de Hazur Maharaj Charan Singh.
Como gurú, padre e hijo modelo –y en todos los demás papeles que desempeñó– fue un ejemplo a seguir. Nos lo enseñó todo: cómo meditar, cómo vivir la vida espiritual de Sant Mat, cómo amar, cómo reír, cómo sacarle el máximo provecho a nuestra vida en este mundo. Nos enseñó a cuidar de nuestros padres, de nuestros hijos y de los demás seres humanos. La lista es interminable.
Y nos lo puso fácil. Durante cuarenta años nos dio el mismo mensaje: realiza tu meditación diligente y sinceramente, mantente firme en los cuatro principios, y emplea todo tu esfuerzo en vivir la vida de Sant Mat. Y eso es todo, en resumidas cuentas. Si lo hacemos así, él se encargará de todo lo demás.
Y, sin embargo, por mucho que nos gustara pasar tiempo con Hazur Maharaj Ji y por mucho que nos encanten estos momentos con Baba Ji, debemos recordar que enamorarse del maestro es un medio que nos lleva a un fin. Todo lo que vemos en el exterior, incluido nuestro cuerpo, algún día se convertirá en cenizas. ¿Qué es lo que perdurará? Algunas notas escritas a mano por Hazur Maharaj Ji en el libro Legacy of Love, nos sirven de reflexionan sobre esto:
La vida del ser humano no comienza en el vientre y nunca acaba en la tumba.
El amor es un tesoro valioso; es el obsequio de Dios para almas sensibles y grandes.
¡Enhorabuena! Crece y crece para poder disfrutar de la vida eterna14.
La misión del maestro es conducirnos hacia la vida eterna: a las regiones interiores y astrales de la que nos habla, las que nos enseña y con las que nos tienta. Él está allí, esperándonos pacientemente, en aquel lugar que es atemporal, eterno y más allá de nuestro entendimiento. Somos sus almas elegidas y él ha venido a llevarnos de vuelta.
Maharaj Jagat Singh Ji nos habla de esta misión:
Con mucha dificultad convence a su hijo para que le acompañe hasta su palacio y compruebe por sí mismo la gran herencia que le corresponde por derecho15.
Hay una bella cita de Hazur Maharaj Ji en el libro Luz sobre San Juan:
Cristo le dice a sus discípulos… Cuando vengáis a mí en el interior, os enseñaré cosas que nunca habéis soñado y que están más allá del entendimiento de la mente… Vuestra felicidad no conocerá límites cuando os reunáis conmigo en vuestro interior16.
- Maharaj Sawan Singh, Philosophy of the Masters, Vol. III, 5a ed., p. 176
- The Essential Rumi, rendered by Coleman Barks, p. 106
- Legacy of Love, p. 79
- The Subject Tonight is Love: 60 Wild and Sweet Poems of Hafiz, rendered by Daniel Ladinsky, p. 47
- Maharaj Sawan Singh, Joyas espirituales, #28
- Ibíd.
- Maharaj Charan Singh, Luz sobre Sant Mat, #57, p. 151
- Anónimo
- Maharaj Charan Singh, Luz divina, 1a ed., #436
- Maharaj Charan Singh, Muere para vivir, #296
- Maharaj Jagat Singh, Ciencia del alma, #48
- Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Vol. III, p. 94
- Based on lines from Jalaluddin Rumi, Masnavi, Book I: 932–1823.
- Legacy of Love, p. 519
- Isaac Ezekiel, Saint Paltu, p. 204
- Maharaj Charan Singh, Luz sobre San Juan, 1a ed., pp. 224-225