Escapar de la espada de Damocles
Se cuenta que hace más de 2300 años, en lo que hoy es el sur de Italia, un rey cruel llamado Dionisio gobernó con gran fastuosidad. Tal y como lo han hecho los líderes decadentes a lo largo del tiempo, se rodeó de exquisitos lujos. Sus sillones estaban tapizados con telas de oro, sus platos de plata llenos de alimentos exóticos de todo tipo, servidos ante él por criadas elegidas por su belleza física. Un imperio de ciudadanos y ejércitos obedecía cada una de sus órdenes. Realmente parecía “tenerlo todo”.
Entre los asistentes de la corte había un hombre con lenguaje adulador, Damocles. A este cortesano se le escuchaba a menudo elogiar la lujosa vida que su rey había creado. Su palacio real era tan grandioso, sus ejércitos tan extensos, sus almacenes tan repletos de riquezas.
Un día, Dionisio –quizá cansado de la continua adulación– sugirió que él y Damocles intercambiaran lugares, lo cual Damocles aceptó con entusiasmo. Damocles se sentó rodeado de deliciosos manjares, atendido por hermosas sirvientas, mimado por todos en la corte. ¿Qué no iba a gustarle?
Pero entonces Dionisio ordenó que una espada afilada fuera colgada por un único pelo de crin de caballo sobre la cabeza de Damocles. De repente, los apetitosos manjares, las pomadas perfumadas y el exquisito entorno perdió su atractivo. Suplicó que se le permitiera volver a su antiguo puesto como persona sin importancia.
¿Qué podemos aprender de la historia de la espada de Damocles? Tradicionalmente, se hace referencia a este cuento cuando hablamos de una amenaza inminente o de que la muerte pende de un hilo sobre todos nosotros, o a veces para recordarnos que la felicidad no se puede conseguir en las posesiones materiales.
Baba Ji suele enseñarnos que debemos vivir la vida felizmente y no con miedo, que debemos aprender de nuestros errores y estar relajados. Insiste en que tenemos que vivir en el presente, y si realizamos las acciones correctas en el presente, no tenemos nada que temer en el futuro.
Sin embargo, a menudo nos cuesta seguir su consejo. ¿Quién puede afirmar que no tiene miedo de nada, ni de la pobreza, ni de la pérdida de un familiar, ni de la enfermedad en la vejez? ¿Quién no ha hecho o dicho algo de lo que se arrepiente profundamente? Pero Baba Ji nos insta a dejar esto atrás, a forjar un futuro libre de cualquier miedo. Cuando seguimos los consejos que a menudo nos brinda para convertirnos en buenos seres humanos, creamos naturalmente una vida más relajada y positiva tanto en el presente como en el futuro. El pasado pierde su poder de colgar sobre nosotros como la espada de la que Damocles era constantemente consciente y que temía. El futuro se convierte en producto de nuestras acciones presentes.
Cuando nos refugiamos en el maestro y sus enseñanzas, nos alejamos de la espada colgante de la desesperación y el desconsuelo. ¡Cuánto debió desear Damocles poder levantarse suavemente de su cómodo asiento y alejarse de puntillas, dejando atrás los lujos y atractivos que le rodeaban! ¡Ver el cielo azul sobre su cabeza en lugar de una espada asesina!
Y podemos hacer precisamente eso. Alejarnos de todo lo que el mundo ha puesto a nuestros pies y de la constante amenaza que se cierne sobre nosotros y refugiarnos en el maestro. Podemos empezar a ver nuestros errores como puntos de referencia en el camino para ser mejores seres humanos en lugar de barrancos donde nos hemos estrellado y quemado. ¡Renuncia al miedo! Adquiere confianza y satisfacción.
En repetidas ocasiones, Baba Ji nos anima a ser objetivos y a responder en lugar de reaccionar. Al seguir su consejo, encontramos una libertad que reduce nuestro temor a las armas del mundo. Además, se reduce el número de enredos que creamos y en los que nos metemos de forma natural.
Y nos preparamos para escapar de una habitación donde cuelga una espada y entrar, sin miedo, en la presencia de nuestro maestro.