Consejos para todas las épocas
Hay un conjunto de dichos sencillos muy conocidos en el libro “Ethics of the Fathers”, una sección del Talmud judío; que hace referencia a cómo nos comportamos en cada situación y cuáles deben ser nuestras prioridades en la vida. Los dichos se atribuyen a varios rabinos que estuvieron activos en los años iniciales del primer milenio. Por ejemplo, el rabino Hillel, que vivió más o menos durante la misma época que Jesucristo (100 a. C. - 10 d. C.), nos enseña:
Si yo no estoy para mí, ¿quién estará para mí?
Y aunque esté para mí, ¿qué soy?
Y si no es ahora, ¿cuándo?1
¿Qué significa esto y qué podemos aprender de ello para proteger y mejorar nuestra vida espiritual?
Si yo no estoy para mí, ¿quién estará para mí?
Si no me preocupo por mi bienestar espiritual, ¿quién se preocupará por mí? El maestro me ha dado las directrices y la iniciación. Me ha proporcionado el mapa del camino, la meta, y me ha dado un “empujón” cariñoso. Ahora tengo que priorizar mi meditación y mi seva y vivir una vida de acuerdo con las enseñanzas del maestro. Nadie más lo hará por mí.
Tenemos que estar atentos toda la vida, tanto a la hora de cumplir con nuestra meditación como con nuestro estilo de vida. Tenemos que superar nuestra tendencia a ensimismarnos y enfocarnos en nuestras prioridades: la meditación, las responsabilidades familiares, el trabajo, el seva y vivir una vida positiva. A veces los satsanguis se preocupan de que se están volviendo demasiado egoístas. Hazur Maharaj Ji compartió lo siguiente:
Nadie puede vivir en este mundo sin ser egoísta. Todo el mundo es egoísta. Así que también debemos ser egoístas para encontrar nuestro objetivo en la vida. ¿Por qué no somos egoístas en ese sentido? ... Si se nos ha dado este nacimiento humano para regresar al Padre, y es una oportunidad excepcional que no podemos conseguir tan fácilmente, también debemos tener ese instinto egoísta para realizar este objetivo durante este intervalo de la vida2.
En otra ocasión, Hazur explicó:
Siento que cuanto más tiempo dedicamos a la meditación, más cerca estamos del Señor y más cerca estamos de nuestro destino... Nos estamos expandiendo; de ser una parte, nos estamos convirtiendo en el todo. Cuando nos fundimos en el Señor, nos convertimos en el Señor. Y cuando nos convertimos en el Señor, nos hacemos todos uno. Yo diría que ahora, mientras somos esclavos de los sentidos, somos egocéntricos. Somos egocéntricos mientras intentemos satisfacer nuestros deseos de cualquier cosa menos el deseo de fundirnos de nuevo con el Señor.
A medida que nos acercamos a él, nuestra visión se amplía, y cada vez pertenecemos a más personas. A medida que nos acercamos al Señor, vamos amando a más personas. Cuando le amamos, automáticamente amamos su creación, y entonces le pertenecemos a todo el mundo. Cuando pertenecemos a aquel que es de todos, entonces también pertenecemos a todos.
Es una idea muy equivocada pensar que nuestra meditación nos llevará al egoísmo. ¿Qué es el egoísmo? ¿Pensar en uno mismo? Todo el mundo piensa en sí mismo... Pero cuando empezamos con la devoción al Señor, cuando nos acercamos a nuestro hogar, salimos de ese egoísmo. De esta manera, nos acercamos a la unicidad; nuestra visión se vuelve mucho más amplia y nos damos cuenta de que pertenecemos a todos. Entonces comprendemos que solo nos estábamos apegando innecesariamente a algunos, y que cuando pertenecemos al Señor, que pertenece a todos, también nosotros pertenecemos a todos. Creo que nos deshacemos del egoísmo a través de nuestra devoción al Señor3.
Y aunque esté para mí, ¿qué soy?
Tenemos que ser equilibrados. Si me preocupo únicamente de mí mismo, como enseña el rabino Hillel, entonces ni siquiera soy un ser humano. Los maestros siempre han resaltado que debemos ser compasivos y amorosos con todos. Si alguien necesita ayuda, debemos ofrecérsela tanto como nos sea posible. Este criterio ha sido demostrado recientemente por los extraordinarios esfuerzos de los sevadares en Dera y en toda la India, que alimentaron y dieron refugio a miles de trabajadores que estaban desamparados en la India durante los confinamientos. También prestaron ayuda médica y refugios de aislamiento cuando fue necesario. Este esfuerzo es una ampliación de la ayuda médica que Radha Soami Satsang lleva a cabo en toda la India en tiempos normales.
El pensar en los demás como uno piensa en sí mismo, es un reflejo de hacerse uno con el Señor y, por tanto, con su creación, con todos los seres vivos. El Gran Maestro escribió sobre la importancia de la compasión hacia todos y citó a Gurú Nanak:
Solo comprende esta compasión aquel que considera a todos los seres vivos como su propio ser. Uno puede alcanzar este estado únicamente cuando muere en vida. Gurú Nanak Sahib dice que esa persona recibe honor en la puerta del Señor. Este estado se alcanza fácilmente para aquel que muere en vida4.
¡Oh Nanak! Solamente recibe la gloria,
quien logra verse a sí mismo en todas las manifestaciones de la vida5.
En una sesión de preguntas y respuestas, Hazur Maharaj Ji profundizó sobre lo que significa sentirse conectado con todos los seres vivos y no solo con los seres humanos.
Tienes que ser un buen ciudadano, un buen amigo, un buen hermano, un buen padre, un buen marido: amable, cariñoso con todo el mundo, servicial hacia la sociedad. Eso no significa que estés apegado a ellos. Tener un corazón compasivo es muy diferente al apego. Si vas conduciendo y ves a un perro que ha sido atropellado, paras el coche. Te compadeces tanto del perro que incluso derramas lágrimas al verlo en tan lamentable estado. Eso no significa que le tengas cariño al perro. No conoces al perro en absoluto. Solo tienes un corazón lleno de amor, un corazón compasivo, que sufre por el perro... Es una cuestión de actitud. Debes tener un corazón amable y cariñoso, un corazón compasivo y servicial6.
Y si no ahora, ¿cuándo?
Por supuesto, esto es lo que el maestro siempre nos dice: que no aplacemos las cosas. No existe el mañana. Si tenemos que hacer cambios en nuestro comportamiento, en nuestros valores, en nuestra actitud, el momento de hacerlo es ahora. Así es como podemos vivir en el presente, en la presencia del maestro. La gente le preguntaba a menudo a Hazur si podían estar seguros de que regresarían al Señor en cuatro vidas. Él solía decir:
¿Por qué limitarnos? ¿Por qué pensar en cuatro vidas? ¿Por qué no intentar hacerlo en una sola vida? Debemos hacer todo lo posible para alcanzar nuestro destino en una sola vida. Si no lo conseguimos en esta vida, el Señor nos dará otra vida, y dos o tres más si es necesario, pero la garantía es que cuando nos esforzamos sinceramente por encontrarnos con él, sin duda lo haremos, y cada vida será mejor y más propicia para nuestro progreso espiritual que la vida la anterior7.
Solo debemos pensar que esta es nuestra última vida y que debemos volver al Padre. Nunca hemos de consolarnos pensando que tendremos suficientes oportunidades en el futuro. Es un concepto erróneo. Este es el momento en que tenemos que hacernos uno con él8.
Hazur reprendió a la persona que le preguntó:
¿Por qué pensar en volver? Aprovecha al máximo esta vida. Lo que quieras conseguir la próxima vez, intenta conseguirlo ahora. Te estás arriesgando al suponer que la próxima vez serás un ser humano, pero ahora estás seguro de que lo eres, así que aprovecha tu nacimiento humano ahora9.
El mensaje del maestro siempre es coherente. Examinemos ahora lo que el Gran Maestro le escribió a un discípulo occidental:
Por lo tanto, lo prioritario es entrar en este laboratorio que está dentro de nosotros, y recoger nuestra atención dispersa dentro del foco del ojo. Este es un proceso lento, pero no tenemos justificación para decir que no podemos hacerlo, o que resulta imposible, o que es inútil. He aquí un valioso empeño para el empleo de nuestras facultades críticas y de otro tipo. Si no podemos controlar y dominar los pensamientos que surgen dentro de nosotros, ¿quién lo hará? Es nuestro trabajo y tenemos que hacerlo, y debemos hacerlo ahora, en esta misma vida… 10
Por lo tanto, la respuesta es clara: ¡solo existe el ahora!
- Pirkei Avot (Ethics of the Fathers), Babylonian Talmud, 1:14
- Spiritual Perspectives, Vol. II, # 590
- Ibíd, # 589
- Philosophy of the Masters, Vol. 3, p. 235
- Guru Nanak, Adi Granth (M 1, Sidh Gosht, 940–17); Ibíd, p. 235
- Spiritual Perspectives, Vol. III, # 366
- Ibíd, # 599
- Ibíd, # 600
- Ibíd, # 602
- Joyas espirituales, # 157