El karma simplificado, Nuestro destino es la suma total de nuestras estupideces

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El karma simplificado
Nuestro destino es la suma total de nuestras estupideces

El tema del karma genera muchas preguntas y discusiones intelectuales. Quizá sea porque nos cuesta aceptar la sencilla y cruda fría realidad de la ley del karma y la reencarnación. De hecho, se mire como se mire, la ley del karma es muy simple y fácil de entender. Incluso la forma de afrontar el impacto del karma en nuestra vida también es sencilla y fácil de comprender.

Las cosas que nos hacen llorar en la vida son fruto de nuestras acciones pasadas o karma. En pocas palabras: cometemos acciones, las acciones tienen consecuencias y las consecuencias se convierten en nuestro karma. La Biblia dice: “Lo que siembres, cosecharás”1. Recibimos esta vida para pagar por los karmas de vidas pasadas, pero mientras lo hacemos seguimos cometiendo acciones que aumentan nuestra deuda kármica. Nos preguntamos: ¿Por qué yo? ¿Qué hice yo para merecer esto? La vida nos da lágrimas, pero son lágrimas de nuestra propia cosecha.

En la película Un hombre llamado Ove, Ove dice: “Tu destino es la suma total de tus estupideces”. Esta es quizá la definición más sencilla y directa del karma. Por lo general, los humanos no son conscientes de las leyes del karma y cometen acciones estúpidas, sin saber el coste de esas cosas. Aunque tengamos una vaga idea de que: “Todo lo que va vuelve”, la mayoría no somos conscientes de la ley del karma y sus consecuencias.

Si vamos a unos grandes almacenes a pagar una deuda, a menudo nos encontramos con que la caja para pagar está en la última planta, en algún lugar al fondo del todo. Al recorrer los grandes almacenes para ir a pagar nuestra deuda, tenemos que pasar por todos los departamentos y vemos todo tipo de cosas para comprar y acabamos saliendo de la tienda con una deuda mayor de la que teníamos cuando entramos. Lo peor de todo es que, en la tienda del karma, compramos cosas sin ni siquiera saber el precio de los artículos. En la vida, generalmente, no compramos nada sin saber su precio. Aun así, cometemos acciones sin conocer sus terribles consecuencias. Parafraseando a Hazur, él una vez dijo: Si supierais el precio no haríais esas cosas. Este es el motivo por el que seguimos en la rueda de nacimientos y muertes.

Todos tenemos un gran almacén de karma. Cuando se nos da la vida se nos asigna una parte de esos karmas para afrontar durante esa vida. Esta asignación, es solo una parte de nuestro gran almacén de karma. pues se necesitan muchas vidas más para afrontarlos todos. Para empeorar las cosas, nosotros tontamente cometemos acciones nuevas que aumentan la carga.

Hazur Maharaj Chara Singh explica la ley del karma con palabras sencillas:

De todo lo que hemos sembrado en el pasado, ahora hemos venido a cosechar la parte correspondiente a esta vida. Todo aquello que hemos sembrado en el pasado y no podemos afrontar se deja en nuestro almacén de reserva de karmas. Así que, la parte asignada a esta vida se convierte en nuestro karma de destino. Ese es nuestro destino. Tenemos que afrontarlo. Todo lo que estamos sembrando ahora, todos los karmas que estamos creando actualmente, se transformarán en nuestro destino en el próximo nacimiento. Y todo lo que no podamos afrontar en el siguiente nacimiento se añadirá a nuestro almacén de karma2.

¡Los santos vienen a despertarnos! Nos dicen que el propósito de la vida humana es la realización de Dios. Nos explican la ley del karma y nos dicen cómo liberarnos de sus cadenas. Ellos cambian nuestro destino intercambiando la suma total de nuestras estupideces por la suma total de nuestra práctica espiritual. Cuando escuchamos a los santos se nos enciende una bombilla y nos damos cuenta del apuro en que nos encontramos. Nuestro primer impulso es correr al micrófono y pedir al maestro que nos perdone por nuestras acciones. Su respuesta, lamentablemente, es que tenemos que pagar por nuestras acciones. Los maestros no están aquí para confesarnos y perdonar nuestros pecados; sino para enseñarnos la forma de salir de nuestros apuros kármicos. Parafraseando al maestro, hace poco nos explicó que solo por pedirlo nuestro karma no se eliminará. Solo se eliminará con la práctica del Shabad: escuchando el Shabad.

Los santos nos dan una fórmula sencilla que consta de dos partes para romper con las cadenas del karma y la reencarnación. Si comprendemos y llevamos a la práctica las dos cosas citadas a continuación, no solo habremos resuelto todas nuestras preguntas sobre el karma, sino que habremos resuelto el problema del karma completamente. Esas dos cosas son:

  1. Deja de hacer estupideces para reducir nuestra suma total. Haz solo aquello que te acerque al Señor. Sigue los tres primeros votos que hiciste en el momento de la iniciación. Prometimos ser vegetarianos; abstenernos del alcohol y las drogas; y llevar una vida moral: ser honestos en todo momento y abstenernos de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Puede que haya algunos que piensen que estos votos suponen un sacrificio. Pero no, es simplemente renunciar a aquello que nos hace sufrir. Si los votos fueran: deja de martillarte los dedos de los pies con un martillo, deja de ingerir veneno o para de pincharte los ojos, no nos costaría ver que es por nuestro bien. Seguir los votos que hicimos en el momento de la iniciación reduce nuestro sufrimiento de una manera considerable.
  2. Haz lo inteligente: conéctate al Shabad. Practica el simran y el bhajan como te ha prescrito el maestro. Sigue el cuarto voto que hiciste en el momento de la iniciación, que es meditar durante 2.30 horas cada día. Esto es hacer lo inteligente. En Spiritual Perspectives, Hazur nos dice: “Sin la iniciación, sin la práctica espiritual, nadie puede librarse del ciclo de nacimiento y muerte”3.

En definitiva, el Shabad es el antídoto del karma, es el limpiador del karma, su poder es lo único que puede destruir nuestro almacén de karma. Solo podemos obtener el Shabad, el Nam, con la práctica de la meditación hecha con devoción, atención y amor. No superamos nuestros defectos para poder meditar. Meditamos para poder superar nuestros defectos. En Spiritual Perspectives, Hazur explica:

Tienes que luchar contra tus propios karmas. Debes meditar para eliminar esos karmas. No puedes pensar que el maestro te ha quitado esos karmas y ahora eres absolutamente libre. Ese concepto es erróneo. Mira, si a un soldado se le equipa para luchar contra el enemigo, tiene que luchar contra el enemigo”4.

Así que lo único que debemos saber sobre el karma es: Sigue los votos realizados en la iniciación. Esta es la fórmula del éxito. Así es como el maestro equipa al soldado para ganar la batalla.


  1. Biblia, Gálatas 6:7
  2. Spiritual Perspectives, vol. I, #65
  3. Spiritual Perspectives, vol. I, #68
  4. Spiritual Perspectives, vol. I, #541