Venga, reunámonos con el amor en un instante
¡Buenos días, soy Dios! Hoy me ocuparé de todos tus problemas.
No necesitaré tu ayuda. Así que, ¡que tengas un buen día!1.
Sí, un buen día, ya que Baba Ji nos invita diariamente a construir una relación con el Señor y a no soltar nunca su mano. Si disfrutamos de nuestro tiempo con él, ¡estaremos construyendo una relación con el Señor!
¡La suerte está echada y la invitación se ha enviado para que nos relacionemos con el Señor! ¡Tomemos su mano! ¡Vayamos a saludarlo en el ámbito de su amor, donde podemos estar en comunión con él en un instante!
Se dice que el idioma de los místicos es el amor, y se encarnan aquí en su totalidad en forma de amor. Los místicos dicen: “El sendero del amor es el más elevado, hasta el punto de que Dios mismo es amor”2. Sí, “Dios es amor”3, y “el amor es la más poderosa y eficaz de todas las prácticas para encontrar al Señor. Es el único método por el que se puede alcanzar la comunión con él en un instante”4. ¡Nada menos que en un instante!
¿Y por qué no? ¡Hemos estado yendo a la deriva sin cesar en el océano de su amor! ¡Y así, para todos nosotros, su amor es la vida misma! Igual que Rumi, nuestra alma anhela ser libre, pertenecer exclusivamente al emperador de las almas embriagadas de amor.
“El verdadero amor no se puede alcanzar sin el maestro”5. El amor es la consciencia de todos los místicos. Ahora, tenemos un conocimiento limitado de esta conciencia del amor, pero cuando leemos las palabras de los místicos o estamos en presencia del maestro, siempre estamos deseando aprender más sobre esta esencia tangible. ¡Hay una familiaridad –una reverberación– que nos toca la fibra sensible y nos infunde esperanza! Y empezamos a vislumbrar esa realidad espiritual a través de esos seres que encarnan el elixir del amor. Ellos nos aconsejan: La esencia de todos los caminos hacia la realización de Dios es el amor. Es el más poderoso y el más sublime de todos los caminos. El buscador nunca llegará a su destino sin el amor en su interior6.
¿Nos atrevemos siquiera a pensar en la posibilidad de amarlo? ¿Cuáles son nuestras posibilidades? El amor está más allá de todos los limites7. ¿Cómo podemos los simples mortales amar al ilimitado? El amor impregna todos los poros del amante8. Y, sin embargo, ¿qué sabemos del amor? ¿Cómo amar al infinito? ¿Cómo alcanzar al sublime? ¿Cómo amar a Dios? ¿Cómo dar ese salto? ¿Cómo empezar?
¡Es fácil! ¡Podemos hacerlo! Es un pequeño salto con una pequeña porción del amor que podemos reunir. Podemos empezar poco a poco y se construirá por sí solo, porque el amor es una fuerza dinámica. El amor se autogenera. El amor es una experiencia que se siente, cuando nos envuelve y abraza en una crisálida de amor.
Si nuestros corazones se conmueven y enternecen por seres queridos, una mascota, o una hermosa puesta de sol, significa que no estamos desprovistos de amor. Podemos canalizar esa energía de amor –sin importar en qué medida– canalizarla directamente al centro de los ojos y sentarnos en ese espacio de amor con el maestro, mientras nuestra sonrisa interior se dulcifica y nos calma muy tiernamente. ¡Esa magia es suficiente para lograrlo! Es muy simple y muy efectivo. ¡Tenemos amor! Si deseamos encontrarnos con él en el ámbito de su amor, el amor es nuestro medio para sortear todos los demás sistemas y encontrarnos con él instantáneamente. Podemos participar activamente con el amor en nuestra meditación. Como Baba Ji nos ha dicho, es maravilloso si disfrutamos del tiempo que pasamos construyendo una relación con el Señor.
“Solo hay un Dios, y todos somos expresiones de su amor”9. Nuestra atención consciente es nuestro amor. En Filosofía de los maestros, el Gran Maestro define nuestra alma como “atención consciente”. ¡Eso significa que el amor es la clave de todo! ¡El amor puede superar a la mente! La mente no puede conquistar a la mente, pero el amor puede cortarla igual que un cuchillo corta la mantequilla. La mente no puede defenderse cuando se enfrenta al amor. Por eso el maestro es tan poderoso. ¡Todo su ser es amor! ¡Él es esa arma, el arma del amor! Incluso si pudiéramos multiplicar el amor por el infinito y llevarlo a las profundidades de la eternidad, incluso entonces no tendríamos ni un atisbo del amor que los maestros espirituales sienten por el Señor.
Huzur Maharaj Ji dijo: “La meditación crea el amor. Fortalece el amor. Profundiza el amor. Hace crecer el amor. En última instancia, te ilumina y te convierte en Dios. Todo eso es la meditación”10.
No tenemos palabras para transmitir el amor que el maestro siente por nosotros. Ni siquiera sé si tenemos la profundidad de compresión para ser conscientes de lo que es ese amor. Y si pudiéramos comprender tan solo una pequeña porción de la profundidad de su amor, entonces quizá, quizá, podríamos tener un vislumbre de la deuda de gratitud que tenemos con él.
Pero podemos empezar poco a poco, como dice él: debemos construir una relación con el Señor y no soltar nunca su mano. Tenemos una invitación diaria para encontrarnos con el emisario del amor. Entreguemos nuestro amor a quien ya es dueño de nuestro propio aliento y de nuestros valiosos momentos. Sentémonos en nuestra meditación diaria con esas sencillas instrucciones de amor para construir una relación con el Señor y no soltar nunca su mano. Venga, ¡reunámonos con el amor en un instante!
- Joyce Meyer, Good morning, this is God…, Faithwords: Hachette Book Group, 2003
- Philosophy of the Masters, Vol. II, p. 172
- The Bible, John 4:16
- Philosophy of the Masters, Vol. II, p. 174
- Message Divine, p. 100
- Ibíd, p. 99
- Ibíd, p. 99
- Ibíd, p. 99
- www.rssb.org, homepage
- Spiritual Perspectives, Vol. II, #146