Fija tu mirada en el maestro
Tulsi Sahib era un místico de origen hindú que vivía en Hathras en la India del siglo XVIII. Escribió muchos poemas sobre el camino espiritual interior que conduce a la realización de Dios. Entre ellos se encuentran algunos ghazals, o poemas devocionales líricos, que dirigió a Sheikh Taqi, un faquir o santo musulmán. Sheikh Taqi estaba en su peregrinación a La Meca y casualmente instaló su tienda en el vecindario de la residencia de Tulsi Sahib. En este poema, Tulsi Sahib le explica a Sheikh Taqi lo que significa seguir a un maestro espiritual y lo que debe hacer un discípulo.
O Taqi, fija tu mirada en el maestro
que te ha ofrecido su mano.
No seas negligente ni te rindas si deseas contemplar
el esplendor de tu amado1.
Los místicos y los santos nos instan a mantener en mente el propósito de la vida humana y a enfocarnos en ese objetivo todos los días durante toda nuestra vida. ¿Cuál es este propósito de la vida? Hazur Maharaj Charan Singh Ji explica:
El principal propósito de la vida es realizar a Dios. Este privilegio que el Señor ha otorgado solo a los seres humanos. …Todo lo demás lo hemos obtenido cada vez que venimos a este mundo, en cualquier forma, en cualquier especie.
Pero el privilegio de volver al Padre solo se puede alcanzar en la vida humana. Por lo tanto, siempre debemos estar atentos a nuestro destino y tratar de seguir el camino espiritual que nos lleva de regreso a él. Mientras trabajamos en nuestro destino, nuestras cuentas o ajustes kármicos –nuestros otros deberes, responsabilidades– no debemos olvidar el fin y el propósito por el cual hemos venido a este mundo2.
Aquí Hazur nos recuerda que cualquier cosa que nos depare la vida es el resultado de nuestro karma, de acciones que hemos realizado durante vidas anteriores. Las situaciones en las que nos encontramos, las personas que conocemos, las responsabilidades que obtenemos, los bienes que adquirimos, todo es el resultado de eso. No podemos cambiar este karma, este destino. Es el camino de la vida que tenemos que seguir, con todos sus altibajos asociados. Los místicos y los santos, sin embargo, enfatizan que hay más en la vida como ser humano que solo el ejercicio de resolver el karma. Esta vida nos da también la oportunidad de realizar lo supremo, lo divino, encontrarnos con el amado de nuestra alma y así trascender este mundo y su ciclo de nacimiento y muerte. Con ese propósito, se nos ha dado esta forma de vida. “Los santos dicen: Enfréntate a ese destino; y luego también trata de encontrar la salida de este mundo”3.
¿Cómo podemos encontrar nuestro camino? Centrando incesantemente nuestra atención en el mensajero de Dios, el maestro, que nos ofrece su guía y ayuda para encontrar el camino de regreso al Altísimo. Porque el camino a Dios es insondable. Es un camino que no conocemos, que nosotros mismos no podemos encontrar y, sobre todo, que no podemos recorrer, porque es diferente de lo que pensamos o imaginamos. Por lo tanto, dice Tulsi Sahib, si quieres ver cumplido el propósito de la vida y realizar lo divino:
O Taqi, fija tu mirada en el maestro
que te ha ofrecido su mano.
No seas negligente ni te rindas si deseas contemplar
el esplendor de tu amado.
Él nos aconseja amorosamente que hagamos todo lo posible para involucrar al maestro en cada paso que damos en este camino de la vida, para tenerlo presente en todo lo que hacemos. Necesitamos hacer esto para no perdernos en lo que sucede a nuestro alrededor y no ser engañados por nuestros propios pensamientos, ideas, sentimientos y emociones, o estar molestos por lo que nos sucede. El maestro conoce el camino, conoce los altibajos que tenemos que atravesar y está muy feliz de guiarnos a través de ellos. Por lo tanto, nos tiende la mano. Depende de nosotros dejarnos tomar de la mano, poner nuestra mano en la suya y entregarnos a su guía. Depende de nosotros hacer nuestro mejor esfuerzo para tomar su mano una vez que nos haya iniciado siguiendo sus instrucciones y enfocando nuestra atención en la verdadera forma del maestro, el Shabad, en el centro del ojo a través de la práctica diaria de la meditación. Durante todos esos momentos del día en que no necesitamos involucrar nuestra mente en el trabajo que hacemos, repetimos en nuestra mente los sagrados nombres que él ha dado en el momento de la iniciación. Hazur Maharaj Ji explica esto cuando dice:
Cualquier cosa que puedas hacer en este mundo para mantener a tu maestro dentro de ti o mantenerte a ti mismo con el maestro es meditación, es parte de la meditación. Ya sea que estés sentado correctamente o sentado en silencio, lleno de amor y devoción por el maestro, o escuches el sonido, veas la luz, sea lo que sea que estés haciendo, incluso el trabajo mundano, si tu maestro está contigo en tu mente, en tu corazón, si todos tus tratos se ajustan a las enseñanzas, a los mandatos del maestro, entonces estás con el maestro. Por eso decimos que Sant Mat no es solo meditación; es un estilo de vida. Tenemos que amoldarnos a esa forma de vida para que estemos siempre con nuestro maestro, en todas las actividades de nuestra vida, para que no lo olvidemos en ningún momento y lugar4.
No seas negligente en esto, escribe Tulsi Sahib. No te dejes distraer por todas las cuestiones que pasan durante el día. Porque solo cuando nuestra atención esté totalmente enfocada en el maestro, en el Shabad, y no haya nada en nuestros corazones más que un deseo profundo de encontrarnos con el amado de nuestra alma, él se revelará a nosotros –adentro en el centro del ojo– en toda su grandeza.
Suena muy fácil: no distraernos del propósito para el que nacimos y mantener nuestra atención enfocada hacia dentro en el Shabad en lugar de hacia afuera en el mundo. Pero es la tarea más difícil que se nos puede encomendar. Esto se debe a que nuestra mente está tan acostumbrada a orientarse hacia afuera. Es muy fácil de seducir por las cosas mundanas y no se aparta fácilmente de ellas. El Gran Maestro dice:
La mente no es algo que se pueda apagar y encender a voluntad.
No se puede apartar de su curso rutinario a pesar del mejor esfuerzo realizado en un día, un mes o un año. Es una lucha de por vida. Aquellos que han pasado por esta lucha, o que están comprometidos en ella, entienden lo que es conquistar la mente. ...Está unida al mundo exterior con cuerdas, cuerdas dobles, cuerdas triples y cuerdas múltiples y ha estado sujeta por estas cadenas durante tanto tiempo que no siente la irritación de sus ataduras. En cambio, le gustan.
...Si fuera un asunto fácil, Guru Nanak no se habría sentado sobre guijarros durante doce años. Cristo no habría pasado diecinueve años en las colinas tibetanas y el mismo Soami Ji no habría meditado en un cuarto trasero solitario y oscuro durante diecisiete años5.
Hay una historia en Cuentos del oriente místico que nos da una impresión aun más fuerte de lo difícil que es controlar la mente:
Guru Vashist le dijo una vez a su discípulo Ramchandra: “Si me dijeran que alguien había escalado los Himalayas, puedo, por un momento, asumir que existe tal persona en el mundo. Si alguien dijera que se ha tragado el mar, por increíble que parezca, puedo creerle también por un instante. Si alguien afirmara que ha domesticado los vientos del mundo, no se le podría tomar en serio, pero por una fracción de segundo, puedo estar de acuerdo con él. Sin embargo, si alguien presumiera de haber controlado su mente, nunca le creería”. La poderosa fuerza de la mente no se controla fácilmente6.
Por tanto, no es una tarea fácil y parece imposible. Sin embargo, los místicos y santos como Tulsi Sahib nos instan a hacer todo lo posible para mantener nuestra mirada, nuestra atención, enfocada en el Shabad en el centro del ojo y tomar la mano del maestro en cada acción que realizamos, sin dejarlo por negligencia. Cada esfuerzo que hacemos le da al maestro la oportunidad de guiarnos y derramar su gracia sobre nosotros, y es esta gracia la que nos conducirá a nuestro amado. Hazur dice:
Su gracia nunca falta si nuestro esfuerzo es sincero y honesto. …No nos darían esta vida humana, no estaríamos en el camino para nada, no encontraríamos a un místico en absoluto, si no fuera por su gracia. Entonces, cuando nos ha marcado para ser parte de cierto redil, de cierto maestro, él no niega su gracia después de eso. ¡Está más ansioso que nosotros! Por lo tanto su gracia siempre está ahí, pero tenemos que hacer nuestro deber. No podemos ver la gracia sin cumplir con nuestro deber. Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo; entonces su gracia está siempre ahí7.
Como dice Maharaj Jagat Singh:
Debemos esforzarnos mucho por dominar la mente y hacer todo lo posible para ahuyentar las malas cualidades que nos dominan. Pero, si después de luchar muy duro todavía nos encontramos con que no hemos avanzado un solo pie en este largo viaje, no debemos desanimarnos. El maestro sabe bien que con nuestras manos y pies débiles, no podremos realizar este viaje aunque sigamos viajando durante cien mil años. Quiere inculcarnos que, si no interviene la gracia del Señor, nadie puede caminar por este sendero de inmortalidad. Cuando colapsamos y caemos, sin fuerzas para seguir luchando, entonces la bondad amorosa y la gracia del maestro nos llevarán hacia adelante como un niño tambaleante es llevado en brazos por su madre8.
Eso es lo que hace el maestro. Él nos llevará hacia nuestro amado después de haber puesto la parte que está dentro de nuestra capacidad, esa parte aparentemente insignificante que es tan esencial. Por eso el maestro enfatiza con tanta fuerza que debemos esforzarnos de todo corazón. Al hacer esto, llegaremos a una sumisión gradual. Un escritor sobre budismo analiza la importancia de la devoción en este proceso de entrega:
La tendencia bháktica elimina, en la fe, toda dependencia del poder propio, toda dependencia de la propia capacidad para planificar y controlar la propia vida y la salvación...
La entrega en la fe implica un alto grado de extinción de la individualidad separada, en parte porque uno no depende de sí mismo o del propio poder, y en parte porque uno ve la inutilidad de todos los esfuerzos conscientes y personales y se deja “llevar” a la salvación. ...La modestia elemental nos permite percibir que cualquier mérito que podamos reclamar se compara con el de los Budas y Bodhisattvas, y con el poder de su ayuda ...Todo orgullo en nuestro intelecto, todo orgullo en la pureza de nuestro corazón pone un yo en contra de los demás. Si el intelecto se ve como inútil, el corazón como corrupto, ese yo se desinfla. Solo la gracia del Absoluto puede llevarnos a través, y nuestros propios planes y esfuerzos personales son bastante triviales9.
Tulsi Sahib continúa su poema al Sheikh Taqi diciendo:
Su misericordia te protegerá hasta que llegues a su corte;
no hay necesidad de preocuparse ni de temer.
Sigue recto y llega allí,
porque este es el decreto del maestro.
Mansur, Sarmad, Bu-Ali,
Shams y Maulana; todos siguieron
este mismo camino con firme determinación en sus corazones
y llegaron a su destino.
Tulsi Sahib menciona ciertos santos conocidos entre los musulmanes, incluyendo Mansur, Sarmad, Shams-i-Tabriz, y Maulana Rum (Rumi), que todos ellos alcanzaron la realización de Dios recorriendo este camino. Así que “aprovecha tu oportunidad” es el mensaje. El maestro te ha enseñado el método de meditación. No te demores; ve directamente a tu destino. Sé decidido en eso. Sé decidido en verlo una y otra vez, siguiéndole a él y a sus instrucciones, aunque no entiendas el curso del camino. Confia en él completamente, y su gracia te llevará al amado de tu alma sin miedo o peligro en la carretera; el maestro, el Shabad, el Nam, te guía y te protege, según lo expresado por Gurú Arjan Dev:
En ese camino de millas interminables,
el Nam de Dios te proporciona sustento.
En ese camino de oscuridad intensa y cegadora,
el Nam de Dios es tu luz guía.
En ese camino donde nadie te reconoce,
el Nam de Dios está a tu lado como tu identidad.
Donde el sol arde con un calor abrasador,
el Nam de Dios es la sombra refrescante sobre ti.
Dice Nanak: Oh mente mía,
cuando estés atormentado por la sed,
el Nam de Dios derramará su néctar sobre ti10.
Tulsi Sahib continúa:
El amor es el destino de este camino,
y llegar allí no es difícil,
porque el que quita todas las dificultades
está ante ti y te ha dado su mano.
Gurú Arjan Dev Ji y Tulsi Sahib reconocen que el camino hacia la unión con el amado no es fácil. Viajar por el camino espiritual requiere mucho esfuerzo. Tendremos que trabajar duro para llegar al destino del amor. Al mismo tiempo, está el consuelo y la confirmación de que llegar a ese destino, ese amor, no es difícil, porque el que resuelve las dificultades, está con nosotros y nos ha ofrecido su mano. Al-fattah es uno de los noventa y nueve nombres o cualidades de Dios, según se informa en la tradición musulmana. Se refiere al atributo de Dios que abre nuestro corazón.
Él es el que abre y el que resuelve, el ablandador de todo lo que está encerrado, atado y que se endurece ...Hay estados y problemas que están atados en un nudo. Hay cosas endurecidas que no se pueden ni ver a través ni pasar a través ...También hay corazones atados en un nudo de tristeza, mentes atadas con dudas o preguntas que son incapaces de responder. Allah al-Fattah las abre todas. ...Él abre todas las puertas...
Tiene la llave del tesoro de secretos sagrados que es el corazón del ser humano, la propia casa de Dios. Párate a la puerta de la misericordia de Dios y llama a la puerta de aquel que resuelve todas las dificultades. Ciertamente vendrá y lo abrirá tarde o temprano. Reza... incesantemente, siempre. Eres pobre; él es rico. Estás en necesidad; él es el que satisface las necesidades. Estás en la oscuridad, él es luz11.
Tulsi Sahib termina su poema señalando al jeque Taqi que la manera de Dios es un camino interior. Es la forma del Shabad, el nombre verdadero, el secreto oculto en el corazón de cada ser humano. Es el nombre que solo puede experimentarse, no pronunciarse; el nombre que lleva a lo más alto, a Dios, el amado de nuestra alma. El consejo de Tulsi es apreciar que es dentro cuando lo experimentas. No hables de eso. Es el tesoro de los tesoros, la experiencia más valiosa que se te puede dar. Es el camino secreto a la unión con el amado de su alma. Siguiéndolo, se cumplirá el propósito de su vida y su viaje a través de la creación llegará a su fin.
Tulsi dice: Escucha, oh Taqi, el secreto interior está más allá
de todo lo que puedas imaginar.
Mantenlo a salvo; apunta al Altísimo.
- J.R. Puri, V.K. Sethi, & T.R. Shangari, Tulsi Sahib, Saint of Hathras, Beas: RSSB, 1995, 2017 (ed. Rev.), p. 231
- Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Vol I, Beas: RSSB, 2010, P. 251
- Ibíd, P. 118
- Spiritual Perspectives, Vol III, P. 125
- Maharaj Sawan Singh, Joyas espirituales, Beas: RSSB, 2004, p. 143
- Cuentos del oriente místico, Beas: RSSB, 2006, p. 60
- Spiritual Perspectives, Vol II, P. 474
- Maharaj Jagat Singh, Ciencia del alma, Beas: RSSB, 1994, p. 63
- Edward Conze, Budismo: su esencia y desarrollo, p. 159, citado en K.N. Upadhyaya, Buddhism: Path to Nirvana, Beas: RSSB, 2010, p. 207
- Guru Arjun Dev, Gurbani Selections 2, Beas: RSSB, 2011, p. 87; citado “Sukhmani,” A.G. 264
- Excerpted from Tosun Bayrak al-Jerrahi al-Halveti, The Most Beautiful Names (Threshold Books, 1983); https://sufism.org/sufism/writings-on-sufism/excerpt-from-the-most-beautiful-names