Babel y balbuceo
Una de las historias más conocidas de la Biblia se encuentra en el primer libro del Génesis. En él se narra la leyenda de la Torre de Babel. Aunque históricamente pudo haberse construido una torre alta en la antigua ciudad de Babilonia, su historia y su mito se han convertido en un símbolo y una lección moral para la humanidad.
Y toda la tierra tenía un solo idioma y su discurso era el mismo. Y sucedió que, mientras viajaban desde oriente, encontraron una llanura en la tierra de Sinar; y allí se asentaron. Y se dijeron: “Vamos a hacer ladrillos, y los coceremos totalmente al fuego”. Y tuvieron ladrillos por piedra y lodo por argamasa. Y dijeron: “Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cima llegue al cielo; y así nos haremos famosos, para no estar diseminados sobre la faz de toda la tierra”.
Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo el Señor: “He aquí que el pueblo es uno y habla el mismo idioma; y si esto es el principio, ya no se les podrá impedir nada de lo que se propongan hacer. Vamos, bajemos y confundamos su lengua para que no puedan entenderse unos con otros”. Y el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra; y partieron sin construir la ciudad. Por eso su nombre es Babel, porque el Señor allí confundió el idioma de toda la tierra, y los dispersó por todo el mundo.
Biblia, Génesis 11:1-91.
Hace muchos años, cuando conocimos por primera vez las redes sociales, estas parecían ofrecer el potencial para unir a las personas más allá de las distancias y las culturas. Esperábamos y creíamos que, a través de ellas, se ayudaría a que la humanidad superase las diferencias y los prejuicios encontrando un punto común y la unidad. Parecía lógico. Sin embargo, ha resultado que esa conectividad a través de Internet tiene un lado oscuro que hace aflorar nuestros instintos más bajos. Los chismes, los rumores malintencionados, las mentiras, la desinformación y la violencia impregnan ahora la información y las comunicaciones en línea. Es como si una fuerza de gravedad gobernara la mente humana haciéndola caer cada vez más bajo, manifestándose nuestras tendencias negativas cada vez con más fuerza. Actualmente, muchas páginas web se han convertido en depósitos de negatividad. Como dijo una vez el Gran Maestro, refiriéndose al período de la Segunda Guerra Mundial cuando el odio y la violencia se manifestaron en todo el mundo: "El lado débil de la naturaleza humana se impone".
La mente individual es Kal a pequeña escala. Es el agente de Kal que está unido a cada alma para mantenerla fuera del foco del ojo y enredada en este mundo. Ningún individuo está en paz consigo mismo y nadie es feliz. Los seres humanos andan por ahí en la ignorancia, la duda y el miedo. Y si este es el caso de un individuo, no se puede esperar que sea mejor en los grupos que forman estos individuos, ni en las naciones. El mundo es un juguete de Kal. Ambas partes en esta guerra profesan el cristianismo: cristianos están matando cristianos por cosas transitorias de este sucio mundo material. Cuando el arte florece, los lujos viajan en el mismo tren, y el lado débil de la naturaleza humana toma la delantera. Las fuerzas del mal se desatan y la guerra es la máxima expresión exterior. A pesar del desarrollo de la ciencia, el mundo ignora el valor de la forma humana. No saben que en ella reside nuestro Creador y que es en esta forma donde tenemos la oportunidad de encontrarnos con él y poner fin a nuestras aflicciones y vagabundeos2.
Entonces, ¿cuál es el lado débil de la naturaleza humana? Tal vez sea la tendencia a confundirse y asustarse ante lo desconocido, a rechazarlo y a distanciarse de ello, creando un espacio seguro para uno mismo, una atalaya desde la que ver todo lo que está fuera de nosotros como "otro" y digno de sospecha. De este modo, con las redes sociales, tendemos a formar subgrupos –alianzas estrechas de raza, religión, color, ideología y nacionalidad– e intentamos dominar o condenar al aislamiento a nuestros vecinos. Las personas se ven unas a otras como competidores en lugar de darse cuenta de que todos somos miembros de una sola familia humana. Hazur Maharaj Ji, en sus satsangs, a menudo citaba a Gurú Nanak, quien dijo que las enseñanzas de Sant Mat están destinadas a las cuatro castas que engloban a toda la humanidad, como dignas de sus enseñanzas universales. Estas son las enseñanzas fundamentales, que son la base de toda religión y la espiritualidad, del amor a los demás.
El Papa Francisco escribió recientemente acerca del fracaso de las redes sociales en unir a toda la humanidad:
La conectividad digital no es suficiente para construir puentes. No es capaz de unir a la humanidad; por el contrario, tiende a disfrazar y expandir el mismo individualismo que se expresa en la xenofobia y en el desprecio por los vulnerables.
El torrente de información que tenemos al alcance de la mano no nos hace más sabios. La sabiduría no nace de búsquedas rápidas en Internet ni de la acumulación de datos no verificados. Ese no es el camino para crecer en el encuentro con la verdad. …No conseguimos mantener nuestra atención centrada, entrar hasta el fondo del asunto y reconocer lo que es esencial para dar sentido a nuestras vidas. La libertad se convierte así en una ilusión que nos venden, que se confunde fácilmente con el poder navegar por Internet. El proceso de construcción de la fraternidad, sea local o universal, solo puede ser emprendido por espíritus libres y abiertos a encuentros auténticos3.
La situación nos recuerda la leyenda de la Torre de Babel en la Biblia. Según la historia, los seres humanos hasta ese momento hablaban un solo idioma, y decidieron construir una torre que les permitiría ascender a los cielos. Fue una historia de arrogancia, de orgullo, de intentar usurpar el papel y poder de Dios como Señor de todo. Pero, como leemos en la Biblia:
Cuando Dios vio que actuaban tan alocadamente, resolvió no destruirlos del todo...; pero generó confusión entre ellos, creando diversas lenguas, y esa variedad de idiomas hizo que no pudieran entenderse entre sí. El lugar donde construyeron la torre ahora se llama Babilonia, debido a la confusión que les provocaron los distintos idiomas, ya que antes se entendían fácilmente; pues para los hebreos la palabra babel significa 'confusión'4.
En el judaísmo, la literatura rabínica ofrece muchos relatos de por qué el pueblo decidió construir la torre. Según un midrash (comentario), los constructores de la torre dijeron:
Él (Dios) no tiene derecho a elegir las regiones superiores para sí mismo y asignarnos a las regiones inferiores. Vamos a intercambiar, para que nosotros tomemos las regiones superiores y él las inferiores5.
Y así, al tratar de encontrar una causa común a través de la construcción de la torre, la gente acabó teniendo dudas y confusión, pasando a ser un conflicto cada vez mayor. Tal vez la historia nos esté diciendo que Dios, conociendo la tendencia humana a la negatividad y al conflicto, intentaba evitar que se desataran nuestros impulsos destructivos manteniéndonos separados. Esto es un paralelismo directo con la situación resultante de las redes sociales. Lo que se concibió como una forma de romper las barreras, se ha convertido en un medio para reforzar las divisiones, ya que la gente tiende a crear fidelidades y adoptar un pensamiento fragmentado.
Una novela publicada en 1996, La torre de Babel, de la escritora inglesa A.S. Byatt, plantea la pregunta de "si el lenguaje puede ser compartido, o, si eso resulta ilusorio, al igual que los individuos que al hablar entre sí, no logran entenderse"6. Y esta es nuestra situación hoy. Pensamos que compartimos el mismo idioma, pero siempre nos malinterpretamos y no nos entendemos. Todo lo que hablamos es un simple balbuceo. Encontramos causas de conflicto en lugar de armonía. Nos vemos atrapados en la "red universal de maya", la red de ilusión y engaño.
Tenemos que rechazar la promesa ilusoria de que la tecnología y las redes sociales pueden convertirse en un medio para crear una sociedad global a la que todos puedan adherirse. En su lugar, tenemos que buscar una plataforma de amor, aceptación, respeto mutuo y apoyo, basada en las relaciones interpersonales mututas. Podemos encontrar la fuerza para hacerlo y elevarnos por encima de nuestras diferencias, cuando nos sintonicemos con nuestro espíritu humano común y universal. Esa es la única realidad verdadera y eterna, a través de la cual podemos escuchar el mensaje de amor del Señor. Es el eterno poder creativo de Dios que reverbera en toda la humanidad, en toda la creación. Cuando experimentemos esa unidad, la unidad de Dios dentro de nosotros mismos, encontraremos la armonía en nuestras relaciones humanas comunes y con el mundo que nos rodea.
- La Biblia, versión King James
- Joyas espirituales, carta 116
- Pope Francis, Encyclical Release of 3 October 2020, Fratelli Tutti
- Wikipedia, entry “Tower of Babel”
- Midrash Genesis Rabbah, 38:7; Midrash Tanchuma Buber, ch. Noah: 27 (www.Sefaria.org)
- Wikipedia, entry “Tower of Babel”: discussion of A.S. Byatt’s Babel Tower