El propósito de la cuarentena - RSSB Satsangs & Composiciones

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El propósito de la cuarentena

Últimamente todos nos hemos familiarizado con la palabra cuarentena. La palabra se originó en Venecia, Italia, en los siglos XIV y XV, a partir de una palabra que significa "cuarenta", es decir 40 días. Era el periodo designado para que los barcos estuvieran aislados antes de que los pasajeros y la tripulación pudieran desembarcar, para evitar la propagación de la peste. La "muerte negra" había acabado con el 30 % de la población europea y con gran parte de la asiática. Así que la cuarentena de 40 días formaba parte de una estrategia para evitar la propagación de la enfermedad, una forma de aislar a la gente de la exposición a infecciones peligrosas.

El número 40 también tiene un significado espiritual. En la biblia hebrea se dice que el profeta Moisés condujo a los israelitas en un viaje errante por el desierto durante 40 años después de liberarlos de la esclavitud en Egipto. En la biblia, el número 40 simboliza generalmente un período de prueba, de ensayo o de control. También significa cambio y transformación; leemos que Moisés ayunó durante 40 días y 40 noches en preparación para recibir la Torá (biblia). El maná (alimento espiritual) llovió sobre los israelitas durante los 40 años de peregrinación. Jesús ayunó durante 40 días y sus noches, preparándose para su ministerio público. Y en la biblia hay muchos más ejemplos de este tipo.

¿Por qué es significativo que los israelitas vagaran por el desierto de la península del Sinaí durante 40 años? El viaje podría haber sido mucho más corto, ya que la distancia no era tan grande. Algunos comentarios de la Torá afirman que los 40 años en el desierto fueron un período de crecimiento y desarrollo espiritual necesario para preparar a los israelitas para entrar en la Tierra Santa. La recapitulación de su viaje es un relato de su progreso espiritual. El mismo pueblo que carecía de fe en Dios –exteriorizada por la fabricación de un becerro de oro para adorarlo, y que incluso algunos querían volver a Egipto– necesitaba desarrollarse espiritualmente bajo la guía de Moisés. Como los resultados no siempre son evidentes a corto plazo, necesitaban tener paciencia para que la voluntad de Dios se revelara.

Así que tal vez este período de aislamiento, cuarentena y encierro que hemos enfrentado, es una oportunidad que se nos da para mirar dentro de nosotros mismos y sacar provecho de nuestro núcleo espiritual innato, para reenfocar nuestros esfuerzos espirituales y dejar ir cualquier negatividad que podamos haber absorbido durante nuestras muchas vidas. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad. Tal vez nuestra fe se ha debilitado, o nos hemos vuelto perezosos y complacientes, por lo que no nos esforzamos tanto en la meditación como antes, ni nos esforzamos tanto en vivir el estilo de vida de Sant Mat. Ahora bien, tenemos que preguntarnos: ¿Estamos buscando al maestro para que nos guíe? ¿Somos fieles a nuestros votos?

Hazur Maharaj Ji habló de nuestra inconsistencia en la devoción y el esfuerzo; y sobre nuestra necesidad de ver resultados a corto plazo:

Verás, cuando aprendes a caminar, a correr, te caes muchas veces, pero te vuelves a levantar, y de nuevo empiezas a correr. No significa que si te has caído una vez, no te levantes y lo vuelvas a intentar. Los tropiezos están ahí. Y la mente es muy poderosa. Nos hace tambalearnos hacia la derecha y hacia la izquierda. Pero si continuamos con la meditación, volvemos a estar firmes en el camino. ...Tenemos tantos escollos en la vida a los que tenemos que enfrentarnos, cosas muy desagradables. Pero si mantenemos ante nosotros nuestro objetivo, el sendero y la determinación de seguirlo y llegar a destino, entonces eres capaz de lograrlo.

En la siguiente respuesta, Maharaj Ji fue aun más alentador. No hay fracasos en el sendero:

Hermano, en este mundo todos somos almas en lucha. Cuando tenemos nuestro destino a la vista, sabemos el camino que nos conduce a él y caminamos por él. Hay caídas, nos caemos, nos levantamos y volvemos a correr. No hay fracasos en el sendero. ...Los obstáculos aquí y allá nos hacen retroceder, pero mientras, intentemos superar esas dificultades, volvamos a levantarnos y sigamos adelante. Tenemos que dar lo mejor de nosotros según las circunstancias.

Cuando somos sinceros, el Señor viene en nuestra ayuda y la naturaleza también nos ayuda en nuestro entorno, en nuestra atmósfera, en nuestras circunstancias. La mano guiadora del Señor está siempre ahí, seamos o no conscientes de ello. Nunca debemos desanimarnos cuando tengamos tropiezos o cuando hayamos caído o pensemos que nos están apartando del sendero. Él nunca nos abandona. Por un momento, podemos sentir que hemos abandonado el sendero, y en otro podemos sentir que estamos de nuevo en el sendero. Nos decimos a nosotros mismos que lo hemos dejado. En realidad, no lo dejamos; no podemos dejarlo. Estamos tan fuertemente atados, tan fuertemente enganchados, que no podemos dejarlo; no podemos desviarnos.

Pero, naturalmente, se necesita tiempo para aprender a caminar y luego a correr. Así que deberíamos intentar no analizar demasiado. Debemos cumplir con nuestros deberes mientras vivimos en este mundo, tratar de dedicar nuestro tiempo a la meditación, tratar de vivir lo mejor posible, y entonces, lenta pero decididamente, con la gracia del Señor, tendremos éxito en nuestro esfuerzo...

La mano del maestro está siempre ahí para guiarnos a través de todos esos escollos, para guiarnos a través de todas esas dificultades. Las atravesamos y llegamos a la luz1.


  1. Spiritual Perspectives, Vol. II, Q# 577 & 578