Olvidarse de uno mismo - RSSB Satsangs & Composiciones

Descargar | Imprimir

Olvidarse de uno mismo

La estrella del pop Lady Gaga dijo una vez: “Tenemos que dejar todo atrás”1. Ella se refería a ser una estrella, a no sentirse atrapada por la fama para poder probar cosas nuevas, pero la idea se aplica a todos nosotros. Para crecer, tenemos que dejar atrás el pasado, porque todo cambia constantemente, incluso nosotros. Pensamos: yo soy de esta manera, yo soy de aquella manera, así que voy a actuar de esa forma o de esta otra. Pero no somos nada estables; estamos cambiando constantemente. Si estamos iniciados, tenemos que perder nuestra identidad en cada momento de la vida. Los maestros lo llaman morir en vida.

Maharaj Charan Singh ha dicho que “el propósito de este nacimiento humano no es otro que llenarnos de amor y devoción por el Padre, nada más”. Él pregunta: ¿Cuál es el propósito de la meditación? “Desapegarnos de la creación y apegarnos al Creador. Dar la espalda a la creación y mirar al Creador, ese es el único propósito de la meditación”2.

Perder nuestra identidad quiere decir desapegarnos de la creación y apegarnos al Creador. Empezamos como “Kamal” o “María”, pero con la meditación, siguiendo los principios de Sant Mat, poco a poco perdemos todo lo que es Kamal o María y nos convertimos en uno con nuestro Creador.

Según los santos, ir más allá de la mente y el intelecto y alcanzar el estado de percepción directa con el alma es lo que nosotros entendemos por olvidarnos de nosotros mismos, como dice Lady Gaga. Eso es lo que se nos dice que puede ocurrir mediante la iniciación de un maestro verdadero y siguiendo sus instrucciones: hacer nuestra meditación y vivir según los principios de Sant Mat. Con esas dos cosas, nuestras pequeñas personalidades se funden gradualmente en el Shabad, y después todos nuestros problemas y quejas, dolores y molestias, errores y miserias, se vuelven insignificantes; simplemente se desvanecen, mientras la gota de nuestra alma se sumerge en el océano de su Creador.

En este proceso no hay nada que temer. Hazur nos ha dicho: “La dicha de fundirse en el Ser supremo no puede expresarse en lenguaje mortal. No hay pensamiento de individualidad, consciencia ni ninguna otra cosa. Es todo amor, todo dicha, porque al fundirnos nos convertimos en el Ser supremo, y él lo es todo, él es todo”3.

Al fin y al cabo, aquí estamos en agonía –se dice que el satsang es el refugio de los agonizantes– pero es como si estuviéramos atrapados por la forma en que estamos asociados con la mente, los sentidos, el ego y todos los karmas que hemos acumulado en quién sabe cuántas vidas. Todas estas cosas están aplastando al alma, que por naturaleza solo quiere volar de vuelta a su fuente, volar a casa.

Podemos empezar a liberarnos de este embrollo cósmico reconociendo al menos, que no somos nuestras mentes; nuestro yo verdadero, nuestra identidad verdadera, es divina. El libro Meditación viva desglosa el problema y la solución. El autor escribe:

“Mediante la práctica de la meditación, podemos gradualmente volver a recuperar un estado superior del ser. Volviéndonos al interior, explorando y experimentando la realidad espiritual de la vida interior, podemos adquirir la fortaleza para seguir cuerdos incluso si todo el mundo a nuestro alrededor se volviera loco”4.

El autor continúa: “Con la meditación nos damos cuenta de que nuestras tendencias descendentes son superficiales y temporales. A medida que dejamos de identificarnos con nuestras pasiones y apegos, nos desprendemos de ellos. Cuando nos desprendemos de ellos, somos libres para identificarnos con nuestro Ser Shabad… La meditación nos ayuda a obtener cada vez más claridad sobre quiénes somos realmente… Somos capaces de dejar que la vida siga su curso”5.

En otras palabras, somos capaces de olvidarnos de nosotros mismos: nuestras opiniones sobre cómo debe ser nuestra vida, cómo debemos ser nosotros, es decir, dejar atrás nuestros deseos, pensamientos y emociones, que pensábamos que eran “nosotros”, cuando en realidad, no son “nosotros” en absoluto.

Baba Ji habla de esto desde un ángulo un poco diferente. Recientemente le dijo a alguien que no deberíamos dar prioridad a nuestra propia manera de pensar: que debería pasar esto, o no debería pasar aquello. El problema está en que pedimos cosas que nos hacen sufrir, creemos que sabemos lo que necesitamos, pero en realidad, solo sabemos lo que queremos. Creemos saber lo que nos hará felices, pero no tenemos ni idea: nuestros pensamientos y sentimientos son como nubes pasajeras, sin realidad de fondo.

De todas formas, no estamos aquí para “ser felices”: como satsanguis, estamos aquí para resolver nuestros karmas y regresar al Señor. Intentar ser feliz es como intentar sujetar el agua: el agua no es sólida, por lo tanto, no podemos sujetarla o aferrarnos a ella, al igual que no podemos aferrarnos a los placeres temporales de este mundo.

Aunque sigamos buscando la felicidad aquí, y la mayoría lo hacemos, de un modo u otro, poco a poco vamos aprendiendo la lección. Olvidamos muy fácilmente, muy rápido, por qué estamos esclavizados por nuestra mente y nuestros egos. Además, nos arrastra el peso de los karmas sobre el alma, las capas de la mente, y nos sentimos impotentes. La baraja parece estar en nuestra contra.

Los santos explican que el propósito de la meditación es retirar todo ese peso del alma para hacerla ligera, para que vuelva automáticamente a su fuente. Claro, podemos buscar la felicidad en este mundo, pero no la encontraremos; pero si buscamos la felicidad incluso tratando de unirnos al Creador, estamos de enhorabuena.

A veces parece que hay una enorme brecha entre desapegarnos del mundo por un lado y apegarnos al Señor por el otro. Esto se debe a que somos una obra en construcción: no podemos dejar todo atrás con un chasquido de dedos, así como así. Es un proceso. Pero los santos nos dicen que, si ponemos más peso en el lado del Señor en la balanza, al final lo conseguiremos. Hazur nos dice que podemos sentir el efecto de la meditación antes de ver un progreso real en nuestro interior. Dice: “Tu actitud hacia los acontecimientos del mundo está… cambiando. Mediante la meditación estás desarrollando una visión desapegada de todo, aunque puede que no hayas experimentado ningún progreso interior”6.

Aquí actúa nuestra gracia salvadora y nuestra batalla se reduce a esto. Incluso si somos débiles, incluso si nos caemos, Hazur nos dice: “Eso no quiere decir que tengamos que rendirnos ante la mente, que tengamos que perder la batalla. Tenemos que seguir adelante. Al final, la victoria será nuestra si luchamos, si seguimos adelante”7.

No tenemos ni idea de lo que es el éxito en este sendero, desde nuestra limitada perspectiva, pero tenemos que seguir adelante de todos modos. Tenemos que esforzarnos; tenemos que esforzarnos al máximo. Al final, obtendremos lo que el Señor quiera darnos, y eso debería bastarnos. En Cartas espirituales, Baba Jaimal Singh escribe al Gran Maestro que “si nuestro bien reside en el sufrimiento, él nos da sufrimiento, si reside en la felicidad él nos da felicidad”8. Al fin y al cabo, como iniciados de un maestro verdadero no podemos evaluar nuestras vidas según cómo nos sintamos en un momento determinado. Este juego es mucho más grande que lo que sintamos en un momento dado. Podemos confiar en nuestro maestro, que nos fundirá en sí mismo. Así es como Baba Jaimal Singh describe lo que el maestro hace por nosotros: “En el momento en que el satgurú perfecto se reunió con el discípulo y le concedió su Nam-dhun, ya pasó lo que tenía que pasar. El Shabad-dhun puede sonar alto o bajo, o puede que el discípulo ni siquiera lo escuche, pero sigue igual… Entonces, ¿de qué tienes que preocuparte ahora? Llegaste a sach khand el mismo día que fuiste iniciado, ese es el lugar al que estás destinado… Debido a que tu cuenta kármica mundana de dar y recibir aún no se ha saldado, él no puede llevarte ahí. Una vez que esté totalmente saldada, te llevará allí de inmediato”9.


  1. “Five Foot Two”, documental, Netflix
  2. Spiritual Perspectives, Vol. II, #171
  3. Perspectivas espirituales, Vol. I, #234
  4. Meditación viva, p. 15-16
  5. Meditación viva, p. 26
  6. Spiritual Perspectives, Vol. II, #161
  7. Ibíd., #543
  8. Cartas espirituales, carta 9
  9. Cartas espirituales, carta 14