El amor es la razón - RSSB Satsangs & Composiciones

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El amor es la razón

Los místicos nos dicen que el amor es la razón de nuestra existencia. Es lo que ha creado y sostiene este mundo y todo el universo. Sin él, la vida cesaría en un instante. No solo es nuestro origen y sustento, sino que somos una expresión de él. Llámalo Dios, llámalo Shabad o Verbo, el amor es la fuerza más poderosa que existe, el único poder verdadero y eterno que prevalece.

¿Cómo es posible que esta fuerza creadora no sea reconocida como la esencia de la vida, la fuerza que lo domina todo, que es vital para nuestra propia existencia? ¿Cómo es posible que el poder que nos motiva sea en gran medida desconocido?

La respuesta está en la mente, en su función y en la forma en que la hemos utilizado. Aunque la función de la mente es servir al alma, hemos permitido que actúe sin control durante innumerables vidas. Baba Ji ha dicho que hemos consentido y malcriado a la mente, como un padre malcría a un hijo dándole todo lo que quiere. El resultado de esta indulgencia es que la mente ha tomado el control de nuestra conciencia, mientras esclaviza a nuestra alma.

Todos somos víctimas de una mente que está fuera de control. Cualquiera que haya intentado controlarla sabe lo poderosa que es. Es tan rápida y astuta que los pensamientos se cuelan en nuestra conciencia antes de que nos demos cuenta.

A lo largo de innumerables vidas, atrapados en la rueda de la transmigración, hemos perdido por completo el control de nuestro instrumento mental, y nuestra alma ha sido anulada bajo su dominio. La mente ahora actúa de forma automática, bloqueando la conciencia de nuestra alma.

La mayor parte del tiempo, la mente oculta pensamientos basados en acontecimientos pasados y fantasías sobre el futuro. Al revisar continuamente el pasado y proyectarse hacia el futuro, la mente ha creado un yo autónomo, separado del Ser divino que controla nuestro destino y sostiene nuestra vida. Este concepto falso, el ego, afirma: «Soy autónomo, único y autosuficiente». Ese yo es ficticio, conjurado por completo por nuestro sistema mental. No tiene realidad y depende totalmente de la mente que lo creó.

En Meditación viva leemos:

Al ego se le sostiene y se le alimenta a través del pensamiento constante. ...El ego se mantiene vivo por estar constantemente pensando acerca del pasado o del futuro. Sin un pasado, es difícil mantener una identidad.
Meditación viva, ed. 2005 p. 36
La palabra “personalidad” se deriva de la palabra griega “prosøpeion”, que quiere decir máscara. Esta máscara era usada en el antiguo teatro griego para representar una personalidad... Es nuestra identidad falsa o temporal, el impostor que se hace pasar por nuestro verdadero “yo”.
Meditación viva, ed. 2005 p. 37

Hemos llegado a identificarnos con este yo, el ego, que nuestra mente defiende continuamente. Al controlar la mente, dejamos atrás el pasado y ponemos el futuro en manos del Señor. Lo que permanece, cuando la mente está en silencio, cuando se abandona el yo egocéntrico, es nuestra esencia: nuestra alma.

Saghir Isfahani, un místico sufí, escribe:

El alma es amor y afecto, así que conoce el alma.
Pero la Verdad es éxtasis, olvidarte de ti mismo.
Cuando «yo» y «tú» están presentes,
estás pensando desde el lugar del ego.
Si escuchas esas dos palabras, entonces recuerda la Verdad.
La alquimia del amor, Poemas de la tradición sufí, ed. 2006, p. 38

El místico nos dice que cuando escuchamos las palabras «yo» o «tú», es nuestro ego el que habla. Ese es el momento de recordar que olvidar nuestro yo produce una gran alegría en nuestra alma.

Matthieu Ricard, un monje budista, habla de la mente que existe detrás de los pensamientos:

Cuando la mente está llena de recuerdos y preocupada por el futuro, se pierde la frescura del momento presente. De esta manera, no reconocemos la luminosa simplicidad de la mente que siempre está presente detrás de los velos del pensamiento.
OFRENDAS, Sabiduría Budista para cada día, ed. 2003, p. 1, junio

En Meditación viva el autor dice:

Lo único que tenemos es este momento. Si mantenemos nuestra atención en el momento presente, nuestros problemas se achican por falta de alimento y así, de manera natural y automática, logramos llevar una vida más feliz. La meditación es un ejercicio para vivir en el aquí y ahora. Cuando vivimos en el presente, vivimos mas plenamente, pues nuestra conciencia va más allá de las limitaciones del ego. El ego existe porque se alimenta de un mundo de ilusión, evitando así que vivamos en el aquí y ahora.
El momento presente es lo más valioso que hay. Nada acontece en el mañana, nada acontece en el ayer, todo acontece en el ahora. De hecho el “ahora” es el único tiempo que hay.
Meditación viva, ed. 2005 p. 74

Cuando vivimos en el presente, aceptamos las cosas tal y como vienen, sin juzgarlas, sin preocuparnos y sin desear cambiarlas. Solo en el ahora podemos ser conscientes de la presencia de Dios. Esa conciencia ilumina el momento, llenándolo de paz interior y gratitud por su amor y sus muchos dones.

En el libro Abandono a la Divina providencia, Jean-Pierre de Caussade, un sacerdote jesuita francés, explica que la voluntad de Dios se expresa en el momento presente y contiene todo lo que necesitamos para guiarnos hacia el avance espiritual. En las cartas que escribió como consejero espiritual, leemos:

Dios habla a cada individuo a través de lo que le sucede momento a momento...
Abandono a la Divina providencia, ed. de 1975, p. 20
Cada momento que vivimos es como un mensajero que nos muestra lo que Dios quiere... Podemos encontrar todo lo que necesitamos en el momento presente.
Abandono a la Divina providencia, ed. de 1975, pp. 50-51
Debemos dejar de lado toda especulación y, con una disposición infantil, aceptar todo lo que Dios nos presenta. Lo que Dios dispone para que experimentemos en cada momento es lo mejor y lo más sagrado que nos puede suceder.
Abandono a la Divina providencia, ed. de 1975, p. 27

La meditación nos entrena para vivir en el presente. Practicar simran ralentiza nuestra actividad mental. Cuando nuestra atención se concentra en el centro del ojo, el pasado y el futuro se evaporan en la quietud. Allí, inmersos en la corriente celestial, entramos en contacto con el amor que fluye a través de nosotros y nos sostiene. Escuchar el Shabad es seguir el camino de su amor. Otro místico, Khaqani Shirwani, escribe:

Es el amor el que te habla,
llamándote más allá de los límites
de este reino creado.

Lo que te libera
de tu pequeño yo
también es amor.
La alquimia del amor, p.xviii

La libertad es lo que podemos esperar como discípulos practicantes. Libertad de la persona cerrada y limitada que hemos imaginado que somos. Libertad de los deseos, de los miedos, del dolor, de los apegos y de los pensamientos incesantes que recorren nuestra mente sin ser invitados. El método que enseñan los santos promete la liberación del ciclo interminable de nacimientos y muertes, y la liberación del alma, ese yo puro y brillante que ha estado en silencio durante tanto tiempo.

Como dijo un místico:

El alma nunca ruega realmente hablar;
excepto las palabras de amor.
La alquimia del amor, p.48

Por medio de la meditación podemos controlar la mente y descubrir nuestra verdadera identidad, nuestra alma, que es una partícula del Señor, que es amor puro.