Mirar la oscuridad
En 1948, cuando Maharaj Jagat Singh Ji se convirtió en maestro, muchas personas se sorprendieron por su forma de dar satsang. Durante cuarenta y cinco años el Gran Maestro había impartido satsangs muy largos, llenos de historias y anécdotas. Ahora, Maharaj Jagat Singh Ji daba satsangs muy cortos y muy precisos, yendo directo al grano. Sin adornos. Sin materia superflua. En su diario, Rai Sahib Munshi Ram, el secretario de los maestros, comenta una y otra vez cómo los satsangs de Maharaj Jagat Singh se centran solo en las enseñanzas estrictamente esenciales.
Así que podríamos pensar, si tuviéramos que resumir todo Sant Mat únicamente en las enseñanzas básicas, ¿cuáles podrían ser? Podríamos decir que hay un poder que lo impregna todo, y que el Uno es amor. O podríamos decir que nuestro verdadero ser es el mismo que ese Uno que es amor. O podríamos afirmar que el Shabad es el poder que crea y sostiene toda la creación, y que podemos seguir a ese Shabad de vuelta hasta su origen. Rai Sahib Munshi Ram escribe:
Él [Maharaj Jagat Singh Ji] es preciso, directo, y no cuenta historias o narra anécdotas. Enfatiza solo la meditación, y dice: “Mantén tu atención entre los ojos y haz tu simran. Mientras haces simran, no intentes escuchar el sonido. En la medida de lo posible, no permitas que tu atención se desvíe. Si no puedes ver la luz, sigue mirando la oscuridad. Incluso mirar la oscuridad con la facultad de visualizar del alma, el nirat, es difícil. A medida que la mente se concentra a través del simran, el nirat deja de oscilar... Durante el simran no debemos intentar escuchar el Shabad. Si viene por sí solo, está bien, pero no debemos abandonar el simran y correr tras él. La atención no debe desviarse del punto entre los ojos. Aunque veas hermosas visiones en el interior, continúa con el simran y mantén el nirat fijo”1.
Así que se trata de acción. Maharaj Jagat Singh se centra justo en esto: ¿qué tenemos que hacer? Él da instrucciones para la meditación. ¿Por qué? Porque si realmente seguimos estas instrucciones descubriremos por nosotros mismos si hay o no un poder, un Señor, y si él es amor. Descubriremos por nosotros mismos si nuestra esencia es la misma que la del Señor. Descubriremos si el Shabad es o no el poder que dio origen a la creación.
De lo contrario, es solo una teoría. Y la teoría, sin realización personal, es solo un dogma.
En esta cita del satsang de Maharaj Jagat Singh, hay tres temas que destacan principalmente sobre la meditación:
- El primero es sobre la atención. Pone un gran énfasis en dónde ponemos nuestra atención. Tenemos que mantener la atención en el centro del ojo.
- En segundo lugar, dice que para aquellos de nosotros que todavía no vemos la luz, debemos seguir mirando la oscuridad en el centro del ojo. Simplemente colocando la atención en el centro de los ojos no se mantendrá allí. Tenemos que utilizar activamente el aspecto visual de la atención para mirar hacia la oscuridad.
- Y, en tercer lugar, nos dice que solo mirar la oscuridad es difícil. Y es un poco sorprendente, porque parece ser una instrucción muy sencilla, ¿por qué debería ser tan difícil?
Curiosamente, estos tres mismos temas aparecen una y otra vez en los satsangs del primer año después de que Maharaj Jagat Singh se convirtiera en maestro. Tal vez este era el mensaje que el sangat necesitaba escuchar especialmente en ese momento. Pero probablemente es relevante para algunos de nosotros ahora también.
Así que, primero: Atención - La atención es la clave
Maharaj Jagat Singh nos dice: “Mantén tu atención entre los dos ojos”. Y repite: “La atención no debe desviarse del punto entre los ojos”.
Estamos tan acostumbrados a que nuestra atención vaya instantánea y automáticamente hacia donde la mente la dirija. Los ojos ven algo, la atención va directamente hacia ello. Los oídos oyen algo, la atención va directamente hacia ello. La mente genera un flujo de recuerdos, preocupaciones, viejos rencores, lo que sea; la atención se dirige exactamente hacia ese camino. Rai Sahib Munshi Ram cita uno de los satsangs de 1948:
La mente es débil. No puede moverse sin la ayuda del surat [o la atención] y no puede activar ninguno de los sentidos a menos que la atención esté enfocada en el sentido que quiere activar2.
¿La mente es débil? Por supuesto, esto es exactamente lo que Baba Ji nos dice también. Nos dice que la mente no tiene poder propio; dice que nosotros le damos poder. ¿Cómo le conferimos poder? Con la atención. La idea de que la mente no tiene poder –que ni siquiera puede activar ninguno de los sentidos a menos que estemos de acuerdo y pongamos la atención allí– ¡esto es revolucionario! ¡En la cita anterior dice que la mente no puede moverse en absoluto sin la ayuda de la atención!
Así que, Maharaj Jagat Singh nos está diciendo que la clave en la meditación es ser conscientes de hacia dónde dirigimos nuestra atención. Independientemente de las distracciones que se ingenia la mente, nuestra tarea es mantener la atención en el centro del ojo.
Tenemos que afrontar el hecho de que la mente no va a dejar de generar pensamientos, imágenes, recuerdos, temores y todo tipo de cosas. Los santos dicen que nuestras mentes llevan las impresiones de millones de vidas de muchísimas formas. No solo de esta vida, sino de millones de vidas que han dejado huella. Con todas esas sensaciones almacenadas allí, obviamente la mente seguirá generando imágenes, pensamientos, recuerdos, fantasías, deseos, sentimientos. Eso sucederá. Esta es su naturaleza y pensar que dejará de hacerlo es autoengañarnos.
¿Tenemos que prestar atención a toda esta actividad de la mente? ¿Podemos realmente desapegar nuestra atención y ponerla en otro lugar? Y si no prestamos atención a esta actividad de la mente, ¿es cierto que la mente se queda indefensa, incapaz de hacer nada, incapaz incluso de moverse?
Pero, nos preguntaremos: Si nuestra atención es algo tan poderoso, entonces ¿por qué nuestra atención parece una víctima indefensa, arrastrada aquí y allá, donde la mente quiera llevarla? Los santos nos dicen que es porque está desperdigada. Está difusa, totalmente dispersa.
Los maestros nos aseguran repetidamente que el simran es la forma más fácil y rápida de recoger la atención en el punto entre los ojos, en el centro del ojo. Y nos aseguran, que una vez que nuestra atención esté recogida en un solo punto, comenzará a conocer su propio poder.
Pero si el simran es la forma más rápida y fácil de recoger la atención en el centro del ojo, podríamos preguntarnos por qué, si hemos estado practicando durante tantísimos años, ¿por qué la atención sigue dispersa? Rai Sahib Munshi Ram parafraseó otro de los satsangs de Maharaj Jagat Singh:
Mientras explicaba [el Shabad] Maharaj Ji dijo que solo unas pocas personas saben realmente cómo hacer simran, de modo que, aunque muchos lo practican, su ojo interno no se abre. Si la mente no se descarría durante el simran y la atención permanece fija entre los ojos, no hay razón alguna para que la mente y el alma no se recojan allí gradualmente3.
Nos está diciendo que si practicamos el simran, pero no mantenemos además la atención fija en el punto entre los ojos, entonces podríamos practicar durante muchos años sin que se abra el ojo interno.
Mira la oscuridad
Esto nos lleva al segundo tema, que tenemos que seguir mirando la oscuridad en el centro del ojo. Como dijo Maharaj Jagat Singh, “Si no puedes ver la luz, sigue mirando la oscuridad”.
Los santos nos dicen que hay dos aspectos en nuestra atención; el aspecto auditivo de la atención, o el surat, y el aspecto visual de la atención, o el nirat. Si queremos mantener la atención en el centro del ojo, tenemos que mantener ocupados ambos aspectos de la atención, el auditivo y el visual, el surat y el nirat.
El surat está ocupado con la repetición del simran, escuchamos las palabras que se repiten. Pero también tenemos que ocupar el aspecto visual de la atención, el nirat, mirando, mirando y mirando sin cesar la oscuridad en el centro del ojo. Como dijo Maharaj Jagat Singh: “Mantén el nirat fijo”. Fijo significa enfocando nuestra atención y mirando la oscuridad. Rai Sahib Munshi Ram escribió:
Maharaj Ji da satsang como un profesor; va al grano, enfatiza la devoción al gurú y al Nam, y les pide a los satsanguis concentrarse entre los ojos durante el simran y mientras lo hacen, no intentar visualizar la forma del satgurú. Les aconseja que miren la oscuridad, repitiendo los cinco nombres, concentrándose en cualquier luz que pueda aparecer4.
Por supuesto, Baba Ji nos da el mismo consejo: Dice que el dhyan de la forma del satgurú vendrá naturalmente una vez que se alcance cierto nivel de concentración; y vendrá naturalmente como resultado de un amor intenso. Pero no debemos hacer un esfuerzo para visualizar su forma, porque si no ese mismo esfuerzo nos distraerá del enfoque en el simran. Como dice Maharaj Jagat Singh Ji: Si no estamos viendo la luz, solo tenemos que “mirar la oscuridad, repitiendo los cinco nombres, concentrándonos en cualquier luz que pueda aparecer”.
En otro de sus satsangs, Maharaj Jagat Singh dice que el nirat está dormido y tiene que despertar:
Mientras la luz no aparezca en el interior, se puede asumir que el nirat no ha despertado. Una vez que el nirat se despierta, la mente se fija en esa luz. Este es el dhyan del satgurú. El sendero hacia las regiones superiores estará cerrado hasta que el nirat despierte5.
Hay tanta profundidad en esta breve cita:
- Él dice: Una vez que vemos la luz en el interior, el nirat se mantendrá fijo fácilmente, contemplando la luz.
- Luego también dice: Ver la luz en el interior es el dhyan del satgurú. El satgurú es un poder interno. Esa luz es el satgurú. Como Baba Ji resalta tan a menudo, satgurú no significa una persona. Satgurú es un poder, una realidad interna.
- Entonces Maharaj Jagat Singh dice: el sendero hacia las regiones superiores estará cerrado hasta que el nirat despierte, es decir, hasta que ese ojo se abra, hasta que veamos algo más que la oscuridad.
El año pasado, en una de las sesiones del hostal 6, alguien le preguntó a Baba Ji: “Es obvio que la puerta está abierta de par en par. ¿Por qué no pasamos?”. Y su respuesta fue algo por el estilo: “Porque tus ojos están cerrados”. El Gran Maestro señala esta misma verdad cuando dice:
Existen dos corrientes del alma: El surat, que conoce y oye, y el nirat, que ve. El nirat va por delante del surat en el viaje espiritual, igual que una persona que viaja primero mira el sendero que tiene por delante y después lo sigue6.
Rai Sahib Munshi Ram parafraseó otro satsang, diciendo:
El surat es ciego, y a menos que el nirat lo dirija, no puede lograr ningún progreso. El nirat es la facultad de ver del alma. Los devotos que no usan su nirat permanecen ciegos en el interior.
Al igual que la llama de una lámpara en la brisa, el nirat siempre está parpadeando. ¿Cómo puede el alma interiorizarse antes de que se estabilice? El objeto de la meditación es sostener el nirat en el centro del ojo7.
Pero podríamos preguntarnos entonces –si el nirat no está despierto hasta que no veamos la luz– ¿por qué es tan importante mirar la oscuridad en el centro del ojo? Tal vez hallamos una pista de por qué es tan importante, cuando nos dice: “Los devotos que no usan su nirat permanecen ciegos en el interior”. ¿Quizá mirar fijamente la oscuridad es ‘usar’ el nirat? Aunque todavía no esté despierto, no vea ninguna luz, pero ¿tal vez lo estamos utilizando, ejercitando?
Esto parece confirmarlo Hazur, Maharaj Charan Singh Ji, cuando escribe en Luz sobre Sant Mat: “Fortalece tu nirat, o sea, la facultad de ver del alma, fijando la atención en el ojo espiritual, mientras repites los cinco nombres sagrados con la atención de la mente”8. Curiosamente, el contexto es de una carta a una mujer que está escuchando el sonido de las campanas, pero él le dice: “Fortalece tu nirat, fijando tu atención entre las dos cejas”.
Tal vez, posiblemente, también hay una pista de la razón de su importancia en algo que Baba Jaimal Singh Ji le escribió al Gran Maestro en Cartas espirituales. En esta carta Baba Jaimal Singh Ji le da al Gran Maestro (antes de convertirse en maestro) un mensaje que debería compartir con todos los satsanguis que viven en su zona. Él escribe que deben: “...lenta y suavemente fijar las facultades internas de oír y ver, surat y nirat”, y luego dice: “la inclinación de la mente interior hacia el amor es llamada nirat...”9.
A menudo hemos oído que el nirat se define como la facultad interior de ver, pero aquí Baba Jaimal Singh Ji dice que el nirat es “la inclinación de la mente interior hacia el amor”. Probablemente nunca lo hayamos pensado de esa manera.
Hazur solía repetir una y otra vez: Haz tu meditación con amor y devoción. Y como explicaba a menudo, el amor y la devoción de la que hablaba no significaba la ola de emociones fugaz y temporal que generalmente asociamos con el ‘amor’. El amor al que se refería es algo mucho más profundo, algo permanente e invariable. ¿Cómo hacemos esta práctica diaria de meditación con ese amor? Bueno, posiblemente, si el nirat está de alguna manera íntimamente relacionado con el amor –si el nirat es una facultad interna de ver, pero también es “la inclinación de la mente interior hacia el amor”–, entonces quizá mirar en la oscuridad es realmente una forma de hacer nuestra meditación con amor y devoción.
Mirar la oscuridad es difícil
Esto nos lleva al tercer tema destacado del satsang de Maharaj Jagat Singh: mirar la oscuridad es difícil. Rai Sahib cita otro de los satsangs de 1948:
Es fácil escuchar el sonido, pero es difícil fijar el nirat. El éxito se logra cuando el nirat se fija. Esto sucede tras muchos años de esfuerzo y de una vida honesta y moral. ...Mientras se realiza el simran, en lugar de tratar de escuchar el sonido, los devotos deben concentrarse en fijar su atención entre los ojos10.
Dice que es fácil escuchar el sonido, pero difícil fijar el nirat. El Gran Maestro hace hincapié en el mismo punto en Joyas espirituales, cuando escribe: “Si no se desarrolla el nirat, el velo no se rasgará, aunque se siga escuchando el sonido durante toda la vida”11.
Por lo tanto, mirar la oscuridad es importante, pero como nos recuerda Maharaj Jagat Singh, este simple hecho de mirar es difícil. Él dijo: “Incluso mirar la oscuridad con la facultad de ver del alma, el nirat, es difícil”12. Podríamos preguntarnos por qué esta tarea aparentemente sencilla puede llegar a ser tan difícil.
- ¿Quizá no nos gusta la oscuridad?
- ¿Quizás es como mirar a la nada, y no nos gusta mirar a la nada?
- ¿Es el miedo a la oscuridad? ¿O miedo a lo desconocido?
- ¿Tenemos miedo a lo desconocido en esa oscuridad, y por eso huimos de lo incierto, regresando a lo conocido, consolándonos con el habitual parloteo de la mente?
Bueno, sea cual sea la razón por la que es difícil mantener la atención mirando la oscuridad en el centro del ojo, la pregunta importante es ¿cómo cambiamos lo ‘difícil’ a ‘fácil’?
Baba Ji ha dado dos respuestas acerca de cómo podemos hacer que lo ‘difícil’ se desvanezca en lo ‘fácil’. En primer lugar, nos dice que es nuestro estado mental lo que lo hace difícil o fácil. Si recordamos que nuestro único cometido es el esfuerzo, y los resultados son realmente irrelevantes para nosotros, entonces, cuando tratamos de mantener la atención en el centro del ojo, la pregunta no es ¿qué estoy viendo?, sino solo ¿estoy mirando? Si solo se trata de “¿estoy mirando la oscuridad?”, entonces, ¿cómo es posible que no se vuelva fácil?
Baba Ji también nos ha dado otra forma de convertir lo ‘difícil’ en ‘fácil’. Solo tenemos que recordar que no estamos haciendo nada... Nos recuerda que debemos alegrarnos de no tener que arrastrarnos de rodillas hacia algún altar sagrado. Lo único que tenemos que hacer es no hacer nada.
Bueno, el no hacer nada debería ser fácil. Pero, probablemente, el día que realmente seamos capaces de no hacer nada, ese día tampoco seremos nada y el juego habrá terminado. Una vez que logremos no ser nada, entonces solo será el Señor.
Bueno, puede que no estemos en esa posición todavía. Así que tendremos que aceptar la solución de Maharaj Jagat Singh. Él nos asegura que el simran – simplemente continuando con el simran– hará que finalmente el nirat sea fuerte y estable. Dijo: “A medida que la mente se enfoca a través del simran, el nirat deja de oscilar”13.
Así pues, como siempre en Sant Mat, el simran es la clave. Si nuestro nirat es como una débil llama soplada a diestro y siniestro por cada brisa que llega, solo tenemos que seguir mirando la oscuridad sin pestañear... mientras hacemos simran. Y por medio del simran el nirat dejará de oscilar, y entraremos por esa puerta que está abierta de par en par.
- Rai Sahib Munshi Ram, With the Three Masters, RSSB, ed. 2018, vol. 3, pp. 6-7
- With the Three Masters, vol. 3, p. 59
- With the Three Masters, vol. 3, p. 26
- With the Three Masters, vol. 3, p. 18
- With the Three Masters, vol. 3, p. 48
- Joyas espirituales, carta 198
- With the Three Masters, vol. 3, p. 59
- Luz sobre Sant Mat, ed. 1985, carta 41
- Cartas espirituales, ed. 1998, p. 155, carta 100
- With the Three Masters, vol. 3, p. 48
- Joyas espirituales, carta 9
- With the Three Masters, vol. 3, p. 6
- With the Three Masters, vol. 3, p. 6