Qué bello es el cuerpo de la amada
En uno de sus poemas, Gurú Amardas dice:
Muy bello es el cuerpo de la novia,
en el que habita su querido esposo1.
Gurú Amardas destaca en este poema la belleza del ser humano. Lo admirable que es esta forma cuando se entrega para el propósito del Creador: la búsqueda de lo Divino. En esta vida, cuando somos conscientes del Shabad, el “querido esposo” de nuestra alma, gracias a su poder comprendemos nuestro verdadero ser, así como al Creador. Hazur Maharaj Charan Singh dice:
El verdadero propósito de la vida es la realización de Dios. Este privilegio tan solo lo concedió el Creador al ser humano. El cuerpo humano es el último peldaño de la escalera de la creación. Desde aquí o caemos en las especies inferiores o podemos regresar al Padre y escapar del ciclo de nacimientos y muertes. Todo lo demás, lo hemos recibido cada vez que hemos venido al mundo, en una de las formas de cualquier especie.
Por tanto el privilegio de regresar al Padre se obtiene únicamente en la existencia humana. Por esta razón, siempre debemos tener presente nuestro destino e intentar seguir el sendero espiritual que nos lleva de vuelta a él. Mientras descubrimos nuestro destino, ajustamos nuestras cuentas kármicas, deberes y responsabilidades, por lo que no deberemos olvidar el objetivo y el propósito por el cuál vinimos al mundo2.
Los santos y místicos viven entre nosotros para recordarnos “el propósito y objetivo” para el que hemos nacido: encontrar nuestro camino de regreso al Padre. Ellos nos ofrecen la llave con la que abrir la puerta que nos permitirá el acceso al sendero espiritual, que conduce de vuelta al Padre y que está oculto en cada ser humano. Siguiendo este sendero espiritual, obtendremos el conocimiento de que el regreso al Padre no significa que vayamos a un lugar específico, se trata de ser conscientes de su existencia divina, omnipresente y de percibir su presencia. Para poder sentir su presencia y experimentar su grandeza, se hace innecesario nuestro afán por adquirir ciertas virtudes, como el amor, la compasión, la clemencia, la devoción, la humildad o la paciencia, pues estas cualidades ya existen en nuestros corazones. Como el Gran Maestro solía decir:
Toda alma es virtuosa. Si no vemos su valor, la culpa la tienen nuestros ojos y corazones, porque Dios mismo reside en cada corazón humano3.
La amorosa esencia divina ya mora en nuestros corazones, en nuestros cuerpos, por tanto todas las cualidades vinculadas a esta esencia también las tenemos. Es por lo que Gurú Amardas continúa en el mismo poema:
En el cuerpo está la inestimable riqueza
y los rebosantes tesoros
de la meditación del Señor4.
Sardar Bahadur Ji dio la siguiente explicación de esta frase:
Hay innumerables aspectos de valor incalculable, dentro de este cuerpo… Dentro de él encuentras lujuria, ira, entre otras cosas, pero también encuentras: clemencia, discernimiento, paciencia… Todo esto igualmente está ahí.
Dentro de cada persona hay un tesoro oculto de amor, un almacén de devoción al Señor, que está allí, rebosante. No solo hay una o dos gotas, hay océanos llenos hasta el borde5.
Por tanto, no pienses que no hay amor y devoción en tu corazón. Estamos plenos de amor, llenos de luz divina y repletos de devoción, aunque no somos conscientes de ello. ¿No es lamentable que la esencia de la vida no sea visible para nosotros, y que atributos como la ira, los celos, la lujuria, el orgullo y la avaricia sean los que predominen? Según los santos y los místicos, esto se debe a la inquietud de nuestra mente, y a las impresiones que se almacenan en ella. Estas impresiones la nublan y causan ondas en su superficie, a través de las cuales la profundidad de la divinidad, que yace oculta debajo, es invisible.
El objetivo del sendero espiritual es aquietar la mente y limpiarla de todas estas impresiones. Para este propósito todo sirve: el satsang, el seva, los libros espirituales, las sesiones de preguntas y respuestas con el maestro, todas ellas están destinadas a envolver nuestra mente en una determinada atmósfera y crear en ella, el anhelo de la búsqueda de Dios y el encuentro con la paz eterna. Cada momento dedicado a la meditación representa el esfuerzo de enfocar la mente en el Shabad, y purificar nuestras impresiones. Bajo la influencia de esta amorosa fuerza nos atrevemos a desprendernos de todas nuestras ideas, deseos, apegos, y sobre todo de nosotros mismos. Sant Mat no trata de imponerse sino de que nos entreguemos por etapas y contrarrestar todo aquello que nos limite. Hazur Maharaj Ji lo explicaba de esta manera:
...el alma está llena de devoción hacia el Padre. Pero se siente indefensa debido al peso de la mente. La mente se ha convertido en una esclava de los sentidos. Así, al estar ligados con ella o más bien dominados por los sentidos, dejamos de sentir amor hacia el Padre. El amor existe en cada ser. Potencialmente todo espíritu es Dios. Así pues, cuanto más peso le restemos al alma, más amor y devoción sentiremos por el Padre. No hay otra manera. Tenemos que quitar el peso.
La aguja siempre se siente atraída por el imán, pero si hay un peso sobre ella, se vuelve inoperante. No quiere esto decir que la aguja no esté siendo atraída por el imán. La atracción es la misma que existía antes, sin embargo ella está impotente. Por tanto, lo único que tenemos que hacer es quitarle ese peso, porque entonces de forma automática irá hacia el imán. De manera similar, el alma siempre está enamorada del Padre, llena de amor y devoción hacia él, su Creador. Pero se ha vuelto inútil a causa del peso de la mente, y esta también se vuelve indefensa al ser esclava de los sentidos. Tenemos que adoptar medios y métodos gracias a los cuales podamos retirar el peso de la mente sobre el alma6.
Hazur Maharaj Ji continúa exponiendo los medios y el método:
Los satsang, las charlas, las reuniones, las nobles compañías, la buena literatura, son maneras para crear en nosotros anhelo hacia el Padre. Pero el éxito solo puede lograrse por medio de la meditación. Estos recursos crean en nosotros anhelo, fortalecen nuestra fe en la meditación, pero el verdadero éxito lo lograremos a través de la meditación. No hay ningún atajo. Por eso Jesús dijo: el pecado contra el Espíritu Santo nunca será perdonado. No hay otra forma de buscar el perdón del Padre que el de atender al Espíritu Santo. La devoción ya está ahí, el amor está ahí; no somos nosotros los que estamos creándolos en el alma, lo único que hacemos es quitarle el peso, que es la mente, para luego vivir el amor en nuestro interior7.
Este es el mensaje de todos los místicos: el amor, la compasión, la devoción y la presencia divina se revelarán en nuestros corazones cuando nuestra mente se aquiete y nos entreguemos al Shabad. Para ello la práctica diaria de la meditación es esencial, como lo es la guía de nuestro maestro.
¿Cuántas veces ha hecho hincapié sobre esto Baba Ji? Él aprovecha cada oportunidad para recordarnos que meditemos. Sin nuestra práctica diaria no obtendremos la experiencia, el entendimiento o la conciencia. Sin la meditación seguiremos bajo el espejismo de la mente, engañados por nuestros pensamientos, convencidos de nuestra habilidad y conocimiento. Es exactamente a través de la práctica de la meditación, como poco a poco, las escamas caen de nuestros ojos, nuestro ego pierde su poder y comenzamos a reconocer lo insignificantes e ignorantes que somos; nos damos cuenta de que sin su gracia y ayuda no somos capaces de hacer algo y comprendemos que nada en absoluto está en nuestras manos. El erudito budista Edward Conze escribe sobre el bhakti (fe o devoción):
La tendencia bhakti elimina, con la fe, toda dependencia sobre el poder propio, La tendencia bhakti elimina, con la fe, toda dependencia sobre el poder propio, toda dependencia sobre la propia capacidad de planear y controlar nuestra vida y nuestra salvación… La sumisión a la fe implica un alto grado de extinción del yo independiente. En parte porque uno no depende de sí mismo, o de su propio poder, y en parte porque uno observa la inutilidad de todos los esfuerzos conscientes personales y se deja ‘llevar’ hacia la salvación…. La modestia elemental nos permite percibir que cualquier mérito que podamos reclamar no se compara con el de los budas y bodhisattvas, y con el poder de su ayuda… Todo orgullo en nuestro intelecto, todo orgullo en la pureza de nuestro corazón, pone al yo contra lo demás. Si se considera al intelecto como inútil, al corazón como corrupto, el yo se desinfla. Solo la misericordia del Absoluto puede llevarnos, siendo nuestros planes y esfuerzos personales bastante insignificantes8.
Conze describe de una manera hermosa cómo la práctica diaria de la meditación nos llena de humildad y cómo la devoción al maestro borra la idea de un yo independiente. La devoción nos hace receptivos de la gracia del Absoluto, de lo Divino. Gracias a la experiencia de fracasadas meditaciones, de dificultades en concentrar nuestra atención en el centro del ojo, y de esos pensamientos que constantemente nos distraen, todo esto hace que nuestro ego se desvanezca. Puede sonar un poco extraño, pero son esos intentos, esos que no nos aportan los resultados deseados, los que nos llevan al punto en el que nos dejamos ir y nos rendimos. Si nos dejamos llevar, nos haremos receptivos a la gracia de la divinidad y permitiremos que el maestro nos lleve de vuelta al Padre. Es por lo que Hazur Maharaj ji dijo:
Ten a bien recordar que donde quiera que estés el Señor está contigo, por lo que nunca deberás olvidarlo. Tenemos que cumplir puntualmente nuestro deber hacia él, con entera devoción y sin permitir que nada en la vida nos aparte de esta importante tarea9.
Cuando tengamos la oportunidad de ir a Dera, deberemos aprovechar el tiempo, al estar lejos de nuestras responsabilidades mundanas, centrándonos completamente en el maestro y en sus enseñanzas. Allí tendremos la ocasión de servir y cumplir con la principal instrucción del maestro: la diaria práctica de la meditación. El resultado de la meditación se ilustra bellamente en una leyenda de los Puranas. En esta historia un hombre llamado Pundalik, viajaba con su esposa y sus padres. Se unieron a un grupo de peregrinos camino a Varanasi.
Una noche los peregrinos pararon en la ermita de un gran sabio. Cansados por la larga caminata del día, todos se quedaron dormidos excepto Pundalik. Mientras estaba despierto, vio entrar a un grupo de bellas mujeres vestidas con ropas sucias. Después de recibir el darshan del sabio, a la salida sus ropas lucían sin manchas, de un color blanco puro. Asombrado por esta visión, Pundalik les preguntó quiénes eran. Respondieron que eran las diosas del río en cuyas aguas se bañaban miles de personas. Sus ropas se ensuciaban por los pecados de los peregrinos, pero se purificaban al servir al sabio, y sus vestimentas se volvían nuevamente blancas como la nieve10.
La finalidad de esta leyenda es hacer hincapié en la importancia de servir a nuestro maestro. Se pone de relieve que nosotros, como las diosas del río, podemos limpiarnos y purificarnos por medio de estar al servicio del maestro. Obedezcamos pues a nuestro maestro, para que la luz divina nos llene por completo y pueda revelarse a sí misma de nuevo. Convirtámonos en bellos seres humanos, con quien nuestro amado prometido contraerá matrimonio, todo esto siguiendo el consejo amoroso del místico Eknath de Maharastra quien en su poema “El maestro guía a sus discípulos”, dice:
Medita con intensidad tres veces al día,
en busca de esa Luz
que es tu alma.
Retírate del mundo,
con los ojos cerrados y los pulgares en los oídos.
Esta es la manera de abrirte al encuentro
del Ser que resplandece en tu interior,
el rostro de la vida misma,
el rostro que llena el universo.
Pero no te detengas allí, hijo mío,
busca a tu maestro más allá de todo esto…
Sigue meditando, hijo mío…
Pronto el imperecedero, el Señor del cuerpo y del alma,
aparecerá en tu corazón.
Eknath, sigue mirando;
finalmente verás que él eres tú11.
- Guru Amar Das, Adi Granth, Raag Soohi, 754.
- Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Volume I, RSSB: Beas, 2010, p. 193-194.
- Citado en el vídeoEnigma of Love.
- Guru Amar Das, Adi Granth, Raag Soohi, 754.
- Sardar Bahadur Jagat Singh, Discourses on Sant Mat, Volume II, RSSB: Beas, 2006, p. 22.
- Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Volume II, RSSB: Beas, 2010, p. 335.
- Ibíd. p. 336.
- Citado en K.N. Upadhyaya, Buddhism: Path to Nirvana, RSSB: Beas, 2010, p. 207
- Maharaj Charan Singh, En busca de la luz, Pregunta 303, p. 182.
- Citado en Judith Sankaranarayan, Many Voices, One Song, the Poet Mystics of Maharashtra, RSSB: Beas, 2013, p. 73-74
- Ibíd, p. 172-173