Avivando la llama del amor - RSSB Satsangs & Composiciones

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Avivando la llama del amor

Gurú Arjan Dev comienza uno de sus shabads diciendo: “¿Cómo encontraré al Señor, oh maestro? Solo un santo que ha logrado la unión (el sahaj) puede mostrar el sendero”1. Es una pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida. Dudo que fuéramos discípulos si no nos hubiéramos formulado esa pregunta fundamental. En algún momento decisivo nos dimos cuenta de que para encontrar el verdadero sentido a la vida, necesitábamos experimentar la divinidad. Reunirnos con el Señor sería lo único que respondería a nuestras preguntas y aliviaría nuestras mentes atribuladas. Desde ese mismo momento, nuestra búsqueda para encontrar a Dios ha sido el cimiento sobre el cual hemos construido nuestras vidas.

Es cierto, ha habido altibajos. A veces hemos gritado, desesperados por nuestra pobre capacidad para poder experimentarlo. Muchos de nosotros incluso hemos decidido que es imposible reunirnos con el Señor y consecuentemente hemos dejado de intentarlo. Otras veces hemos sentido un atisbo de felicidad, o momentos de alegría. Y sin embargo, a pesar de todo, hemos persistido. ¿Será por la gracia del maestro o por nuestros continuos y débiles esfuerzos? ¿O será, quizá que no hemos encontrado nada mejor que nuestro sendero? En los mejores y en los peores momentos, la pregunta de Gurú Arjan Dev ha seguido filtrándose en nuestras mentes, aunque enterrada bajo el peso de la vida cotidiana. Sabemos que únicamente la realización del Señor nos dará paz mental y le otorgará sentido a la vida. Pero a pesar de todos nuestros altibajos, lo que ha quedado claro es que tenemos un gurú que nunca pierde la esperanza.

El Gran Maestro escribió: “Todos los verdaderos devotos reciben del gurú puro el Shabad, que es la vida real. Él es la vida misma, y puesto que está libre de ego, el Shabad habla a través de él. Ha trascendido el valle de la muerte. Ha realizado la vida de Dios que obra a través del Shabad y él puede dar a sus discípulos la vida o el despertar espiritual”2. ¡Qué suerte, que se nos haya brindado esta oportunidad! La relación con el gurú es el mayor obsequio que el Señor puede conceder a alguien. A pesar de no habérnoslo ganado y de no merecérnoslo, lo tenemos. Si empezamos a dar pasos, ya sean pequeños o gigantescos, no hay duda de que experimentaremos el significado de la vida y también experimentaremos al Señor. No nos parece posible que tengamos este don. Somos personas normales y vivimos vidas normales. Sin embargo, el satgurú vio algo en nosotros que nosotros no vemos. Vio que nuestra alma estaba preparada para la liberación. Después de miles de vidas, hemos llegado al momento extraordinario en el que comenzamos el viaje a nuestro hogar. Es primordial que recordemos y apreciemos el regalo del Nam, que es nuestro. Después de vidas de lucha, nuestro rumbo ha cambiado. Después de tantas idas y venidas, ahora nos encontramos en el umbral de la libertad eterna, preparados para fundirnos en el océano del Shabad, el océano del amor. ¿Será posible que seamos nosotros los que tengamos este honor y privilegio, nosotros con mentes tan inquietas, dudas y preocupaciones? ¿Somos nosotros, quienes nos encontramos en el umbral de la libertad eterna? Suena muy impresionante, mucho más grande y grandioso de lo que somos nosotros. Pero sí que somos tú y yo los que nos encontramos en este punto de inflexión supremo. Tenemos el regalo del Nam y la oportunidad para experimentar la divinidad. Ahora es el momento de aceptar este regalo, darle las gracias por ello, y realizar su potencial.

Gurú Arjan Dev sigue diciendo: “Lo invisible está en el interior, y permanece oculto debido al velo del ego. Encaprichada por maya, toda la creación está dormida. ¿Cómo podemos despertar de esta ilusión?”. Nuestras mentes están llenas del ruido de los deseos, las preocupaciones, las expectativas y las decepciones, por lo que hemos limitado nuestra capacidad para experimentar nuestra propia divinidad. Todos nuestros pensamientos se basan en nuestras necesidades y deseos. Nuestra mente está tan abarrotada que no hay espacio para él. Esta constante charla mental es el ego. Pero justo detrás de este parloteo está lo invisible. Detrás del velo, está la paz y el contento. Detrás del ruido, está la dulce melodía del Shabad. Pero Gurú Arjan Dev nos dice que tenemos que despertar para experimentar lo invisible o lo inaudible.

Hazur escribió: “El mayor milagro de los místicos es que cambian la actitud misma de nuestra vida, nuestro modo de vida. Le dan la vuelta a todo en nuestra vida”. Nos han dado la vuelta para sacudirnos y sacarlo todo. Nuestro gurú está vaciando nuestra mente, preparándonos y capacitándonos para que despertemos de la ilusión de creer que la felicidad nace del ‘yo’ y de lo ‘mío’. No es así. La felicidad nace de la quietud y del simran. Si buscamos nuestra divinidad, no la encontraremos en los amigos, la familia, la riqueza o la fama. Sin embargo, si cambiamos nuestra actitud y creamos un ambiente que propicie el sentimiento de gratitud por el Nam y fortalezca un estilo de vida positivo, entonces surgirá la posibilidad de la realización propia. Es inevitable, no hay nada más poderoso que el Nam del gurú.

Gurú Arjan Dev continúa el verso diciendo: “Vivimos en la misma casa, habitamos juntos y sin embargo no nos conocemos. Por falta de él, los cinco nos atormentan, pero a él no se le alcanza fácilmente”. Nos dice que el Señor, en su forma de maestro radiante, vive dentro de nosotros; maravilloso, pero a su vez, aterrador. Es reconfortante tener la seguridad de que el gurú está en el interior. Desde nuestro interior, apoya nuestros esfuerzos positivos y nos ayuda a superar innumerables desdichas. Sin embargo, también significa que experimenta las emociones que rugen dentro de nosotros. Él escucha el ruido de nuestra mente. Debido a esas emociones y al descontento que generan, nos quedamos sin la experiencia de él. Si le queremos tal y como lo profesamos, entonces es fundamental que acallemos el ruido de nuestra mente para que él no lo tenga que experimentar. El esfuerzo por aquietar la mente es una manera de darle las gracias por su generoso regalo.

Pero Gurú Arjan Dev también aclara que es un desafío experimentar el Shabad; requiere dedicación y perseverancia. Recordemos que si perseveramos, él hará todo lo posible para ayudarnos. Externamente, tenemos sus satsangs, su darshan y su seva. Es imposible imaginar o entender cómo nos ayuda desde el interior. El sendero seguirá siendo un misterio para nosotros mientras no tengamos una relación interna con él. Mientras, lo único que podemos hacer es mostrar nuestro agradecimiento por su continuo regalo, el regalo del Nam y el de su presencia física en nuestras vidas.

Gurú Arjan Dev sigue diciendo: “Tras construir la casa, él se encerró en el interior y confió la llave al gurú. Por mucho que lo intentemos, jamás obtendremos este tesoro sin refugiarnos en él”. El Señor está en nuestro interior. Cada átomo de nuestro ser está cargado de Shabad. El maestro, en su forma de Shabad, resplandece en nuestro interior. Él es nuestra esencia; oculto, encerrado, pero allí está. Nuestro centro no es el “yo” ni lo “mío” sino es él. ¿Pero cómo podemos refugiarnos en él? Los santos nos dicen que la meditación es un desafío, pero entregarnos a él es aún más difícil. Con ambos desafíos tenemos que esforzarnos. Cuando aceptamos nuestro destino sin quejarnos, damos un pequeño paso hacia acatar su voluntad. ¿Qué aspecto de la creación no abarca su voluntad? El Shabad está en cada hoja, cada insecto, cada hombre. Si el Shabad es la esencia de todo, entonces todo lo que sucede es por el poder del Shabad. El Shabad es el hacedor de todo. Y en su forma de Shabad, él es el hacedor de todo en nuestras vidas. Como lo formuló Baba Jaimal Singh Ji: “Hijo mío, créelo firmemente: es él quien lleva a cabo los asuntos mundanos porque está en él. Todo lo que él hace es por nuestro propio bien”3. Podemos aceptar nuestro destino o lamentarnos. Podemos refugiarnos en él o podemos luchar contra nuestro destino. Pero cada vez que aceptamos las cosas como si fuesen su voluntad, fortalecemos nuestro compromiso con él. Sería equivocado decir que es tarea fácil, ya que no lo es. Pero, ¿qué más merece nuestro tiempo y esfuerzo? El escultor Henry Moore escribió: “El secreto de la vida es tener una labor, algo a lo que dedicas toda tu vida, algo a lo que te entregas, cada minuto de tu día durante toda tu vida. Pero lo más importante es que debe ser algo que realmente no puedas hacer”. Así pues, perseveramos incluso si aparentemente nuestros esfuerzos no dan resultado. Empezamos a entender que nosotros no lo podemos hacer, eso de aquietar la mente. Pero, si nos relajamos, cerramos los ojos y disfrutamos del viaje, quizá descubramos que él aparece, resplandeciente, y nos ayuda a que fluya el simran en nuestro interior. La contradicción es que no podemos hacerlo nosotros, pero al mismo tiempo tenemos que esforzarnos como si pudiéramos. ¡Qué vida tan encantadora y misteriosa llevamos como discípulos de nuestro maestro!

A continuación, escribe Gurú Arjan Dev: “Cuando el Señor quiere cortar nuestros grilletes, nos concede el amor y la compañía de los santos. Cuando estás en su compañía, cantas las alabanzas del Nam. A partir de entonces te reúnes con el Señor y ya no hay diferencia entre los dos”, dice Nanak. Recordemos que puesto que el maestro está en nuestro interior, no hay ni un solo momento en el que no estemos en su compañía. Por supuesto, es un placer y una alegría estar en su presencia física. Pero si creemos en sus enseñanzas, entonces está claro que estamos unidos a él ahora, en este mismo momento, y en todo momento.

Debido al velo del ego, pocas veces experimentamos esta unión. Sin embargo, podemos experimentar esa alegría en el momento en el que empezamos a refugiarnos en él. Se trata de un viaje, y a menudo un viaje rocoso con desvíos y obstáculos, pero no hay nada más en la vida que tenga el mismo valor. No hay nada que nos brinde la alegría y el contento que experimentamos cuando persistimos en nuestro esfuerzo por vivir el sendero plenamente. No hay nada más que pueda responder a nuestra pregunta sobre cómo encontrar al Señor.

Finalmente, escribe Gurú Arjan Dev: “Así se encuentra al Señor, se obtiene la unión, se disipa la ilusión, y la llama se funde en la luz”. El Shabad acaba con un gran crescendo, una sinfonía de alegría, una oda al amor. Y nosotros somos los seres afortunados que podemos experimentar este amor y esta alegría, ahora. Alimentemos la llama en nuestro interior con nuestro amor y nuestra dedicación a nuestro amado.


  1. Gurú Arjan Dev, Kin bidh mile Gusain, mere Ram Rai, AG p. 204; en Luz sobre Sant Mat, 1ª ed., 1997, p. 23
  2. Philosophy of the Masters, Vol. 5, 6th ed. 2010, p. 192
  3. Cartas espirituales, 1ª ed., 2001; carta 20, p. 35