25 de febrero de 2020
Queridos amigos,
Muchos de vosotros habéis enviado unos correos electrónicos muy bonitos expresando vuestras preocupaciones. En primer lugar, quiero que sepáis que los dos estamos bien. La vida es muy tranquila, curiosamente. Apenas hay tráfico en la carretera cerca de nuestro apartamento, pero el aire es fresco y puro.
Echamos mucho de menos a nuestra familia de sevadares. Nunca nos dimos cuenta de lo mucho que forman parte de nuestras vidas, y estar sin ellos es muy triste. (A los que están leyendo esto en Italia: os echamos de menos y estamos deseando volver a tener seva). Pero ya está bien de quejarse. Aunque sea tranquila, la vida va francamente bien. Ann pasa mucho tiempo en el jardín, así que está contenta. No sé lo que hago yo, pero de alguna manera consigo pasar el día. ¡Seguramente he visto demasiado Netflix!
Solo salgo del centro para ir al supermercado. Los estantes están llenos y la gente se comporta bien. Esperamos en una cola con un metro de separación y nos reciben de uno en uno. Luego nos dan guantes para ponernos mientras compramos. Pero no parece que haya compras de pánico. La gente sigue siendo amable y tranquila, aunque el noventa por ciento lleva mascarillas. El papel higiénico es abundante.
Bajar el ritmo es una auténtica aventura y un reto. No estoy acostumbrado a llevar este ritmo y no lo estoy disfrutando. Pero dicen que la paciencia es una virtud, y ya es hora de que me vuelva un poco virtuoso. Llevamos unas tres semanas a marcha lenta y me pregunto cómo será dentro de dos meses.
Solo se nos permite ir a dos localidades situadas en nuestras inmediaciones, pero mañana nos arriesgaremos a que nos detenga la policía e iremos a doce kilómetros de distancia para comprar verduras para cultivar. Así, cuando vuelva a empezar el seva, nuestro huerto estará a pleno rendimiento y las comidas podrán salir del mismo.
Por supuesto, todo esto es un ejercicio de vivir en su voluntad. Lo veo como una oportunidad, no como un inconveniente. A medida que pase el tiempo, veré cómo cambia mi actitud. Espero seguir siendo positivo y estando satisfecho. Estaré impaciente por que termine, pero eso es diferente a sentirme ansioso al respecto. Es su juego y jugaré lo mejor que pueda.
Espero que todos vosotros os encontréis bien. Ha sido un placer saber de vosotros, ya sea directamente o a través de Ann. Por favor, tened cuidado y sed cautelosos. Aunque él siempre vela por nuestro bienestar, a menudo tenemos una idea diferente de lo que es mejor para nosotros. Si nos vemos obligados a llevar una vida tranquila, que así sea. La cuestión es si podré disfrutarla. Voy a hacer todo lo posible. Pero estoy deseando poder subirme a un avión: me espera el Nam Dan en cuatro países.
Espero que estéis todos animados y positivos. Estoy seguro de que hablo en nombre de todos nosotros al decir lo mucho que echo de menos poder ir al satsang. Estoy leyendo With the Three Masters y lo estoy disfrutando muchísimo. El Gran Maestro usa uno de los shabads de Soami Ji más que ningún otro: “Una densa y profunda oscuridad predomina en el mundo”. Cada vez que leo esa línea, me sacude la conciencia. Nuestro sendero es auténtico y verdadero. Tenemos que vivir en su voluntad y darnos cuenta de que el tiempo es limitado. Qué gran oportunidad tenemos.
Basta de sermones. Ann y yo os deseamos a todos lo mejor. Que sigáis bien de salud y a disfrutar.
XXX
Bill