El Camino Real
Comentando el sendero de los santos, en su libro Con un Gran Maestro en la India, el Dr. Johnson escribe: “Este sendero no es una teoría. No es un sistema de creencias o dogmas. Ni siquiera es una religión, aunque comprende todos los valores de la religión. Es un verdadero camino, una genuina carretera por la que se ha de viajar, implicando por supuesto, cierta preparación y entrenamiento a medida que se va avanzando. En realidad, la palabra sendero no es totalmente apropiada. Sería más exacto hablar de un Camino Real, pues pertenece a los maestros reales que conducen al viajero de región en región, cada una más espléndida que la otra, hasta que llega a su destino final: los pies del Señor de todas las regiones. Es literal y verdaderamente un camino real, por el cual viajan los santos y sus discípulos, pasando a través de innumerables y vastas regiones y deteniéndose en diferentes estaciones de la ruta.
”El paso a través de este camino real es realmente una sucesión de triunfos, porque todos los discípulos de los santos están capacitados para dominar cada región al entrar en ella, o asimilar sus conocimientos y poderes, y convertirse en sus ciudadanos. El santo es el hábil capitán que lleva al alma de victoria en victoria. Es una travesía difícil, pero el santo ha pasado por ella muchas veces y lo controla todo. Por lo tanto, ese viaje espiritual es una larga sucesión de triunfos, hasta que el viajero llega a su gran meta final”.
Las enseñanzas de los santos constituyen una ciencia espiritual cuya experimentación tiene lugar en el laboratorio de nuestro propio ser. Para experimentar dentro de nosotros mismos es muy importante que pongamos en orden nuestro laboratorio, que pongamos en orden nuestra vida, que establezcamos correctamente nuestras prioridades y que actuemos de acuerdo con ellas. Nuestras aspiraciones deben reflejarse en nuestras acciones. Tenemos que dedicar tiempo para comprobar los resultados por nosotros mismos.
Siguiendo un camino espiritual¿Qué es lo que deseamos realmente de la vida? ¿Cuál es el propósito de las cosas que hacemos? ¿Qué camino hemos elegido para que nos lleve a nuestro destino? ¿Estamos verdaderamente yendo a algún lugar o estamos caminando en círculos? ¿Nos sentimos contentos con nuestras vidas?
Si no estamos satisfechos de nuestras respuestas a estas preguntas, podemos buscar un camino con corazón, un camino que nos permita vivir en el mundo y al mismo tiempo desarrollar lo mejor de nosotros.
Si tenemos el propósito de desarrollar completamente nuestra vida, debemos profundizar en nuestra espiritualidad. ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Qué medidas prácticas ayudan a profundizar en nuestra espiritualidad? En primer lugar comenzaremos examinando diversas enseñanzas espirituales y seleccionando las compañías que frecuentamos. Las buenas compañías y los esfuerzos sinceros nos pondrán en la dirección de Dios. Por este motivo, todos los santos resaltan la importancia de una buena compañía para sus discípulos. Es una realidad de la naturaleza humana que inevitablemente nos volvemos semejantes a los que amamos. Toda persona es influenciada por la compañía que frecuenta. En la compañía de personas codiciosas y lujuriosas adoptamos tendencias similares, mientras que en la compañía de personas con una inclinación espiritual, también nosotros obtenemos dicha inclinación. En compañía de gente mundana estamos más expuestos a realizar acciones negativas, mientras que asociándonos con personas espirituales somos más propensos a volvernos pacíficos y puros.
También podemos ayudarnos leyendo libros espirituales o asistiendo a reuniones donde se exponen las enseñanzas de los santos. Asimismo tenemos que informarnos sobre otros senderos para averiguar cuál es el adecuado para nosotros, y con cuál de ellos nos identificamos y nos sentimos más cómodos.
Es importante realizar una investigación profunda a fin de encontrar cuál es el mejor sendero para nosotros. Si en algo tan trivial como comprar una camisa, ¡examinamos tantas antes de elegir una!, ¿cuánto más cuidadosos no deberemos ser para tomar una decisión tan importante?
Hay muchos senderos espirituales y diferentes maestros. Cada uno satisface un determinado propósito. Si lo que buscamos es un sendero para mejorar nuestra situación financiera, para conseguir más energía, para calmar la mente, para mejorar nuestra vida sexual, para mejorar las relaciones sentimentales, para estar más sanos, o para tomar mejores decisiones en los negocios, hay muchos maestros que pueden guiarnos en esas materias sin tenernos que someter a los esfuerzos que requieren las enseñanzas de los santos. El sendero de los santos se ocupa de la autorrealización y finalmente de la realización de Dios.
Si después de una profunda reflexión nos convencemos de que las enseñanzas de los santos constituyen el sendero apropiado para nosotros, entonces debemos intentar durante un periodo de un año abstenernos de alcohol y drogas, seguir una alimentación vegetariana y llevar una vida moral para averiguar si podremos seguir este sendero durante toda la vida.
Este sendero no es un pasatiempo, un club, una religión o una secta. No hay compromisos con ningún grupo particular, no se cobran cuotas, no hay dogmas, ritos o ceremonias externas, ni sacerdotes, templos, escrituras sagradas o meditación en grupo, tampoco se necesita una fe ciega. De hecho, se puede pertenecer a cualquier religión y seguir las enseñanzas de los santos.
Este sendero de espiritualidad implica una relación personal entre el discípulo y su maestro espiritual. Este pide el compromiso de seguir una dieta vegetariana, abstenerse de alcohol y drogas, llevar una vida moral y meditar durante dos horas y media cada día.
Este es un sendero para personas sobrias, para personas maduras. Cualquier persona a partir de 24 años puede solicitar la iniciación en este sendero de espiritualidad. A esa edad, uno es menos influenciable, ha visto lo suficiente del mundo para comprobar lo que este le puede ofrecer y es lo suficientemente maduro para saber si podrá seguir este sendero como estilo de vida.
Equilibrio perfecto, armonía del serTenemos una responsabilidad con nosotros mismos. Nadie más podrá recorrer nuestro camino por nosotros. Tenemos que hacerlo nosotros mismos. El maestro espiritual nos ayudará mucho, pero nosotros debemos poner el esfuerzo. Los cinco pilares de la espiritualidad nos proporcionarán los sólidos cimientos que necesitamos para desarrollar nuestra vida espiritual. Cuando tomamos la resolución de llegar a ser mejores seres humanos, en ese mismo instante comenzamos a desarrollar nuestra naturaleza espiritual, y al hacerlo desarrollamos lo mejor de nosotros mismos. Si queremos desarrollarnos plenamente, lo primero que tenemos que hacer es llevar los valores espirituales a nuestro mundo material. Debemos saltar fuera del pequeño círculo al que nos hemos limitado, y ampliar nuestros horizontes de comprensión y acción.
Al desarrollar nuestra paz y estabilidad interna, apoyándonos en los cinco pilares de la espiritualidad, disfrutaremos de un estado interior de gozo, estabilidad y paz. Cultivando nuestra naturaleza espiritual y disfrutando de ella, nuestra mente intentará retener esta nueva y más agradable manera de ser, y surgirá en ella la convicción y determinación de obtener con toda la frecuencia posible, la felicidad que ha probado. Cuanto más predomine nuestra naturaleza espiritual, más contentos y libres nos volveremos.
Cuando empecemos a caminar por el sendero espiritual, las tendencias descendentes de la mente se destruirán poco a poco. Si caminamos por el sendero con convicción, cambiará nuestra actitud ante la vida y nos volveremos espiritualmente fuertes. De esta manera, las tendencias ascendentes de la mente se liberarán para sacar a la luz lo mejor que hay dentro de nosotros mismos.
Cuando estemos establecidos en el camino de los santos, empezaremos a actuar con equilibrio y ecuanimidad, mientras que interiormente gozaremos de la más maravillosa paz, alegría y armonía de nuestro ser. Entonces, la realización de Dios se convertirá en una posibilidad real.