Los Cinco Pilares de la Espiritualidad
Los santos tienen una opinión muy positiva y optimista sobre nosotros. Aun cuando conocen nuestras limitaciones, dificultades y situación, lo que realmente les importa es lo que podemos llegar a ser. Los santos saben que cada uno de nosotros puede llegar a convertirse en un ser perfecto lleno de luz y felicidad. También saben que la mayoría de nosotros somos inconscientes de este hecho, porque nuestras mentes están empañadas por los apegos mundanos y dispersas en actividades equivocadas, hasta el punto de que hemos perdido de vista dónde podemos encontrar la verdadera paz y felicidad.
Una vez que nos percatemos de nuestro gran potencial, nos dedicaremos a despertar aquello que duerme en nuestro interior. Nos aseguraremos de realizar acciones positivas que fomenten nuestro crecimiento espiritual, y evitaremos las acciones negativas y destructivas que al final producen resultados indeseables.
Para ayudarnos a superar los muchos obstáculos que se interponen entre nosotros y nuestra meta, los santos nos aconsejan que centremos nuestros esfuerzos en estos cinco puntos principales:
- Seguir las instrucciones de un maestro verdadero vivo.
- Abstenernos de comer carne, pescado y huevos.
- Llevar una vida moral.
- No tomar bebidas alcohólicas ni drogas.
- Meditar dos horas y media cada día.
Estos son los cinco pilares que sostendrán y desarrollarán la naturaleza espiritual de una persona. Son recursos prácticos que nos protegen en el sendero espiritual. Hacen de controles esenciales, pues sin ellos resultaría difícil verificar si vamos por el camino correcto. Como las vías de ferrocarril o las líneas pintadas en las carreteras, estas guías también nos ayudan a mantenernos en el camino. Dan orientación a nuestra vida y cuando salimos de estos límites, podemos estar seguros de que nos alejamos de nuestra meta. Estos cinco principios proporcionan una excelente guía práctica para salvaguardar, fortalecer e incrementar nuestro crecimiento espiritual.