3 La meditación es un estilo de vida
La meditación es un estilo de vida. No se trata de que te encierres en un cuarto durante dos horas y media y luego te olvides de la meditación durante el resto del día. La meditación, debe adoptar una forma práctica, reflejándose en cada acción que hagas y en toda tu rutina diaria. Eso en sí mismo es un efecto de la meditación. Vivir en las enseñanzas, vivir en esa atmósfera, es en sí meditación. Tú creas esa atmósfera a cada momento con tu meditación diaria. Todo lo que hagas debe prepararte conscientemente para tu siguiente meditación. A medida que vivimos en la atmósfera creada por la meditación, es como la meditación se convierte en un estilo de vida.
Maharaj Charan Singh
La meditación encuentra expresión en la forma en que vivimos. Con la meditación, comienzan a surgir nuestras cualidades positivas. La tranquilidad reemplaza a la ira. El estar contentos con lo que tenemos sustituye a la codicia. La devoción desbanca a la lujuria. La humildad reemplaza al ego y una desapegada y amorosa consideración por todos sustituye a nuestros apegos y egocentrismo. Con la meditación nos concentramos mejor y somos más productivos en todo lo que hacemos. De manera natural ajustamos nuestras prioridades y nos comportamos de manera que estemos en armonía con nuestro Ser interior y con nuestro entorno.
Si en todo lo que hacemos, vivimos conscientemente en la atmósfera creada por la meditación, entonces la meditación se convierte en nuestra forma de vida. Al principio, nuestra meditación puede parecer divorciada de nuestra vida diaria. Es como si se tratara de dos personas que viven en una misma casa y no se hablan entre sí. Con el tiempo, la vida diaria y la meditación se integran y apoyan la una a la otra. De la meditación podemos aprender a estar más presentes, más concentrados y más generosos en todo lo que hagamos durante el día. La actitudes de entrega, paciencia, contento y conciencia que se fortalecen durante el proceso de meditación son aplicadas naturalmente a cada aspecto de nuestra vida diaria. Entonces nuestras vidas reflejan la paz, la alegría y la tranquilidad que se desarrollan automáticamente con la práctica de la meditación.
La meditación nos ayuda a ver la unidad que existe en todo y entre todos en la creación, al mostrarnos que externa e internamente todo es Shabad. Vemos cómo todo está interconectado. Cuando aplicamos esto a todos los aspectos de nuestra vida, demolemos las paredes que hemos construido y que separan nuestra vida espiritual del resto de nuestra vida diaria. De esta manera, la fractura que experimentan tantas personas en la integridad de su ser, es gradualmente sanada.
Si analizamos nuestra tendencia a ver nuestra meditación como separada de nuestra vida diaria, comprenderemos que es tan solo un síntoma de esta fractura, que experimentamos típicamente en muchos aspectos de nuestras vidas. Lo que decimos es diferente de lo que hacemos. Nuestros deseos espirituales no están reflejados en nuestras acciones. Estamos en un lugar, deseando estar en otro. Estamos haciendo una cosa, pero pensando en hacer otra. Puesto que nunca estamos en el presente ni tampoco donde estamos, no es de extrañar que la meditación nos parezca tan aburrida: ¡nunca estamos ahí! Y sin embargo, la meditación es el único remedio eficaz para esta fragmentación, para esta fractura cósmica que no solo nos ha separado de Dios y del Maestro, sino que también nos ha desligado de nuestro ser interior.
Vive en el momento
La vida es lo que te acontece mientras estás ocupado haciendo otros planes.
John Lennon
Uno de los discursos más famosos de Buda fue el que dio cuando se dirigió al sangat, y sin decir ni una sola palabra, levantó una flor en su mano. La sostuvo ahí por un momento, la bajó, se puso de pie y se marchó. Eso era todo lo que tenía que decir. Únicamente uno de los miles que se habían reunido, comprendió el profundo mensaje oculto en ese gesto. Al comprenderlo, se iluminó.
Lo que Buda estaba enseñando es que lo único que tenemos es este momento. En este momento todo es perfecto. No hay creaciones de la mente, ni problemas – tan solo conciencia pura de esta flor en la quietud de la mente. Fuera del momento, la vida es sufrimiento. Nuestro sufrimiento es el resultado de los deseos y anhelos que surgen de rumiar el pasado y proyectar problemas y escenarios para el futuro. Baba Ji nos dice que nuestros problemas lo son, porque escogemos percibirlos de esa manera. Los problemas están en nuestra mente, en la manera en que pensamos, no en las cosas en sí mismas. Jesús les decía a sus discípulos que dejaran de preguntarse: ¿qué vamos a ponernos? ¿Qué vamos a comer? Y les aconsejaba que observaran cómo las flores y las aves vivían en el momento y cómo todas sus necesidades eran satisfechas. Les decía que se preguntaran a sí mismos: ¿cómo puede ser que el pensar ansiosamente o preocuparse por algo, aumente aunque sea un poco, la medida de su vida? Todos los expertos en espiritualidad han dicho lo mismo: todo lo que tenemos es este momento.
Desde el punto de vista de la eternidad, la existencia es simultánea.
Desde el punto de vista del tiempo, la existencia es consecutiva;
El pasado y el futuro están en el AHORA de la eternidad.
La conciencia de la vida en el Ahora Mismo de la eternidad
Está infinitamente más llena
Que en la sucesión finita del tiempo.
Clemens Humilis
Si mantenemos nuestra atención en el momento presente, nuestros problemas se achican por falta de alimento y así, de manera natural y automática, logramos llevar una vida más feliz. La meditación es un ejercicio para vivir en el aquí y ahora. Cuando vivimos en el presente, vivimos mas plenamente, pues nuestra conciencia va más allá de las limitaciones del ego. El ego existe porque se alimenta de un mundo de ilusión, evitando así que vivamos en el aquí y ahora. A través de recordar el pasado, de proyectarnos al futuro y de estar continuamente rumiando nuestros problemas y deseos por medio del hábito del pensamiento compulsivo, es como alimentamos y engordamos nuestro ego. Por otra parte, cuanto más estamos en el presente, más se marchita el ego y toda la corte de problemas que trae consigo. Practicando la meditación y el simran durante el día es la manera más fácil de mantener nuestra atención en el ahora, y el modo más seguro de evitarnos toda la cantidad innecesaria de proyecciones mentales que tan solo traen miserias y preocupaciones.
El momento presente es lo más valioso que hay. Nada acontece en el mañana, nada acontece en el ayer, todo acontece en el ahora. De hecho el “ahora” es el único tiempo que hay. Para nosotros es imposible pensar o hacer algo fuera del momento presente. Cuando recordamos, siempre es en el ahora. Cuando pensamos acerca del futuro, siempre es en el ahora. Cuando el futuro nos alcanza, siempre es en el momento presente.
La meditación es un gran entrenamiento para vivir en el ahora, pues nos ayuda a permanecer quietos, presentes y concentrados en el ahora. A través de mantener nuestra atención en el simran a lo largo del día, evitamos que el ego se alimente de los recuerdos del pasado o de los miedos por el futuro. Así, con nuestro simran evitamos que el ego se llene de autoimportancia y se infle. Cuando nuestra atención permanece en el ahora, es difícil que nos atrapen los engaños de nuestra propia mente. Con la práctica de la meditación y del simran a lo largo del día, nos volvemos capaces de mantener el enfoque de nuestra conciencia en el ahora. Trascendemos las limitaciones de nuestro ego y disfrutamos de cada momento de nuestra vida. Viviendo en el presente y estando totalmente presentes en nuestra propia vida, obtenemos el poder de ser testigos serenos de nuestra vida mientras desempeñamos nuestras responsabilidades.
Hay algo equivocado en nosotros. Nunca queremos estar contentos en el momento presente. Ya sea que estemos preocupados por lo que hicimos o por lo que nos pueda ocurrir. No queremos hacer el mejor uso del momento presente. Si hacemos este momento feliz, automáticamente nuestro pasado se vuelve feliz y no tenemos tiempo de preocuparnos por el futuro. Así que debemos tomarnos la vida como venga y pasarla alegremente. Cada momento debemos pasarlo felices. Y el simran ayuda.
Maharaj Charan Singh
El verdadero seva
Todo trabajo es trabajo suyo; permanece contento dondequiera que él te ponga, y considera cualquier trabajo que hagas, como trabajo del Satguru.
Baba Jaimal Singh
Con la práctica de la meditación, la profundidad de nuestro deseo de experimentar la riqueza de la experiencia humana por la que estamos pasando, se reflejará naturalmente en nuestras acciones. La realidad de nuestro progreso espiritual no se mide primero por las experiencias internas, sino por nuestro nivel creciente de serenidad y contento, por la aceptación de nuestros karmas de destino, y por cómo nos comportamos cuando entramos en contacto con los demás seres humanos. ¿Somos ahora más considerados, más serviciales y más tolerantes que cuando nos iniciamos? ¿Estamos tan solo interesados en tener experiencias internas o tenemos un sentido creciente de la extraordinaria experiencia que se puede tener simplemente con el trabajo de convertirnos en verdaderos seres humanos, a través del esfuerzo de ser en verdad considerados para con los demás? La práctica de la meditación encontrará su expresión natural en los detalles de la vida cotidiana y en la forma en que nos relacionamos con los demás.
Ningún hombre es una isla, completa en sí misma; todo hombre es un pedazo del Continente, una parte del todo.
John Donne
Baba Ji dice que no servimos o ayudamos a los demás para ahondar en nuestra práctica espiritual, que es al revés, que el ahondar en nuestra meditación desarrolla naturalmente en nosotros el deseo de ayudar a los demás. Este deseo encuentra su expresión natural en la disposición a servir. Seva es servicio al Maestro a través de servir a nuestro prójimo. Nadie es más ayudado que el que hace el servicio. El propósito del seva es ayudarnos a expandir nuestro amor. Seva es un acto de amor hecho simplemente para ayudarnos a crecer en amor. Eso es seva. La práctica de la meditación nos ayudará gradualmente a ver todo lo que hacemos como el trabajo del Maestro.
Las obligaciones mundanas que estás desempeñando son todas esencialmente espirituales. No dejes que se entrometa el ego; todo es trabajo del Satguru.
Baba Jaimal Singh
El seva exterior nos ayuda a ser más humildes y receptivos al dar prioridad al Maestro y a los demás, desplazando así a nuestro egocentrismo y lo “nuestro”. Seva es una forma de expresar nuestra devoción y se hace con espíritu de agradecimiento y humildad, sin importar para nada la ganancia o el reconocimiento. El seva se hace sin importar si es al sangat o a la comunidad en general a quien servimos. Si el seva fortalece nuestro ego, no es seva y es mejor dejarlo.
Nuestro seva más importante es hacer nuestra meditación. Ninguna cantidad de seva externo puede sustituir a la meditación. Si hacemos seva externo a costa de la meditación, entonces debemos abandonar ese seva. La razón por la que hacemos seva es para crear una atmósfera de espiritualidad en la cual vivamos nuestras vidas. Hacemos seva para condicionar nuestra mente a una atmósfera de espiritualidad en la cual nos resulte más fácil hacer nuestra meditación.
El verdadero seva es retirar nuestra conciencia al centro del ojo y conectarla con el Sonido… Algunas personas le ponen énfasis únicamente a los medios sin ocuparse del fin, lo cual está mal. Cuando limpiamos una copa o utensilio, no lo hacemos para verlo limpio, sino porque queremos usarlo.
Maharaj Charan Singh
El gozo y los beneficios de la meditación
Una vez que hemos contactado la corriente del Sonido, encontramos que es tan fascinante, tan tentadora y tan cautivadora, que inmediatamente nos apegamos a ella y automáticamente nos desapegamos de los sentidos.
Maharaj Charan Singh
A medida que nuestra práctica de meditación madura, y de que a través de ella experimentamos paz mental, logramos un verdadero descanso y alegría interna. Dejamos de interesarnos en andar corriendo tras las satisfacciones externas, y por nuestra propia cuenta regresamos al espacio de descanso y gozo que la mente ha encontrado en nuestro interior. Con la práctica exitosa de la meditación, experimentamos por nosotros mismos el hecho de que la meditación es más valiosa que el dinero, más grande que el poder, más sublime que el sexo, más satisfactoria que cualquier comida o bebida favorita, y más gratificante que cualquier otra cosa que la mente haya experimentado. Baba Ji nos dice que no hay nada en este mundo que pueda parecerse a experimentar la corriente del Sonido, que la meditación es el máximo de los placeres y que una vez que la hemos probado queremos más y más de ella.
La felicidad que Baba Ji menciona no es a nivel de sentimiento, emoción o sensaciones. Más bien el Maestro se está refiriendo a un nivel superior de gozo que, en su punto más elevado, se caracteriza por una absoluta libertad de relaciones, objetos, placeres mundanos, ilusiones y otras condiciones externas. Él está dando a conocer el éxtasis pleno que descubrimos cuando nos adentramos en lo profundo de nuestra conciencia, allí donde la corriente del Sonido está constantemente reverberando.
Una vez que la mente se aficiona a escuchar esta “voz de Dios”, se aparta para siempre del mundo y sus objetos. La dulzura de esta melodía espiritual hace que todo lo demás parezca insípido y amargo. Comparada con esta maravilla, el resto parece tedioso y aburrido. La posesión de diamantes hace que naturalmente se pierda el interés por las conchitas de colores. Del mismo modo, la dulzura de la melodía interna hace que este mundo deje de ser un atractivo y que la mente se vuelva hacia Dios. Una vez que llega a su fin el amor por el mundo, el amor por Dios toma su lugar.
Maharaj Charan Singh
Al mismo tiempo que la meditación nos acerca a nuestro objetivo de realizar nuestra verdadera naturaleza, también nos proporciona notables beneficios emocionales y físicos. Debido a que la meditación es nuestra principal forma de amar lo divino, cuando meditamos y aumentamos nuestro amor, percibimos lo divino en todas las cosas y amamos la creación. La meditación nos ayuda a ser más humanos, más amorosos, más compasivos y más relajados. Al enfocar nuestra atención en la meditación, aumentamos nuestra habilidad para concentrarnos y estar en paz. Esta capacidad para estar más concentrados y relajados, puede aplicarse no solo a nuestra meditación, sino también a cualquier cosa que nosotros elijamos, de manera que se mejore nuestra habilidad para ser más eficaces en cualquier aspecto de nuestra vida.
Incluso los científicos occidentales se han venido interesando en los efectos positivos, tanto psicológicos como fisiológicos de las diferentes prácticas de meditación. Desde los años sesenta ha habido un aumento de la investigación sobre los beneficios de salud derivados de este trabajo interno. Los doctores recomiendan frecuentemente alguna forma de meditación para una variedad de síntomas relacionados con el estrés o la tensión, y muchas empresas animan a sus miembros a que practiquen la meditación. Las personas que meditan, tienen generalmente un mejor manejo del estrés, lo cual reduce el tiempo perdido en el trabajo por enfermedades y aumenta su moral y productividad. Esto se debe a que al reducir la tensión, se mejora la manera en que funciona el cuerpo y la forma en que nos sentimos con respecto a lo que hacemos.
La meditación también se ha convertido en una prescripción común para pacientes del corazón o con presión arterial elevada. La razón de esto es simple. La ciencia médica ha comprobado que debido a que la meditación reduce el estrés y aumenta la relajación, esto ayuda a que los pacientes reduzcan su presión arterial y mejoren las funciones de su sistema cardiovascular. Además, se ha comprobado que cuando los pacientes tienen que someterse a una operación o pasan por diferentes formas de tratamiento médico como la quimioterapia, la práctica de meditación reduce el tiempo de recuperación y aumenta los resultados positivos del tratamiento médico tradicional.
Por más extraordinarios que resulten ser los beneficios psicológicos y fisiológicos de la meditación, son los beneficios espirituales que se derivan de ella los que son incalculables. Los Maestros Shabad nos dicen que la meditación es la forma de darle poder al alma y purificarnos de incontables karmas. La meditación es el método supremo de rendir al ego, de aceptar la voluntad del Shabad y de trascender los planos mentales hasta que lleguemos a experimentar nuestra profunda naturaleza espiritual. A través de nuestros esfuerzos en meditación, le damos expresión a nuestro más profundo anhelo de autorrealización y unión con lo divino. La meditación es la oración que le agrada al Señor; es el único medio para experimentar y fundirnos en nuestro origen. A través de la realización del Ser en nosotros, finalmente alcanzamos la unión con lo divino.
No busquemos consuelo con esta práctica, sino más bien hagámosla motivados por amor y porque Dios así lo quiere.
Hermano Lawrence
La meditación es la mejor forma de prepararnos para la muerte
La meditación no es otra cosa que una preparación para dejar el cuerpo. Ese es el verdadero propósito de la meditación. Antes de que actúes en el escenario, ensayas tu parte muchas veces, para perfeccionarte. De la misma forma, esta meditación es un ensayo diario para morir, para perfeccionarnos en cómo morir y cuándo morir.
Maharaj Charan Singh
Cuando llegue el momento de la muerte, la concentración que hayamos obtenido en meditación le dará fuerza y dirección a nuestra mente y a nuestra alma. Los místicos nos revelan que a través de la meditación es posible conquistar la muerte. Por ello San Pablo decía: “Muero diariamente”, y el santo persa Shamsi-Tabriz nos alienta a practicar, con las siguientes palabras:
Qué bendición sería
Si una noche sacaras tu alma del cuerpo,
Y dejando atrás esta tumba,
Ascendieras a los cielos interiores.
Si tu alma saliera de tu cuerpo,
Estarías salvado de la espada de la Muerte:
Entrarías en un Jardín que no conoce el otoño.
Mantener nuestra atención en el centro del ojo es el primer paso para perfeccionar la práctica de morir mientras vivimos. Aparte de nuestro tiempo de meditación formal, siempre podemos hacer la práctica de mantener nuestra atención en el centro del ojo. Esta práctica es de especial ayuda si la hacemos en momentos que se asemejan al momento de la muerte, momentos en los que todo parece caótico y fuera de control. Estas situaciones pueden presentarse cuando estamos encolerizados o somos posesivos, cuando estamos sintiendo dolor o sufrimiento o cuando queremos controlar situaciones que no están en nuestras manos. Todos estos momentos nos presentan excelentes oportunidades para aprender a desapegarnos, a dejarnos ir y a concentrar nuestra atención en el centro del ojo por medio del simran.
Semejante entrenamiento y autodisciplina serán de inapreciable ayuda en el momento de nuestra propia muerte. Y no solo en ese momento, sino que también en nuestra vida diaria nos ayudará de manera práctica a volvernos más desapegados y a estar en paz con nosotros mismos. Si logramos desarrollar el hábito de mantener nuestra atención en el recuerdo (simran) de nuestro Maestro, entonces, cuando llegue la muerte, nuestra atención estará únicamente en nuestro Maestro. Esto será sumamente importante ya que lo que sea que estemos pensando en el momento de nuestra muerte, determinará la dirección hacia donde el alma se irá después de la muerte.
Cualquiera que sea el estado mental
En el que un hombre se enfoque,
Al final, cuando deje su cuerpo,
A ese estado mental irá.
Bhagavad Gita
Si durante nuestra vida no hemos entrenado a nuestra mente a permanecer en el centro del ojo y solo hemos deseado las cosas del mundo, la muerte no cambiará esos deseos. Las impresiones mentales seguirán con nosotros en el momento de la muerte. El deseo de estar con nuestros seres queridos o de continuar experimentando placeres mundanos podría ser tan fuerte que nos arrastrara de regreso a otro nacimiento precisamente para satisfacer esos deseos.
Imaginemos la situación de una persona que un día va a comer a un restaurante y al salir se encuentra con que le robaron su coche. Entonces regresa a su trabajo y se encuentra con que lo han despedido y que su cuenta en el banco está vacía. Lleno de angustia, regresa a su casa tan solo para enterarse de que ha habido un incendio en el que no solo se quemó su casa, sino que además todos sus seres queridos perecieron en el trágico accidente. Podemos mover nuestra cabeza con incredulidad ante la posibilidad de que semejante situación le pudiera ocurrir a algún ser humano. Y sin embargo, eso es lo que cada uno de nosotros experimentará en el momento de la muerte, cuando de manera instantánea y de golpe y porrazo, perdamos todas nuestras posesiones, todo lo que tenemos y a todos los que amamos.
Si no nos hemos preparado con anterioridad, estaremos desolados y seremos fácil presa del pánico. Si nos morimos con un sentimiento de angustia, de pérdida y de deseo por lo que estamos dejando, entonces la muerte será una experiencia terrible. Estando aferrándonos a la vida, ¿cómo vamos a darle la bienvenida a la muerte?
Estamos equivocados si pensamos que tan solo con asistir al satsang, leyendo literatura de Sant Mat, teniendo el darshan físico del Maestro y ocasionalmente haciendo nuestra meditación, vamos a estar preparados para aceptar semejante evento con paz y dignidad. No nos hagamos ilusiones. Mejor será que saquemos provecho, ahora que podemos, de la oportunidad de meditar y de entrenar a nuestra mente para permanecer quieta en el centro del ojo. Durante esta vida debemos atender a nuestra meditación diaria. Entonces y solo entonces, podremos tomar refugio en el centro del ojo cuando nos llegue nuestra muerte, y podremos aceptar en paz y de manera voluntaria lo que nos esté pasando.
La meditación es lo más práctico que podemos hacer para prepararnos a lo que enfrentaremos cuando dejemos el mundo físico en el momento de la muerte. Si durante nuestra meditación tenemos éxito en mantener nuestra atención en el centro del ojo, durante largos periodos de tiempo, entonces iremos a nuestro interior y experimentaremos lo que es morir, mientras vivimos. La muerte no será un misterio para nosotros. En lugar de ser una experiencia aterradora, será algo que estamos esperando, algo plenamente maravilloso, bello y prometedor, algo que esperamos con gusto, algo que ya conocemos.
Muere para vivir. Debes retirarte al centro del ojo, y entonces vivirás para siempre. De lo contrario, solo vives para morir. Cada vez que vives, tienes que morir, así que muere para vivir. Aprende a morir para que comiences a vivir, y vivas para siempre.
Maharaj Charan Singh
Para aquellos que aprenden a morir a través de la práctica de la meditación, la muerte no es algo aterrador, porque ya han pasado por cada paso del proceso de la muerte. Estos discípulos son receptivos al Maestro y permanecen conscientes y confiados durante la experiencia, aceptándola en paz y sin ansiedad, remordimientos o miedo. Nunca se puede decir lo suficiente de la importancia que tiene el aprender a mantener nuestra atención en el centro del ojo. Será inapreciable en el momento de la muerte, pero también mientras estamos vivos. Tal es el poder de la meditación para vivir, para morir y para llevarnos en un viaje más allá del cuerpo y la mente.
Tu respiración es como el redoble de un tambor,
Constantemente proclamando tu salida
De la caravana de la vida.
Radha Soami ha anclado su barco.
Ven, sube a bordo y cruza el océano, sin costo alguno.
Soami Ji Maharaj