La eficacia de la persuasión
Se atrapan más moscas con una gota de miel que con un barril de hiel.
Refrán popular
Se suscitó una discusión entre el viento del norte y el sol para decidir cuál era más fuerte, cuando pasó un viajero envuelto en una capa. Se pusieron de acuerdo en que aquel que primero pudiera obligar al viajero a que se quitara la capa sería considerado el más fuerte. Entonces, el viento del norte comenzó a soplar con mucha furia, pero cuanto más soplaba, más agarraba su capa el viajero, e incluso se puso otro manto por encima hasta que el viento del norte desistió. Entonces, el sol brilló con moderación hasta que el hombre se quitó la ropa que llevaba de más, y luego el sol aumentó la intensidad de sus rayos hasta que el hombre no pudo soportar el extremo calor, y se desnudó para ir a bañarse al río.
En esta fábula atribuida a Esopo1 encontramos, como en tantas otras historias, relatos o cuentos, una enseñanza cuya moralidad podemos reconocer en los principios de la sabiduría y ética universal de diferentes culturas.
En esta fábula, la enseñanza está clara: ‘La persuasión es mil veces más efectiva que la fuerza’.
¿Cómo podemos aplicar este principio, el de la eficacia de la persuasión a nuestras enseñanzas, al sendero espiritual? Veamos: Para lograr la meta de la realización espiritual, nuestra alma debe liberarse de la mente. Por tanto, si queremos alcanzar nuestro objetivo, lo primero que tenemos que entender es que nos encontramos en una situación de lucha. Los místicos nos dicen que en esta empresa que el iniciado tiene por delante, siempre debe recordar que tiene un gran adversario: la mente. Y se trata de un contrincante que en este nivel domina la partida. El alma siempre se ve forzada a seguir sus dictados.
M. Sawan Singh nos recuerda en el libro Joyas espirituales: “En todas las circunstancias, la lucha con la mente debe continuar. La mente es nuestra enemiga. Tratará de desviarnos de nuestro objetivo con toda clase de cosas, empleando un engaño u otro”.
M. Sawan Singh nos explica en el mismo libro:
No hay porqué descorazonarse. Nos estamos enfrentando a la mente, la mente que mantiene a todas las almas fuera del foco. Los reyes, los dictadores, los presidentes, los plebeyos…, todos están actuando fuera del foco. Los yoguis, los sanyasis, los ascetas y los filósofos no pueden controlarla. La guerra es el resultado de la carrera frenética de la mente. Impide que el alma se eleve. Es el velo que se interpone entre nuestra alma y nuestro Creador. Ahora conocemos su verdadera naturaleza. Es nuestra enemiga. Estamos en guerra con ella y tenemos que conquistarla.
El camino que recomiendan los místicos para conquistar a la mente no es el de la fuerza, porque cuanto más la forcemos más rebelde se volverá, y más difícil será que logremos su control. Lo que los maestros nos proponen es que la convirtamos en nuestra aliada, para que coopere con nosotros en alcanzar nuestro objetivo. Con ejemplos muy sencillos, nos ilustran cómo lograremos convertirla en aliada. Por ejemplo, si le pedimos a un mendigo que nos dé un céntimo que guarda con avidez en su mano, apretará su puño y se resistirá a dárnoslo. Si intentamos quitárselo por la fuerza, aún apretará más su puño, con lo que nuestro objetivo tan solo se complicará. Ahora bien, si lo persuadimos diciéndole que tenemos algo mejor para él, si lo convencemos de que abra su mano ofreciéndole una moneda de más valor, entonces, automáticamente, ese incentivo mayor hará que nos entregue el céntimo con buen ánimo y sin más dilación. El éxito de la reacción esperada en el mendigo se debe a la persuasión, no a la fuerza. Este es el punto en el que alguien que teníamos en nuestra contra, ahora está de nuestro lado. ¡Es una técnica infalible!
Esta es la idea o razonamiento que los maestros proponen a sus discípulos para ganarle la batalla a la mente. Todo lo que se requiere es proporcionarle un placer superior al que obtiene en su relación con el mundo y los sentidos. Los místicos conocen por experiencia la naturaleza rebelde y obstinada de la mente, por eso hablan de ganárnosla, de convertirla en aliada, en amiga.
M. Sawan Singh nos habla de la mente y explica en el libro Joyas espirituales:
Mientras no es educada, es nuestra peor enemiga, pero cuando conseguimos educarla es nuestra amiga más fiel. Y la cuestión es que tenemos que educarla para sacarle el mejor provecho y para que conozca su origen espiritual, y una vez lo alcance deje libre al alma.
[…] El gurú, el experimentado y veterano guerrero, nos está guiando y ayudando. Nos ha armado con el Nam, la corriente del sonido, la corriente que es más sutil que la corriente de la mente. Mientras nuestra atención esté en la corriente del sonido, la mente permanecerá inmóvil, y a medida que nos vayamos asiendo más firmemente a ella, el alma se fortalecerá y dominará a la mente.
El Nam persuade, convence a la mente de manera perfecta, le proporciona una dicha que calma su inquietud. Porque la mente tampoco encuentra una satisfacción definitiva en el plano material, y cuando a través del Nam obtiene la posibilidad de trascenderlo y alcanzar su sede donde consigue su máximo bienestar, automáticamente colabora. En este momento es cuando se consigue el efecto deseado: de ser la peor enemiga, ahora la mente ha pasado a convertirse en una fiel servidora del alma, porque el Nam es tan persuasivo y cautivador… La complace de tal modo, que deja libre al alma en su ascenso al hogar original.
Escucha la melodía del Shabad
y controla a tu rebelde mente.
[…] Otros innumerables métodos
no conseguirán dominarla,
tan solo se someterá al escuchar esa melodíaDe nada sirve intelecto o ingenio;
los sabios al final lo lamentarán.
Ninguna otra práctica servirá,
porque únicamente la del Shabad nos unirá a Dios.
Solo cuando un anhelante discípulo
encuentre a un maestro que conozca
el secreto del Shabad
y se afane en la práctica del Shabad,
su mente comenzará a ser controlada.
Soami Ji. Sar bachan
1 Escritor griego que vivió entre el final del siglo VII a. C. y el principio del siglo VI a. C.