Cartas espirituales
La compañía del gurú tiene un profundo efecto en el discípulo. Permanecer en su compañía y escuchar sus satsangs disipa las dudas, elimina los malos pensamientos, destruye los pecados y el sufrimiento, produce alegría espiritual y, lenta pero sólidamente, provoca una transformación total en el discípulo.
The Spiritual Guide, vol. I
Cuando estamos alejados del maestro y del satsang, el mundo imperceptiblemente influye en nosotros hasta tal punto, que a pesar de que dediquemos regularmente tiempo al simran y al Nam, a menudo empezamos a sentirnos desanimados, sin inspiración y tristes. En este estado, la fe y el amor son nuestro apoyo, y si la fe es firme, el maestro responde.
Él está siempre con nosotros, en nuestro interior, nos vigila igual que una madre vigila a su hijo. Mientras estamos en esta parte del foco no lo vemos actuar, pero él está cumpliendo con su deber.
Tus preocupaciones e inquietudes son las preocupaciones e inquietudes del maestro. Entrégaselas a él para que se encargue de ellas. Habiéndote liberado de las preocupaciones, tu deber es cultivar el amor por él. No permitirá que vayas a la deriva. Te elevará.
Examina tu mente, los pensamientos que alimenta y las cosas que persigue. Cuando esté en el bhajan, la mente tiene que estar en el bhajan y solo en él. La puerta de la décima entrada se abrirá automáticamente, cuando la mente y el alma vayan en esa dirección y llamen a ella. Si se dispersa en otra dirección, la puerta permanecerá cerrada.
El Nam es el refugio de todos los seres. Cura todas las enfermedades. Gurú Nanak dice: “Todo el mundo es infeliz. Solamente es feliz aquel que se ha entregado al Nam”.
M. Sawan Singh. Joyas espirituales, carta 117
Sabes que venimos al satsang para que conseguida la riqueza del parmarth (esfuerzo espiritual), consideremos al mundo y a las cosas mundanas como sin valor, aunque debemos utilizarlas según nuestras necesidades. Tenemos que soportar todos los altibajos, pesares y gozos, riquezas, enfermedades, dificultades mundanas y todo lo que nos ocurra, con paciencia y gratitud. Es más, un satsangui no debería alegrarse excesivamente si le concedieran el reino del mundo entero, ni tampoco afectarle lo más mínimo si se lo quitasen.
El abhyasi (el devoto que realiza su práctica espiritual) tiene que navegar por los remolinos del dolor y el placer, el honor y el desprecio, el pesar y la alegría del océano de la existencia. Si es cobarde, no tendrá éxito. Debe fortalecer su corazón (con la práctica espiritual) y enfrentarse a las vicisitudes de la vida con valor y con paciencia. Reconociendo al Ser supremo como el principal promotor de todo, debe aceptar su voluntad.
Así que no seas miedoso. Conserva la paciencia y el contento en tu corazón, y cumple con tus deberes mundanos. Olvida todas las preocupaciones y haz tu trabajo como de costumbre. Cualquier cosa que el Señor le envíe al hombre es el resultado de sus propias acciones, y el Señor le hace pasar por ellas para su propia mejora. En tales ocasiones, aunque a veces sea una píldora amarga, él debe someterse a la voluntad del Señor. Si por el impacto de los acontecimientos mundanos, pierde la concentración y se hace consciente de las alegrías y pesares, entonces está claro que el satsang todavía no le ha hecho efecto. Anímate y fortalece y eleva tu mente, cumpliendo con tus obligaciones fielmente.
M. Sawan Singh. Joyas espirituales, carta 193
Es la obligación y el deber de cada discípulo inmovilizar su mente y alcanzar el centro del ojo. El deber del maestro es ayudar y guiar en el sendero. Controlar a la mente y los sentidos y abrir la décima puerta dependen de los esfuerzos del discípulo.
Si existe algún trabajo difícil en este mundo, ese es la lucha contra la mente. Debido a que el alma es positiva y la mente negativa, las enseñanzas y satsangs del maestro son para animar al alma y hacer que se oponga a la mente, que luche contra ella y gane la batalla. Cuando la mente se haya interiorizado, probará una dulzura que nunca había sentido antes con los objetos mundanos. Es entonces cuando se vuelve obediente y fiel. Hasta que no haya probado esa dulzura, no existe peor enemigo.
El factor principal para el éxito es el esfuerzo del discípulo. A veces ocurre que la mente pierde la fe incluso en el maestro y nos ofrece las razones más extrañas para argumentarlos. Este es el resultado de karma negativo del pasado. Esta mente astuta ha engañado incluso a rishis y yoguis.
El maestro enseña y el discípulo aprende. El progreso del discípulo depende de la rapidez con que aprenda sus lecciones. Los esfuerzos del discípulo y la gracia del maestro se dan la mano. El esfuerzo se recompensa con gracia, y la gracia produce más esfuerzo. Si un trabajador recibe su salario después de un día de trabajo, ¿acaso será tan injusto el maestro como para negarle su gracia a un discípulo aplicado?
M. Sawan Singh. Joyas espirituales, carta 200
¿A qué esperamos para hacer de la meditación nuestra prioridad en la vida? Si no vamos a realizar este esfuerzo ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer? Necesitamos hacernos esta pregunta. Si no soy yo quien me esfuerzo, entonces, ¿quién lo va a hacer por mí?
Meditación viva