Consciencia y divinidad
Dichoso el hombre que conserva amorosamente la conciencia de la presencia de Dios en la quietud de su corazón; se irá acercando cada vez más a Dios –por imperceptible que parezca–, con toda su alma llena de su infinito encanto.
Francisco de Sales. Citado en Awareness of the Divine
La práctica de volver a centrar la mente en la presencia divina en la vida cotidiana ha sido, a lo largo de la historia, la técnica enseñada por los místicos para eliminar lentamente la raíz profunda del ego, el velo o la niebla que aparentemente nos separa de la presencia divina.
Los místicos, de diversas tradiciones y culturas, señalan de manera sencilla que básicamente en el momento en que nos olvidamos de nuestro insignificante yo, nuestra consciencia se eleva como ‘la nata en la leche’*.
El proceso es muy simple, atar la mente a un pensamiento: el pensamiento del Uno, la presencia divina. Este enfoque o aquietamiento de la mente puede ocurrir en un corazón amoroso. El buscador tiene que estar enamorado para poder realizar este esfuerzo constante, persistente y paciente.
… El amor eleva nuestra conciencia. ¿Y cómo conseguimos ese amor? ¿Cómo nos olvidamos de nosotros mismos? ¿Cómo conseguimos ese amor profundo y duradero que nos impulsa a centrar nuestra atención y nos sostiene en esta búsqueda espiritual? Mediante la asociación con un amante de esa presencia, un adepto místico.
… Todos los místicos usan las mismas palabras o expresiones limitadas, tales como: “Dios es amor”, “Dios es gracia”, “Dios es el espíritu que se mueve en todo”, etc. Y señalan que para comprender la realidad mística tenemos que experimentar esta elevación de la conciencia. En otras palabras, tenemos que desplazar nuestra atención de la ilusión de la existencia material a la realidad interior de la presencia divina que no solo está dentro del buscador, sino también en cada partícula de la creación.
Extractos del libro Awareness of the Divine
Dios no siempre está en silencio, y el ser humano no siempre está ciego. En la vida de todo ser humano hay momentos en los que se levanta el velo en el horizonte de lo conocido, abriendo una visión de lo eterno (…) Pero tales experiencias son acontecimientos raros. Para algunos son como estrellas fugaces, que pasan y no se recuerdan. En otros, encienden una luz que nunca se apaga.
Abraham Joshua Heschel, Man is Not Alone. Awareness of the Divine
*Metáfora muy poderosa utilizada en varias tradiciones místicas orientales para ilustrar el proceso de purificación y elevación de la conciencia.