La súplica del amante
… Si temprano hubiera conocido
que el sendero del amor es el infortunio,
hubiera gritado a golpe de tambor:
Nadie, o, que nadie venga
al sendero del amor.No rompas la atadura del amor, te suplico,
deja que mi amor crezca día a día.
Ámame, oh ámame más y más,
a ti solo, oh Señor yo adoro.[…] Fuerte como cristal de roca tú eres;
Yo, una pared de arena, débil de corazón.
¿Cómo amarte?, ¡oh Señor mío!,
oh precioso Señor, por favor, hazme tuya.[…] Crecido con las lluvias,
con abundante torrente,
presto en menguar y en volverse seco;
engañoso como ese arroyo de montaña,
profundo y fluido el amor mundano
puede parecer.[…] No rompas la atadura del amor, te suplico,
deja que mi amor crezca día a día.
Ámame, oh ámame más y más,
A ti, oh Señor, Mira adora.
Mira la divina amante. M.S.S., p. 444