El maestro responde
La práctica espiritual continua es necesaria. No descanses. Si mantienes tu atención en repetir tu simran o en escuchar el Shabad, te garantizo que nunca te aburrirás. El simran y el bhajan te llevarán a la fuente del sonido. Una vez que te hagas uno con el sonido despertarás de tu sueño.
del yo al Shabad
P. ¿Está permitido, o es aconsejable, alternar el simran con otras oraciones dirigidas al Señor?
R. Verás, en realidad todo el tiempo que dedicamos a meditar, es oración al Señor. ¿Qué es la oración? La oración no es para pedirle bienes materiales, para cumplir con las ambiciones mundanas ni para obtener riquezas. La oración no es eso. La verdadera oración es para llevarnos a él, unirnos a él. Esa es la verdadera oración.
Orar al Padre no hace daño. Nos da fuerza, y seremos capaces de encarar situaciones sin perder el equilibrio. Ese es el efecto de la oración. Pero el tiempo que dedicamos a la meditación, no estamos haciendo otra cosa sino orar. Cada minuto, cada segundo es una oración.
Siempre que vivamos en su amor, en su devoción, que le recordemos, que tratemos de dedicar nuestro tiempo a la meditación…, todo eso es una oración constante a Dios.
(…) La oración debe venir del corazón. La repetición mecánica de una oración determinada no es rezar. Eso es como poner una grabadora en marcha. Tiene que hablar el alma, tiene que hablar el corazón, y para eso no se necesitan palabras ni oraciones establecidas. Debe ser el lenguaje del corazón. Es el corazón el que debe orar al Padre. Y para ello no hacen falta palabras. No hacen falta oraciones establecidas Si nos limitamos a recordar una oración como un loro, repitiéndola cinco, seis veces al día, nuestra mente ni siquiera está en lo que estamos diciendo. Si nuestra mente lo está, entonces las palabras no son necesarias. Nuestra mente debe estar en sintonía con el Señor cuando estamos orándole. Por tanto, ¿dónde está la necesidad de recordar todas esas palabras? La mente ya no está allí, está en sintonía con su amor. Así que para la verdadera oración, no es necesaria ninguna oración establecida.
Spiritual perspectives, vol. II
P. Mientras se hablaba del simran, me ha surgido otra pregunta referida a lo mismo. Se supone que tenemos que ser constantes, y si el simran tiene relación con la atención –refiriéndome al mundo de los negocios–, cuando nos vemos forzados a concentrar toda la atención en un problema intrincado, particularmente difícil, ¿cómo podemos hacer simran en esos momentos?
R. No, lo estás tomando demasiado literalmente. Lo que quiere decir Baba Ji es que siempre que estemos libres debemos estar haciendo simran. Siempre que podamos. Las palabras son que ni siquiera en sueños debemos olvidarnos del Señor, lo que significa que no debemos olvidar al Señor bajo ninguna circunstancia. No debemos olvidarnos del Señor en nuestras actividades diarias, no debemos olvidar las enseñanzas, no debemos olvidar el bhajan y el simran. No debemos olvidar las enseñanzas en las actividades diarias, en ninguna circunstancia ni bajo cualquier dirección en la que estemos trabajando.
P. Maharaj Ji, leí un artículo muy bonito sobre el simran, en el que se decía que el simran por sí mismo –dejando de lado otras cosas de momento–, puede proporcionar una gran dulzura si se lleva a cabo apropiadamente, y estoy pensando que algunas de tus observaciones se han referido con amplitud al simran, y para la mayoría de nosotros ese es el camino más importante en este momento. ¿Puedes darnos algunas sugerencias sobre cómo aumentar el amor y la devoción en el simran, que no sean simplemente palabras?
R. El simran parece seco, pero con la concentración que te proporciona el simran puedes alcanzar paz, bienaventuranza y felicidad. Mientras más concentrada está tu mente, más feliz eres; mientras más se dispersa tu mente, más frustrado estás. En tanto la mente esté por debajo del centro del ojo, hacia los sentidos, no puedes ser feliz jamás; no hay nada sino frustración y agonía. Pero cuando eres capaz de retirar tu consciencia hasta el centro del ojo y fijar tu mente, sientes la bendición, el contento y la felicidad. Y el simran es el único modo de que puedas retirar tu consciencia hasta el centro del ojo.
M. Charan Singh. Muere para vivir