El maestro responde
Si de corazón nos arrepentimos de nuestras faltas, hacemos un honrado y sincero esfuerzo para no volver a repetirlas, y atendemos a nuestra meditación con más devoción y humildad, el Señor, en su compasión, derramará su gracia sobre nosotros.
M. Charan Singh. En busca de la luz
P. Si nos sentamos a meditar, pero caemos dormidos durante parte de las dos horas y media de la meditación y no tratamos de completar esa parte durante el resto del día, ¿sería eso romper el voto de hacerlo las dos horas y media?
R. Hermano, el voto significa que tenemos intención de dedicar determinado tiempo a la meditación. Ese es el voto. Sin embargo, cuando tomamos un voto y no atendemos a la meditación cargamos con el sentimiento de culpabilidad de que no estamos cumpliendo con nuestro deber. Ese sentimiento de culpabilidad te ayudará a sentarte a meditar de nuevo, y entonces serás capaz de dedicar más tiempo a la meditación. Si no has podido dedicar todo el tiempo por la mañana, dedícale más a mediodía o por la tarde: cuando sientas ganas de hacerlo.
P. Maestro, a veces nuestra mente se escapa de este deber de regularidad y puntualidad, y hay un sentido de culpa por no haber considerado nuestra meditación como lo primero de nuestras vidas.
R. Naturalmente. Todos tratamos de ser regulares y puntuales en nuestras restantes actividades diarias. Cuando le dices a alguien que te reunirás con él a una hora determinada y llegas tarde, te sientes culpable. Dices: “Siento llegar tarde”, debido a que te afecta no haber sido capaz de cumplir la cita que habías hecho. De igual forma, hemos de cumplir el compromiso que hemos hecho con el Padre de dedicar un cierto tiempo.
P. Al mirar al maestro siempre siento miedo. ¿Cómo debo mirar a la forma física del maestro?
R. ¿Tanto miedo da el maestro? ¿Por qué vamos a tener miedo de aquél con el que vamos a estar para siempre y del que no nos separaremos jamás? ¿Por qué temerle? ¡Por qué no amarle!
Nos tememos realmente a nosotros mismos, no al maestro. Tememos nuestras propias faltas, nuestras propias culpas conscientes. No hay nada que temer del maestro. No hay castigo por amar al maestro, así que ese miedo no debe estar ahí. Pero sí debe de importarnos el que estemos en el sendero, si somos o no somos firmes, si atendemos o no a nuestra meditación. Nos asusta nuestra conciencia culpable. El maestro no nos asusta.
P. Si una persona cae dormida después de la meditación, parece como si el aumento de concentración provocara un sueño más profundo, y a menudo se tienen sueños y visiones vívidos, o se duerme de tal forma que al levantarse se siente mucho más tamásica que normalmente… ¿Es posible?
R. Hermana, con la concentración obtienes un sueño mejor, más profundo. En general, uno tiene insomnio cuando la mente está dispersa, y entonces tomas tranquilizantes o pastillas para dormir, para relajarte. Pero la concentración te relaja. Si tratas de eliminar las cosas del mundo, te relajarás naturalmente y te dormirás. Si continúas pensando en asuntos mundanos, te sentirás tenso o excitado y no te dormirás de ninguna manera.
Los sueños son parte del dormir, y apenas nadie puede evitarlos. Pero tienes mejores sueños si duermes después de meditar o de leer un poco de buena literatura, literatura de Sant Mat y demás.
Asimismo, cuando estás durmiendo tu cuerpo no está tan adherido a la mente como ocurre cuando estás despierto. Durante el sueño la mente abandona el cuerpo y a veces sueñas que vuelas o que te elevas muy alto, y en ocasiones tienes visiones. Incluso dormido tienes visiones, debido a que para la mente es más fácil abandonar el cuerpo mientras duermes.
Pero puedo decirte algo: si no puedes dormir, empieza a hacer simran y caerás dormido. En lugar de tomar pastillas, haz simran, que es una pastilla mejor.
M. Charan Singh. Muere para vivir