Santidad en el instante presente
No te preocupes por el pasado.
Mira al presente y al futuro
con el espíritu de un devoto verdadero.
M. Sawan Singh. Joyas espirituales
Le preguntaron en cierta ocasión a Buda: ¿Quién es un hombre santo? Y Buda respondió: Cada hora se divide en cierto número de segundos, y cada segundo en cierto número de fracciones. El santo es en realidad el que es capaz de estar totalmente presente en cada fracción de segundo.
Esta enseñanza de ‘estar en el ahora’, no solo perteneciente al budismo sino a muchas otras escuelas de espiritualidad, se ilustra con la historia popular de un guerrero que, tras lidiar en muchas contiendas, fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo. Aquella noche no pudo conciliar el sueño, porque estaba convencido de que al día siguiente lo torturarían cruelmente.
Entonces recordó las palabras de su maestro: “El mañana no es real. La única realidad es el presente”. De modo que volvió al presente… y se quedó dormido.
La persona en la que el futuro ha perdido su influencia se parece a los pájaros del cielo y a los lirios del campo. Ausencia de preocupaciones por el mañana. Vivir totalmente en el presente: he ahí la santidad.
A continuación, en el libro Meditación viva, leemos una reflexión sobre estar centrados en el aquí y el ahora:
Uno de los discursos más famosos de Buda fue el que dio cuando se dirigió al sangat y, sin decir ni una sola palabra, levantó una flor en su mano. La sostuvo ahí por un momento, la bajó, se puso de pie y se marchó. Eso era todo lo que tenía que decir. Únicamente uno de los miles que se habían reunido, comprendió el profundo mensaje oculto en ese gesto. Al comprenderlo, se iluminó.
Lo que Buda estaba enseñando es que lo único que tenemos es este momento. En este momento todo es perfecto. No hay creaciones de la mente, ni problemas; tan solo conciencia pura de esta flor en la quietud de la mente. Fuera del momento, la vida es sufrimiento. Nuestro sufrimiento es el resultado de los deseos y anhelos que surgen de rumiar el pasado y proyectar problemas y escenarios para el futuro. Baba Ji nos dice que nuestros problemas son problemas porque escogemos percibirlos de esa manera. Los problemas están en nuestra mente, en la manera en que pensamos, no en las cosas en sí mismas. Jesús les decía a sus discípulos que dejaran de preguntarse: ¿qué vamos a ponernos? ¿Qué vamos a comer? Y les aconsejaba que observaran como las flores y las aves vivían en el momento y como todas sus necesidades eran satisfechas. Les decía que se preguntaran a sí mismos: ¿cómo puede ser que el pensar ansiosamente o preocuparse por algo, aumente, aunque sea un poco, la medida de su vida?
Si mantenemos nuestra atención en el momento presente, nuestros problemas se achican por falta de alimento y así, de manera natural y automática, logramos llevar una vida más feliz. La meditación es un ejercicio para vivir en el aquí y ahora. Cuando vivimos en el presente, vivimos más plenamente, pues nuestra conciencia va más allá de las limitaciones del ego. El ego existe porque se alimenta de un mundo de ilusión, evitando así que vivamos en el aquí y ahora. Recordando el pasado, proyectándonos en el futuro y rumiando siempre nuestros problemas y deseos por medio del hábito del pensamiento compulsivo, es como alimentamos y engordamos nuestro ego. Por otra parte, cuanto más estamos en el presente, más se marchita el ego y toda la corte de problemas que trae consigo. Practicar la meditación y el simran durante el día es la manera más fácil de mantener nuestra atención en el ahora, y el modo más seguro de evitarnos toda la cantidad innecesaria de proyecciones mentales que tan solo traen miserias y preocupaciones.
El momento presente es lo más valioso que hay. Nada acontece en el mañana, nada acontece en el ayer, todo acontece en el ahora. De hecho el “ahora” es el único tiempo que hay. Para nosotros es imposible pensar o hacer algo fuera del momento presente. Cuando recordamos, siempre es en el ahora. Cuando pensamos acerca del futuro, siempre es en el ahora. Cuando el futuro nos alcanza, siempre es en el momento presente. La meditación es un gran entrenamiento para vivir en el ahora, pues nos ayuda a permanecer quietos, presentes y concentrados en el ahora. Manteniendo nuestra atención en el simran a lo largo del día, evitamos que el ego se alimente de los recuerdos del pasado o de los miedos por el futuro. (…) Con la práctica de la meditación y del simran a lo largo del día, nos volvemos capaces de mantener el enfoque de nuestra conciencia en el ahora. Trascendemos las limitaciones de nuestro ego y disfrutamos de cada momento de nuestra vida. Viviendo en el presente y estando totalmente presentes en nuestra propia vida, obtenemos el poder de ser testigos serenos de nuestra vida mientras desempeñamos nuestras responsabilidades.
Si hacemos este momento feliz, automáticamente nuestro pasado se vuelve feliz y no tenemos tiempo de preocuparnos por el futuro. Así que debemos tomarnos la vida como venga y pasarla alegremente. Cada momento debemos pasarlo felices. Y el simran ayuda.
M. Charan Singh Ji. Muere para vivir