El comienzo del viaje interior
Todas las hojas de un árbol, su fruta, etc., son el resultado de sus raíces. Similarmente, toda percepción y realización se deriva exclusivamente de la devoción a un guía espiritual.
Budismo, camino al nirvana
Alcanzar la autorrealización es llegar a un nivel muy elevado en el cual el alma se da cuenta de lo que en verdad es, y exclama: “yo soy eso, yo soy el ser inmortal” (sohang). Nuestras mentes todavía están inmersas en la dualidad y aún no tenemos la pureza que se requiere para experimentar tan elevado nivel de realización.
Antes de lograr la autorrealización, necesitamos haber contactado con la forma espiritual del maestro. Pero si aún no hemos pasado a través de las estrellas, el sol y la luna interiores, no podemos haber visto la forma radiante del maestro. Y si ese es el caso, entonces nuestro objetivo inmediato debe ser cruzar los planos que se interponen entre nosotros y su forma radiante.
Pero, para cruzar esos planos, debemos primero atravesar la barrera de lo físico a través de morir mientras estamos vivos, es decir, de tener una experiencia de muerte cercana, mientras estamos sentados, conscientemente, en meditación. Esto, al igual que la lupa que concentra y hace más potentes los rayos del sol, sucederá cuando recojamos y enfoquemos toda nuestra atención en el centro del ojo y pasemos al plano astral.
Así que, si no hemos roto la barrera de lo físico pasando a través del centro del ojo, lo primero que debemos hacer es lograr que la mente se inmovilice recogiendo nuestra atención dispersa en el centro del ojo. Y ahí, finalmente, es donde se encuentra nuestro objetivo inmediato: ¡el centro del ojo! Para la mayoría de nosotros, alcanzar el centro del ojo y mantener ahí la atención, es nuestro objetivo espiritual y nuestro verdadero propósito en la vida. Alcanzar el centro del ojo y mantener nuestra atención concentrada ahí, es un objetivo realista que sí podemos lograr. El centro del ojo es el lugar donde comenzaremos nuestro viaje espiritual. Ese debe ser el único objetivo que en realidad nos importe. Pues solamente lográndolo, alcanzaremos el único medio para obtener el transporte espiritual.
Alcanzar el centro del ojo nos dará la experiencia espiritual que apoyará una fe inamovible en el maestro y sus enseñanzas. El hecho de que sea un objetivo más humilde que nuestro objetivo final de alcanzar la realización de Dios, no lo hace menos necesario o más fácil. Para alcanzarlo, necesitaremos concentrar toda nuestra atención, amor, devoción, energía, inteligencia, habilidad y esfuerzo. Reducir y aquietar las ondas de nuestros pensamientos, por medio del simran en el centro del ojo, debe ser nuestra principal ocupación y el reto más grande de nuestra vida.
Maharaj Charan Singh, dice en Muere para vivir:
Entonces, el primer paso es retirar nuestra conciencia al centro del ojo.
Cuando vayamos al interior del centro del ojo, nos daremos cuenta de que en verdad somos seres espirituales. Sin esta realización, la declaración de que somos seres espirituales seguirá para siempre siendo un concepto mental más con el cual decoramos nuestras repisas mentales. Sin alcanzar primero el centro del ojo, no se puede tener ningún progreso espiritual. Por lo tanto, y debido a la magnitud de la transformación que queremos lograr, es prudente que antes de la realización de Dios, la autorrealización, la forma radiante y los planos interiores, hagamos del centro del ojo nuestro objetivo inmediato.
Maharaj Charan Singh dice en Luz divina:
Mientras permanezcamos lejos de este punto y no nos agarremos a la corriente del sonido, la salvación seguirá siendo un sueño distante.
Las recompensas son inimaginables y el tesoro está ahí, esperándonos.
Maharaj Sawan Singh dice en Joyas espirituales:
Ni en tus más descabellados sueños o fantasías te podrías hacer una idea de la grandeza que hay en el interior. Pero ese tesoro es tuyo y está ahí para ti. Puedes quedarte con él cuando vayas ahí. Te lo digo yo, de una vez por todas, que todo, incluido el Creador, está en tu interior, y que quienquiera que lo haya alcanzado, lo alcanzó a través de ir al interior del centro del ojo.
Meditación viva