Mi maestro
Solo es mi maestro
quien ha logrado llegar al Señor supremo.
Aquel que ha alcanzado al Señor supremo
se asienta bajo el dosel refulgente.
Él adorna el trono del contento
del que, noche y día, emana
la melodía del Verbo.
Su techo es el firmamento
y la tierra su pavimento,
allí donde rocían las aguas del contento
y donde impregnan el aire fragancias deliciosas.
El tesoro del Nombre llena sus arcas
y, sobre ellas, la lanza del simran hace guardia.
Su vigía es el mismo Señor y, al verle,
Satán se aterroriza.
Ni en este mundo ni en el otro, oh Paltu, existe nadie más grande que él.
Solo es mi maestro
quien ha logrado llegar al Señor supremo.
San Paltu: Su vida y enseñanzas