Cartas espirituales
Él me ha dado el sendero del Surat Shabad y en su misericordia me ha hecho suyo. Constantemente me dedico a la práctica del Shabad, con la esperanza de algún día trascender mi cuerpo y contactar con el trascendente Shabad. Me siento inmensamente bendecido…
Soami Ji. Sar bachan poesía
En este sendero hay esperanza para todos los discípulos. El hecho de que el Señor haya dispuesto nuestra iniciación en esta ciencia significa que desea que todos regresemos a él algún día. Y si tal es la voluntad del Señor, ¿qué poder será capaz de retenernos aquí por largo tiempo? Es solo cuestión de tiempo, hasta que nuestras cargas sean eliminadas y estemos lo suficientemente puros para estar en su presencia. Esta es la mayor bendición que el Señor puede otorgar a cualquier ser humano, y debemos estarle agradecidos. Podemos expresar esta gratitud atendiendo diariamente a nuestra meditación, y escuchando con plena atención la voz del Señor. Los razonamientos, preguntas y discusiones no nos llevarán a ninguna parte. Este es un sendero de acciones, no de palabras.
Todos somos almas en el sendero, cada cual con sus cargas individuales. En lugar de lamentarte: “¿Por qué habré caído?”, será mejor tomar medidas para corregir esas flaquezas, y esa es la práctica de la meditación. Ninguna otra cosa purifica nuestra mente.
En busca de la luz, carta 332
Se te ha dado el pasaporte para regresar a tu propio hogar, donde el Padre supremo te está esperando para recibirte. ¿Qué mayor alegría, bendición o felicidad puede tener uno en este mundo de miserias y sufrimiento? En realidad, ninguna otra persona de este mundo debería ser tan feliz como un iniciado que está en el sendero. El iniciado debería tener siempre a la vista su meta final: los tesoros, las alegrías y la gloria que le aguardan en su verdadera casa.
Deshecha todo sentimiento de depresión y lleva una vida alegre, plenamente distendida, y agradeciendo al Señor el gran don que te ha concedido. Mantén tus pensamientos en el simran y bhajan, y verás qué felicidad encuentras dentro de ti. No te apures por nada de esta vida, que es toda en sí un sueño desagradable. La verdadera vida está dentro, donde te espera tu maestro.
En busca de la luz, carta 340
Nuestra vida está regulada por nuestro destino, que es el resultado de nuestros pasados karmas, y hemos de afrontarlo. Nada puede cambiarlo. Este destino fue programado en sus menores detalles ya antes de que naciéramos. Entonces, ¿por qué inquietarnos acerca de él? Sant Mat nos enseña a meditar y a procurar elevarnos sobre esas dificultades que siempre están presentes en la vida de cualquiera. Nadie puede decir que en este mundo tiene todo lo que desea y que es completamente feliz toda su vida. Cada uno tiene su cruz, y el peso de uno es ligero mientras el de otro es grande. Siempre hemos de esforzarnos por mejorar nuestras condiciones y circunstancias, pero si no conseguimos resultados satisfactorios, debemos tomarlo por nuestro destino y vivir según su voluntad. ¿Qué otra cosa podríamos hacer? Por mucho que nos inquietemos no cambiaremos nuestro destino. Nadie retendrá lo que tengamos que recibir. Y por mucho que nos esforcemos no conseguiremos lo que no está en nuestro destino.
El Señor es nuestra esperanza y nuestra salvación. Vuélvete a él, y olvida todo lo de esta vida breve y transitoria. La pasemos en la dicha o en el infortunio, tiene que terminar algún día. En el más allá nos aguarda una vida mucho más excelente, para la cual hemos de hacer los preparativos ahora. Allí no tendremos familiares ni amigos que nos recomienden o ayuden. Deberemos responder de todos los karmas que hayamos realizado aquí. La meditación es lo único que irá con nosotros y nos ayudará cuando llegue la llamada. Amasa esta riqueza de la meditación. Mira a la gente que está en condiciones de vida peores que las tuyas, y agradece al Señor porque tu situación es más ventajosa y no peor.
Por favor, no te inquietes, sino lleva una vida relajada y dedica diariamente tiempo a tu meditación. Intenta sacar algún provecho práctico del sendero que has elegido. La vida en este mundo seguirá siendo siempre como ahora. Aquí no existe la felicidad completa.
En busca de la luz, carta 449