Queda mucho por mejorar
Como seres humanos, nuestra grandeza radica no tanto en ser capaces de rehacer el mundo –ese es el mito de la era atómica– sino en ser capaces de rehacernos a nosotros mismos.
Mahatma Gandhi
En alguna ocasión hemos escuchado que el progreso en el camino espiritual es como disparar una flecha en la niebla. Sabes que la has disparado, pero no sabes dónde ha impactado ni hasta dónde ha llegado. Lo mismo ocurre con nuestro progreso espiritual. No podemos ver dónde estamos o cuánto hemos avanzado en el camino, porque no percibimos nada tangible.
Los maestros en Sant Mat, nos explican que cuando nos iniciamos tenemos un “nuevo nacimiento”, y esto significa que volvemos a ser niños y el maestro es nuestro padre. Tenemos que abandonarnos en las manos de nuestro padre y dejar que nos enseñe, poco a poco. Primero gateamos, luego caminamos y después corremos, etc. Finalmente, crecemos hasta poder valernos por nosotros mismos y ocupar nuestro lugar en el mundo. Solo que el mundo al que se refiere, es el mundo interior.
¿Dónde estamos ahora? ¿En la etapa de gatear, en la de caminar, en la de correr? El crecimiento en el camino espiritual se produce a través del esfuerzo voluntario, y ciertamente no es fácil.
Pensemos por un momento. En lo que respecta a la vida espiritual, ¿estamos satisfechos con lo que hacemos cada día? ¿Estamos satisfechos con lo que hemos conseguido desde que nos iniciamos?
¿Alguna vez hacemos balance y analizamos lo que hemos hecho desde que fuimos aceptados para la iniciación? ¿Creemos que cada uno de nosotros puede decir con honestidad: “He hecho todo lo que he podido?”.
¡Tenemos tan poco tiempo para dedicar a nuestro viaje interior! Nuestros deberes diarios ocupan casi todos los momentos de nuestro tiempo, e incluso si tenemos tiempo libre nuestras preocupaciones no tienen fin. Siempre estamos preocupados por algo: la salud, el trabajo, etc.
Todos hemos visto en la televisión o leído en los periódicos, o experimentado de primera mano, que el mundo está lleno de miedos, odios, resentimientos y sospechas que bullen entre las distintas naciones, y se requiere una gran fe y valor para no verse afectado y mantener la actitud mental correcta.
Maharaj Charan Singh dice en el libro En busca de la luz:
En lugar de inculcar las virtudes de la tolerancia, el perdón y el servicio al prójimo, el mundo se está volviendo violento, intolerante y destructivo.
Hay conflictos entre las personas, familias, sociedades, países, razas y religiones. El mundo entero está lleno de preocupación, ansiedad y tensión.
Y por eso nos acostumbramos a pensar en negativo y a esperar lo peor. Día tras día, cuando vemos lo que sucede en el mundo, llegamos a la conclusión de que las cosas solo pueden empeorar. Estos pensamientos negativos hacen imposible disfrutar de todo lo bueno que está sucediendo en este momento, porque estamos viviendo y temiendo el futuro.
Pero si la preocupación tuviera el poder de resolver un problema, nos convendría preocuparnos las 24 horas del día. La preocupación, desgraciadamente, solo multiplica nuestros problemas y disgustos.
Maharaj Charan Singh añade más adelante:
Preocuparse nunca ha ayudado a nadie y nunca lo hará. Por el contrario, debilita nuestra fuerza de voluntad y nuestra capacidad para afrontar los acontecimientos. Deberíamos centrarnos en su bondad y gracia en lugar de permitir que aparezca la preocupación.
No nos preocupemos por nada, pongamos nuestra fe y confianza en el maestro y en el Shabad, y resignémonos a él.
No podemos cambiar el mundo, no importa lo que hagamos, y tampoco podemos cambiar a las personas. Solo podemos cambiarnos a nosotros mismos y nuestra propia actitud hacia los demás y los acontecimientos.
Maharaj Charan Singh dice algo significativo en el mismo libro:
Nadie puede hacernos ningún bien ni causarnos ningún mal, ni tampoco ninguna persona puede proferir insultos contra nosotros u otorgarnos honores. El maestro mueve las cuerdas desde dentro y hace que las personas se porten con nosotros según nuestros karmas.
Así que si entendemos lo que el maestro nos está diciendo, nos daremos cuenta de que es nuestra propia actitud hacia los demás la que debe cambiar. Todo lo que sucede o nos sucederá en el futuro, ya está ordenado.
Somos responsables de todo lo que nos ocurre. Los karmas que tenemos que pasar en esta vida fueron escritos antes de llegar a este planeta. Ahora estamos donde está destinado que estemos, y nadie puede hacernos daño o concedernos regalos a menos que sea parte de nuestro patrón kármico para esta vida.
Las enseñanzas de Sant Mat son muy simples, pero seguirlas es mucho más difícil de lo que parece. Es una lucha constante con la mente, y tenemos que cambiar toda nuestra manera de vivir y nuestra actitud hacia la vida. Seguir Sant Mat, dicen los maestros, requiere una transformación completa.
Una de las primeras cosas que debemos hacer es liberarnos de todos los sentimientos de resentimiento, antagonismo, odio, envidia y emociones similares. Estas emociones frenan nuestro progreso. ¿Con qué frecuencia nos dejamos llevar por algo que alguien hace o dice, o por algunas cosas que ocurren en nuestro país? Almacenamos algunas imágenes en nuestra mente, y cada vez que pensamos en esas cosas invocamos los mismos malos sentimientos. Empezamos a ‘echar humo’ y a dar nuestra versión de lo que debería pasar y nuestra opinión de lo que pensamos de esta o aquella persona, o de cómo debería dirigirse el país.
Si podemos cambiar nuestra actitud manteniendo la calma, entonces en lugar de que las cosas nos irriten constantemente, conseguiremos que nuestra mente esté libre para hacer simran. En una ocasión, en una sesión de preguntas y respuestas le preguntaron a Maharaj Charan Singh por qué es tan fácil para nosotros criticar, juzgar y herir a otras personas y tan difícil admitir nuestros propios defectos, a lo que él respondió aunque no de manera textual, que no miramos hacia dentro; sino que siempre miramos a los demás, cómo se comportan.
Nunca tratamos de ver lo que somos, cómo nos comportamos y dónde estamos. Solo nos preocupa dónde están los demás. Queremos que sean perfectos, pero nosotros no somos perfectos. No estamos predispuestos a juzgarnos a nosotros mismos, pero siempre estamos ansiosos por juzgar a los demás. Por tanto, debemos volvernos íntegros, debemos ser puros… Si nos juzgamos a nosotros mismos nunca tendremos tiempo para juzgar a los demás, y tenemos mucho que juzgar y mejorar en nosotros.
Así que debemos ser positivos, ser fuertes, mirar nuestros propios defectos en lugar de mirar los de los demás. Cuando no nos preocupamos por lo que hacen los demás o por lo que ocurre en el mundo, nuestra mente queda libre para meditar y estar en silencio. Siempre habrá personas más fuertes que nosotros, y siempre algunas más débiles que nosotros también. Estamos conectados unos con otros. Nuestras vidas están unidas. Hay una sola corriente de amor que nos atraviesa a todos. Tenemos que elevarnos por encima de las cosas insignificantes de la vida cotidiana, y ser conscientes de nuestra espiritualidad y nuestro objetivo en todo momento. No podemos obtener resultados positivos si tenemos una actitud negativa.
Independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor, debemos recordar que nuestro destino individual ya ha sido planeado, y que en nuestras vidas solo ocurrirá lo que está escrito. Si hemos sido iniciados, nuestro maestro está a cargo de lo que nos sucede ahora y de lo que nos sucederá en el futuro. Así que debemos intentar no preocuparnos. Él nunca nos dará más de lo que podamos soportar.
Finalmente, en una hermosa carta del libro En busca de la luz, Maharaj Charan Singh pone de relieve dentro del contexto general de las enseñanzas en el que nos encontramos como discípulos, que nuestra tarea es esforzarnos por conquistar a nuestra mente, y a nosotros mismos. Independientemente de las constantes dificultades que ya están en nuestro destino y que no podemos cambiar, debemos seguir adelante enfocados en el esfuerzo, cosa que sí está en nuestras manos:
No te dejes cándidamente descarriar por la mente. Sant Mat no predica nuevos senderos, no consiste en ritos y ceremonias. Se limita a mostrar el camino que se extiende por el interior de todo ser humano para retornar al Señor; camino, o sendero, que ha sido creado por el mismo Señor. No es una religión institucionalizada, que podamos descartar un día para seguirla más tarde. Procura entender lo que es Sant Mat, y qué profundo significado encierran sus fundamentos.
La mente es el único adversario que tenemos que dominar, y esto no es cuestión de días, ni siquiera de años. “Se necesita una vida entera para hacerse digno de estar entre los brazos del amado”, dice un místico sufí. Te basta con pensar por cuán largo tiempo la mente ha estado disfrutando de los placeres de los sentidos en este mundo: siempre desde que comenzó la creación. Y puedes deducir por ti mismo cuánto tiempo llevará y cuánto esfuerzo exigirá el cambiar ahora este hábito de la mente.
Sant Mat no interfiere en la vida que estamos llevando en este mundo material; esa está regulada por nuestro destino. Este sendero ha sido designado únicamente para la realización de Dios. ¿Cómo habríamos de posponer el tiempo de la meditación para el futuro, siendo este tan incierto y no teniendo nosotros absolutamente ningún control sobre él? El hombre propone, pero Dios dispone. Cada respiración que efectuamos sin pensar en el Señor, es tiempo perdido. Cada día es un nuevo paso hacia el fin de esta vida. El tiempo es breve, y tenemos mucho que hacer. No sigas la voz de la mente, que está siempre dispuesta a sacarnos del sendero.
(…) Dedica a la meditación todo el tiempo que puedas, sin esperar ningún signo visible de progreso. Este no está en nuestras manos, sino en las manos de un poder superior. Nuestra obligación es permanecer a la puerta del Señor como mendigos, y pedir su gracia y misericordia.
Una carta maravillosa, llena de claridad y positividad. Recordemos sus palabras en medio del mundo en el que estamos destinados a vivir, no permitamos que nada nos lleve al lado negativo de la vida, sigamos sus sabios consejos. Tenemos mucho que agradecer, y nos queda mucho por mejorar.
No puedo enviarte un mensaje mejor que el de recordarte lo que el maestro te dijo en el momento de la iniciación: La vida es preciosa y solo después de miles de años te ha llegado el turno de nacer como ser humano. Esta oportunidad no debe perderse, y cada minuto que puedas dedicar a tus deberes debes dedicarlo al simran para que pronto puedas entrar, y así terminar tu ronda de nacimientos y muertes.
Maharaj Charan Singh. Luz sobre Sant Mat