El verdadero discipulado
Oh Señor, ¿cuándo estarás tan cerca de mí
como lo está el agua del pez?
Así como una vida feliz
es legado de toda criatura (…),
similarmente, oh Señor misericordioso,
ruego crees en mi interior
el deseo en mi mente por el amor divino.
The Teachings of Goswami Tulsidas
Maharaj Ji ponía siempre gran énfasis en lo referente al bhajan y simran. En 1920, cuando ocupé un alto puesto en el gobierno del estado de Kapurthala, escribí a Hazur agradeciéndole su gracia por haberme concedido ese empleo, y él respondió:
Mi querido Babu Daryai Lal: Radha Soami. Que la gracia del satgurú se derrame sobre ti.
He recibido tu cariñosa carta, y me alegra saber que has conseguido un empleo bueno y cómodo. Ahora que el Señor te ha dado desahogo y bienestar material, te corresponde hacer tu meditación; pues sin la meditación el alma no encontrará ni paz ni lugar de descanso alguno.
En los asuntos mundanos el satsangui procura ser puntual, trabajador y aplicado. Sin embargo, cuando se trata de la meditación, recibo cartas pidiéndome que me encargue de hacer el bhajan por ellos. No, esta no es la actitud correcta. Este no es el verdadero discipulado. Si un satsangui no es negligente en sus ocupaciones mundanas, tampoco debe serlo en su meditación. Es una lástima que se descuide la meditación, la cual constituye el principal deber del satsangui. Profundamente interesados por lograr el éxito en sus empleos mundanos, le dirigen a Dios fervorosas plegarias, mientras falta el interés por la meditación. Esto se debe a que los trabajos mundanos se consideran importantes, y el deber real –la meditación– se toma a la ligera.
Del mismo modo que atiendes a los asuntos mundanos con entusiasmo y diligencia, así también debes practicar la meditación con amor y regularidad. Comienza hoy. Fija una hora para tu meditación diaria y atente a ella. La meditación solo se puede hacer si eres puntual. Si faltas a la meditación, considera que no has ganado el sustento para ese día. Esta es la manera de controlar la mente, esta es la receta para curar su rebeldía.
Querido hijo, pon esto en práctica.
Mantén tu mente en la meditación durante todo el día, incluso cuando estés yendo de un lado para otro y trabajando.
Radha Soami del sangat,
Sawan Singh, 3 de noviembre de 1920El cielo en la tierra