Prioridad clara
Se podría hablar del agua del cielo, que cae en un río o en una fuente y se pierde en ella hasta el punto en que ya no podemos separarla o distinguir qué agua es la del río y cuál la gota del cielo. O mejor, de un pequeño riachuelo que desemboca en el mar, y luego es imposible separarlo de él…
Santa Teresa de Jesús, citado en Sarmad, Martyr to Love Divine
¿Cuántas veces decimos u oímos decir a otros: “Me gustaría hacerlo, pero simplemente no tengo la fuerza de voluntad?”.
¿Quiénes son esos dos ‘yoes’ que se contradicen? ¡Deseamos hacer algo, pero no podemos hacer lo que deseamos!
El yo ansioso es la mente impulsada por su constante hambre de satisfacciones, que toma el control y nos dirige adonde quiere. Somos criaturas de hábitos, y nuestra mente, acosada por los sentidos, tiene el hábito de correr en la dirección más fácil. Fuera, en la creación, y buscando placeres, quedamos presos de nuestras obsesiones. Puesto que el mundo material está cambiando permanentemente, de igual modo también nuestra mente no cesa de cambiar su foco de atención, y nos encontramos divididos, inquietos y fuera de control.
Para ir adonde queremos ir, hemos de transformar la mente. Hemos de crear nuevos hábitos que marginen al yo que nos conduce al mundo exterior.
Esforzándonos por vivir honestamente, desarrollamos cualidades que robustecen nuestra fuerza de voluntad y nuestra capacidad para hacer frente a nuestras debilidades. Desarrollamos las cualidades positivas del contento, la compasión, la pureza, el desapego y la humildad, y estas, a su vez, apoyan más nuestros esfuerzos para elegir la vida interior.
Recordando que habremos de responder por todo lo que hagamos, nos ayudaremos a fortalecer el yo espiritual. Si obramos mal pensando que podremos librarnos de sus consecuencias, estamos apoyando al yo ansioso. Entonces por mucho que intentemos meditar, no lograremos nuestro objetivo.
Si nos proponemos hacer realidad el Verbo (el Shabad) sin frenar nuestras tendencias negativas, estamos intentando conseguir lo imposible: movernos al mismo tiempo en dos direcciones opuestas.
Debemos ser claros acerca de nuestras prioridades. Por los santos y maestros espirituales sabemos que solo cuando oigamos el Verbo dentro de nosotros, serán liquidadas las impresiones de las acciones que se hallen más allá de nuestro destino presente. Únicamente por medio del Verbo puede ser cancelada nuestra cuenta con la vida. Si tenemos claro que nuestra meta es la realización espiritual, entonces lo primero que debemos hacer es apoyar a nuestro ser espiritual.
Vida honesta