Cartas espirituales
El devoto debe renunciar a los hábitos
que obstaculizan la práctica de la devoción
y ejercer los demás con la convicción
de que son una ofrenda a Dios.
Narada Bhakti Sutras. Practice and Power of the Devotion
Mientras nuestra atención esté apegada a los órganos sensoriales, seguimos siendo esclavos de los sentidos. Cualquier sentido que se satisfaga atrae la atención hacia él. La atención del ojo es irresistiblemente sacada al mirar un bello objeto. La atención del oído sale al escuchar una voz dulce. Al salir del vientre de nuestra madre y abrir nuestros ojos, vimos el mundo; cuando abrimos nuestros oídos, escuchamos las voces del mundo; cuando movimos nuestra lengua, respondimos a lo que escuchamos; y de esa manera, establecimos nuestra conexión con el mundo, y nos hicimos de este mundo. Practicamos esto en los brazos de nuestra madre, con los profesores en los colegios, y hacemos lo mismo en la vida diaria. Esta es nuestra vida, limitada a este mundo, en el plano material.
Antes de que viniésemos a este mundo, nuestra atención se desenvolvía en un plano diferente: el plano mental. Al venir a este plano material olvidamos todo lo del plano mental. Si ahora pudiésemos cerrar nuestros ojos, oídos y lengua –no permitiésemos que nuestra atención saliese por ellos–, nos desconectaríamos de este plano material y volveríamos a conectarnos con el plano mental. Nuestros poderes mentales se desarrollarían. Apoyándonos en estos poderes, seguiríamos viviendo en el plano material pero no seríamos de la materia, no seríamos esclavos de los sentidos y de los objetos de los sentidos. Seríamos dueños de nuestros sentidos, pues nuestra atención no correría locamente detrás de ellos y haríamos uso de ellos cuando realmente quisiéramos utilizarlos. La lujuria, la cólera, la codicia, el apego y el orgullo habrían sido sustituidos por la continencia, la tolerancia, el contento, el discernimiento y la humildad.
Joyas espirituales. Extracto de la carta 104
Como probablemente sabes, nuestra atención ha estado “fuera” durante eras y volverla de nuevo “dentro” requiere tiempo y esfuerzos. Las tendencias consolidadas tan largo tiempo se vuelven inmediatamente contra nosotros cuando intentamos reorientarlas. Claro que no es imposible; pero naturalmente resulta lento y difícil. Para unos es más lento y difícil que para otros.
Lo mismo se aplica al enfoque de la atención al centro del ojo. Nuestra consciencia impregna todo el cuerpo, desde la cabeza a los dedos de los pies. Tenemos que volverla a retirar y conducirla al centro del ojo y dirigirla hacia arriba. Es entonces cuando se abre la puerta. Pero la retirada de la consciencia, o su desprendimiento del cuerpo material, es un proceso lento y laborioso. Se le ha llamado “el camino de la hormiga”, la cual separa primero meticulosamente los granos de azúcar dispersos entre los granos de arena con que está mezclada y luego sube lentamente por la pared, con frecuencia deslizándose hacia abajo y volviendo luego a subir penosamente.
Todo lo que se requiere es persistir con paciencia, esperanza y fe. Entonces el éxito será tuyo algún día. Deja el resto al maestro y recuerda que nunca se pierden los esfuerzos.
La ciencia del alma. Extracto de la carta 60