En la unidad no hay soledad
El sentimiento de soledad es un gran regalo, porque proporciona las bases para aprender a estar con uno mismo. Si nos volvemos a nuestro ser interior, estaremos en paz con nosotros mismos y no dependeremos de nadie más. No es poca cosa comprender que, en realidad, somos Shabad.
del yo al Shabad
En una sesión de preguntas y respuestas, alguien le preguntó al maestro espiritual Baba Gurinder Singh: “¿Te sientes solo?, es decir, nosotros te vemos ahí, tan solo en tu silla, y nos preguntamos, ¿se está solo en lo más alto?”.
Baba Ji con una gran sonrisa respondió: “En la unidad no existe la soledad, tan solo hay paz y felicidad”.
… El maestro Shabad dice que para él ni siquiera se suscita la cuestión de la soledad, ya que él goza de un estado interior de paz e ininterrumpida felicidad. La paz y felicidad a la que se refiere forma parte de su auténtico ser. No depende de su cuerpo físico, de su personalidad, de otras personas o de situaciones de vida, tampoco de los sentimientos, la imaginación o el pensamiento. Al conectarse conscientemente con la melodía del Shabad, o Shabad-dhun, el maestro físico se conecta con el amor, felicidad y sabiduría que es la consciencia del Shabad. Por tanto, él nunca se siente solo. Su mente reposa en la consciencia oceánica del Shabad.
Para conectar su consciencia con la ilimitada consciencia del Shabad, el maestro espiritual comienza su desarrollo espiritual del mismo modo que todos nosotros, hasta adquirir la maestría en la meditación Shabad. Dominar la meditación Shabad le permite trascender el pensamiento, abandonar el cuerpo físico a voluntad, atravesar las regiones astral y causal –donde se mezclan cuerpo, mente y espíritu–, y alcanzar el reino de espiritualidad pura donde funde su consciencia purificada con la del Shabad.
A este proceso de meditación lo llamamos ‘morir en vida’. Al fundir su atención en el Shabad, el maestro comprende por propia experiencia que él no es su cuerpo. Porque ha trascendido su cuerpo sabe que la muerte del cuerpo no significa la muerte de la consciencia. Él es consciencia dentro de un cuerpo y no un cuerpo consciente. Él ha fundido su consciencia en el Shabad, al igual que el agua pura se mezcla con otra agua igualmente pura.
Al igual que los ríos desembocan en el mar y al hacerlo pierden nombre y forma, así el hombre sabio, liberado de nombre y forma, alcanza lo Supremo, lo Radiante, lo Infinito.
Mundaka Upanishad
Con esta realización, el maestro verdadero ha conquistado la muerte y ha establecido su consciencia en el reino de espiritualidad pura. La ilusión ha terminado definitivamente para él. Por ello, en su experiencia la soledad no existe, y su atención descansa únicamente en el Shabad. En esta unidad, él encuentra su gozo y su dicha. Ahora él quiere ayudarnos a experimentar esa misma realización. Es por esta razón que él está aquí: para ayudarnos a despertar, al igual que él ha despertado de la ilusión y la dualidad.
del yo al Shabad