El valor prioritario en la vida
Deberías cuidar muy bien la salud de tu cuerpo, manteniendo un equilibrio adecuado en la bebida, la comida y el ejercicio, es decir, un equilibrio que te libre del malestar. Haz del modo de vida puro y sencillo un hábito y cuida de no provocar envidias con tus acciones. No gastes de manera extravagante como alguien que no sabe lo que es bueno, ni seas tacaño; un equilibrio adecuado en todo es lo mejor. Haz lo que no te cause daño y piensa antes de actuar.
Be human- Then Divine
Se presenta un extracto del libro Be human-Then Divine, que se compone de los comentarios de Hierocles a las enseñanzas de Los versos de oro pitagóricos –un antiguo texto sagrado–. Hierocles fue un antiguo filósofo griego que utilizó estos versos para guiar a sus alumnos por lo que él llamaba el camino divino.
La primera mitad de los versos del libro ofrece una guía práctica para afrontar los retos de la vida y cultivar las cualidades de un buen ser humano. Su comentario, basado en conversaciones con sus alumnos, parece reflejar las preguntas que estos le planteaban y los problemas a los que se enfrentaban. Los lectores de hoy descubrirán que en el camino de convertirse en verdaderamente humanos, y luego divinos, no son tan diferentes de esos estudiantes. Las formas externas cambian, pero la lucha interior sigue siendo la misma:
Para Hierocles, el mensaje clave de estos versos es que la filosofía aborda a la persona en su totalidad, cada aspecto de la vida humana. El ser humano en su ‘totalidad’ significa tanto el cuerpo como el alma. Según Hierocles, cualquier enseñanza que se ocupe solo del cuerpo o solo del alma no puede conducir a una felicidad y plenitud duraderas. Ambos aspectos deben ser atendidos.
… El verdadero significado de equilibrio es el equilibrio adecuado entre estas dos dimensiones del ser humano: la temporal y la eterna, la mortal y la inmortal, la particular y la universal. (…) Aunque el cuidado del cuerpo es importante, para los filósofos, el cuidado del alma debe ser su principal preocupación.
… El cuidado del alma, restablecer su integridad y su condición óptima, fue el empeño filosófico fundamental. La palabra griega therapeia (raíz de la palabra inglesa “therapy”) implica cuidar, como se cuida a un amigo querido o a un enfermo, y también implica curar. Así, cuando los filósofos decían “cuidar el alma”, se referían a curar al alma de su ignorancia y amnesia y devolverla a su estado original puro y completo. (…) En ese sentido, la filosofía, tal y como la entendían Hierocles y otros filósofos, era un proceso de reestructuración de las propias prioridades y de todo el sistema de valores al servicio del recuerdo del origen divino del ser y de su verdadera identidad.
… La razón por la que el cuidado del cuerpo y del alma deben ir de la mano es porque los deseos no tienen límite. Conforme vamos más allá de la medida de la necesidad, entramos en la ilimitación de los deseos. Hierocles hace hincapié en elegir alimentos, bebidas y hacer ejercicios que no provoquen la rebelión de la psique impulsada por el apetito. Da el ejemplo del cochero que lleva las riendas de un caballo: él es ‘el guía interior’, pero el caballo es rebelde y salvaje. Aun así, insiste Hierocles, el caballo generalmente no es superior en su rebelión a la guía del auriga.
Explica que una vez establecido un modo de vida moderado, el cuerpo estará en paz. Y entonces el cuerpo no obstaculizará que el alma contemple la realidad interior; por el contrario, su cooperación hará que el alma avance hacia su meta de semejanza con Dios.
… Así pues, según Hierocles, la filosofía se dirige al ser humano en su totalidad, ayudando a establecer el justo equilibrio entre lo eterno y lo temporal, entre el alma y el cuerpo. La base para crear este equilibrio es “poner la moderación en primer lugar en todo lo que proporcionamos al cuerpo”. ¿Por qué? Porque infunde paz y armonía en el interior, creando la calma necesaria para la contemplación.
En uno de los Versos de oro se aconseja: “Guárdate de las acciones que provocan envidia”. Hierocles señala que adquirir posesiones cada vez más fastuosas despierta la envidia y el resentimiento de algunas personas. Y también suscita la censura de otros que juzgan estas adquisiciones extravagantes como necias y materialistas. Pero el otro extremo –una mentalidad tacaña que incluso rechaza lo más básico de un estilo de vida limpio y agradable– puede llevar a vivir en la miseria y la suciedad.
Esto, advierte, no solo será incómodo, sino que invitará al desprecio de los demás.
También Lamblichus (otro filósofo platónico de Siria) en sus comentarios sobre los versos, aconsejaba que el equilibrio y la armonía dependían de ser profundamente consciente del panorama general, comprendiendo el lugar distintivo que cada cosa ocupa en el conjunto:
Es necesario dar la máxima prioridad a los intereses del alma y hacer todo lo demás por el bien del alma. También hay que cuidar el cuerpo, pero de tal manera que ese cuidado se traduzca en servicio para el alma.
Más adelante en el Verso de oro leemos: “… no hagas nada que te perjudique”. Al igual que el médico aconseja sobre las cosas que deben evitarse por ser perjudiciales para el cuerpo, el filósofo también aconseja sobre las cosas que dañan el alma. Hierocles explica que lo único que de verdad puede perjudicar es todo lo que vaya en contra del pensamiento correcto, todo lo que vaya en contra de la ‘ley divina’, todo lo que obstruya la semejanza con Dios.
Si el cuidado del alma es la máxima prioridad, entonces la forma correcta de cuidar el cuerpo surge de forma natural. Pero mientras las dos dimensiones del ser humano tiren en direcciones opuestas, continuará el estado de lucha y discordia.
Pitágoras ideó el concepto de hacer que toda vida sea feliz orientándola hacia un valor prioritario. En resumen, se refiere al concepto de elegir entre distintos valores y mantener las propias acciones acordes con ese valor prioritario. El valor prioritario se refiere a identificar el valor que es más importante que cualquier otra cosa de nuestra vida.
Si tenemos una comprensión clara de cuál es nuestro valor prioritario y único, entonces los demás deseos e impulsos que compiten por nuestra atención se calman y encuentran su lugar en nuestra mente de forma organizada y equilibrada.
Adaptado del libro Be human- Then Divine