La felicidad está en el contento
Con la meditación nuestras tendencias
descendentes cambian de dirección: nos
volvemos indiferentes a la lujuria, la ira se
transforma en tranquilidad, la avaricia en
contento, el ego en humildad y el apego en
verdadero amor…
Espiritualidad básica
El libro Tesoro infinito, cuenta que Hazur Maharaj Ji comentó una vez en satsang que en esta edad moderna las personas se han vuelto bastante egoístas. Han olvidado como relajarse, nadie tolera a nadie y no hay felicidad ni contento a pesar de tantos bienes materiales.
Y para aclarar este punto, Hazur Maharaj Ji contó que el Gran Maestro fue una vez a la finca de Sikanderpur en un momento en que se hacían trabajos de construcción. Por la tarde, toda la familia se sentó a su alrededor. Su hijo mayor, Sardar Bachint Singh, había venido también desde su finca cercana y comenzó a contarle al Gran Maestro sus problemas a propósito de la familia y de la finca. El Gran Maestro, no obstante, no le prestó atención porque estaba escuchando a los trabajadores, que juntos cantaban canciones tradicionales después de su día de trabajo. Estaban riendo, danzando y cantando, y el Gran Maestro disfrutaba de su sencilla felicidad.
Sardar Bachint Singh trató de nuevo de atraer la atención del Gran Maestro hacia sus problemas. Entonces, el Gran Maestro le dijo: “Mira a estos trabajadores, ganan solo ocho annas (media rupia) por día, pero no tienen quejas. ¡Qué felices y contentos están! Te he dado tantas propiedades y riquezas…, y sin embargo tú solo vienes a mí con tus problemas”. A lo que Sardar Bachint Singh dijo: “¿Pero cómo puedes comparar las uvas con las bayas silvestres?”. Y el Gran Maestro le contestó: “Tú no estás feliz y contento ni siquiera con las uvas, mientras que ellos están felices y contentos de comer tan solo bayas silvestres”. Y terminó diciendo: “La felicidad no está en la riqueza ni en las propiedades sino en el contento”.
Bien… Hazur Maharaj Ji ya hablaba en sus tiempos del egoísmo como causante de todas nuestras desdichas y ausencia de felicidad, y como vemos las cosas no han cambiado; en general el ser humano continúa falto de los valores que deberían procurarle una vida llena de paz, amor y contento.
Sí, esa infelicidad se hace patente hoy al observar mayor intolerancia entre unos y otros, excesiva individualidad por todas partes y un creciente aislamiento personal. También es extrema la desconsideración por las necesidades del otro, a pesar de que el corazón humano solo podrá sentirse en paz cuando responda de forma fraterna. ¡Son tantos los comportamientos del ser humano que constatan una desconexión de sí mismo, un desconocimiento de su propio interior donde yace el depósito de toda virtud!
Hemos invertido los valores de la vida; vivimos y fomentamos lo externo y superficial, y hemos olvidado y enterrado lo mejor de nosotros mismos No olvidemos que el amor no está ausente en ninguno de nosotros, y que Dios no ha sido parcial y a algunos les ha dado más amor, más bondad, más positividad o más fraternidad… Él ha puesto una parte de sí mismo dentro de todo ser humano. Así que todos podemos ser mejores personas y encontrar la fortaleza de todas esas cualidades en nuestro interior.
Como tantas veces comentaba Hazur Maharaj Ji, cuando practicamos la espiritualidad nos convertimos en mejores personas, independientemente de la religión a la que pertenezcamos. Cualquier intento de mejora definitivo nunca tendrá éxito desde una plataforma social. Los místicos afirman que debemos procurar un cambio significativo, real, desde el propio núcleo del ser humano; lo cual solo es posible desde la espiritualidad. El ser humano requiere de una perspectiva interior más profunda para poder conseguir ese contento al que se refiere el Gran Maestro, el cual no se encuentra potenciando la individualidad, la riqueza, ni la propiedad… No está en nada de carácter material.
En el libro Espiritualidad básica leemos:
Los talleres de fin de semana, las afirmaciones mentales y otros tipos de terapia no hacen más que arañar la superficie. Puede que funcionen durante un cierto tiempo, pero su eficacia se acaba desvaneciendo y volvemos a nuestras habituales maneras de comportamiento autodestructivo. Estos métodos son como tomar aspirina para el cáncer.
Tenemos que escoger bien aquellas enseñanzas que nos conduzcan a una meta superior y que a su vez procuren una transformación positiva en nosotros. La meditación en el Verbo o Shabad que Sant Mat nos enseña, profundiza lo suficiente para extirpar la raíz de todos nuestros problemas.
Justamente esta práctica nos ayuda a desarrollar nuestras cualidades positivas; elimina los bloqueos que impiden que esas cualidades salgan a la superficie de manera natural. Con la meditación nos acercamos al núcleo de nuestro ser que es divino, y entonces, automáticamente, las cualidades positivas se empiezan a manifestar por sí mismas.
¡Así es como se origina el verdadero cambio en nosotros!
Paltu duerme despreocupado;
el propio Señor es su guardián.
Siendo el Señor su guardián,
Paltu disfruta de un sueño feliz.Completamente estirado, duerme relajado;
al verle, sus enemigos huyen.
Cuando el propio Señor hace guardia,
¿quién puede tocar ni uno de sus cabellos?No tengo preocupaciones, lo mío es suyo;
a él le corresponde ahora cuidar de mí.
Ya no tengo inquietudes;
todas mis preocupaciones
recaen sobre sus hombros.Ni por un instante él me olvida;
en todo momento está conmigo.
Aquel que ha dejado sus cargas al Señor
y a quien no le importa
lo que los demás piensan,
duerme, oh Paltu, despreocupado,
pues el propio Señor es su guardián.
Pt 1, kundli 155 San Paltu, su vida y enseñanzas