Cuando solo hay un ser
Desde el día que conocí a mi Señor,
no ha habido fin para el romance de
nuestro amor.
No cierro mis ojos, no cierro mis oídos,
no mortifico mi cuerpo.
Miro con los ojos abiertos,
sonrío y contemplo su belleza en todas partes.
Pronuncio su Nombre, y mire donde mire
eso me recuerda a él;
sea lo que sea que haga,
eso se convierte en su adoración.
Él es el único al que adoro, no tengo a otro.
Mi lengua ha abandonado las palabras impuras,
canta su gloria día y noche.
Tanto si me levanto como si me siento
no puedo olvidarlo,
el ritmo de su música golpea mis oídos.
Kabir: The Great Mystic
P. Maharaj Ji, cuando un discípulo ha progresado interiormente, ¿ve la forma externa del maestro igual a la forma interna?
R. Verá a su maestro de la misma manera que lo ve en el exterior, pero el maestro interior es una manifestación del Shabad. Este cuerpo está hecho de materia, la cual es un reflejo del Shabad. En el interior no existe el cuerpo, no hay nada más que Shabad y Nam. Pero, puesto que lo hemos visto en su forma física, lo asociamos a esta forma y tan solo nos sentimos satisfechos cuando lo vemos de una forma similar en nuestro interior. Por eso dijo Cristo: Al final solamente habrá un gran rebaño; seréis como yo y yo como el Padre, de modo que alcanzaréis al Padre a través de mí. Esto quiere decir que las formas del discípulo, del maestro y del Padre son una, se convierten en lo mismo. Nuestro auténtico ser es el alma y esta es el Shabad; nuestro maestro y el Padre también son Shabad, así que al final todas estas gotas se convierten en el océano: tienen la misma forma.
En potencia cada alma es Dios y cada discípulo es el maestro. Lo único que debe hacer el discípulo es crecer espiritualmente hasta convertirse en el maestro. Cada discípulo se transforma en el maestro, debido a que vuelve a sumergirse en él; potencialmente toda alma es Dios, ya que vuelve a sumergirse en Dios y se convierte en Dios. Por esta razón, dice Gurú Nanak: He perdido mi propia identidad. Me he hecho uno con mi maestro, parte de él.
Ocurre lo mismo hasta en el amor mundano. Existe un famoso poema lírico en la India, que dice: “Estoy tan enamorado de Ranjah, que he perdido mi propio ser y me he convertido en Ranjah”. El amante deja de existir: Me he convertido en el amado, me he sumergido nuevamente en el amado, he perdido mi propia identidad; ya somos uno.
Como dijo Kabir:
“Cuando yo estaba, no estaba él: ahora él está y no estoy yo”. “Cuando yo estaba” quiere decir: cuando el ego existía en mí, mi Padre no estaba conmigo, ya que el ego me separaba de él. Cuando el Señor está, no soy nadie, me he fundido en él, no dispongo de individualidad propia. Cuando existe un amor verdadero, solo hay un ser. Pierdes tu propia identidad y te conviertes en el único: uno con el Padre.
P. Cuando llegamos a Dera nos parece como si viniéramos de un desierto a un oasis, para después tener que volver al desierto. ¿Comprendes lo que quiero decir?
R. Es por nuestro bien. Al final seremos uno con el maestro en nuestro interior. Como dijo Cristo: Tú te has unido a mí y yo lo estoy al Padre, así que a través mío también ves al Padre. Tenemos que encontrar nuestro sitio en el maestro y a través de él, hallar un lugar en el Padre. Este espacio solo se puede encontrar en nuestro interior, no fuera. El cuerpo tiene un papel especial que desempeñar, es un medio para un fin. Pero no podemos ignorar el fin por correr tras los medios. Tenemos que aplicar los medios para lograr el fin. Y el Señor también hace que lo logremos.
P. Es penoso. No es precisamente un placer.
R. El amor siempre produce dolor. Aun así no podemos hacer nada sin él; no deseamos librarnos del amor. En realidad jamás estamos verdaderamente separados del maestro. Nos apartamos, pero es para volverlo a encontrar y hallarle para siempre. No estamos desamparados; nuestro maestro siempre está con nosotros.
Maharaj Charan Singh. Legado espiritual
… Nadie sino el gurú
podría haber controlado mi mente,
y mi alma alborozada se ha aferrado al Shabad.
En el ciclo de la transmigración
pasé miles de vidas,
pero nadie vino en mi ayuda.Ahora el maestro me ha encontrado
y gracias a su misericordia me ha concedido
el misterio del Shabad,
la esencia misma de la vida.Atrás he dejado las nueve puertas
dedicándome ahora a la décima,
y mediante la práctica del Verbo
he obtenido la esencia.Impulsado por el poder del maestro
navega el barco de mi vida.
He obtenido el insondable tesoro
del valor verdadero.¿Qué más puedo decir?
Mi estado supera toda descripción:
mi alma se ha fundido en el Shabad
y se ha hecho una con él.
Sar Bachan, fragmento del bachan 6, shabad 11