La visión de Ramanand
Debemos encontrarnos con ciertas personas,
y debemos separarnos de otras.
Estos encuentros y separaciones
también están en conformidad con
la ley del karma.
En base a esto es como funcionan
las relaciones en este mundo.
Gurú Nanak, citado en Filosofía de los maestros, vol. I
Hay una historia en el libro Filosofía de los maestros, vol I, donde se explica que en la época de Kabir, el gran sabio Ramanand, quien era consciente de todas sus vidas anteriores, supo que debido a que en una vida previa había atravesado a un conejo con su lanza, arrastrándolo después cierta distancia, tenía que pagar por estas acciones en su vida actual. Y sucedió que el ser del que en una vida fue un conejo regresó a este mundo como ser humano, ostentando el cargo de ministro del rey en esa época. Siempre que Ramanand pensaba en las funestas consecuencias de esa acción, temblaba y se sentía infeliz.
Un día, Kabir le preguntó a Ramanand por qué se sentía tan angustiado. Ramanand entonces habló sinceramente desde su corazón y le contó la historia de su vida anterior, sabiendo que por esa acción tendría que morir siendo atravesado por la lanza del ministro, además de ser arrastrado por las calles hasta su último aliento de vida.
Kabir le aseguró a Ramanand que le ayudaría. Entonces, se fue a casa del ministro y permaneció esperando a su puerta.
Un día, el ministro le preguntó a Kabir la razón de su permanencia allí día tras día, y Kabir le narró toda la historia.
El ministro era también un alma evolucionada y tenía conocimiento de este incidente ocurrido en una vida previa. Él le aseguró a Kabir Sahib que aunque no sería posible evitar el castigo que implicaba la muerte de Ramanand, al menos no lo arrastraría. Cuando Ramanand supo esto, exhaló un suspiro de alivio.
Cuenta la historia que con el paso del tiempo el país fue invadido por Sikandar Lodi y, mientras Ramanand estaba sentado al pie de su ventana, fue herido de muerte por el ministro durante el ataque a la ciudad.
¿Qué nos sugiere esta historia?
¡Produce escalofrío pensar en que no podremos evitar tener que afrontar las consecuencias de aquellos actos que hemos realizado en el pasado, máxime cuando ni siquiera somos conscientes de lo que hemos hecho anteriormente! ¿Cómo será nuestro lote?, ¿Qué bondad o maldad esconden las acciones pasadas, guardadas en el almacén del karma, cuyos resultados un día formarán parte del destino de nuestra vida?
Los místicos nos explican que la ley del karma es la ley más importante de la creación: como es la acción, así es la recompensa. Estamos desvalidos ante nuestros karmas de destino. Cualquier cosa que esté predestinada en nuestro destino, deberá suceder, y además todo lo que hacemos, lo hacemos bajo la influencia de nuestros karmas de destino. Entonces, ante esto, podemos preguntarnos: ¿cuál es nuestra condición ante esta predeterminación e inevitabilidad?
Surgen dos aspectos sobre los que nos corresponde reflexionar:
El primero: Podemos protegernos para que el efecto de lo que ineludiblemente debemos de afrontar, como resultado de nuestras acciones, no nos provoque tanto sufrimiento. Los místicos nos sugieren que la mejor forma de hacerlo es adaptándonos a las circunstancias de la vida. El destino no cambiará, pero nosotros sí podemos cambiar mediante la fuerza interior que conseguimos con la práctica de la meditación.
Hazur Maharaj Ji solía explicar que si nos calzamos unas botas fuertes, las espinas de la vida (los karmas) resultarán completamente inofensivas. Los problemas de este mundo nunca acabarán y los karmas no desaparecerán. Sin embargo, siguiendo las enseñanzas de los santos o maestros, podemos elevarnos por encima del sufrimiento de la materia y de la mente, de modo que no nos afectará ni el dolor ni el placer.
También asistiendo al satsang y asimilando completamente las enseñanzas conseguimos el entendimiento adecuado, de manera que sin desesperarnos y sin culpar a nadie aceptamos con una actitud madura el pago de nuestras deudas.
El segundo aspecto: Los místicos nos explican que si bien ninguna especie inferior a la forma humana dispone de libertad para actuar, los seres humanos tenemos libertad de acción de acuerdo a nuestro karma de destino. Por lo tanto, podemos aprovecharnos, en cierta medida, de esa limitada capacidad de libertad de acción.
Pero surge la pregunta, ¿de qué manera se puede hacer esto?
Exactamente ‘obrando bien’, en otras palabras, realizando acciones que produzcan los resultados que nos gustaría recoger. Actuando a la luz de la sabiduría de los místicos, quienes con tanta claridad nos explican que las acciones positivas producen resultados positivos y las acciones negativas producen resultados negativos.
Cuando entendamos que solo obtenemos de la vida aquello que damos, actuaremos de forma positiva si aspiramos a una vida noble y feliz. Tenemos la oportunidad de prestarle atención al instinto divino que todos tenemos dentro, y con nuestra forma de vivir contribuir a crearnos un destino mejor y superior.
Con este entendimiento, sabemos que ahora mismo, en este instante y en el siguiente, tenemos la oportunidad de garantizarnos el futuro que queremos para nosotros. Comportémonos de aquel modo que contribuya no a acumular sufrimiento sino felicidad, y no la felicidad efímera que proporcionan las cosas de este mundo sino la eterna felicidad del alma. Vivamos como discípulos interesados en la espiritualidad, cuyos actos, especialmente la acción de la meditación, nos garanticen el destino más feliz; el que está más exento de sufrimiento.
Recordemos, en conformidad con la ley del karma, que únicamente nosotros somos responsables de nuestra felicidad.
Según una persona hace, así cosecha…
Los seres son herederos de sus karmas.
Buddhism, Path to Nirvana