Infinita es su libertad
Se te conoce por robar el corazón,
la gloria de tu asociación es incomparable.
Estoy prendado del misterio que te rodea;
permaneces oculto bajo un velo
y aun así, tu luz brilla por toda la creación.
Sarmad: Martyr to Love Divine
El maestro es infinitamente libre para atravesar los reinos superiores de la creación. Él es infinitamente libre para vivir en los mundos inferiores e intermedios. Él es infinitamente libre de interpretar las escrituras de acuerdo a su propia experiencia. Él es infinitamente libre en la forma en que da sus enseñanzas. Él es infinitamente libre en cómo se acerca a la gente y cómo llega a ella. Puede dar discursos, cantar, recitar poemas, bailar, hacer chistes o permanecer en silencio.
Si pensamos que podemos predecir lo que un maestro hará o dirá, estamos equivocados. Estamos limitados; todavía no tenemos acceso a su mundo de unidad. Si pensamos que un maestro debe ser serio, bromeará y se mofará. Si pensamos que un maestro debe seguir las tradiciones del pasado, romperá con la tradición. Un maestro no está aprisionado en los confines de nuestras maneras de pensar. No está programado. Él es libre. Infinitamente libre.
¡Y está lleno de sorpresas!
A veces un maestro puede despertarnos comportándose deliberadamente de maneras que nos chocan.
Hay una conocida historia de un maestro que estaba caminando por el mercado con un grupo de discípulos. Pasó una linda muchacha y el maestro exclamó: “¡Oh! ¡El Señor es hermoso!”, y la besó. Cada uno de los discípulos lo imitó, repitiendo reverentemente: “¡Oh, el Señor es hermoso!”, mientras besaban a la muchacha.
Después pasaron por una herrería, donde el herrero estaba martilleando en el yunque un trozo de hierro ardiente. El maestro gritó: “¡Oh, el Señor es hermoso!”, y besó el hierro al rojo vivo.
Ninguno de los discípulos siguió su ejemplo.
Aunque se contuvieron, entendieron perfectamente la enseñanza del extraño comportamiento del maestro: Todo es del Señor, y el Señor está presente en todo. Su belleza brilla en todo.
Sin la guía viva de un maestro, los buscadores permanecerían estancados en la especulación filosófica. Podríamos pasarnos toda nuestra vida en discusiones metafísicas, o involucrarnos en prácticas ascéticas que castigan el cuerpo pero dejan la mente intacta. Incluso el más vehemente buscador de la Verdad daría vueltas y vueltas en un círculo definido por las limitaciones de su propia perspectiva y experiencia. Pero si seguimos a un maestro vivo –ponemos nuestra confianza en él, actuamos según sus instrucciones y le seguimos adonde él nos lleve– podemos liberarnos.
A Wake up Call