Vivir con sensatez
El proceso de poner nuestras vidas en orden
y transformarnos espiritualmente,
debe entenderse como una evolución
permanente de toda la vida
hacia nuestra meta.
Vida honesta
El Surat Shabad Yoga no es una ciencia nueva. Existe desde que se creó este mundo. Los santos no vienen a este mundo para crear una nueva religión, ni un nuevo credo y ni una nueva secta. Su misión consiste simplemente en sacar de esta tierra de miseria a las almas que están capacitadas y guiarlas en el viaje de regreso a su hogar de bienaventuranza y paz eterna. Los santos proclaman:
¡Hermano! Este mundo no es tu hogar verdadero.
Aquí nadie es feliz. Esta es la casa de la congoja y el
dolor. Deja esta cárcel de evolución e involución
y regresa a tu verdadera morada.Solo podrás hacerlo mientras estás en un cuerpo
humano. Ninguna otra especie disfruta de este privilegio.
Aprovéchate plenamente de esta oportunidad.Busca a un maestro perfecto.
Aprende de él la ciencia del Surat Shabad Yoga.
Sintonízate con la voz de Dios que te está llamando
en tu interior en el centro del ojo.
Sigue esta divina melodía.
Igual que un potente imán, te atraerá hacia arriba
y te llevará hasta los pies del Señor,
de donde emanan esas corrientes.
… Los santos no te exigen que abandones tu religión para adoptar otra, ni que renuncies al mundo ni a la familia, ni que alteres tu tipo de vida. Te aconsejan que vivas con tu cónyuge y tus hijos de la manera habitual, que ejerzas tu profesión y que cumplas con las demás obligaciones. Únicamente nos alientan a que diaria, puntual y regularmente dediquemos algún tiempo al más importante de nuestro deberes que es la devoción a Dios, y a escuchar su voz, el sonido celestial interior.
Tienes que vivir en el mundo, pero de manera sensata. Disfruta del mundo y sus objetos, pero toma conciencia de su verdadero valor. Están destinados a servirte: utilízalos plenamente, pero no te hagas esclavo de ellos.
Que tu mente no se enrede en el apego a estos objetos, pues entonces en lugar de sirvientes tuyos se convertirán en tus amos. Vive en el mundo de forma indiferente. Ni el regalo de un reino debe engreírte, ni la perdida de los bienes tiene que deprimirte. Vive en el mundo, pero sé de Dios y no del mundo. Sin abandonarlo realmente, vive como el que lo ha abandonado. Esta es la genuina sanyas (renuncia del mundo), y no tiene nada que ver con el hecho de ponerse una túnica de color azafrán u otro hábito religioso.
Un místico hindú ha descrito muy acertadamente esto con las siguientes palabras:
Aun cuando hayas renunciado al mundo
y ya no vivas en una ciudad ni en una aldea,
ni poseas hacienda ni muebles de ningún tipo,
sino que vayas deambulando de un lugar a otro por selvas
y montañas, bebas agua de los arroyos y fuentes,
comas de lo que encuentres en los bosques,
no te pongas ropa, leas las escrituras día y noche
y repitas la palabra ‘om’, incluso en este caso,
si en tu mente hay un ápice de deseo de placeres
mundanos, sigues siendo del mundo.
Tanto la renuncia como el apego pertenecen a la mente. Los símbolos y las formalidades externas no tiene nade que ver con ellos. Entra en este jardín terrenal. Pasea por él. Disfruta de la fragancia de sus flores. Come sus frutos y contempla la belleza de la naturaleza; pero no toques los cardos ni espinos, no vaya a ser que te pinches y arañes.
Gana dinero honradamente y gástalo con sensatez. Está destinado para ti. Atiende a tu trabajo durante el día. El día está hecho para trabajar. Pero durante la noche dedica algún tiempo a la devoción y contemplación. Este es tu ‘verdadero trabajo’. Piensa por un momento: de todo lo que haces durante el día, nada es para ti mismo. Mucho de lo que realizas es para tu familia y amigos. Diariamente gastas algún tiempo en adornar tu cuerpo; pero ten en cuenta que ni te pertenece ni te acompañará en el viaje final. Se quedara aquí para ser enterrado o quemado.
Tu propio trabajo es practicar el simran y el bhajan (práctica espiritual), que a su debido tiempo te liberará de esta vasta prisión en la que has estado confinado durante incontables eras. La vida es breve; el tiempo, huidizo. Aprovéchate plenamente de él, y si todavía no has hecho ‘tu propio trabajo’, comienza a hacerlo ahora. Busca a un maestro verdadero y, bajo su guía, sintoniza tu alma con el Verbo y alcanza tu hogar verdadero.
La ciencia del alma