Verdad y anhelo verdadero
El libro El amanecer de la luz contiene cartas que Maharaj Sawan Singh Ji escribió a los buscadores y satsanguis de América entre 1911 y 1934. En la primera carta del libro, el Gran Maestro escribe una carta al Sr. Kehar Singh, quien conoció y presentó las enseñanzas de Sant Mat al Sr. y la Sra. Brock mientras trabajaba en América. Los Brocks eran los primeros buscadores que se iniciaron en América, y se convirtieron en los primeros representantes americanos del Gran Maestro. En esta carta, el Gran Maestro guía a Kehar Singh sobre qué decirles a estos dos buscadores de la Verdad espiritual:
No es absolutamente necesario venir a la India para encontrar la Verdad. El maestro está en todas partes y puede revelarles la Verdad incluso en América…
El Gran Maestro aquí habla de la Verdad con una V en mayúscula. La V mayúscula indica que esta ‘Verdad’ es lo auténtico. Probablemente todos los predicadores en esta tierra exponen las enseñanzas a sus seguidores como lo auténtico, la Verdad con una V en mayúscula. La diferencia con las enseñanzas de los maestros de Sant Mat es que se nos pide que no las aceptemos por fe. Se nos anima, ante todo, a satisfacer el intelecto investigando las enseñanzas a fondo antes de pedir la iniciación; esto es posible gracias a la extensa literatura de Sant Mat, y ahora a la página web: rssb.org donde se nos ofrece la oportunidad de escuchar al actual maestro Baba Gurinder Singh Ji en persona.
Una vez hemos pedido y recibido la iniciación, podemos dedicar el tiempo que deseemos a la práctica de la meditación, como mínimo dos horas y media al día, con el objetivo de llegar a elevarnos lo más pronto posible y así comprobar por nosotros mismos la verdad de las enseñanzas. Solo la experiencia personal nos proporcionará la prueba de que esta enseñanza es la Verdad (el Shabad), con una V en mayúscula. Si practicamos, nuestro maestro nos dice que la realización personal es algo que está en nuestras manos.
El Gran Maestro en esta carta también les dice a los buscadores americanos que este sendero no trata de lo físico, trata de lo espiritual. No tenemos que ir a la India, a Haynes Park en Inglaterra, a Málaga en España o a Petaluma en Estados Unidos, porque el verdadero maestro no es la forma física. En el libro Muere para vivir, Hazur Maharaj Ji dice:
El maestro no es el cuerpo, el maestro es el Shabad, el poder creativo. Nuestro verdadero maestro es el Shabad, el Verbo que está dentro de cada uno de nosotros.
¿Qué es el Shabad? En Discourses on Sant Mat, vol. I, el Gran Maestro explica que el Shabad, el Nam, el Verbo, el Logos es:
El poder de la gran corriente creativa espiritual que emana continuamente del Ser supremo, fluyendo hacia fuera y hacia abajo para crear y sostener el universo y a todos los seres vivos…
El Shabad es Dios, y como hemos leído en las escrituras de todas las religiones, es omnipresente, está en todas partes. Él está tanto dentro, como fuera de nosotros. Así que como la forma verdadera del maestro es el Shabad, él también está en todas partes, y por eso no necesitamos ir a ningún lugar para encontrarle. Él está dentro de cada uno de nosotros aquí y ahora. El Gran Maestro añade en Discourses on Sant Mat, vol. I:
El Verbo o Nam no solo es el poder y amor de Dios en acción dinámica, el sustentador del universo y la vida interior de todos los seres, también es luz y sonido divino. Debido a que sus vibraciones se pueden escuchar como armonías celestiales por aquellos iniciados de un santo o maestro verdadero del Verbo, a veces se le llama la corriente audible de la vida o corriente de sonido.
En la práctica de la meditación intentamos alcanzar esa luz y sonido internos. Esta es la Verdad que buscamos. Entonces, ¿puede alguien acceder a esta Verdad? Y si es así, ¿cómo la conseguimos? Encontrando a un verdadero maestro vivo y siendo iniciados por él. El Gran Maestro continúa diciendo:
Desde que fue creado este mundo, grandes almas, los llamados santos o maestros verdaderos del Verbo de Dios han estado encarnando en este plano. Su consejo siempre ha sido el mismo: han puesto énfasis en la elevación interior. Esto, sin embargo, solo es posible si se contacta con un maestro vivo.
Y luego él explica por qué:
De la misma forma que el poder del conocimiento está latente en cada uno de nosotros, pero no se desarrolla hasta que un maestro viene a despertarnos, así también el regalo del Nam, el Verbo o poder de Dios está latente en cada uno de nosotros.
Aquí nos dice que todo el conocimiento está en nuestro interior. Ningún maestro pone nada en nosotros. Nos dice que el don del Nam está en nuestro interior, de forma latente. Latente, dormido, existente, pero aún no desarrollado Este es nuestro derecho de nacimiento; cada ser tiene el Shabad en su interior, pero solamente en la forma humana podemos acceder a él a través de la gracia del Señor y de su emisario físico: el maestro vivo. Después de la iniciación y bajo la guía del maestro –según nuestra capacidad y esfuerzo– alcanzamos la luz y el sonido internos, nos fundimos en ellos, y volvemos a nuestra fuente. Esta realización de Dios es la meta de la vida humana. El Gran Maestro sigue diciendo:
Si después de conocer a tal maestro te esfuerzas en obtener la riqueza del Nam, tu alma despertará a ella. Este es el principio que funciona en toda la jurisdicción de Brahm; no se puede acceder a los reinos internos del espíritu sin un gurú verdadero.
Brahm es el señor de la segunda región espiritual, y él gobierna sobre ella y sobre la región astral debajo de ella y la creación física debajo del astral. En otras palabras, para ir de este plano material a la segunda región espiritual trikuti, necesitamos un maestro verdadero vivo. Pero hay una segunda condición aparte de conocer al maestro e iniciarnos por él: debemos esforzarnos para lograr la riqueza interior que nos ofrece. ¿Y qué nos motiva a esforzarnos así? Un deseo honesto y sincero por esta riqueza. El anhelo verdadero. Y esto es lo que el Gran Maestro dice en su carta a Kehar Singh:
El maestro está en todos los lugares y puede revelar la Verdad incluso en América si se tiene un deseo sincero y ardiente de obtenerla, porque el maestro siempre está dispuesto a abrirnos la puerta si llamamos con sinceridad y un amor verdadero y ferviente.
Un deseo genuino, de todo corazón, constante e intenso de realizar la verdad y el amor por el maestro. Esto es lo que el Gran Maestro dice que los buscadores deben tener sin importar donde estén, ya sea cerca o lejos del maestro físico. Un deseo apasionado que no aumenta ni disminuye, que no cambia según nuestro humor o circunstancias.
Lo opuesto a ferviente es ‘poco entusiasta’. Para avanzar en este sendero tenemos que darlo todo, debemos entregarnos completamente, comprometernos y estar dispuestos a luchar para cumplir con nuestro compromiso, porque con la mente en nuestra contra debemos luchar para mantenernos continuamente centrados en alcanzar nuestra meta espiritual.
Pero este es un sendero de amor. ¿Que no puede hacer el amante por el amado si el amor es sincero…? En una ocasión se le preguntó a Baba Ji sobre su afirmación de que lograr el amor que leemos en los shabads de los gurús implica muchos sacrificios, y él nos recordó que en la vida hacemos muchos sacrificios, por ejemplo, por nuestras familias en la vida.
Y si lo pensamos, ¿no es así? En la vida, ¿qué no somos capaces de hacer por la familia? Nos esforzamos al máximo para darles lo que necesitan y quieren. Por otro lado, estudiamos durante años para obtener un título superior y alcanzar un nivel profesional que nos permita obtener el dinero suficiente para satisfacer todos nuestros deseos mundanos. Así pues, ¿qué sacrificios estamos dispuestos a hacer para lograr el amor de Dios?
Veamos lo que Maharaj Jagat Singh dice sobre seguir el sendero en La ciencia del alma:
El amor no es un asunto fácil. ¿Estás dispuesto a cortarte la cabeza con tus propias manos? Si no, entonces no sueñes con el amor. No es un terrón de azúcar lo que vas a tragar. Un amante permanece día y noche colgado de la cruz. Muere en vida y abandona todo deseo de vida y cuerpo. No queda en él ni una sola gota de sangre. Ni llora ni un suspiro sale de su corazón. Renuncia a todo honor y orgullo, incluso se muere de hambre y sueño. ¡Paltu: Qué necios son los que se hacen amantes creyendo que es un festín familiar!”.
¡Asombrosamente directo! Si tenemos ese ferviente deseo, estas palabras del maestro no nos van a asustar. Si tenemos un amor verdadero y sincero por el maestro, estaremos dispuestos a sacrificarlo todo para obtener el suyo. Ahora bien, verdaderamente, ¿lo estamos? ¿Cuán sincero es nuestro amor? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar? ¡Preguntémosle a la mente!
Nuestra mente bajo el control del alma es nuestra amiga, y desea ir al interior y regresar a su fuente en trikuti. Esta amiga nos instará a meditar, a abandonar los placeres sensuales que interfieren en el sendero espiritual, sean cuales sean, porque la mayoría de nosotros tenemos diferentes cosas que nos empujan al exterior y dispersan nuestra atención en el mundo.
La mente bajo el dominio de los sentidos es nuestra enemiga. Complacientemente va hacia abajo y hacia fuera, deleitándose en el brillo y pompa de este mundo ilusorio que parece verdadero y beneficioso, pero que es una ilusión creada para mantener al alma lejos del centro del ojo espiritual. Seamos claros: el Señor supremo, Sat Purush, que reside en sach khand, quiere que regresemos a casa, pero el papel de Kal es mantenernos aquí. Él es la mente universal, y está en control de nuestras mentes a menos que contrarrestemos su poder utilizando las armas del simran y bhajan y los efectos purificadores de seguir los votos: seguir una dieta lactovegetariana, no tomar alcohol y drogas que alteran la mente o son adictivas, incluyendo el tabaco, y llevar una vida pura y honesta.
No es fácil. Esta lucha por convertir a la mente en nuestra amiga es una batalla de por vida. Por eso, en una carta del libro El amanecer de la luz, el Gran Maestro dice:
Mi mensaje para todos es: “Valeroso es aquel que tiene control de su mente y sentidos, pues el progreso interior se realiza en proporción a este control. Es la repetición lo que lleva la mente al interior, y la corriente del sonido lo que la impulsa hacia arriba”. Dentro de nosotros hay innumerables tesoros. Allí está con nosotros el mismo Señor. Únicamente puede apreciar esto el que ha penetrado interiormente, los demás no tienen idea.
Tenemos que ser valientes para controlar a la mente y los sentidos. Tenemos que llegar al centro del ojo, y para llegar allí hay que controlar a la mente, y para controlar a la mente tenemos que hacer simran (repetición espiritual). El simran atrae a la mente y al alma al centro del ojo, el Shabad las lleva hacia arriba, liberando a la mente en trikuti y llevando al alma de regreso a sach khand. La batalla es llegar al centro del ojo. Tenemos que ser valientes y constantes en esta primera lucha, tener un deseo sincero por los tesoros interiores que el Gran Maestro menciona para fundirnos en el mismo Señor.
El Gran Maestro es muy consciente de los desafíos que tiene que afrontar el discípulo. Considerando que esta carta fue escrita hace cien años, es interesante leerla para poder hacer un paralelismo sobre aquellos tiempos. Algunos de los desafíos de entonces se han resuelto con el tiempo, pero una cosa no ha cambiado: aún tenemos mente.
Lo importante es comprender que la mente forma parte del ser humano y nos acompaña siempre. Por tanto, la misma mente puede servirnos en esta lucha hacia la espiritualidad. Recordemos el famoso refrán: “Donde hay una voluntad hay un camino”. Sí, a muchos de nosotros les resulta difícil encajar la meditación en sus ocupadas vidas, pero si tenemos que dejar de hacer algo, prioricemos nuestras propias necesidades. El Gran Maestro dice que debemos encontrar el modo de cumplir con las cosas mundanas y espirituales, y si queremos hacer la meditación, si queremos los tesoros que hay dentro, encontraremos una solución que nos permitirá hacer ambas cosas diariamente. Siempre se trata de saber cuál es nuestra meta, de lo serios que somos al respecto, y de qué estamos dispuestos a sacrificar en el mundo por ella. El Gran Maestro continúa hablando sobre la naturaleza de la mente y de como cumple su obligación con su maestro. Él dice:
La mente es una cosa curiosa. Con agrado hará, sin sentirse cansada, toda clase de trabajos externos, pero en el momento en que la pongas a hacer los ejercicios espirituales –le pides que se siente tranquila dentro– intentará huir alegando toda clase de excusas, como la necesidad de descanso después de un duro día de trabajo, la necesidad de reposo debido a un estomago pesado, el mal tiempo, etc.
La mente no desea permanecer quieta dentro, estar inmóvil y centrarse en la oscuridad. Está muy feliz de quedarse quieta fuera mientras vemos una película, jugamos a videojuegos o hacemos cualquier otra cosa. El Gran Maestro sigue explicando:
Pero si hay un vivo deseo o una firme determinación, entonces el progreso interno continuará sin interrupción.
Así que, de nuevo, ¿deseamos seguir el sendero e interiorizarnos para encontrarnos con la forma radiante del maestro, la forma del Shabad? ¿Dónde está ese anhelo y determinación? Si lo tenemos, el progreso interior continuará sin interrupción, porque ese anhelo nos hará sentarnos en meditación cada día sin falta; dejaremos de lado todo lo que se interponga en el camino, sin mirar hacia atrás. Cambiaremos nuestra forma de vida para que la meditación sea nuestra prioridad. Dedicaremos el tiempo completo a su recuerdo. Y lo haremos, porque el anhelo interior no nos dejará hacer otra cosa.
Hazur Maharaj Ji en Muere para vivir nos habla del anhelo:
El verdadero anhelo comienza con el alma, pero el alma no puede sentir ese verdadero anhelo a menos que la mente desarrolle el anhelo por su propio origen. Así que empezamos con el anhelo de la mente, y naturalmente terminamos con el anhelo del alma.
Cuando meditamos, gradualmente la mente empieza a disfrutar de la paz y dicha que encuentra allí, y comienza a anhelar más y más su hogar verdadero. Finalmente, una vez que la mente llegue a trikuti, el anhelo del alma la atraerá hacia arriba. Y por si tenemos algún temor de sentir ese anhelo porque hemos oído lo doloroso que es, podríamos leer estas palabras del Gran Maestro en Philosophy of the Masters, vol. II:
El anhelo intenso siempre se alza como una ola o una corriente en el corazón y refresca a la mente con su recuerdo. Como resultado, el dolor que siente el corazón se alivia con el recuerdo continuo y la contemplación del Señor. Esto crea un sentimiento de felicidad. Es un peldaño, que un buscador tiene que pisar para lograr la comunión con el Señor.
El anhelo insatisfecho es sin duda doloroso, pero aun así cuando lo sentimos nos recuerda al amado, y nuestros recuerdos de él nos llenan de felicidad y alegría. ¡Quién de nosotros no desea sentir siempre lo que sentimos por el maestro cuando lo vemos en el exterior! Así que es un círculo. Con la meditación desarrollamos amor y anhelo, y el amor y el anhelo nos impulsan a meditar más. Solo tenemos que entrar en ese círculo.
El maestro nos llevará hasta el Padre, a nosotros solo nos queda meditar, porque el anhelo interior es tan fuerte que nada nos puede alejar de él. Por eso, simplemente meditamos.