Cartas espirituales
La iniciación nos proporciona el método, la técnica de la meditación para ‘ir al interior’ y establecer contacto con el Shabad. Nuestro progreso hacia esta meta después de la iniciación depende de cuánto esfuerzo pongamos en seguir las instrucciones del maestro.
Sant Mat esencial
No veo motivo de preocupación o ansiedad. Lo que escribes es más bien fuente de felicidad. Ese sentimiento de soledad es, quizá, debido al actual estado de tu salud y de tu cuerpo. Pero en realidad, todos estamos solos. Algunas personas lo advierten pronto, otras más tarde. La manera de sacar provecho de este sentimiento de soledad es buscar algo permanente, algo que nunca nos abandonará, sino que siempre contribuirá a nuestra dicha. Ese ‘algo’ no es otra cosa que el Verbo o Shabad. Mantén siempre tu mente fija en el simran.
(…) Atiende con regularidad al bhajan y simran que son fuente de paz y de la gracia del maestro.
Luz divina. Extracto de la carta 68
Me alegrará saber que vives felizmente y en circunstancias que contribuyen a tu paz mental, y haciendo el bhajan, ya que a la larga es solo el bhajan lo que cuenta. El resto de las actividades por caritativas y bien intencionadas que sean, y a pesar del servicio que presten a la humanidad, nos hacen volver al plano físico. El maestro y la corriente del sonido –que en realidad son Uno, no dos– son verdaderamente nuestros amigos aquí y en el más allá. De ahí que debería frecuentarse su compañía, aunque tuviera que sacrificarse todo lo demás.
Hay que hacer el mayor esfuerzo posible por ir al interior y desarrollar una concentración completa, para que el maestro y la corriente del sonido se conviertan en realidades vivas.
Joyas espirituales. Extracto de la carta 113
… Mientras la mente no desarrolle la capacidad de eliminar a voluntad las impresiones de este mundo externo, no podrá permanecer en el interior desconectada de él ni tampoco acceder al mundo interior. No obstante, tiene la capacidad para hacerlo, y tiene que entrenarse para esto. Es un asunto lento, que requiere paciencia, perseverancia y fe.
Desde el principio de la creación, la mente ha estado errando (…) y no ha ido al interior, tampoco ha encontrado ni la paz ni el descanso. Aunque la tarea es difícil, puede realizarse con éxito, y este es el objetivo de nuestra vida.
Si el ser humano es la realización más alta de la creación, su responsabilidad también es grande. El hombre ha nacido para fundir su alma en su fuente y no tener que nacer otra vez (en este mundo). El mayor servicio que puede rendir es fundir su alma, liberándola de los apegos de la mente y la materia, en ese océano de paz y felicidad del que es una partícula o gota.
Te escribo con cierta profusión de detalles, para que puedas comprender la magnitud del problema que te vas a comprometer a resolver. Los altibajos de la vida crean impedimentos, pero querer es poder. No existe ningún obstáculo que no puede superarse con amor y con fe.
Joyas espirituales. Extracto de la carta 150
El progreso visible en la meditación depende de muchos factores. La obligación del discípulo es proseguir con la meditación de la manera aconsejada por el maestro, sin preocuparse por los resultados. Estos no son responsabilidad suya. El maestro se encarga de ellos. A veces se presenta un ciclo de karmas durante el cual la meditación parece haberse transformado en materia seca, sin ningún progreso, y el discípulo siente como si hubiera sido abandonado o que la meditación no está produciendo fruto. Nunca sucede ninguna de esas cosas, ya que ni el maestro abandona jamás al discípulo ni la meditación deja nunca de producir fruto. Cada momento que destines a la meditación se anotará en tu haber. Por favor, quítate de la cabeza esa idea de que estás retrocediendo o que el maestro te ha abandonado. Continúa atendiendo a tu meditación como antes, con amor, fe y devoción, y deja el resto a él. Cada cosa a su tiempo.
Cuando desaparecen las nubes, el sol brilla de nuevo con todo su esplendor. Cuanto más crezcan tu amor y fervor y más esfuerzo hagas, tanto más aumentará tu haber.
En busca de la luz. Extracto de la carta 165