Cartas espirituales
El que, al partir de este cuerpo, se concentra en mí, y piensa en mí con devoción en el momento de la muerte, entra en mi ser, sin ninguna duda.
Bhagavad Gita (cap. 8, verso 5)
Las actividades mundanas siguen su curso según los karmas pasados: a medida que los karmas se manifiestan, se resuelven por sí mismos. Así que no les temas; a veces son buenos, y a veces malos. No deberías preocuparte por ellos; tu preocupación debe ser la meditación.
Ten siempre presente que todo es un sueño. No te emociones con las actividades mundanas; mantén la mente desapegada, y recuerda las instrucciones del satgurú. Todo el trabajo del mundo es tan irreal como un sueño, y seguirá siéndolo. Conecta la mente y las facultades del surat y el nirat, con amor y devoción, al sonido del Shabad-dhun. Elimina cualquier preocupación sobre el trabajo mundano. Cuando medites, hazlo con una mente desapegada.
Cartas espirituales. Extracto de la carta 112
Me preguntas por el método que yo mismo practiqué en mis primeras experiencias. Respecto a eso, puedo decirte que nunca desarrollé ningún método por mí mismo.
Conseguí las instrucciones de mi propio gurú y él me enseñó el método exacto. Ese método es el mismo queutilizan todos los santos; consiste simplemente en concentrar la atención, manteniéndola imperturbable en un centro concreto, el foco del ojo. ¿Qué más puedo decir? Todo consiste en que la atención no fluctúe. Cada rayo de atención tiene que concentrarse y mantenerse allí. Si nos dispersamos durante algún tiempo, perdemos la ventaja. Puede decirse con certeza, que si un estudiante sincero mantiene completamente su atención en este centro durante tres horas, sin fluctuar, tiene que interiorizarse. Pero eso no es tan fácil sin una larga práctica.
No obstante, con el tiempo, la mente se acostumbra a permanecer en el centro. Se rebela cada vez menos, y finalmente accede a la petición de mantenerse en él. Entonces has conseguido la victoria.
… Mantenerse en el centro es una cuestión de voluntad, y también de recordar no permitirle a la atención que vaya tras ningún pensamiento o experiencia. Nos olvidamos fácilmente y entonces la mente se desliza hacia abajo. Una inteligencia agudamente despertada, tiene que mantenerse en el centro, firmemente y en todo momento. Si algún pensamiento entra en la consciencia, retira de nuevo tu mente al centro y mantenla allí. Haz que el dueño de la situación sea tu espíritu y no la mente. La mente engaña, y si se lo permites saldrá corriendo. Contrólala. Sin embargo, controlarla no es fácil y requiere tiempo. El problema no es complicado. Todo se reduce justamente a la atención: la atención ininterrumpida en el centro del ojo, sin permitir que se introduzca en la consciencia ningún pensamiento que te aleje del centro.
Joyas espirituales. Extracto de la carta 154