Nuestro seva más importante
Seva significa el servicio que se hace para
agradar al maestro, y lo que agrada más
al maestro es que atendamos a nuestra
meditación: retirar nuestra consciencia al
centro del ojo y conectarla con el sonido es el
verdadero seva, que infunde en nosotros cada
místico o santo.
M. Charan Singh, Muere para vivir
Baba Ji dice que no servimos o ayudamos a los demás para ahondar en nuestra práctica espiritual, que es al revés, que el ahondar en nuestra meditación desarrolla naturalmente en nosotros el deseo de ayudar a los demás. Este deseo encuentra su expresión natural en la disposición a servir. Seva es servicio al maestro a través de servir a nuestro prójimo.
Nadie recibe más ayuda que aquel que hace el servicio. El propósito del seva es ayudarnos a expandir nuestro amor. Seva es un acto de amor hecho simplemente para ayudarnos a crecer en amor. Eso es seva. La práctica de la meditación nos ayudará gradualmente a ver todo lo que hacemos como el trabajo del maestro.
Las obligaciones mundanas que estás desempeñando son todas esencialmente espirituales. No dejes que se entrometa el ego; todo es trabajo del satgurú.
Baba Jaimal Singh, Cartas espirituales
El seva exterior nos ayuda a ser más humildes y receptivos al dar prioridad al maestro y a los demás, desplazando así a nuestro egocentrismo y el sentido de lo ‘nuestro’. Seva es una forma de expresar nuestra devoción y se hace con espíritu de agradecimiento y humildad, sin importar para nada la ganancia o el reconocimiento. El seva se hace sin importar si es al sangat o a la comunidad en general a quien servimos. Si el seva fortalece nuestro ego, no es seva y es mejor dejarlo.
Nuestro seva más importante es hacer la meditación.
Ninguna cantidad de seva externo puede sustituir a la meditación. Si hacemos seva externo a costa de la meditación, entonces debemos abandonar ese seva. La razón por la que hacemos seva es para crear una atmósfera de espiritualidad en la que vivir nuestras vidas. Hacemos seva para condicionar nuestra mente hacia una atmósfera de espiritualidad en la cual nos resulte más fácil hacer nuestra meditación.
Meditación viva
Todo cuanto hagamos para nosotros lo hacemos también para el Señor. Finalmente vamos a convertirnos en el Señor. Dios es una consciencia superior, de manera que el servicio propio o el servicio del alma, es servicio a Dios. El alma es parte de ese océano divino. Cualquier servicio al alma es servicio al Señor. Todo cuando nos lleve de vuelta al Padre es servicio al Padre.
A menos que sirvamos a nuestra alma no podremos liberarnos de las garras de la mente, y la meditación es servicio del alma. Apiadarnos de nosotros mismos, compadecernos del alma y hacer algo por liberarla de la mente, es un servicio al alma. Eso es meditación. Y cuando sirves al alma, sirves automáticamente a su origen también; de forma que la meditación es servicio del Señor.
M. Charan Singh, Muere para vivir