Sé realista
Conoces el método: simran para ascender hasta
el centro del ojo, y la corriente del sonido desde
este centro hacia arriba. Ahora te corresponde
a ti dar el siguiente paso: alcanzar el centro del
ojo. Puedes confiar en que tu amigo te ayudará.
Cuando el niño empieza a mantenerse de pie,
el padre le da la mano para sostenerlo.
M. Sawan Singh, Joyas espirituales
Un barquero encontró a un hombre que se estaba ahogando y que chapoteaba desesperadamente en el agua. Inclinándose desde su barco hacia el hombre que se ahogaba, gritó: “Toma mi mano”.
“¡Estoy sufriendo! –gritó el hombre, mientras continuaba precipitándose en el agua– ¡No tienes idea de mi agonía!”. “Solo agárrate a mi mano”. Dijo el barquero. “¡Oh! –gimió el hombre mientras se hundía–, cómo deseo estar en tierra firme”. Inclinándose aún más hacia afuera y extendiéndose más cerca de él, el barquero dijo: “Solo toma mi mano y resiste, tiraré de ti y te subiré al barco”. “¿Por qué me ha pasado esto? –clamó el hombre mientras seguía agitándose– ¡Es tan injusto que me haya caído al agua!”.
Si tú o yo estuviéramos en el bote, extendiendo nuestra mano para intentar ayudar a alguien que se ahoga, ¿no estaríamos tentados a gritar exasperadamente?: “Venga, hombre, toma mi mano. ¡Sé realista!”.
Nuestra situación no es tan diferente a la del hombre que se ahoga en esta historia. Cuando el maestro nos dice que debemos atender a la práctica de la meditación, él nos está diciendo: ‘Toma, toma mi mano’. En otras palabras: Despierta. Únete al Shabad para que no te ahogues en el vasto océano de la vida. Como nuestro maestro nos dice una y otra vez, el verdadero gurú es el Shabad y el verdadero discípulo es la atención concentrada en el Shabad.
El Shabad es la mano del Señor, extendiéndose hacia nosotros. Solo tenemos que agarrar esa ‘mano’, aferrarnos a ella en lugar de agitarnos y zarandearnos solos, y nos atraerá hacia un nivel de conciencia más elevado.
Afortunadamente para nosotros, el maestro actual no levanta las manos con exasperación, diciendo: “Vamos, hombre. ¡Sé realista!”. Al contrario, con paciencia hace que nos preguntemos: ¿Qué quieres? ¿Cuál es tu objetivo en la vida? Él dice, cada acción puede llevarte hacia tu meta o alejarte de ella.
¿Estamos siguiendo la dirección que el maestro nos ha indicado? Él apela a nuestro sentido común, preguntando: Si tu destino está hacia el norte, y pasas todo el día caminando hacia el sur, ¿cómo puedes esperar alcanzar tu destino?
Él nos dice que somos como los pacientes que van al médico; nos diagnostican la enfermedad y nos recetan los medicamentos, pero luego no tomamos la medicación prescrita y continuamos enfermos. Somos como esas personas hambrientas que leen recetas de cocina, pero no se toman la molestia de cocinar la comida para comérsela, así que lógicamente seguimos con hambre.
Si me das palabras te daré palabras,
si me das acciones te daré acciones.
¿Cuántas veces hemos oído decir al maestro actual estas cosas? Escuchamos en sus satsangs lo encarecidamente que pide al sangat que atienda sinceramente la práctica de la meditación diaria, es decir, ‘que agarremos la mano que nos está ofreciendo’.
¿No nos sentimos avergonzados de que el maestro tenga que rogárnoslo? Nuestro amoroso maestro es todo misericordia y bondad. ¿Hasta qué punto llegamos a ser negligentes que tiene que recurrir a regañarnos en sus satsangs? ¿Qué dice eso de nosotros como discípulos?
Sant Mat no es un camino para recrearse en sentimientos de vergüenza y culpa… Es un camino de acción. No es un camino de palabras floridas sobre el amor… Es un camino de acción. No es un camino de teorías y conceptos acerca de lo divino… Es un camino de acción.
Como el maestro actual ha dicho en muchas ocasiones, si me das palabras, te daré palabras. Si me das acción, te daré acción.
¡La elección es nuestra!
A Wake up Call
El alma es por sí misma inmortal; es, por así decirlo, una princesa de sangre real. Su desdicha dura únicamente el tiempo que permanece bajo el control de la mente. Es la compañía de la mente lo que la ha reducido a la condición de ‘esclava’. Por lo tanto, ponla bajo el control del Verbo o Shabad con el fin de liberarla de la servidumbre del demonio de la mente. Interiorízate y conecta tu conciencia con el Nam para que te eleves por encima de esta esfera de nacimientos y muertes. De este modo alcanzarás la salvación y bienaventuranza eterna.
Sardar Bahadur Jagat Singh, La ciencia del alma