El maestro responde
Solo cuando la mente se vuelve al interior
se obtiene la bienaventuranza.
Fútiles son sus tendencias exteriores;
solo cuando la mente se interioriza,
ocupada en constante meditación,
entra en éxtasis noche y día.
El conocimiento surge en el interior
cual miríadas de olas se alzan en el océano.
San Paltu: su vida y enseñanzas
P. ¿Cuánto nos afecta el libre albedrío…, y es lo que nos hace incurrir en karmas?
R. Si lo consideramos a gran escala, si lo miramos desde arriba, apenas tenemos libre albedrío. Te darás cuenta, por ejemplo, de que no estuvo en nuestro poder nacer en los Estados Unidos, ni en una determinada familia, ni en determinadas circunstancias, ni en un ambiente particular. Todas estas cosas han condicionado nuestra mentalidad. Eso ha modelado nuestra mente, y ahora pensamos de cierto modo, teniendo siempre a la vista el origen del que procedemos. Puede que digamos: tal es mi decisión, tal es mi libre voluntad, pero olvidamos lo que nos ha movido a tomar esa decisión, a pensar de ese modo. ¿Sigues mi razonamiento?
Supón que una persona no haya tenido la oportunidad de recibir ese tipo de educación, de vivir en esa clase de ambiente, de tener ese buen origen familiar. Su mentalidad será totalmente distinta de la mentalidad de otra persona cuyas circunstancias sean diferentes. Así que aun cuando ambas digan: “Yo tengo libre albedrío”, en realidad ninguna de ellas lo tiene; porque el ambiente y las circunstancias sobre los cuales no han tenido control, han orientado su mentalidad en direcciones diferentes.
Tú has nacido en los Estados Unidos; otra persona ha nacido en Rusia. Tú piensas de una manera; ella de otra muy diferente. Ambos dicen que tienen libre albedrío. Sin embargo, si tú hubieras nacido allí y ella aquí, la manera de pensar no habría sido la misma de ahora. Hubiera sido distinta: la que hubieran impuesto las circunstancias, el ambiente, el entorno. Así que a gran escala, definitivamente no tenemos libre albedrío. Todo está planificado, por así decirlo. Pero con nuestro limitado alcance, mirando desde aquí, tenemos libre albedrío. A pesar del ambiente y las circunstancias, aún tenemos un poco de libre albedrío y hemos de usarlo…
P. Maestro, ¿cómo podemos saber cuándo estamos haciendo una elección y cuándo hay un resultado kármico? Cuando hacemos una elección, ¿interviene el karma para realizar algo que no podemos evitar?
R. Desde este punto de vista, no podemos pensar que debamos tomar una opción de acuerdo con nuestros antecedentes kármicos. No podemos saber cuál es nuestro karma ni qué nos está reservado. Tenemos que esforzarnos con sinceridad por hacer diligentemente todo lo que podamos, y dejarle luego los resultados al Señor. Si después las cosas no suceden de acuerdo con nuestros mejores esfuerzos e intenciones, debemos admitir que es la voluntad del Señor y hemos de sentirnos felices con lo que suceda.
No justifiquemos nunca nuestra elección alegando que es nuestro karma actuar de ese modo.
Es difícil para nosotros saber cuál es la opción correcta con arreglo a nuestros antecedentes kármicos, pero el karma orientará automáticamente nuestra elección. No necesitamos analizar cuál es nuestro karma y cuál no lo es, pues el karma se impondrá por sí mismo.
P. Si hacemos algo por alguien, pero resulta que las cosas salen mal y vemos más tarde que estábamos equivocados, y lo sentimos sinceramente, ¿cambia algo esto?
R. Esto es precisamente lo que intentaba explicar… Siempre debemos procurar obrar bien, intentarlo honradamente con las mejores intenciones. Pero si el resultado es distinto del que nos habíamos propuesto, no debemos preocuparnos. Debemos aceptarlo como nuestro karma pralabdh, hado o destino. No hay nada que rectificar. Tenía que suceder y ha sucedido. Nuestra conciencia está limpia. No lo hemos hecho a sabiendas. Pero no intentemos justificar tales debilidades.
Cuando somos sinceros en nuestros esfuerzos por obrar bien, le corresponde al Señor encargarse de eso. No podemos impedir que las cosas tomen un rumbo inesperado.
M. Charan Singh, The Master Answers