Una larga práctica
Como una raíz puede atravesar una piedra,
así la práctica de la meditación trae el éxito.
Nada es difícil si tienes una firme determinación.
Con esfuerzo, una cuerda puede cortar una roca,
incluso el veneno puede digerirse con la práctica.
¿Tiene el infante suficiente espacio para crecer
en el útero de su madre? pregunta Tuka.
No, pero poco a poco se hace espacio por sí solo.
Tukaram, The Ceaseless Song of Devotion
Cuando tenemos la suerte de encontrarnos sentados frente a la forma física del maestro, se nos da la oportunidad de satisfacer las dudas de nuestras mentes acerca del sendero. Una pregunta que se hace una y otra vez es cómo realizar la meditación. Es una pregunta extraña, puesto que el maestro ya nos dio las instrucciones cuando nos inició: sentarnos, cerrar los ojos, concentrar la atención en la oscuridad detrás de los ojos mediante el simran –la repetición de los cinco nombres sagrados–, intentando permanecer totalmente enfocados durante las dos horas completas. Y al final de las dos horas de repetición, escuchar o tratar de escuchar el sonido interior del Shabad durante treinta minutos. ¡Es simple!, dos horas de simran, treinta minutos de bhajan.
Si podemos hacer dhyan del maestro repitiendo el simran, es decir, visualizar su forma con los ojos cerrados, tanto mejor, ya que mantendrá nuestra atención en el centro del ojo. Pero si no podemos, no hay que preocuparse. Baba Ji dice que el dhyan es el resultado del simran realizado con concentración; la forma del maestro aparecerá cuando desarrollemos la concentración necesaria. Así que lo intentamos, y quizás de vez en cuando podemos vislumbrar un poco de luz y oír algo de sonido, o quizás no oigamos ni veamos nada. Entonces, posiblemente empecemos a preguntarnos si lo estamos haciendo mal. Ante esto, le preguntamos al maestro si hay algo más que pueda decirnos sobre el método de la meditación, algo que, tal vez, pueda hacerla más fácil.
Precisamente este sentimiento de necesitar ayuda o de disponer de un truco o táctica especial es lo que alentó a alguien a preguntarle al Gran Maestro por él método que practicó para lograr sus experiencias. Y el Gran Maestro responde en la carta nº 154 de Joyas espirituales:
Me preguntas también por el método que yo mismo practiqué en mis primeras experiencias. Respecto a eso, puedo decirte que nunca desarrollé ningún método por mí mismo. Conseguí las instrucciones de mi propio gurú y él me enseñó el método exacto. Ese método es el mismo que utilizan todos los santos; consiste simplemente en concentrar la atención, manteniéndola imperturbable en un centro concreto, el foco del ojo.
Así que el Gran Maestro dice que la forma correcta de hacer la meditación es la que nuestro maestro nos explica, y esta es: la atención concentrada.
Hay una historia de un maestro zen que es muy relevante:
Un día un hombre se acercó a él preguntándole: “¿Maestro, tendrías la amabilidad de escribirme alguna máxima de la sabiduría más elevada? El maestro sacó su pluma y escribió:”Atención“.”¿Eso es todo?“, preguntó el hombre. El maestro escribió entonces:”Atención, atención“.”Bueno –dijo el hombre–, no veo mucha profundidad en lo que has escrito“. Entonces el maestro escribió la misma palabra tres veces:”Atención, atención, atención“. Medio enfadado, el hombre exigió:”¿Qué significa la palabra “atención?”. A lo que el maestro respondió amablemente: “Atención significa atención”.
¡Qué respuesta tan persistente! Y al mismo tiempo llena de profunda sabiduría. El significado de atención, según el diccionario, es la habilidad de mantener la mente inmóvil, sin embargo va mucho más allá de la definición del diccionario. Atención como sabemos es la clave para la realización de Dios, para llegar a unirnos con el Señor. La respuesta del Gran Maestro acerca del método especial que él practicó personalmente no es diferente a la del maestro zen. El Gran Maestro continúa en la carta nº 154 de Joyas espirituales:
¿Qué más puedo decir? Todo consiste en que la atención no fluctúe. Cada rayo de atención tiene que concentrarse y mantenerse allí. Si nos dispersamos durante algún tiempo, perdemos la ventaja.
De hecho no hay otro camino. Atención firme en el centro del ojo es la respuesta. Ahora bien, donde la respuesta del Gran Maestro va más allá de la del maestro zen es en que él nos dice cuál será el resultado de la atención concentrada. Así lo expresa en la carta citada anteriormente:
Puede decirse con certeza, que si un estudiante sincero mantiene completamente su atención en este centro, durante tres horas, sin fluctuar, tiene que interiorizarse.
Este es el nivel de concentración que se requiere; ¡tres horas de atención inquebrantable! Afortunadamente el Gran Maestro no termina su frase así, sino que añade estas sugerentes palabras: “Pero eso no es tan fácil sin una larga práctica”.
Así que, ¡menos mal! Nos va a llevar bastante tiempo, nos está diciendo. En consecuencia, si no hemos ido al interior aún no es porque estemos haciendo algo mal; es solo cuestión de tiempo. El Gran Maestro termina diciendo en la misma carta:
No obstante, con el tiempo la mente se acostumbra a permanecer en el centro. Se rebela cada vez menos, y finalmente accede a la petición de mantenerse en él. Entonces has conseguido la victoria.
¡Esta respuesta es tan alentadora…! Va a requerir mucha práctica, pero si realmente practicamos, tendremos éxito. Por tanto, no hay ningún truco especial que nuestro maestro haya creado para sí mismo, solo el mismo método que se nos dio cuando fuimos iniciados. Únicamente debemos seguir intentándolo, practicar las dos horas y media de meditación y también mantener las riendas de nuestra mente durante el día. Todo lo que hacemos debería estar dirigido hacia el control de la mente, hacia la concentración. ¿Nos mantenemos enfocados durante el resto del día?
¿Cómo podremos compatibilizar el estar ocupados durante el día con mantener el control de la mente, evitando su dispersión? El primer paso es estar decididos a luchar con la mente y el segundo es poner esto en práctica. Maharaj Charan Singh Ji aconseja en la respuesta nº 300 del libro Muere para vivir:
Esa lucha con la mente está siempre ahí con todos. Y hemos de luchar. Tenemos que ser lo suficientemente intrépidos para luchar e intentar conservar esa atmósfera en la que hemos de vivir. Hemos de construir esa atmósfera de amor y devoción y vivir en ella. Tenemos que luchar para vivir en ella, sin duda. No es tan fácil. Es difícil, lo sé.
La literatura de Sant Mat está repleta de sugerencias sobre qué acción tomar. ¡Leamos la literatura de Sant Mat!
Maharaj Charan Singh Ji dice específicamente en la carta nº 129 del libro Luz sobre Sant Mat:
No solo es bueno que a los buscadores se les proporcione toda la información disponible, sino que también los santos han exhortado a los satsanguis a consagrar diariamente algún tiempo a la lectura de libros de Radha Soami, o de cualquier otra literatura relacionada con las enseñanzas de Sant Mat. Este consejo fue dado especialmente a quienes no podían asistir a los satsangs diarios del maestro.
Así que eso nos incluye a todos… Nos encontramos lejos de la forma física de Baba Ji y no podemos atender sus satsangs a diario. Maharaj Charan Singh Ji continúa diciendo:
Es del todo evidente la razón de que sea necesario tener la mente ocupada en las enseñanzas de los santos todo el tiempo que se pueda. Es la mente la que debemos someter. Por consiguiente, cuando no sea posible meditar debidamente ni asistir a los satsangs del maestro, es mejor emplear la mente en repasar sus enseñanzas. De otro modo, la mente crea por sí misma nociones desorientadoras. Hasta que haya sido conquistada, la mente es nuestro peor enemigo.
También puedes hacerles ver a los demás la idea de que nunca leeremos suficientemente esas verdades. Pues cada vez que las leemos, parecen contener un mensaje nuevo y más profundo, especialmente para las almas sinceras y devotas.
La primera acción es leer los libros diariamente, y releerlos una y otra vez aunque ya los hayamos leído. ¿No nos ha ocurrido que al releer alguno de los libros de preguntas y respuestas, estamos seguros de que no habíamos comprendido antes algunas de las respuestas? A medida que maduramos en el sendero nuestro entendimiento cambia y las cartas o respuestas de los maestros de Sant Mat cobran más significado. De ahí que Dera está publicando más y más libros para leer.
Segunda acción: Si no podemos ir a Dera para estar con el maestro e imbuirnos de la atmósfera de devoción de Dera, siempre podemos rodearnos de satsanguis devotos, tanto como sea posible y asistir a satsang. Hazur Maharaj Ji termina diciendo en la respuesta nº 300 del libro Muere para vivir:
Pero podemos leer libros, nos podemos mezclar con buenos satsanguis, podemos asistir a reuniones de grupos. Debemos intentar conservar esa atmósfera de amor y devoción alrededor de nosotros, en la cual tenemos que vivir. Si nos alejamos de esa atmósfera, la mente nos atraerá nuevamente a los pensamientos del mundo. Construir esa atmósfera es esencial para la meditación. El Gran Maestro solía llamar a esa atmósfera de la meditación “una cerca alrededor de la cosecha”. Las cosechas pueden crecer sin una cerca, pero siempre existe el peligro de que algo las arruine si carecen de protección. Así que necesitamos proteger cualquier meditación que llevemos a cabo, conservando esa atmósfera de amor y devoción a nuestro alrededor. No es fácil, lo sé. Puede convertirse en una lucha de toda la vida.
Así el maestro nos está diciendo que construyamos una atmósfera de meditación a nuestro alrededor sumergiéndonos en las enseñanzas: ¡Tenemos que ir a satsang para escuchar las charlas! Una línea, incluso una palabra de una charla puede ser suficiente para que el viaje haya valido la pena.
¿Y el simran…? También Maharaj Charan Singh tiene una aclaración sobre esta práctica en el libro Discursos espirituales, vol. I, en el capítulo titulado “El estilo de vida del discípulo”, donde nos dice:
El simran espiritual debe ser un proceso continuo. Incluso mientras hablamos debiera seguir mentalmente, y las cinco cuentas de los nombres sagrados habrían de girar continuamente sobre su eje.
Él llama a esto simran espiritual. A continuación nos explica cómo conseguirlo:
Todos podemos hacer simran cuando viajamos en tren, automóvil o avión. El tendero puede hacer simran mientras aguarda a los clientes; los agricultores mientras aran el campo (…) En realidad, el simran debiera convertirse en nuestra segunda naturaleza.
Por tanto, si nos planteábamos inicialmente la posibilidad de alguna técnica especial para estar seguros de nuestro avance en el sendero, el maestro, como hemos visto, nos ha dado todas las ayudas posibles para hacer realidad este viaje de reunión interior con él. No tenemos que buscar nada más, no necesitamos nada más excepto pasar a la acción para sentir la dicha de la concentración.
Cuanto más concentrada está nuestra mente en el centro del ojo, más felices somos. Cuanto más dispersa está en el exterior, más infelices somos. Así que tenemos que procurar que nuestra mente no se disperse en el mundo. Cuanto más concentrada esté en el centro del ojo, más felicidad y dicha sentiremos. Sin importar la situación por la que estemos pasando sentiremos esa dicha y felicidad en nuestro interior.
M. Charan Singh. Spiritual Perspectives, Vol. III